Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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viernes, 26 de febrero de 2021

"LA REPÚBLICA DEL SALADILLO"





El Saladillo es una verdadera República. Somos Nosotros no un invento gubernamental...

Por Walter Kuhry

Diario La Capital (24/10/17) 


República, Res pública,cosa pública, de todos. Por lo tanto casi nada que ver con la política, que sólo parece ser cosa de algunos. Pero sí tiene mucho que ver con el barrio, con la patria chica. El barrio es de las pocas realidades verdaderamente de todos, sin el manoseo de los contubernios políticos (ya no son partidos ni movimientos). El barrio es el ámbito de la democracia natural no reconocida por la democracia desnaturalizada. En el barrio convivimos, nos reconocemos, crecemos, nos vinculamos, tenemos nombres, tenemos amigos, testigos de nuestras vidas. Allí somos, somos barrio. Es nuestro lugar en el mundo. El Saladillo es una verdadera República. Somos nosotros, no un invento gubernamental. Identidad que es fruto de la alquimia de tiempo, personas, vivencias. Eso es la cultura, y es nuestra cultura. Una cultura artesanal, hecha a mano, a vida, a trabajo, a fe, a vínculos. Venite algún día a conocer el Saladillo. No es un lugar preparado para el turismo. No somos de los lugares que han preparado. Sólo somos nosotros, es el lugar que hicieron los abuelos, o bisabuelos, que heredamos y seguimos haciendo. Un barrio donde queremos vivir. Vení, que vas a conocer lo que es una República, una realidad de todos. Vas a conocer gente maravillosa. Vas a conocer muchos rincones hermosos de la ciudad: el arroyo, las casonas, la plaza, el Parque Sur, La Merced, y si te apurás, vas a conocer la cascada. Te aseguro, vale la pena.


jueves, 25 de febrero de 2021

PELE en Rosario


 

El 11 de febrero de 1966 Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pele, llega a la ciudad con su equipo Santos a disputar un partido contra Rosario Central. El partido finalizó con el triunfo de los brasileros por la mínima diferencia. En la foto aparece junto a Aldolfo Albergoli (el más alto a la derecha), cronista de espectáculos, teatros y cines del diario Crónica y de La Capital. La foto fue enviada por su padre Willy Albergoli a quien agradecemos por el valioso aporte de nuestro pasado.  

miércoles, 24 de febrero de 2021

TRIBUNALES PROVINCIALES

 





Ubicación: Av. Pellegrini, Moreno, Dorrego

y Montevideo

Autor: Carlos Navratil

Constructor: Candia y Cía

Fecha: 1948-1962


Cuando las actividades que se desarrollaban en el viejo edificio del palacio de Justicia y Tribunales, ubicado en calle Moreno y Córdoba, excedieron la capacidad del mismo, se gestó la idea de construir instalaciones apropiadas a la demanda existente. Por ello, en 1945, se dispuso realizar un nuevo edificio, el que recién se inauguró en 1962.

Es un cuerpo compacto de rigurosa simetría que ocupa toda la manzana. Sus fachadas se estructuraron por medio de la repetición sistemática del mismo módulo de aventanamiento. Cada una de las caras del prisma posee un ingreso, caracterizados por ser exactamente iguales entre sí: tienen una escalinata que antecede al portal conformado por columnas gigantes que enmarcan la entrada tras la cual se accede a un hall de doble altura, siendo el de calle Balcarce el de mayor envergadura. La imagen general se presenta como una unidad monótona donde los materiales, especialmente planos de mármol y granito, son expuestos pulidos y trozados, revistiendo todas las superficies de la volumetría.

El interior, organizado alrededor de un patio inaccesible, presenta amplias circulaciones que permiten recorrer fácilmente todo el conjunto. Este inmueble retoma, en otra escala, el aspecto planteado por sus vecinos, el Museo Castagnino y el Museo Histórico Provincial.

Fuente: guía Rosario

Fotos: 2019/2020

#Rosario #fotografia #arquitectura #fachada #edificio  #Tribunales

lunes, 22 de febrero de 2021

PLAZA DEL FORO – DR. VÉLEZ SARSFIELD

 



El 15 de Febrero de0 1967 el Instituto de Derecho de Rosario, en nota elevada al intendente municipal Luis Beltramo, sostuvo la iniciativa de trazar frente a los Tribudel nales Provinciales la "Plaza del Foro", en oportunidad de celebrarse el 50 aniversario del Colegio de Abogados. Este espacio verde recibe el nombre del Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield (autor del Código Civil de Argentina entre 1869 y 2015). Asimismo, en la esquina próxima a Bv. Oroño y Av. Pellegrini se ubica un busto-monolito de José Manuel Estrada: docente, político, escritor y eminente orador. Por palabras de Eduardo Ventura Flores: “Apóstol de la libertad argentina”.

Fuente: Anónima

viernes, 19 de febrero de 2021

LICEO AVELLANEDA

 





Córdoba 625 y su Historia: El edifico que hoy alberga a la Escuela de Enseñanza Media Particular Incorporada Nº 8004, fue declarado patrimonio de la ciudad en febrero de 2000. También funciona un EEMPA (Escuela de Enseñanza Media para Adultos), ambos dependientes del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. El 25 de abril de 1914, mediante un decreto del gobierno nacional fue autorizado como "Colegio Internacional y Liceo Avellaneda", y quedó incorporado hasta el tercer año del ciclo básico. Su primer lugar de asentamiento fue en la calle Laprida 1364. Hoy en ese solar se ubica el Colegio Cristo Rey. En el año 1920 fue ocupado durante algún tiempo por la Facultad de Ciencias Matemáticas, Fisicoquímicas y Naturales (UNL). Siguiendo con la historia del Liceo, en 1946, se sumaron los cuarto y quinto años. Cuando todavía no había sido autorizado estos dos últimos, se cursaban en el Colegio Nacional Nº 1 “Domino F. Sarmiento de calle 9 de julio 80. El edificio de calle Córdoba 625 fue en sus orígenes un hotel que se denominó “France et d’Angleterre” y tenía tres plantas. Había sido levantado por orden de Camilo Aldao (1822-1892), y tuvo sucesivos dueños. Disponía de 80 habitaciones, y la mayoría de éstas tenían comodidades dignas de destacar. Fue el primero en Rosario en contar agua caliente. También fue el primer edificio de tres pisos construido en la ciudad y fue inaugurado en enero de 1871 aunque habilitado como hotel cuatro años más tarde. Contaba con todas las comodidades necesarias para el visitante y fue el primer comercio en la ciudad en contar con línea telefónica que conectaba directamente con el Club Social a solo un mes de instalarse la primera línea de comunicación el 19 de agosto de 1882. Sus propietarios en 1902, fueron Herbert J. Shaw, Juan Romano, Alberto Goliste y el francés Pierre Romuald Bourgeois. Este hotel fue centro de reunión de los revolucionarios radicales que, en la madrugada del 30 de julio de 1893, se levantan en armas tomando la Jefatura de calle Buenos Aires y Córdoba (sitio donde está el Correo). El hotel contaba con un restaurante y una importante bodega de vinos importados. Los visitantes extranjeros lo elegían por su comodidad y atención. Entre 1912 y 1913 se lo conoce como “Hotel y Restaurante Europa”, con dos entradas: la tradicional por Córdoba 625 y otra por la calle 25 de diciembre (hoy Juan M. de Rosas) 864. También se lo llamó “The Grand Hotel” y por último “Hotel Internacional”. Después funcionó una gran tienda mayorista y depósito de mercaderías, de ahí una versión dice que existían túneles que conducían al puerto para el contrabando. A partir de la crisis de 1930, el edificio estaba cerrado y por orden municipal funcionaron aquí ollas populares. En la década de 1960 es cuando se demuele la tercera planta. Finalmente, lo ocupa el “Liceo Avellaneda”. En 1945, el doctor Terré vende al doctor Guzmán y esposa, quienes, a raíz de las secuelas de la segunda postguerra lo transfieren a una Sociedad de Responsabilidad Limitada, conformada por Enrique Santa Clara, Adolfo Lein, Manfredo Tognocchi, Rodolfo Ruggieri, Carlos De Giovannini, Juan Camponovo, José Mallia, Elena Romani, Enrique José López y Ernesto Virgolini (h), profesores del establecimiento. El 18 de abril de 1974, mediante escritura pública Nº 108, el “Instituto Adscripto Liceo Avellaneda Cooperativa Limitada” adquiere a los herederos de Camilo Aldao, el edificio que ya ocupaba y se había convertido en una cooperativa de trabajo dedicada a la enseñanza, la primera de su tipo en la provincia de Santa Fe. En una obra del pintor Salvador Zaino, denominada “Plaza Belgrano” que se encuentra en el Museo de Bellas Artes “Juan B. Castagnino” se puede observar, entre otras construcciones y plazas de la época, el mencionado edificio, que constaba de un piso más de los que tiene en la actualidad. Si se repara en algunas de las imágenes adjuntas se pueden observar dos balcones en el último piso, lo que da la idea que existía otra planta, que fue demolida. Se encuentra ubicado justo enfrente del Monumento Nacional a la Bandera. En el 2019 en la fachada del Liceo se instaló una señalética que erróneamente suministra datos no del todo correctos. Ya que la casa donde cosió el primer paño María Catalina Echevarría era la de sus padres y que en 1812 tenía su tienda Pedro Tuella (tutor de los hermanos Echevarría (María Catalina y Vicente Anastasio) de dónde sacó la tela para confeccionar la primera enseña patria. Tampoco estuvo exactamente en ese solar la casa referida. Asimismo, todavía no se había casado con Juan Manuel Vidal. Esta aclaración vale porque, aunque es muy buena la idea de instalar placas en lugares históricos, lo que se pretende es que los datos que suministre sean correctos. Este edificio forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Rosario y fue proyectado por Felipe Censi, arquitecto ticinés que dejará muchos edificios en la ciudad.

Fuente: Anónima


jueves, 18 de febrero de 2021

Alfredo Bunetta, boxeador argentino de peso pluma

 


10 DE FEBRERO DE 1933-Nace en la zona sur de Rosario Alfredo Bunetta, boxeador argentino de peso pluma, campeón de esta categoría en 1955 y 1959 y, a los 28 años, se retiró del boxeo. Su carisma y la inmensa popularidad adquirida en los memorables combates con Ricardo González (se enfrentaron siete veces), que colmaban el Luna Park, le dieron a Bunetta un lugar en la historia del boxeo argentino. u última pelea como profesional fue el 9 de junio de 1961: perdió por puntos en Rosario con José ‘Polenta’ Casas. El rosarino se retiró con un record profesional de 137 peleas. Ganó 94 (46 nocauts), perdió 21 y empató 22. Falleció el 24 de julio de 2004.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Alfredo_Bunetta

http://www.laprensa.com.ar/271313-Bunetta-radiografia-de-un-gladiador.note.aspx

https://www.elciudadanoweb.com/el-pugil-feliz-alfredo-bunetta-un-grande-de-verdad/


miércoles, 17 de febrero de 2021

GONZALEZ CON TODAS LAS LUCES

 

Por Andrés Bossio



Motivo de gran orgullo fue para los dirigentes centralistas la instalación del nuevo sistema de iluminación en el viejo estadio de Arroyito, inaugurado con bombos y platillos el 21 de enero de 1966.


Por diversas circunstancias, fue aquella una jornada inolvidable. Veamos; la iluminación era fantástica, como nunca se había visto en una cancha argentina. Jugó esa noche Rapid de Viena, un equipo de gran prestigio y trayectoria en el fútbol europeo, lo que constituía una gran novedad para los rosarinos.

Ese día debutaba en Central un director técnico con los pergaminos más importantes que se podía presentar: él de haber conducido a la victoria a los jugadores de Independiente, en épicos partidos por la Copa Libertadores de América.

De todos aquello quedó muy poco para la historia centralista porque la iluminación quedó superada con la construcción del Gigante; el triunfo ante el Rapid por 3 a 1 sólo es estadística y Manuel Giúdice- el técnico triunfante de aquellas horas- fue un técnico sin trabajo poco tiempo después.

Pero algo quedó de aquella noche. Algo grande. Sin lustrosos pergaminos, silencioso y parco había llegado desde Montevideo Jorge José González. Que jugó esa noche, por primera vez, con la casaca de Central. Esa noche y quinientas veces más, González lució la auriazul sobre su pecho. Fue el profesional que más veces la usó con todas las luces de su talento encendidas, como las de la vieja cancha de aquel 21 de enero de 1965 cuando el “ Negro” González llegó y se quedó para siempre.


Fuente: Extraído de la Colección de Historia Rosario Central. Autor Andrés Bossio

lunes, 15 de febrero de 2021

JORGE JOSE GONZALEZ

 




Por Andrés Bossio


A fines de 1965 el morocho marcador de punta (por entonces N° 3) del club Rácing de Montevideo, Jorge José González, recibió 1 a noticia que podía llegar a cambiarle totalmente su vida: estaba a punto de ser transferido a Peña-rol, el sueño grande de todo futbolista oriental. Extrañamente, unos pocos días después recibió la confirmación de su pase pero no a Peñarol, sino a Rosario Central. Alguna vez nos confesó González que el cambio inesperado de su destino profesional le provocó una fuerte depresión anímica; pero no protestó, no dijo. nada. Era —es— demasiado humilde y muy consciente de sus responsabilidades y no quiso discutir la decisión de su club de origen, por el cual guardaba un permanente reconocimiento. Silenciosamente hizo las valijas, llegó a nuestra ciudad y un par de semanas más tarde —exactamente el 17 de enero de 1967— debutaba marcando la punta derecha del ataque del Rápid de Viena, en encuentro amistoso jugado en la vieja cancha centralista. Por espacio de más de una década, Jorge José González (nacido el 27 de junio de 1944 en la capital uruguaya), fue símbolo y ejemplo de algo que apuntamos en el inicio de estas entregas: la total identificación de futbolistas provenientes de otros medios con el club, con su hinchada, con su camiseta. El "Negro" González fue —de todos los futbolistas que conocimos en los últimos tiempos a los que podríamos denominar "foráneos"— uno de los que más se adentró en el corazón centralista. Y la masa centralista no entrega su cariño así nomás, exige correspondencia; sacrificio, fervor, coraje, hombría, cuando de defender la casa auriazul se trata. González le dio eso y mucho más. Por eso fue —tal vez sin el brillo rutilante de las grandes estrellas que pasaron por el club— ídolo de la hinchada centralista y se ganó, por mérito propio, el legitimo derecho a figurar en esta galería.

Los primeros relumbrones de la fama comenzaron a acariciarlo a partir de sus épicos duelos con el por entonces más destacado puntero derecho del fútbol local: su connacional Luis Cubillas, a quien González "borró" prácticamente de la cancha en sucesivos enfrentamientos. Eran épocas de Giudice, después vendrían Ignomirielo y Sivori, más tarde Zoff, Labruna, Griguol, etc., para todos los cuales destinaba invariablemente algún reconocimiento. Ubicado definitivamente en el otro extremo de la línea de cuatro —marcando al puntero izquierdo contrario—González se afianzó definitivamente aplicando la premisa fundamental que signó su carrera: anular primero, convertirse en salida eficaz después.

Mucho antes de eso el ya afamado defensor oriental se había tuteado seguido con los éxitos deportivos. En 1964 representó a Uruguay en el Campeonato Sudamericano Juvenil y en las Olimpiadas realizadas en Japón. Un año después, ya titular inamovible en la primera del Rácing montevideano, sus méritos lo llevan a la selección superior celeste donde debuta con suceso en un partido ante la Unión Soviética, reemplazando a otro grande de la vecina orilla: Ricardo Elbio Pavoni.

Ese destino triunfador de González —que nunca alteró su natural modestia— lo encontró firme en su puesto de No 4 en algunos pasajes poco gratos del fútbol centralista, ocasiones en que su tenacidad, amor propio y deseos de superación fueron ejemplo y modelo que sus compañeros aprendieron a imitar y la hinchada a valorar. Naturalmente que también fue uno de los abanderados de aquellas memorables jornadas centralistas que se iniciaron una noche agobiante de diciembre en cancha de River, cuando un árbitro timorato y cómplice ayudó a la consagración de Boca en el torneo nacional, relegando al mejor de los dos equipos de ese campeonato —Rosario Central— al segundo puesto. Pero bien pronto vendría la posibilidad de la revancha y González fue campeón en 1971. y "cómplice" de aquel gol histórico de Aldo Pedro Poy (también en cancha de River), que dejó en el camino a Newell's OId Boys y le abrió el camino al primer campeonato. También paseó con dignidad y su acostumbrada eficacia su fútbol simple y rendidor, por las ranchas de América a través de la participación centralista en la Copa Libertadores y alcanzó el bicampeonato al participar del titulo que Central logra otra vez en el Nacional de 1973.

Muchos años más González siguió dictando cátedra de fútbol con la camiseta N 4 de Rosario Central, agrandando recíprocamente el afecto que ambos (club y jugador) fueron elaborando desde aquellos primeros días de 1967 cuando llegó a nuestra ciudad silencioso, desconocido y. dispuesto a triunfar. Cuando alguien le recuerda a González sus relevantes condiciones de jugador y sus fundamentales aportes a los logros centralistas encontrará. invariablemente la -misma respuesta: una extensa y completa nómina de compañeros de cada época, a cada uno de los cuales este ejemplar futbolista profesional atribuía los méritos de su propio lucimiento. La prodigalidad de Aimar, la inteligencia dé Poy, los cruces perfectos de Pascutini .0 la seguridad de Biasuto, fueron siempre la "excusa" de González para justificar su prolongada y siempre pareja eficacia. Fue un gran jugador y es —fundamentalmente— un hombre de bien. La hinchada centralista lo sabe, lo celebra y lo recuerda preferentemente en la enorme galería de figuras que dejaron su sello en Rosario Central.




Fuente: Extraído de la Colección de Historia Rosario Central. Autor Andrés Bossio

sábado, 13 de febrero de 2021

JORGE JOSE GONZALEZ

 




Nadie defendió la camiseta auriazul tanta veces corno él. Llegó desde Uruguay para
meterse en el alma del pueblo canalla. Para siempre.




Nombre y Apellido: José Jorge Gonzalez

Nació: 27/6/1945 en Montevideo (Uruguay).

Jugó: 521 partidos entre 1966 y 1978.

Goles: 10.

Títulos: 2 (Nacional 71 y Nacional 73).


El Negro vino en 1966 desde Racing de Montevideo, recomendado por el entrenador-y exjugador centralista- Rubén Bravo. Apenas llegó se convirtió en titular y no se alejó del puesto de marcador de punta derecho durante doce temporadas. Bili -como también lo llamaban-, fue clave en los títulos del 71 y el 73. El 19 de diciembre de 1971 envió el centro para que Poy marcara él legendario gol de palomita ante Newell's en la semifinal del Nacional. Su extensa campaña por la banda derecha también se lució en la Copa Libertadores en 1971,1972,1974 y 1975, donde el Canalla llegó a las semifinales. Su meritoria carrera, por rendimiento y por conducta, se extendió en Rosario hasta 1978, cuando pasó a Vélez. Se iba estableciendo un récord: es el jugador que más veces defendió la casaca auriazul. Es también el futbolista de Central que jugó más clásicos: 37. Después, en 1981 pasó a Gimnasia, afirmándose como el extranjero con más partidos en la Argentina.

Falleció en Montevideo, en 1991.


Fuente: Extraído de la Revista “ El grafico”Libro de colección / Edición N° 35 / Febrero de 2012

viernes, 12 de febrero de 2021

POR CUATRO DIAS LOCOS – CARNAVALES EN ROSARIO










Con gran éxito de público se iniciaron los corsos del año 1967, en tiempos que, al decir de La Capital "la ciudad vivía la alegría del carnaval". Una bulliciosa multitud asistió al corso municipal de bulevar Seguí, inaugurado por el intendente Luis Beltramo, al concurso de máscaras de la Sociedad Rural y a los bailes organizados por diversos clubes, y vecinales. En dos días el Club Provincial reunió a 31.825 personas; Gimnasia y Esgrima 25.494; Rosario Central 14.700; Unión y Progreso 7.500 y Newell's Old Boys, 6906. Las dos primeras de las instituciones obtuvieron recaudaciones récord a nivel nacional. También se realizaron reuniones en otros clubes: Central Córdoba, Temperley, Náutico Sportivo Avellaneda, Italiano, Regatas, Servando Bayo, Unión y Progreso, CAOVA, Libertad, Unión Argentina, Río Negro, Leña y Leña, Morning Star, Saladillo, Tiro Suizo, entre otros. Se destacaron numerosos artistas nacionales como, por ejemplo: Osvaldo Pugliese, Walter Gómez y sus Globertrotters, Chico Novarro, Palito Ortega, Juan D´arienzo, Julio Sosa, Varela Varelita, Sandro, Los 5 Latinos, Leonardo Favio, Sergio Denis, y Yaco Monti, entre otros. Conjuntos musicales: Industria Nacional, Los Iracundos, Alma y Vida, Pintura Fresca, Fedra y Maximiliano, Carlos Bisso y su Conexión Nº 5, Pomada, Los Náufragos, La Joven Guardia, Juan y Juan, Bárbara y Dick y más. Entre los números musicales del orden internacional, actuaron: Roberto Carlos, Altemar Dutra, Pedrito Rico, Joan Manuel Serrat (con el nombre de Juan Manuel Serrano), los franceses Sachá Distel, Silvie Vartan, Johnny Holliday, y el francés Hervé Vilard. También llegaron los hispanos Camilo Sesto y Raphael.  En la década de los 60 se veía por televisión una serie estadounidense de gran éxito en nuestro país, “Ruta 66”, con la actuación de Martin Milner y George Maharis, éste último estuvo en Rosario como cantante, suscitando una expectativa notable como su rotundo fracaso. 

También actuaron la brasileña Yuyú Da Silva, Leo Bélico, Tito Rodríguez, Los Plateros, Los Panchos, el catalán Xavier Cugat con una impresionante orquesta y como cantante y bailarina su bella esposa Abbe Lane. El grupo de rock inglés The Tremeloes, que se destacaba por tener entre sus instrumentos un violín. También obtuvieron un resonado éxito Tom Jones y Paul Anka. Ya desde 1961, la Municipalidad de Rosario se encargó de la organización de los Carnavales con el objetivo de atraer al Turismo. En este año se realizó el “Primer Carnaval Internacional de Rosario”, siendo su impulsor el intendente doctor Luis Cándido Carballo. La reglamentación dispuesta por la provincia fue modificada sustancialmente, permitiéndose todo lo prohibido, pero dentro de los límites del Corso Oficial, siempre y cuando no se ofendiera la moral pública ni las instituciones antes mencionadas. Se denominó “Internacional” porque se habían invitado a todas las Colectividades residentes en nuestra ciudad. El lugar fue el Parque de la Independencia. Se preparó una ornamentación inédita para la ciudad. En la puerta de acceso se colocó el Dios Momo de 16 metros de altura. Se convirtió al Laguito en un imaginario “canal” de la ciudad de Venecia, con góndolas y embarcaciones de la época, adornándose también a los puentes. En la recordada Montañita se instalaron cantinas de las distintas Colectividades. Los mozos lucían trajes alusivos y había música y danzas típicas. Se recreó una pirámide incaica. Era tal la cantidad de serpentinas y papel picado, que a veces los tractores que tiraban las carrozas parecían como que se trasladaban en el aire y las cadenas estaban envueltas por las serpentinas y papel picado ofreciendo un espectáculo sorprendente y multicolor. Se repartían gratuitamente serpentinas, papel picado y matracas. También se realizaba la elección de la Reina del Carnaval. El último día era coronada por el intendente Carballo acompañado por todo el Ejecutivo Municipal. En los distintos clubes se organizaban espacios reservados para distintos estilos musicales: tango, jazz, música brasileña, española, (el lugar se denominaba “colmao”) y también había un espacio para el folklore. Este tipo de corsos y carnavales se desarrollaron prácticamente durante década y media, con grandes inversiones por parte de los clubes y la intendencia. Tres bombas de estruendo daban el toque final a la fiesta popular cada noche, para luego continuar con los bailes de carnaval en los respectivos clubes. Podría sostenerse, sin temor a exagerar, que la llama del ritual fue extinguiéndose paulatinamente. El Carnaval, su esencia, se pierde en el pasado. Como muchas otras cosas, el carnaval sólo vive en la memoria de aquellos que lo conocieron. Quizás, cuando la memoria y el deseo popular vuelvan a cruzar sus intenciones, se reediten aquellos entrañables días locos

Fuente: Anónima

jueves, 11 de febrero de 2021

Festejos del Carnaval

 



Rosario tuvo su época de esplendor, en lo referente a festejos del carnaval, a fines de la década del 50 y principios de los años 60, donde la intendencia de Luis Cándido Carballo otorgó brillo a la fiesta carnevalesca.

Aquellos que fueron testigo no podrán olvidar jamás lo que representaban esos días para las familias rosarinas.

Desfiles de carrozas, a cual más bella, niños disfrazados (mascaritas) que esperaban ansiosamente el momento de salir de sus casas, las niñas engalanadas con sus trajes de dama antigua o bailarina clásica. Los varones, que no se quedaban atrás, lucían graciosamente sus atuendos de cowboys o bailarines flamencos. Y luego, los concursos para elegir a la mejor mascarita, la mejor carroza, la mejor comparsa o murga.

La ciudad se engalanaba en el circuito del Parque Independencia.

Gran notoriedad tuvo a lo largo de muchos años, un personaje de baja estatura y grandes bigotes. Su nombre, Alfonso Alonso Aragon, (el poeta Aragon) que año a año era cruelmente coronado como Rey del Carnaval o REY MOMO.




Los vecinos de cada barrio organizaban las famosas "baldeadas", generalmente en la hora de la siesta, donde se arrojaban baldes con agua, aprovechando el calor veraniego y en algunos casos hasta cortaban las calles .

En los años 70 el furor se traslada a los clubes. Los grandes y los barriales vieron pasar por sus escenarios los cantantes más famosos de la época. Nacionales o extranjeros, para delirio y delicia de los rosarinos.

En el año 1.976 los festejos de los carnavales fueron suspendidos mediante decreto del gobierno de turno. Años más tarde se intentó recuperar, pero la llama del ritual se fue extinguiendo poco a poco. 

Hoy en día se festeja en la ciudad con el esfuerzo conjunto entre vecinos de todos los distritos y la Municipalidad. Con murgas y comparsas que, de alguna, manera traen reminiscencias de aquella época de máximo esplendor. 

Fuentes consultadas :Rosario.gov.ar

Fotos:Rosariosalero

Foto propia Diario Democracia

miércoles, 10 de febrero de 2021

Aldo Pedro, el jugador hincha *

 




-Aldo, he descubierto que te amoAldo Pedro cesó de untarse sus melancólicos bigotes con bálsamo Sloan y miró a lo lejos, como pensando.-Ahora todos me quieren -musitó, ausente, mientras sorbía un sobrio trago de aceite verde. -No, no -insistió aquella voluptuosa mujer, yo siempre te he querido, siempre. Aldo Pedro echó hacia atrás la pluma que ornaba su sombrero de ala ancha y sacudió su melena de novio en el recuerdo. Rememoraba, tal vez, los insultos, rememoraba, quizás, las amenazas, las ofensas. No es cierto -silabeó nuevamente. -Siempre, siempre -porfió la mujer, retorciendo con desesperación su ceñida blusa azul y oro-; yo nunca te protesté, ni te odié, ni pedí a Dios que te agarrara un cáncer, ni pedí a los rivales que te quebraran en cuatro, ni prometí no volver a la cancha hasta que te echaran a patadas del club, ni me amargué porque no te hiciste mierda con el auto en el bulevar Rondó... Aldo Pedro entrecerró sus pequeños ojos tornasolados, avezados en la búsqueda del intersticio esquivo, baqueanos en medir la distancia milimétrica del pase a Ramoncito, aguzador en la pesquisa constante de localizar espacios vacíos, o bien en detectar al Chango Gramajo, hábilmente oculto tras sus marcadores. -Mentira, vos me odiabas, me odiabas como todos... -No, no... te juro... nadie te odiaba, eran unos pocos apátridas, eran infiltrados en la hinchada, todos te quisimos siempre, te amamos siempre...Aldo Pedro acomodó su capa, su espada cantora y pareció escuchar. De lejos llegaba un coro celestial de querubines entonando el Opus 9, tocatta y fuga "Gol del Aldo". Recordaba, quizás, aquel remoto equipo de tercera, el de Pignani, el de Palma, y tantos otros que habían sido devorados por el túnel del tiempo, o de los vestuarios. -Mentira... todos me odiaban... No digas eso, Aldo. La mujer entrelazó sus dedos expertos en lanzar confetti, globos, preservativos inflados y rompeportones, en los revueltos cabellos del Aldo. Sobre aquella cabeza legendaria, sobre ese endemoniado rulo izquierdo que volara un día, certero y cruel como un águila vengadora, hacia una pelota rauda, coqueta, ese endemoniado parietal izquierdo que golpeara el fútbol disparado desde la derecha y lo pusiera lejos, inesperado y seco, de la mano inmóvil de Fenoy, del griterío canalla del Monumental. -Es que has recorrido un largo camino muchacho -aventuró aquella mujer-; has cambiado mucho, ahora juegas para todos, corres, te prodigas... Aldo Pedro meneó apenas la cabeza. Recordaba, quizás, cuando don Miguel lo mandaba al muere, a buscar contra los laterales los pelotazos de los volantes, a dominar la pelota de alto, de espaldas al arco, con los dos marcadores centrales que le reventaban los riñones a rodillazos, que lo amasijaban contra la raya, cuando debía evitar el anticipo, dominar el fútbol y esperar que Gennoni no se estrellara contra un palo picando en diagonal hacia el centro, o el Oreja no le pidiera la pelota entre una manifestación de defensores; cuando después de todo eso, hecha la pausa que refresca, metido el toque justo, debía salir picando hacia el arco, hacia el gol, porque él era el número nueve, porque llevaba el número nueve en la espalda como una condena y los números nueve deben estar ahí, adelante carajo, que así jugaban Cagnotti, Potro, Guzmán, y no como este malnacido de Poy, que ojalá le dé un síncope en el medio de la cancha; cuando lo odiaban... -Mentira... -el último romántico se ajustó con morosa lentitud el suspensor-. Yo sé que ahora vendrán caras extrañas. Yo siempre me brindé, nunca pudieron decir de mí, como de otros talentosos, que jugaba cuando quería, ni que era cagón, ni que no quería la camiseta; sin embargo me odiaban, salvo un pequeño grupo al que miraban como descastados, como leprosos... no... como leprosos no, como apestados. -No es cierto, no es cierto -la mujer sollozaba doblada sobre el bombo-, eres amado, eres el gran ídolo viviente de Rosario, eres hermoso, no morirás nunca, y cuando mueras, en los partidos contra Ñul te sacaremos como al Cid, embalsamado, con la azul y oro, para que tiemblen las huestes del Parque... Aldo Pedro volvió a mirar hacia el horizonte, apartó con deliberado cariño a la mujer y sonrió apenas. El vaivén de su melena en los hombros eran las palmadas de un viejo amigo. Miró hacia ambos lados, como esperando el anticipo, y finalmente picó raudo. El centro podía llegar en cualquier momento.


Roberto Fontanarrosa


* Se puede ver en video  en You Tube,  Aldo Pedro, el jugador hincha con la voz de Locutor Quique Pesoa

martes, 9 de febrero de 2021

Aldo Pedro Poy

 





Entrevista a una de las glorias de Rosario Central, admirado por su juego y calidad de persona.




Por Oreste Francisco Cirimele




¿Dónde y cuándo naciste?

Nací en Rosario el 14 de septiembre de 1945 a 3 cuadras de la cancha de Central en una casa materna.




¿Qué recuerdo tenés de tus padres?

De mis padres tengo el mejor de los recuerdos. Mi papá fue muy importante y fue una gran ayudá, ya que me acompañó siempre a jugar al baby de muy chico hasta que terminé mi carrera. El me bancó en muchas cosas, por ejemplo, cuando terminé la escuela secundaria y tuve que elegir entre estudiar o jugar al fútbol y elegí el futbol y creo que elegí bien porque fueron los mejores años de mi vida los que pasé dentro del deporte.--




¿Y de tu escuela primaria y secundaria?

Yo iba a la escuela de Arroyito, a dos cuadras de -mi casa, la escuela se llamaba José Manuel Estrada y tengo muchos recuerdos y especialmente de mis amigos de mi infancia que jugábamos. desde muy chiquitos en el parque Alem. Era estudiar y después salir a jugar a la calle. Nos pasábamos 5 o 6 horas fuera de la casa jugando. Tuve una infancia hermosísima donde abundaban todo tipo de juegos inventados pasando de pequeños autitos a jugar al fútbol.




¿Como fue tu ingreso a Rosario Central? ¿Quién fue la persona que te llevó?

Yo jugaba en los baby's por todo Rosario y siempre me querían llevar pero mi familia decía que yo era muy chico hasta que un día un amigo mío se fue a probar y lo acompañé, hice una práctica y al poco tiempo me ficharon para el club.




¿En qué división empezaste a jugar en Central?

Tuve mucha suerte porque comencé con 16 años de edad a jugar en cuarta, en ese primer año salimos campeones luego también campeones en la cuarta especial y en el año 1964 salimos campeones en tercera ganándole a Estudiantes de la Plata. En ese torneo tenía un gran equipo al punto que 8 o 9 jugadores de esos salieron campeones del mundo unos años después. Nuestro equipo formaba en ese entonces: Carnevali, Pascuttini y Ainsa; Hipólito, Muñiz y Raimondo; Cello, Pignani, Poy, Palma Y Giribet.




¿Cuándo debutaste en primera?

Yo debuté en la primera de central el año siguiente a los 19 años y también jugué algunos partidos en la reserva ese año y ahí fue cuando salimos campeones, la primera reserva campeona y ese título lo ganamos en la cancha de Newell's.




¿Cuál era el director técnico de esa reserva?

El DT era José Casullo.




Contame algo de tu primer partido en primera

Fue contra Huracán en Buenos Aires, jugando en un puesto que no era el mío, de puntero derecho, ese día ganamos 3 a 1 con 2 goles de Manfredi uno de Borgogno de cabeza.

¿Era muy difícil ganar en Buenos Aires en esa época?.

Si muy difícil, si traíamos un punto estábamos muy contentos porque antes no había televisión y los árbitros eran diferentes a los de ahora. En estos tiempos la televisión le da más posibilidades a los equipós más chicos porque lo árbitros no se equivocan tanto porque ahora quedan mucho más expuestos que antes.




¿Jugaste en la Selección Argentina?

Sí, yo jugué en la llamada "Selección Fantasma", en la que hicimos las aclimataciones en Cuzco a 4000 metros de altura para enfrentar después a Bolivia a la que hacía 20 años nuestra selección no le ganaba, y fue por 1. a 0. Después fui al mundial de Alemania de 1974 pero no jugué.




¿Cómo ves el fútbol hoy en día?

Lo veo muy parejo, se corre mucho, se presiona mucho pero se perdió un poco la calidad de juego, ya que, el juego se hizo mucho más veloz.




¿Tenés relación con compañeros de tu época de jugador?

Si, algunas veces nos juntamos con alguno de ellos.




Hablando de la famosa recreación de la "palomita"¿-Dónde será próximamente?

Casualmente en pocos días nos estamos yendo a Miami a hacerla, ya recorrimos-varios países con este festejo entre ellos Chile, Uruguay, España, Cuba y nuestro país, entre otros lugares.




¿Quién organiza este festejo?

Esta todo organizado por un grupo de hinchas de Central que se ocupan de todo, ahora nos toca Miami y esto nos va a servir para poder hacer algún tipo de intercambio turístico o de otro tema con la ciudad de Rosario.




¿Qué jugadores de Central recordás?

Muchos. Este club ha tenido grandes jugadores por ejemplo antes de mi puede ser el "Gitano" Juárez, Oscar Massei, Federico Vairo y Humberto Rosa, entre otros grandes, y ya pensandoen mi época Mario Kempes, el "Cocó" Pascuttini, el uruguayo González y los hermanos Killer.




La gente de Central ¿te conoce más por Aldo que por tu apellido?

Sí, soy más conocido por Aldo o por "El Aldo" que por Poy. Yo soy un agradecido a la gente de Central porque me dan mucho más de lo que yo les he dado y lo que más me sorprende de la gente que me saluda hay muchísima gente joven menor a 40 años que ni siquiera me vio jugar y me saludan y me piden fotos y eso es una satisfacción muy grande.




¿Tuviste chances de irte?

Si, muchas y no me fui porque en la ciudad tenía todo, estaba en un gran club que todos los años peleaba campeonatos y el cambiar de club por cambiar no me convencía. Hay una frase de Lalo de los Santos que sintetizo todo: "Aldo eligió entre vivir bien y vivir mejor y eligió vivir bien"..




¿Qué presidentes te tocaron?

En mi época como jugador fueron tres. El primero fue Federico Flynn, me toco pocos años, lo conocí muy poco pero fue un gran administrador y un gran presidente. .

Después don Adolfo Boerio que fue un gran presidente que hizo un cambio e intentó llevar al futbol a un plano más importante comprando algunos jugadores de relevancia y cambiando los sistemas de trabajos.

Y el último fue el escribano ,,Víctor Vesco que fue una gran etapa, en la cual, estuvo muchísimos años y donde se ganaron gran cantidad de títulos.




¿Qué opinión te merece la frase "Rosario Central es la institución más grande y poderosa del interior del país"?

Es verdad que es así, posee un patrimonio extraordinario como la Ciudad Deportiva que es un lugar excelente para la fdrmación de jugadores con una pensión muy linda y otro lugar hermoso es Arroyo Seco 'donde hay un hotel muy bueno,' un estadio con capacidad para 10.000 personas, muy lindos vestuarios, ahora muy lindas canchas y muchas hectáreas más para hacer más.

En este país no hay muchos clubes que cuenten con un lugar como este y menos con 2 o tres lugares como los tiene Central.




¿Vos sabes que ha quedado en la historia grande de Central?

Si, y por eso estoy muy agradecido al club que me dio la posibilidad, a los colores y a la gente por todo el afecto que me brinda día a día.




*Agradecemos la colaboración de Juan Ignacio D'Alessandro.




"LA PALOMITA"

LA FAMOSA "PALOMITA" De POY HA TENIDO UNA GRAN DIFUSIÓN INTERNACIONAL EN LA CONSULTADA PÁGINA WIK1P1D1A SE RELATA: "EL 19 DE 'DICIEMBRE DE 1971 POY JUGÓ LA RECORDADA FINAL DEL TORNEO DE AFA EN EL MONUMENTAL DE NÚÑEZ, EN BUENOS AIRES, DONDE SU EQUIPO, ROSARIO CENTRAL SE ENFRENTÓ A NEWELL'S OLD BOYS. AMBOS EQUIPOS SE ENFRENTABAN EN UNA INSTANCIA DECISIVA EN LA ERA PROFESIONAL EN 1939. PROMEDIABA EL SEGUNDO TIEMPO DEL ENCUENTRO CUANDO EL LATERAL DERECHO URUGUAYO CENTRALISTA, JORGE JOSÉ GONZÁLEZ, ENVIÓ UN POTENTE CENTRO DESDE LA DERECHA POY SE SAMBULLÓ EN PALOMITA GANÁNDOLE AL DEFENSOR ROJINEGRO DE RIENZO, E IMPACTÓ EL BALÓN CON EL FRENTE DE SU CABEZA PARA VENCER A FENOY Y MARCAR EL 1 A 0 FINAL".





Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” Fascículo N.º 125 de Diciembre 2013


lunes, 8 de febrero de 2021

Aldo Pedro Poy (El dueño del gol inmortal»

 



Por Javier Armentano- Roberto Caferra





Una isla, un refugio, un sueño canalla




Aldo Pedro Poy Canalla, Uno de los mayores ídolos de la hinchada auriazul. Autor del gol más festejado del fútbol mundial. Prócer de OCAL. Todos los años se lleva consigo el cariño de los guerreros que lo llevan en andas reviviendo su gesta interminable. Gracias a ese gol Central accede a la final, descalifica a NOS y sale Campeón por primera vez en la historia. Algo más?




Las manos no soportan el dolor provocado por las llagas. Y esa red que baja para saciar la sed de alimento. Pescados grandes, gordos, deliciosos, que puedan comerse y si el buche está lleno venderlo al mejor precio del mercado.

Aldo cree que sus manos pueden reventar en cualquier momento. La belleza del amanecer amortigua el malestar. La brisa es suave. Y mientras suda con su amigo Pancho, pescador desde siempre, intenta detener la ansiedad y la angustia de estar escapando.

«Guarda, Pancho, mirá que está por pasar un barco», grita Aldo. Y el pescador que maneja la canoa con la misma clase con la que Poy sacudía redes ajenas.

Huidizo, temeroso y esencialmente convencido, Aldo Pedro, en ese entonces con 24 años, decidió pasar algunos días lejos de su casa para enfriar el interés de Los Andes que, con Ángel Zof como técnico, intentaba negociar la compra de su pase.

Y se refugió en al isla. En una precaria choza de pescadores. Rodeados de amigos que lo hicieron laburar de lo lindo.

«No aflojés goleador, no afiojés, tiró la red dale que se escapan los peces», pedía Pancho.

La amistad entre ambos llevaba ya varios años. El padre de Aldo, un coleccionista de aves vivas, solía cazar en el Parque Alem, en la entonces agreste costa rosarina y con la ayuda de Pancho se cruzaban a la isla y pasaba tardes enteras detrás de esos ansiados cardenales de copete rojo y el plumaje blanco, con manchas negras.

Y allí el jovencito Poy, sin los bigotes tan característicos, conoció un mundo escondido. Aquel que lindaba junto al cauce del Paraná. Pura estirpe de un litoral lleno de misterios.

«Pancho nos llevaba a la isla. Nos hicimos amigos. Era un tipo bárbaro, muy laburante», recuerda hoy Poy.


-Señora ¿está Aldo?-preguntó un hombre circunspecto a la madre del jugador callaya

.De parte de quién?-respondió la mujer. -

-Digalé de parte de Palacios, presidente del club Los Andes. Dígale también que está Ángel Tulio Zof, el técnico del club. -Un momentito, ya vengo.

-No, señor, mi hijo no está- sacudió la señora, ocultando a su hijo detrás de la mesa de la cocina.

«No me quería ir de Central. En 1970 había un interés de Los Andes en comprar mi pase. El técnico de ellos era don Ángel (Zof) y estaba armando un equipo muy bueno. Estaban Oberti, Ginarte, Vagraca... Yo sabía de ese interés. El presidente del club vino varias veces a mi ca sa con don Ángel y yo no los atendía. N quería ni sentarme a charlar con ellos. Yo no me quería ir de Central. Y menos a Los Andes.

Los directivos del club me querían vender y eso era difícil de manejar. Así que me escondí en la isla», dice Aldo.

En el amanecer del miércoles 18 de marzo de 1970, el joven Poy optó por alejarse de ámbitos conocidos. Se levantó temprano y le golpeó la puerta al ranchito de su amigo Pancho, ahí pegado a la orilla del río frente al Parque Alem.

No quería jugar en Los Andes.

No quería irse de Central. «Ni por toda la plato del mundo», le dijo al capitán del equipo canalla Aurelio José Pascuttini.

«Pancho, llevame con vos a la isla. Por favor, aguan turne ahí un par de días», pidió Poy.

Y Pancho ni siquiera preguntó por qué.

«Me acuerdo que la presión de Los Andes para llevarme era cada vez más fuerte. El campeonato estaba apunto de empezar y don Ángel estaba obsesionado conmigo.

Así que yo decidí irme de casa.

No aguantaba más.

Me fui solo, con ]opuesto, sin un mango porque sabía que con 24 años todavía tenía qué hacer por Central», afirma el goleador canalla.

En la isla, Aldo ayudaba a pescar a sus amigos. Los apoyaba para tirar la red y recogerla después. Salían sábalos, bogas, dorados. «Ya la noche nos hacíamos una panzada», recuerda. «Descansé mucho. Y allá estaba incomunicado, los únicos que sabían donde estaba eran mis viejos.  *

Falté a los entrenamientos durante un par de días.

Los directivos no me dijeron nada. No estaban muy preocupados porque no era una transferencia importante», agrega Poy.

Pancho lo cruzó el sábado a la mañana. Aldo volvió a su casa, armó el bolso, hizo un par de llamados y viajó junto al plantel canalla a Buenos Aires.

Se hospedó en una habitación del Hotel Continental junto a Hijitus Gómez y esperó el paso de las horas.

-Dónde mierda te metiste?, le espetó Ángel Landucci.

-Nada, me fui a la isla, para que no me rompan las pelotas con la transferencia, dijo Poy.

-Aldo, abajo lo esperan el presidente de Los Andes y don Ángel- le dijo Sívori, en ese entonces técnico de Central.

-Uff, ahí bajo...

«Durante esa charla le pedí un montón de plata para espantarlos y el directivó, que era un chanta y no le pagaba a nadie, me decía todo que sí.

Hasta que en un momento de la discusión aparecen Vesco con Rodenas y me preguntan si quería o no irme a Los Andes. Yo le dije que no. Y ahí nomás desarmaron el encuentro», dice Poy a la distancia.

Imaginemos que hubiese pasado si Aldo se hubiera ido. «La historia de Central y de muchos de nosotros hubiese sido otra», dijo el goleador.

Hoy mirada de lejos, la historia de Aldo y su refugio en la isla, logró potenciarse con los años. Aunque fueron sólo tres días y dos noches el mito popular habla de semanas enteras, casi un mes.

Los Andes terminó último ese campeonato. Don Ángel dejó el equipo enojado con el presidente Palacios a mitad del torneo y asumió en Central en la fecha decimoquinta reemplazado a Sívori

Poy se estaba preparado para volar.

Hizo en total 63 goles.

Se inmortalizó 19 de diciembre de 1971. Cuando dejó el nido y voló festivo.

Hacia un gol que no parará nunca de gritarse.



•ÑuIs es Banfield

En 1976 se jugaba con Ñuls.

Poy dirigía la tercera y recibía de los plateistas leprosos un montón de proyectiles. Él no era provocador fuera de la cancha pero sí dentro. Los enloquecía. Los volvía locos.

Le preguntan a Poy:

-¿Aldo qué opinión le merece el clásico?

-Qué clásico?

-El que acabamos de ver...

-Mire, después de mi gol en la cancha de River, se acabaron los clásicos. Éste es un partido más como jugar contra Banfield.




Fuente: Extraído del Libro “ Callanada Historia de la Pasión “. Homo Sapiens Ediciones. Año Diciembre 2000

domingo, 7 de febrero de 2021

POY, ALDO PEDRO FUTBOLISTA ( 1945)

 




Por Rodolfo Montes

Nació en Reconquista y Dra­go, una esquina del barrio de Arroyito, un 14 de sep­tiembre de 1945. Fue el jugador hin­cha, emblema de Central, héroe de las máximas batallas futboleras de la ciudad, los clásicos contra Newell´s.

Entró en la historia un 19 de diciem­bre de 1971, a las 19.09, cuando echó a volar una palomita que se metió en el gran relato centralista, el club popu­lar de la ciudad con estética plebeya. Así, con un cabezazo, suspendido en el aire, convirtió "el gol más festeja­do del mundo", venciendo a Fenoy, arquero de Newell's, en el arco sur

del Monumental de Núñez. Fue una semifinal, cuatro días antes de la ob­tención del primer campeonato de AFA logrado por un equipo de la ciu­dad, Rosario Central.

Aldo Pedro Poy hizo todo el recorrido en las inferiores del club, formó la brillan­te 3ra. división campeona del 64, la reserva campeona del 65 y debutó con 20 años en primera división ese mismo año. Disfrutó de un período de supremacía sobre el rival de siempre: del 65 al 72 Newell's no le pu­do ganar a Central, 7 de los 9 años en que Poy jugó en la primera de Central.

A principio de 1970 un técnico lo exclu­yó del plantel y lo quisieron vender a un club de Buenos Aires. Pero Poy no quiso irse de su querido Central. Entonces se escapó, se escondió en sitio seguro: en una isla del Paraná, cerca de Rosario. Recién cuando estuvo cerrado el libro de pases, regresó. Pocos meses después, el técnico cambió, llegó don Ángel Tubo Zof, Poy fue rescatado y volvió a integrar el plantel. Le volvió el alma al cuerpo.

Fue campeón con Central en 1971 y 1973, convirtió 63 goles -quinto goleador histórico del club-, jugó copas Liberta­dores e integró el plantel de la selección nacional de 1974 en el Mundial de Alema­nia. Al regreso, se enteró de que su pase estaba transferido al fútbol francés. "Allá se gana un poco más que acá, pero la vida es más cara, no hay gran diferencia, pre­fiero quedarme en Central", dijo entonces. Y rechazó la transferencia. Una lesión en su rodilla derecha lo sacó de las canchas, muy joven, a los 29 años. Como m no del destino, su último partido diciembre del 74, fue otro clásica por Central 2 a 0.

Por Aldo Poy nació la Ocal. Organización Canalla para América Latina. Que lo tomó como objeto de devoción religiosa: por caso, la Navidad Ocalista se todos los 14 de septiembre, "el día que nació el Salvador (Aldo)". En el primer evento público de la Ocal, el 10 de enero de 1972, Poy recibió un diploma que lo distingue como jugador de fútbol y premio Noble de Medicina. "Terminó con la lepra" con el típico humor tribunero.

El "gol más festejado de la historia” ya lleva 35 ediciones. Son ceremonias intensas, bizarras, multitudinarias o a veces íntimas. Se evoca la escena: un arco, el centro que viene desde la derecha que inicia su vuelo, el cabeaazo y el gol.

Hubo "palomitas" en Barcelona. Río de Janeiro, La Habana, Santiago de Chile , Miami, además de Rosario. Otro centralista sublime, Roberto Fontanarrosa escribió un cuento, "19 de diciembre de 1971”, recreación ficcionada de ese día clave en la cultura canalla.


Fuente: Extraído de la revista del diario “ La Capital” 140 aniversario. Año 2007

sábado, 6 de febrero de 2021

ALDO PEDRO POY

 




Por Andrés Bossio



Aquella noche de diciembre de 1974, cuando quedó tendido en el césped, retorciéndose de dolor, un sudor frío corrió por la espina dorsal del centralista de ley. Un silencio increíble se apoderó del estadio, de ese estadio que estaba presenciando otra victotoria ante el clásico rival, otra clase práctica a cargo del "Maestro". Cómo se debe correr en la cancha, cómo hacer el freno, cómo aprovechar la vitalidad de Aimar, la velocidad de Bóveda, las subidas de González, la potencia arrolladora de Kempes, la movilidad de Cabral. Fue su última clase, la terminación de un ciclo que se inició el 3 de octubre de 1965 cuando debuta en primera división enfrentando a Huracán en Parque Patricios. Al lado de Bulla, Manfredi, Andrada, Mesiano, Perico Raimondo, apareció un chiquilín con la camiseta No 7. Con el tiempo sería el más grande ídolo de las últimas décadas: Aldo Pedro Poy.

Nació centralista. Cerquita del Gigante, en el parque Alem, enloqueció a viandantes y policías con sus furibundos taponazos. Desede chico le gustó el arco contrario y fue goleador frecuente en los baby de Leña y Leña y de Talleres. Se deslLmbró ante la habilidad increíble de Humberto Rosa y empezó a madurar su fútbol de talento al influjo de un salteño talentoso con quien alcanzó a formar años después la delantera auriazul: Miguel Antonio Juárez. Pov llegó a Central en 1962 y allí comenzó una fulgurante carrera, que ni siquiera alcanzó a cortar !a fiebre que se apoderó en un momento por todo lo foráneo, pretendiendo relegar a los valores que había en el club. Tras debutar en irimera división por decisión e-le otro grande —el Tano Mur— termina ese año de 1964 en reserva —fueron campeones— y ya al año siguiente va por su confirmación definitiva como titular. Lo dispone Giúdice, quien lo retorna a su puesto habitual, como centrodelantero. Allí comienza su lucha, una lucha que dura al principio, cargada de nubarrones, pero jamás de dudas: Poy nunca dudó. El y nadie más que él debía ser el centrodelantero de R. Central. Numerosos "candidatos" pasaron la prueba y siempre volvía a aparecer él. Ganándole inclusive a una tribuna que, muchas veces influída por comentarios interesados de gente "non sancta", lo hostigaba casi cruelmente. Allí demostró Poy su fibra, su temple, su constancia. Ganó en el mano a mano con cuanto delantero quería vestir la N0 9 auriazul. Y le ganó a la tribuna que empezó a descubrir su fibra "canalla", además de su talento. A partir de esa conquista —la de la tribuna adicta— Aldo Pedro Poy fue mucho más que un jugador talentoso y querido fue ídolo, perdón, IDOLO. Con mayúsculas. El último gran jugador que idolatró la parcialidad centralista.

Al iniciarse la década del '70 se estabiliza el ascenso de Rosario Central. Ya no era cuestión de acertar una campaña más o menos buena. Central quería ser campeón. Aldo Pedro Poy fue el abanderado de aquella causa que estuvo a punto de concretarse en una histórica noche en el Monumental, cuando sucumbió ante Boca, la presión de su público y un árbitro complaciente y temeroso. La revancha no tardó en llegar. Un año después, Central fue campeón. Si toda aquella campaña se asentó sobre la base de un conjunto parejo y rendidor, se necesitó de! talento de Poy para la consagración definitiva. Fue el 21 de diciembre del '71, y otra vez en el Monumental. Aquella antológica "palomita" que derrotó a Fennoy y le dio a Central el pasaporte a la fi. nal. Supo decir alguna vez Aldo: "Aquella vez, cuando hice el gol, el pecho se me hinchó de alegría . . . Era algo difícil de explicar, parecía que iba a reventarse el corazón. Y corrí hacia la tribuna, hacia aquellos hinchas que nos habían seguido tantas veces a Buenos Aires, a San Juan, a Jujuy, a todos lados . . . Después recuerdo el retorno a Rosario. La gente me abrazaba, me besaban, me llamaban "Maestro", "Ingeniero", qué sé yo... Un día tocaron a La puerta de mi casa y apareció una señora mayor. Traía una valiosísima pulsera de oro, con una leyenda tallada que decía: "Gracias, Aldo".

Ese fue Aldo Pedro Poy.

El mismo que hoy no se pierde un partido de Central. El mismo que recibe la chanza cariñosa del público de hoy ("Aldo, entrá vos, aunque sea por diez minutos"), cuando el equipo "no camina".

Es demasiado reciente la historia de los últimos cinco o seis años como para expresar un juicio de valor sobre los jugadores que han pasado en ese lapso por Rosario Central. Alguno de los actuales jugadores serán recordados quizás en el futuro con particular cariño. Pero es cierto —como meros observadores de las vivencias de la ciudad podemos afirmarlo sin temor a equivocarnos— que aquella noche de diciembre de 1974 (el mismo año que integró la selección que fue al mundial de Alemania Federal), se iba ayudado por los camilleros, con la rodilla destrozada, el último ídolo centralista. Aquella bandera que empuñó Aldo Pedro Poy todavía no ha sido recogida por quienes le sucedieron. Su imagen ganadora se identifica con los grandes logros que lo tuvieron como protagonista: campeón en tercera, en reserva; subcampeón en el 70; campeón en el '71 y '73; seleccionado varias veces: logrando goles definitorios. Ese Aldo Pedro 'Poy que le ganó primero .a su propia tribuna que lo convirtió, con la nobleza de los que quieren bien, en su figura más querida ...


Fuente: Extraído de la Colección de Historia Rosario Central. Autor Andrés Bossio