“- Si yo te digo que el autor de la Marcha de San Lorenzo dormía en un oe la peluquería de mi
padre, ¿vos me lo vas a creer?, y comía dos bizcochos.
-Porque era muy pobre don
Cayetano…
- No, no era eso, es que lo corría la policía,
- ¿Sería medio
anarquista?
- S, si. No me acuerdo donde yo
lo dije y se publicó. Yo me acuerdo de Cayetano Silva. Era negro, motoso era, y
picado de viruelas . . . Aquí tengo una foto donde estoy yo cuando era pibe en el
patio de casa subido a bote que fabricó
mi papá. ¿Ves ese que está atrás, de sombrero?. Ese Cayetano Silva".
Julio Schiavone.
“- En que época se
empiezan a difundir en forma tangos rosarinos?.
- Yo pienso que después
del 22
ó 23. Anastasio González, un bandoneonísta famoso
de la época es quien le da impulso al tango
hecho en Rosario. Se realzan concursos y por ahí salen premiados El Aromito, El Farolitos. Es cuando surge la
orquesta de Abel Bedrune, que tocaba el bandoneón junto con Gonzalo Chirino que
ya murió y tenia una fábrica de guitarras.
Tocaba con ellos un gran pianista, Espinosa, que ya murió también. Espinosa tocaba al final, en una especie de
fondín chiquito en la calle San Lorenzo. Otros integrantes de la orquesta de
Bedrune eran Lepere-—El
Gordo—, en la batería, y me
acuerdo de Corrales, que era un violinista muy buen mozo, fallecido ya. Después vino Mantequita Schiavone a tocar la batería".
Cayetano Lico
El Julio
Schiavone, alias Mantequita, es por los años de nuestra un músico en ascenso.
Nacido en la calle Sarmiento al 1000, edificio peluquero, tiene por apodo El Filósofo. Es que Schiavone padre se las sabe todas. No en vano transitan por su
peluquería mejores de la época-, en boga y, fundamentalmente, los artistas
de todos los géneros. Allí se atienden desde el
doctor asta hombres de conocidos
apellidos en el mundo social de Echesortu, Rouillón, Lejarza, San Martín y
otros, incluyendo también a personalidades de la política como José Chiozza,
aquel dirigente radical que, a su muerte y tras largo cortejo, sería sepultado
"con banda de música y todo". También el peluquero es amigo de
actores como quien comparte jornadas de pesca en el rio
Paraná. El mismo Cayetano Silva, que muchas tardes suele dormitar su buena
siesta ero de los sillones de la peluquería, es íntimo de El Filósofo Schiavone, también llamado El Ingeniero.
Pese a que casi todos los personajes de la ciudad y del exterior se
llegan hasta la peluquería, el fígaro
sale a efectuar un servicio muy especial. Es cuando Enrico Caruso viene a
Rosario. El Filósofo va a afeitarlo al Hotel Italia y se enorgullecerá
siempre de ello.
Dócil a todas las entrevistas que se le han
efectuado 1, el hijo de aquel
peluquero, o sea el popular Mantequita Schiavone, también ha sido i to
de una charla con el autor de este libro.
Porque Schiavone es, a no dudarlo, un trozo de
historia viva jamás compendiada. Si a lo largo de este trabajo el lector ha
tenido oportunidad de encontrar testimonios del veterano músico rosarino, ya es
tiempo de conocer muchas otras cosas que
he dejado de intento para esta oportunidad.
Mandadero,
ciclista y boxeador.
-Cuando eras chico, ¿que personajes conociste que podas recordar ahora?.
—Bueno, conocí a Frank Brown, a Lucerito del Plata (sic), a la madre
de Pierina Dealessi, a todos los Podestá que venían a casa a comer: Pablo Totón
.. .
—¿Fue por los años en que vino a cantar Caruso?
—Si. Yo me acuerdo como en un sueño de Caruso ... Era un petisito con
un sombrero grandote, traje marrón, corbata chalina ... me acuerde
como en un sueño, pero me acuerdo . . ., sombrero a lo Magaldi, así, a
lo
mosquetero . ..
—¿De Luis Arata también?.
—Arata vino hasta no hace mucho a Rosario ... El pescó treinta años mi viejo en el puerto. Cada vez que
venía a Rosario lo iba a busca-; viejo para ir a pescar. Todavía conservo un
pedazo de corcho de cuan* iban ellos al rio. —¿Que hacías de pibe?
—Era mandadero, como todos los de aquel entonces. Me acuerdo de la
madre de Licho Pomponio a quien le llevaba los pedidos. Fue muy b conmigo. A
ella le debo muchos trajecitos, porque la señora me o¡ ver siempre bien vestido. —¿Y de grandecito?
-Se me dio por el deporte. Empecé a trabajar en
el taller de Bergés ciclista que hizo historia. Me adiestró en las competencias
que se hacían desde el centro hasta la
plaza Alberdi y me destaqué. —¿Te acordes de algunos corredores?
-¡Como no me voy a acordar!: Bilanzone, Sciáramo . También supe boxear
… en la categoría piojo. Me acuerdo
de gente que tiraba bien los guantes: Paletta, Gorosito, Ferraro…
-¿Cómo se te dio por la música?
—Me gustaba y empecé con el bandoneón. Pero
tocaba poco, dos piecitas no más. Andaba por Pichincha. Cuando el teatro
Politeama pasó a llamarse Odeón, vino don Luis Carpentiero a buscarme para que
tocara allí Yo me había criado en el Politeama, porque ahí tenía peluquería mi padre.
—¿Donde está la Fundación Astengo
ahora?. -Exacto.
Rosario orquestal
-¿Dónde
tocabas en los años 20?.
- En925, hice ocho bailes a veinticinco pesos por noche. Era plata, y eso
que Bedrune nos afanaba a todos. La orquesta de Bedrune no era una orquesta del
otro mundo, ahora yo me doy cuenta . . .
-Para ese entonces, a lo mejor era buena . . .
- No, no , había orquestas mejores. La de Rezzano era mejor. Pero Abel Bedrume
llevaba gente.
- Cuántas orquestas había en los años que van del 25 al 30?.
- Como diez o doce. Estaba la de Bedrune, la de Rezzano, la de
Anastasio González y también orquestas de Buenos Aires que venían a tocar acá.
Muchas se denominaban "orquestas típicas criollas", pero no llevaban
nombre de persona o cosa alguna. En Rosario se la rebuscaban todos. En Buenos Aires había mucho trabajo, pero acá se
la rebuscaban.
-¿ En que lugares había
orquestas?
- Yo te cuento: En San Martín y Montevideo había una orquesta dirigida Eustaquio
Láurenz, hermano de Pedro Láurenz. En la calle San Martín entre Cochabamba y
Pasco, frente al cine Ambassador, existía un café donde tocaba Rosario
Puntarello "El Rey de las Comparsas". . . En la esquina de San Martín
y General López, había un café que después se llamó Cumparsita por donde pasaban todas las orquestas que venían. Ahí conocí al dúo
Yuvone—Rico ... Y ni que hablar de las orquestas de señoritas.
"No toques, mándate un chiste"
- ¿Dónde había orquesta de señoritas?
- Había en el Savoy, cuando
estaba el baterista Fasoli, El Gran George, que
así le llamaban en Nueva York. Pero
ahora ya no toca más la batería, ahora es saxofonista. Le dicen El Gran George
por su cabello blanco y por estructura física que tiene. Es un hombre alto, parecido
a Quilici, más o menos.
- ¿ A Juan Quilici, el que es ministro de
Haciendo de la Provincia?
- Si, a ese mismo .. . Bueno, después
estaban las hermanas Echeverría . ..
La orquesta de un gran cellista de
apellido Maldonado.
- Además del Savoy, ¿que otros lugares tenían orquestas
de señoritas?
Confitería Los Dos Chinos, en los cines, en los cafés de japoneses.
Enfrente del cine Capítol había un conjunto que dirigía
la señora del gran
Músico Pedro Celestino Zeballos, la
señora Vanetti, una de las mejores
bandoneonístas. En bandoneón es muy
difícil encontrar mujeres.
-¿ Había muchas mujeres ejecutantes?.
-
Si, muchas, no me acuerdo de los
nombres, pero había muchas y tocaban bien. En el café Kobe que yo inauguré frente al cine Nacional, hoy Gran Rex,
en la calle San Martín
casi esquina Mendoza, tocó la famosa Paquita Bernardo, que era porteña y estuvo
en Rosario muchas veces:-una gorda petisona que murió en 1925. En 1929, vino a
nuestra ciudad una orquesta de señoritas que ¡para que te cuento!. La que tocaba
el piano, dominaba cinco instrumentos más. La orquesta se llamaba
Sinfiano, venía de Norteamérica y fue
lo más grande que hubo en el mundo, triunfó hasta en Rusia . . . —¿De quién era
el café Kobe?.
—De un japonés que se
hizo el harakiri. Mira, estas mujeres merecen un homenaje grande porque junto
con otras atracciones artísticas como Mercedes Simone, Charlo, Libertad
Lamarque, Azucena Maizani, el mismo Gardel y otros, le dieron vida a Rosario
que ya no tiene más teatros, cines y cafés como aquellos . .. ¡Adonde fue a
parar el arte! ... A raíz de esto te
voy a contar una anécdota. En el cine teatro Florida, en Buenos Aires, se
enojaban porque a Gardel le pagaban 800 pesos por dia. Y estaba justificado el
asunto, porque con películas entre familiar y noche, el dueño no hacía mil
pesos. Con Gardel hacía mil cien, mil doscientos . . . Los otros tiraban la
bronca, pero estaba justificada la cosa. Yo me acuerdo que hacía los cambios,
me daban diez pesos y encima me decían: "No toques, mándate un
chiste", los maestros Pampaluna,
Palau . . .
El hombre múltiple.
—Era otra época ...
—Claro que era otra
época. La gente de antes era otra cosa. Fíjate que para unos carnavales
formamos una murga cuando éramos chicos y nos fuimos a cantarle a Cepeda; nos
paramos abajo de la ventana de el, en la calle Mendoza casi esquina Maipú y le
cantamos una canción que le habíamos hecho.
—¿Te acordes como era?
—Era así: "Cepeda se tiró un pedo I su madre lo abarajó /
maldito sea Cepeda I la puta que lo parió". —¿Y no se enojó don Juan?
— ¡Que se va a enojar!.
De arriba nos tiró cinco pesos . . . Éramos de la barra de San Martín y
Mendoza, donde estaban Juancito Dellepiane, Raú Napoli . . . También de allí
salió un gran juez: San Vicente, un pibe de lentes que murió de cáncer. Me
acuerdo de José Cantatore, los Pomponio, Dichio . . ., todos eran de la barra
mía. Antes, en las casas de familia se estilaba hacer un baile los sábados
aunque estuviéramos muertos de hambre. Poníamos diez centavos, veinte guitas,
comprábamos para ha limonada y se armaba la milonga . . .
—Volviendo a los músicos
... ¿te acordás de otros?.
—Había un gran
violinista llamado La
Picotiere. También estaba el m grande guitarrista que tuvo
Rosario, pariente de nosotros, Deolindo Cazón, que sacó de discípulo a un tal Amaya,
un bigotudo que solíamos encontrar en El Ancla. Cazón tocaba desde
óperas hasta la Marcha
de San Lorenzo por prima. Era un concertista extraordinario . .. usaba guitar
de ocho cuerdas, no macanas, hasta tuvo una de doce cuerdas a la que había
hecho hacer un ascendente en el traste.
—¿Hizo
presentaciones notables?
—Mira .. .,
anclaba por ahí, el basta que tuviera vino, era feliz. El hijo de Cazón, que
viene a ser primo mío, fue uno de los grandes bandoneones nuestros. El trío mas
famoso que actuó en Buenos Aires fue formado por "cabecitas negras",
como nos dicen allá: se llamaban Ahumada, Ríos y Cazón. Los tuvo Di Sarli ...
¡le hicieron caer el pelo!. El dia en que Di Sarli la sacó mas barata fue
cuando los pelos le llenaron las sábanas. Lo volvían loco ... ¡Que músicos!. Un gran compositor fue Antonio
Scatasso. Estuvo mucho en Rosario y fue autor de Ventanita de Arrabal, El
olivo, La cabeza del italiano y muchos tangos más. El fue quien le dio pie a
Sciammarella para que entrara en los teatros. Yo toqué con Scatasso* en San
Martín y Mendoza. También por aquel tiempo tocaba el gran violinista Tomás
Santesteban, junto con el pianista Mario Mauranoy otro músico sensacional,
Fernando Greppi . . . todos rosarinos. —¿Vos andabas siempre con la batería?
—Si, y aprendí
mucho con los grandes maestros internacionales que venían a dirigir aquí. Yo
colaboré con Antonio Marranti, Francisco Lozzi, Manuel Cuevas, Oses, Camponovo,
Pampaluna, Roncallo2, Bernardino Teres, los hermanos Alessio y, entre otros,
Casanova, cuyo hijo se hizo un gran violinista que ahora toca con Fresedo ... y
muchos más. De los últimos pianistas internacionales con los que toqué
recuerdo a Javier Ojier, pero ya con el espectáculo de Fu—Man—Chu, porque yo
siempre fui el baterista exclusivo de Fu—Man—Chu . .. —Es decir, que nunca te
faltó trabajo . ..
-Nunca. Cuando
me desvinculé de Bedrune en el 28, mucha gente hasta me pagaba adelantado para
que fuera a tocar. En aquel año conseguí mucho trabajo. Mira, yo tocaba en La Perla, que estaba en Maipú y
Córdoba; en Los Dos Chinos, de Rioja y San Martín; en El Tropezón, de 27 de Febrero
y San Martín, cuando era confitería, no un café como se hizo después para los
taximetristas ... y también en el cine San Martin, ¡cuatro laburos!.
Intérprete de serrucho
—¿Que
gratificaciones te permitías?
—Me acuerdo que
después de trabajar en el cine salíamos en mateo hasta el Recreo de la Montañita, en el parque
Independencia, que era de un tal Lariño. Nos íbamos a tomar aire, porque,
¿sabes lo que era estar encerrado todo el día entre la humedad y el olor a podrido
de la matine?. En la familiar y noche, no.
—Menos mal.
—Lariño tenía
ahí el Recreo que después fue de un amigo mío que trabajaba en la Dirección de Tránsito de
la Municipalidad
de Rosario. Era muy lindo cuando estaba Lariño. Ahí cantaba Cogote.
-¿El famoso Cogote?
-Si, lo crió mi
mamá. La madre de él se llamaba Baldomera, era sirvienta
de casa.
—¿Vos tocaste
el serrucho?.
—Si. Pero
cuando yo empecé a tocar serrucho había quien tocaba veinte mil veces mejor que
yo. Ellos tocaban cosas difíciles y yo la armonía del tango Elegante papirusa.
Y yo dije, "¿para que eso?, silo que gusta es Salomé, La del Soto del
Parral..." Entonces dije: "No, adiós serrucho". Uno lo mandé a
niquelar y me lo echaron a perder, era grande así... me costó ocho pesos. ¿Sabes
que ferretería era?. Donde está Casais3 ahora, ahí
... se llamaba Balderrey. Si . . . era un serrucho marca Peugeot, y, ¡oh,
sorpresa!, lo mandé a niquelar y me lo arruinaron.
—¿Así que
había gente que tocaba bien el serrucho?.
—Mira, vino uno de Buenos Aires que lo tocaba
con el arco . . . iooohhh!
... En aquel entonces el serrucho era mundial.
Empezó a tocarse en Francia y se desparramó por toda Europa. Yo aprendí, porque
el baterista de aquellos tiempos tenía que tocar de todo, hasta las castañuelas
..., , más que baterista tenía que ser un técnico de sonidos. Me acuerdo que
Fu—Man—Chu 4 ahora comía carne cruda ... y las
mujeres más lindas del mundo las tuvo el . . . para verlas, porque el no, no
las tocaba ... era diabético, ¡que buen amigo! . . . Bueno, yo le hacía con
unos cocos que me trajeron de Corea, la Malagueña, de Lecuona, y el salía y me
decía: "¿Que se oye por ahí?"
CeneKrupa
tenía plata
—¿Vos tocaste con la Chicaguito?
—Así es, por el 27.
¿Sabes por que se llamó Chicaguito la famosa orquesta que tocaba en el Franz y Fritz?. Por una orquesta de
negros que se llamaba Los Chicagos que vino al Teatro
Japonés. ¿Sabes dónde estaba el Teatro Japonés?: donde ahora han hecho unas
viviendas en la calle San Martín al 5100.
—¿Y este anuncio a toda
página?
—Es de la Revista Comercial Rosarina, toma,
lee.
—"Año uno, número
cinco, veintiocho de agosto de mil novecientos veintisiete. Orquesta Típica
Jazz—Band Chicaguito. Gran éxito. Café Carlos Pellegrini, avenida Pellegrini mil
doscientos uno. La actuación de este excelente conjunto orquestal, significa un
verdadero acontecimiento en el ambiente de nuestros cafés—conciertos, y en ello
se halla bien justificado el prestigio que le precede con el nuevo y halagüeño
éxito que consignamos. A juzgar por este antecedente, es fácil suponer que su
actuación se ha de prolongar por varios meses". Encabezan este aviso seis
fotografías en óvalo con los rostros de los integrantes: J. Paladini, V.
Lepere, F. Romano, J. Ochoa, A. Barone y A. Donizetti. ¿Y vos?. —Yo empecé
reemplazándolo a Lepere. —¿Que opinas de Gene Krupa?.
—Mira, acá tengo una
foto de el autografiada. Era bueno, pero hubo bate-ristas mejores que el, como
Woody Reach, Ray Barough . ..
-Pero Krupa era muy nombrado.
—. . . Tenía plata. Los ha habido muy buenos y los hay actualmente. Es
increíble ver como te hacen el tresillo con el pie. Hoy, un baterista es mas
considerado que un pianista. En Norteamérica, donde son muy buscados, le pagan
oro si es bueno. Hace poco, este pariente de Paletta que es comentarista de
deportes, Marino, dijo una macana por televisión y la metió muy bien. Dijo:
"... Como en aquel tiempo que ponían al baterista para que tirara los
palillos y llamara la atención, porque era el que defendía la orquesta",
es una razón muy grande. ¿Querés algo mas grande que El Gordo Lepere?. La Chicaguito estaba bien
defendida con El Gordo Lepéis y triunfó por el. El Gordo, como músico, tocaba
mal, pero el estaba al frente, te guiñaba el ojo y era Lepere. Aquí también
estaba Ferreyra, que pura llegar a ser un Ferreyra se necesitaban veinte
mantequitas.
NOTAS
1-Cfr. Rosario, 27.2.1955, y La Tribuna, 19.9.1970.
2 -José Luis Roncallo. Prestigioso pianista, y
contrabajista porteño de la
Guaní Vieja, que actuara junto a Rosendo Mendizábal y Alfredo
Bevilacqua. En" otros lugares donde se presentó —ya mencionados en la 2da.
parte, capítulo de esta obra—, lo hizo además en el Restaurante Americano,
situado en calle Cangallo frente a la Cortada de Carabelas, donde estrenó inolvidables
ginas como El porteñito y El choclo, tango este último que su autor, A Gregorio
Villoldo, le dedicó en la primera edición impresa. También le cupo honor de
estrenar El entrerriano, de Rosendo Mendizábal; Joaquina, de Bergamino, etc. En
ese entonces, la frase de moda del Buenos Aires nocturno, era: "Vamos al
Americano a oir los tangos de Roncallo" . . . En homenaje a dicho local,
compuso un tango que denominó, precisamente, El Americano. Roncallo, que había
nacido el 5 de octubre de 1875 en la parroquia de Monserrat, y que se iniciara
tocando el piano en la casa de la calle Lavalle 2177 regenteada por la que
fuera la famosa Mamita —llamada, en realidad, Concepción Amaya— llegó en el año
1904 a
Rosario contratado en carácter de maestro concertador de orquesta para una compañía
de zarzuelas. Aquí, el autor de tantos éxitos como Guido, Ni fósforo, Cuá—Cuá,
Paradas, etc., pasó al pentagrama el tango 9 de Julio, de José Luis Padula,
quien abonó a Roncallo dos pesos por su trabajo. Padula estrenó dicho tango,
que dio y sigue dando jugosos dividendos, en el Varíete Casino de esta ciudad,
con un trío formado por piano, violín y bandoneón. En 1926 dirigía un conjunto
clasico femenino en el Hotel Savoy. En 1929, acosado por una parálisis,
Roncallo abandonó toda actividad musical y vivió pobre y olvidado de muchos
autores a quienes el había consagrado. Pasó sus últimos 25 años postrado en el
lecho de su casa rosarina ubicada en Pasaje Central 1250 (Barrio Belgrano),
rodeado del afecto de los suyos. Falleció el 11 de junio de 1954. Cfr. La Tribuna, 11.6.1954;
Rosario, 12.6.1954; Noticias Gráficas y La Razón, 13.6.1954.
3-
La zapatería Casáis, ubicada en
calle San Martín 865, Rosario, cerró y remató el 24.2.1978.
4Fu—Man—Chu. Seudónimo que hizo famoso al
mago David Bamberg, n. en Inglaterra en 1904. Hijo de un mago holandés
—Theodore Bamberg— que causara sensación a principios de siglo disfrazado de
japonés —"Okito"—, y de Lilian Poole, bailarina exótica, David
Bamberg se inició junto a sus padres y mas tarde trabajó con Harry Houdini,
Howard Thurston y Maurice Raymond. En 1923 llegó a Buenos Aires y actuó, con el
seudónimo de "Syko", junto con Raymond. A mediados de 1929 comenzó a
usar el nombre que lo haría mun-dialmente famoso: Fu—Man—Chu, que en idioma
chino significa "Hombre de Suerte". Contratado en Uruguay, Chile,
Bolivia y España, intercaló exitosas temporadas en la Argentina durante 1931,
1937 y 1938, reeditando el suceso de sus presentaciones en una estadía mas
prolongada que abarcó de 1946
a 1952. Actuó en Rosario y otras ciudades del interior,
así como en La Habana
(Cuba), Caracas (Venezuela) y diversos países de América Central. Radicóse
definitivamente en nuestro país, donde falleció a los 70 años de edad, el 19 de
agosto de 1974.
Fuente; Extraído de Libro “El Rosario de Satanas” Autor Héctor Nicolás
Zinni. Tomo I Editorial Fundación Ross. 3ra. Edición 2000.