Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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lunes, 11 de diciembre de 2017

ENTRE EL RADIOTEATRO Y AMIGOS DEL ARTE

Por Héctor N. Zinni



Oportunamente me he ocupado del nacimiento de las radioemisoras rosarinas, los integrantes de sus elencos artísticos y también del Radioteatro. Voy a señalar en este capítulo a las compañías rosarinas que actuaron entre los años 30 y 50.


En los años 30 los pioneros del género que tanto atrajo al público radioyente son  Amadeo Di Fonzo, Eduardo Ricart - quien popularizara a su personaje llamado El Viejito Vizcacha -, Agustín Segovia - todo un creador de ideas radiofónicas -, Urbano Montero, José Valentini, Mario Montes, Miguel Faust Rocha, luego consagrado en el cine porteño. En 1933-34, LT1, emisora luego desaparecida y en cuyo reemplazo funcionará LRA Radio Nacional, presenta conjuntos radioteatrales más orgánicos, como el de Eugenio Gil Higueras, Agustín Segovia, que se especializa en sainetes; el elenco campero Raza Gaucha y Silvia Ballesteros. Chicho de la Peña actúa en LT3 y el conjunto criollo Paja Brava en LT8.


Los años siguientes destacan más nombres que populariza el género radioteatral:

Rastros de la Raza, dirigido por Domingo Prémoli; Adelita Granados; Antonio Arias Sanz; Tomás Prada - Rosita Goñi y Mary Turgenova. En los años 40 aparecen Norberto Blesio, Alma Bambú y Federico Fábregas, que con "La Danza de la Gitana", renueva los bríos de un radioteatro quieto haciéndolo profundamente popular.

De allí en más vendrán Bernardo de Bustinza, Amalia Mármol, Héctor de Arancibia, Jorge Alberto Alvarado - que popularizará en el Litoral al querido Negrito Faustino - Herminia Baggini, Víctor Fontana, Alfredo NoIi, Miguel Angel Clemente, Rodolfo H. Padilla, Alfonso Amigo, Luis Jesús Prada - continuando la obra de su padre -, Ricardo Almirante, María Luisa Lustgarten, que desde LT8 emitirá el radioteatro de más calidad que hayan presentado emisoras rosarinas, etc...

Una breve reseña nos permitirá conocer lo más destacado de los año 40 y 50.




1941 Protagoniza Alma Bambú por LT3 La Tragedia del Halcón.

1942 El 10 de octubre, nace en LT8 Complaciendo su pedido, con Claríta y Severito. Este año, por LT3, Rodolfo H. Padilla pone en el aire Fronteras de la sangre.

1943 La compañía que dirige José Valentini da a conocer por LT8 El rosal de las ruinas, de .Belisario Roldán.

1944 A comienzos de este año LT8 transmite en onda corta con la emisora LRR Radio Ovidio Lagos. Norberto Blesio irradia por LT3 La canción del pueblo.

1945 Da sus primeros pasos en LT8 la después conocidísima locutora Angelita Moreno, María Luisa Lustgarten protagoniza Doña Ana de Luque.

1946 Encabeza una compañía radioteatral por LT8 Tato de Serra.

1947 Herrninio Baggini irradie un radioteatro con el título de El hijo del patrón. En LT1 actúan como locutores Warren Cabral y Luis A. Reyes.

1948 Sale al aire por LT2, Una mentira piadosa, por la compañía de Antonio Arias Sanz.

1949 Miguel Angel Clemente hace por LT2 El rancho de mi madre.

1950 El 20 de febrero nace El reino de los discos, un popular programa que es transmitido por LT8 y conduce Roberto Peña - La sonrisa radial -, apelativo con que en la época de oro de nuestra radiotelefonía se designa a este simpático locutor rosarino cuyo nombre real era Faisal Tapuch y que ostentara en esta década una tremenda popularidad que también encumbraría a Goutiére y David Bohé en la mesa de control. Por dicha emisora, la compañía de Víctor Fontana irradie El héroe fugitivo.

1951 En mayo, Alfredo No¡¡ ofrece por LT8 su radioteatro con la obra El Morocho del Abasto, al que sigue un gran éxito: El boyerito de la cara sucia.

1952 Triunfa en LT8 Federico Fábregas, con Fachenzo, el maldito, Enzo Viena protagoniza por LT2 Las aventuras de ,Jim Hall.

1953 Después de diez años vuelve al éter El rosal de las ruinas, esta vez por LT2 y por el rubro Sandra Raigali - José Ramón Suárez.

1954 Federico Fábregas por a en el aire uno de sus mayores éxitos: El León de Francia, de Roberto Valenti, que se transmite por LT8 y que se publica en la revista Intervalo.

1955 Jorge Alberto Alvarado hace por LT2 Pobre Negrito.

1956 Ricardo Almirante por LT2 irradia Era manso, como el río.

21 de Julio: Ramón Arello y su conjunto Los Rosarinos ofrece en el salón de la Unión Ferroviaria, la obra de Alberto Vaccarezza Lo que le casó a Reynoso. Integran el elenco Edda Castro Blanca Rodríauez, Amanda González Beatriz Di Giuseppe, Serafín Maldonado, Valentín Rodríguez, ubán Berrocal, Rubén Berbek, Walter Gentile, Hermes Auda. no, Alberto Michelini, Raúl Mena, Emilio Nessossi y Francisco Muguerza.

15 de Agosto: Fallece Argentina Rojas, veterana actriz radioteatral que integrara los elencos de Tomás Prada, José Teijo, Juan Ramentol, Luis Sócrates y otros. Por la onda de LV9 Radio Gral. GUarnes, de Salta, con un elenco dirigido por Luis Roberto Volpi se transmite el radioteatro escrito por Juan Carlos Paleo, Rayo Bill el Temerario.

Triunfa este año El Negrito Faustino, creación de Jorge Alberto Alvarado quien integra el elenco junto a Lucy Miranda, Diana Herry, Victoria Vaily, Carlos Monteros, Aldo Aresi y Antonio De Bonis, con Julián Romo en la asesoría técnica y Juan Carlos Aldao en los relatos.

Un personaje, el indíecito Nube Roja, nacido en el radioteatro Rayo Blil, es personificado por el joven galán Tito Rubí. Las audiciones se transmiten por LT2 alas 18.33.

Otro éxito lo constituye Las hazañas del capitán Kidd, que se irradia por LT3 diariamente a las 17.10, en un espacio dedicado exclusivamente al mundo infantil, que protagoniza Luis Jesús Prada - hijo de don Tomás, como hemos señalado - y en el que participan Gladys Luque, Deolindo Lamagna, Juan Ramentol, Ramón Anello y otros, con comentarios de Raúl Granados y sonomontaje de Molina y Castagnolo '.

Bajo la dirección de don Tomás Prada, el veterano hombre de radio y teatro Juan Carlos Robles encama un personaje cómico en Alt Omar, el Terrible, que se transmite por LT8 los sábados a las 20.

Mes de Noviembre: Se anuncia Nieve, dolor y sangre la novela que va a irradiar Jorge Alberto Alvarado, los martes y viernes a las 20.30 por LT3 Radio Cerealista, reaparece José Ramón Suárez por LT8 con la novela La verdadera culpa y se propala el microprograma Carlitos, un muchacho de barrio, con libretos de Juan C. Paleo y la animación de Tito Rubí 2

1957 La danza del fuego es protagonizada por Javier Portales en LT3.


No estará de más consignar que la primera transmisión radial en la Argentina se había efectuado el 27 de agosto de 1920 desde el Teatro Coliseo de Buenos Aires inaugurando una historia de idas y vueltas en el crecimiento de un medio eminentemente informativo. Esa primera edición, de carácter experimental, la realizaron Enrique Telémaco Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero Carranza - todos médicos o estudiantes de medicina - quienes transmitieron la ópera Parsifal, de Wagner.

La emisión se realizó con un transmisor de cinco vatios armado con válvulas de rezago de equipos de comunicación utilizados por el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial. Susini había viajado a Francia como médico, enviado por el Ministerio de Marina para estudiar las consecuencias de los gases venenosos en la guerra del 14. Allí observó el desarrollo de las comunicaciones para uso militar y regresó con la inquietud de aplicar estos avances en la vida civil.

Junto a Mujica, Guerrico y Carranza, Susini consiguió permiso para instalar una antena en la azotea del Coliseo. Desde allí LOR Radio Argentina, concretó la transmisión de tres horas, que pudieron recibir unos 50 oyentes. "Los locos de la azotea", como se bautizó a este grupo pionero, armarían posteriormente la primera emisora comercial y también inventarían Vía Radiar: un proyecto de enlace intercontinental que habrían de vender a Estados Unidos, luego de una comunicación entre España y ese país.

En 1923, además de Radio Argentina, en Buenos Aires operaban Radio Universidad Nacional, Sudamérica y Cultura - la primera en iniciar la emisión de avisos publicitarios -, y ese mismo año Correos y Telégrafos autorizó a difundir avisos "estrictamente morales" 1. Y es, precisamente, en 1923 cuando comienza la historia de la radio rosarina cuya primera emisora obtiene distintas iniciales F2, LOG, hasta que termina nominándose LT3. Pero esta ya es una historia que se ha desarrollado en el primer volumen de esta obra.


Después de esta disgresión es mi intención destacar que el 3 de agosto de 1944 se funda una institución rosarina que, a la aparición de este libro, aún promueve la cultura. Se trata de Amigos de! Arte, cuya finalidad primordial - expresada en el acta primera por los fundadores - es estimular el interés y gusto de la comunidad por las cosas del espíritu, alentar posibilidades y fomentar moral y materialmente la tarea de los artistas


La iniciativa de crear Amigos del Arte nace de Alfredo Laborde, quien, conocedor del ambiente intelectual y artístico de la ciudad, consigue aglutinar un crecido número de personas simpatizantes con la idea de fomentar todas las manifestaciones culturales, en un momento en que a las dificultades en la difusión de la cultura, se les suman cuestiones políticas y nuevas propuestas en el campo del arte.

Artistas sin trabajo y otros que por disidencias políticas no se integran al clima de este tiempo y hasta no pueden hablar en Buenos Aires por haber sido motejados como "contreras", tienen en esta institución las puertas abiertas que recibe hasta los emigrados de la España franquista.


Concursos literarios, científicos, artísticos, conciertos, recitales, el otorgamiento de becas y premios para salones de arte, más la organización de talleres, clases, cursos, conferencias y hasta la edición de libros se fijan desde un principio como algunas alternativas no excluyentes para alentar y proteger las manifestaciones culturales.


Su primer presidente, surgido de la reunión del 3 de agosto del año mencionado, es el doctor Juan Trillas, a quien acompañan, entre otros: Angélica de Hernán Gómez, María Inés Franzzini Herrera de Fernández, Luis González Sabathié, Reinaldo Bacigalupo, Luisa P. de Antelo, Manuel Castagnino, Juan Gaggero, Alfredo Laborde, Erminda Benítez de Lambruschini, Marcelo Martín, Horacio Thedy y Francisco Tonazzi 4.

Son los años en que la estación de Ferrocarril Rosario Norte, atiende durante las 24 horas, alrededor de 40 trenes, contando los locales que unen nuestra ciudad con Pérez, Casilda, Roldán, Cañada de Gómez, Granadero Baigorria, San Lorenzo y Gálvez. Por su infraestructura de rieles y plataforma pasan, además, de ida y de regreso los trenes a Córdoba: Rayo de Sol y Serrano; a Tucumán: Estrella del Norte y El Celofán, así llamado por su color, es un tren de lujo, donde se incluye un vagón cine (!).

A ello debe agregarse los servicios a Firmat, Venado Tuerto, Córdoba - vía Cruz Alta, Villa María y Corral de Bustos - y Mar del Plata. Rosario Norte es el nudo más importante del Ferrocarril Central Argentino - que unos años después se llamará General Mitre - con un impresionante flujo de pasajeros. A escasos cien metros funciona la Oficina de Control Personal de Trenes que maneja 2.500 personas, entre maquinistas, foguistas, pasa leñas, guardas y camareros de los dormitorios y pullman. Alguien se acuerda de todo ello y evoca:
"No existían las computadoras, pero sí la capacidad del personal de control, que
con planillas gigantes, carbónicos y lápiz preparaban los programas respectivos, pudiéndose destacar la labor de uno de sus jefes, don Juan Carretini, que recordaba de memoria todos los diagramas.
Lo mismo ocurría con coches y vagones, se distribuían según las necesidades también de la misma manera que al personal de trenes: planillas, carbónico y lápiz, con el complemento de teléfono y con una solvencia admirable y aquí vaya mi homenaje a don Jacinto Jaime. También alguna vez yo fui jefe del sector...'
Juan Manuel Rodríguez
Cartas de los lectores - La Capital 25/4/96
NOTAS:
1 En 1946.1 a Editorial Códex SRL,. para su Colección Bucanero, Ianzó títulos Historia y Leyenda del del Capitán Morgan e Historia y leyenda del Capitán Kidd, entre otros. Los volúmenes estaban firmados por A. Saini Cross, seudónimo del célebre autor radioteatral y después televisivo, Abel Santa Cruz.
2 Vida y Obra del Radiateatro Rosarino. Suplemento nro. 1 en Historias de Bolsillo nro. 40, Rosario. febrero 1994, y nro. 45, Rosario, julio1944.
3 La Radiofonía celebra hoy los 75 años de su nacimiento, en La Capital, 27/8/1995.
4 Fernando Farina, Amigos delArte, suma y sigue. La Capital 1269/1994.

Fuente: del Libro " Rosario era un espectaculo - ¡Arriba el telón!". Ediciones del Viejo Almacén  de 1997.

martes, 5 de diciembre de 2017

Con olor a campo

Por Rafael Ielpi



Pero ningún otro producto de los que ofrecía entonces la radiofonía en los comienzos de la década del 30 —en realidad se trataba por lo general de actuaciones de cantores y orquestas o de modestas programaciones acordes con esos años pioneros- iba a alcanzar en Rosario la difusión, popularidad e incluso fanatismo de uno de ellos: el radioteatro.

Aquellas largas historias por entregas diarias, a las que la imaginaría popular iba a denominar sintéticamente como la novela, congregarían a la hora de la siesta o de la tarde a miles de mujeres rosarinas, sobre todo, pendientes de las desventuras o de la felicidad de las heroínas de turno pero también de la seducción que ejercían siempre los 'cabeza de compañía", escudados —es cierto- en la magia de la invisibilidad que les otorgaba la radio.

El radioteatro llegaría a la ciudad, con experiencias eventuales y seguramente olvidables, a comienzos de la década del 30 y recién a mediados de la misma se inicia la verdadera saga del género, cuando aún se escuchaban los provenientes de emisoras porteñas, como el ya legendario ciclo de Antonio González Pulido -Chispazos de tradición-que, como lo indica su nombre, centraba sus episodios en una temática ligada a la gauchesca y que lograba, tal vez por su carácter emblemático, enormes audiencias incluso fuera de las grandes ciudades.

En realidad, y hasta la aparición de los grandes nombres del género en Rosario como Fábregas, Blesio, Bustinza, entre otros, se escuchaban en la ciudad radioteatros porteños No era casual, ya que los mismos eran seguidos también en todos aquellos puntos geográficos de la Argentina donde llegada la frecuencia de cada emisora. De ese modo, Arsenio Mármol, con su exitosa “Estampas porteñas" y aún en la década del 40 con "La sangre de los jazmines", con la que haría furor en representaciones "en vivo" en el Cine Real, el Echesortu Palace y el Rex; Olga Casares Pearson-Angel Waik, Audón López, Juan Carlos Chiappe —que ya actuaba en los años finales de la década del 20 y muchas de cuyas obras, como "Una rosa de sangre sobre la arena", se convertirían en infaltables en los repertorios de los elencos de radioteatro de todo el país- y muchos otros, convivirían con los rosarinos hasta convertise como sus sucesores locales tiempo después de la vida cotidiana.

La mencionado serie de González Pulido iba a posiblitar, por emulación, la creación de uno de los primeros radioteatros integrales rosarinos, Rastros de la raza, escrito y dirigido por los hermanos Andrés y Domingo Rémoli, cuyo producto no se diferenciaba mucho de su original. Con una compañía en la que se alternaban los actores, los cantores y guitarreros y los conjuntos de música y danza folklóricas, para las que el pericón era siempre motivo de lucimiento final. El ciclo se emitía por LT1 y a pesar de su módica media hora de duración conseguía paralizar la actividad familiar en buena parte de la ciudad, deseosa de conocer la continuidad de una historia en la que la nobleza gaucha y el triunfo de los paisanos buenos sobre los malvados era proverbial.


Antecesor de los hermanos Rémoli fue Eduardo Ricart, iniciado como actor teatral en la década del 20, con un repertorio de neta raíz gauchesca. Aquellas obras, reales dramones camperos, con títulos como "El cura gaucho", "La estancia del gaucho Cruz" y otros, serían llevadas por Ricart a LT1 convertidas en radioteatro, entre 1931 y 1934. La temática siguió apasionándolo hasta casi el final de su larga carrera actoral y en la década del 60 era posible escucharlo aún en alguna de las radios de Rosario, encarnando el personaje de un ciclo unipersonal: El viejito Vizcacha.


También meritorio adelantado sería Tomás Prada, largamente ligado a la historia de la radiofonía en Rosario, que ya sobre el filo de los años 40, con la actriz y también libretista Rosita Goñi, aportaría la novedad de un ciclo de corte policial, que hacia 1937 incluía títulos ad-hoc como "John Wells, detective", "La danza del dije verde" o "El plano X-47", entre otros. Ya no muy lejos de los 50, Prada abordaría por LT8 otra temática cara al radioteatro: la de ambiente rural.

Juan Carlos Paleo, hombre de radio por definición y perseverante cronista de su historia tanto como de la música popular rosarina, recuerda su paso por aquella compañía, en una de esas obras: «En el año 45, trabajando con Tomás Prada me tocó hacer un papelito de boyero, en una obrita que se llamaba "Una escuelita en la pampa ", cuando ya don Jaime Yankelevich había comprado esa emisora. Yo hice el papel en el último capítulo, donde casi todo el libreto era mío, así que me rompí todo. Tenía hasta una muerte. ¡Siempre digo que me salió una muerte bárbara.'»

Aquella predilección por los temas cuyos escenarios eran la pampa, el campo, la agreste escenografía rural —todo detenido en el tiempo mágico de la imaginación que posibilitaba la radio-no iba a quedar reducida solamente a los pioneros. Incluso en los años de esplendor, treinta años después, los elencos más populares y calificados de Rosario iban a seguir buscando en esa inagotable cantera, de la que saldrían productos como El forastero que llegó una tarde, El domador que quería una estrella o Lisandro Fierro.

Fuente: Extraído de la Revista “Vida Cotidiana Rosario 1930/1960”

viernes, 24 de noviembre de 2017

HISTORIA DEL RADIOTEATRO

Por Héctor N. Zinni



Es prácticamente imposible hablar de la radiografía sin hacer mención a uno de sus grandes logros: el radioteatro; traslación en el éter de aquellos novelones, folletines o novelas por entrega que hicieron suspirar a cientos de mujeres de generaciones pasadas.

Contando con la buena disposición de nuestro colaborador Juan Carlos Paleo para rescatar del olvido la Historia del Radioteatro Rosarino, pasaremos a conocer los avatares de un género que dio mucho, pero mucho que hablar.

Rastros de la Raza
 


- Cómo era el movimiento del radioteatro en la década del 40, Paleo?

- Bueno, en 1936 sale un Radioteatro, al estilo de Chispazos de Tradición, el que hacía González Pulido en Buenos Aires. Aquí se llamó Rastros de la Raza. Hacían novelitas largas con el mismo mecanismo que Pulido empleaba allá. Es decir, los actores también eran cantores, había guitarristas y se formaban grupos que cantaban a coro, no? Hay muchas cosas interesantes sobre todo esto. Dirigían Rastros de la Raza dos hermanos, llamados Domingo y Andrés Remoli. los cuales fueron a parar después a Buenos Aires. Domingo. en Radio Belgrano pasó a ser un poco el Fernando Ochoa segundo, por sus dotes de recitador.

- Fue muy nombrado Domingo Rémoli.

- Fue un nombre importante y estuvo en los mejores horarios en Radio Belgrano. por ejemplo, a las 8 de la noche.

- Y acá. donde se transmitía?

- A eso vamos. La audición salía al aire de 4 de la tarde a 4 y media, más o menos, dentro de ese horario, por LT1 Radio del Litoral, la emisora de don Fernando Maliandi. Como curiosidad le diré que, dentro del conjunto de guitarras y actores había un tal Oscar del Río, quien después formó un trío acá en Rosario que se llamó Mélodias de América. Trasladado del Río a la Capital Federal, triunfó allá con un bolero solamente, que él había creado: Una aventura ,más.

- Una aventura más? Lo cantaba todo el mundo!...

- Así es, fue un bolero popularísimo, pasó a ser internacional. El verdadero nombre del Oscar del Río es Oscar Kinleiner, y desde entonces, se transformó en un famoso autor en Buenos Aires.

El destino quiso
 


-Volvemos al Radioteatro?

- Volvemos. Aquel Radioteatro gauchesco de los comienzos del genero obtiene gran popularidad. Antes hubo radioteatros, pero no con el enorme suceso de aquellos. Estábamos, entonces en 1936.En 1937 aparece otro radioteatro muy interesante, muy, muy interesante porque tiene una duración cada novelita, de quince días. Está dividida en dos semanas, es exclusivamente policial y las escribe Rosita Gofli, que era la actriz preferida de don Tomás Prada...

- vea esta roto oonae esta la cara cte un gran artista porteño Arsenio Mármol. Justamente, quiero decirle algo de este hombre. Fue una figura importantísima de la radio en 1939, cuando reinaban las transmisiones de radioteatro en todo su esplendor y, en Radio Beigrano, la compañía Estampas Porteñas que dirigía este hombre, arrasaba con todo. A las 10 de la noche, dos veces por semana, todo el país escuchaba la compañía de Mármol. Le voy a nombrar dos obras que se hicieron famosísimas: La sangre de los jazmines, que era de tipo rosista, y La calle de/olvido, donde el Leiv motiv es una canción que estaba a cargo de uno de los integrantes de la compañía: Alfredo Arrocha. Este siempre hacía el papel de villano y aparte, era cantor, que bién que cantaba! Estaban allí Tato de Sena, que era el galán; Maiy Lewis, la dama joven; Pedro Fiorito hacía Melitón y entre otros, Miguel Angel Clemente, que después vino a Rosario...

- Y se quedó acá.

- Se quedó acá y formó una compañía, se acuerda? Bueno, pero fue una cosa impresionante la popularidad que tenía Estampas Porteñas.

- En que año era eso?

- En los años 39.40...42." (1)

…………………………………………………………………………………………………….

- Había un actor que luego se hizo muy conocido...

- Dentro del elenco, uno de los actores era Jorge Norton, que luego pasa Radio El Mundo y se consagra con "Los Peréz García". Un hecho al margen, cuando se produce la ausencia de esta persona queda un vacante en el radioteatro que es cubierta por mi. El destino quiso que yo viniera a cubrir con la compañía de Eugenio Gil Higueras, aquella vacante de un galancito que le quedaba. Esto fue en diciembre de 1940. pero la compañía ya estaba.

- De mucho antes?

- Sí, hacía rato. En realidad, era un cuarteto de intérpretes porque se necesitaban dos figuras principales que eran Rosario del Sastre, una española, y Cuca Vale¡, que era una chica jovencita también. Cuando se va Jorge Norton que tendría mi edad, 14 años, yo entro con esa compañía que antes de Norton lo había tenido a Roberto de Negri el que, a su vez, se había ido también a Buenos Aires donde hacia cine, Radio y Teatro.De Negri se casa con la muchacha que trabajaba con El Nato Desiderio, o sea Mario Fortuna. El matrimonio tiene una hija, que hoy es célebre en la TV: Selva Alemán...

Como las dos carátulas
 


- Cómo son las cosas, no? Ahora, anteriormente a su relato, había otras compañías radioteatros en Rosario?

- Tal vez. Pero yo le hablo de casos concretos, no de cosas esporádicas, por que también anduvo Silvia Ballesteros y Mario Montes haciendo lo que se llamaba Teatro Breve, y estaba Antonio Arias Sanz, que era un hombre que llegó a la dirección artística, tanto de LT1 como de LT2. Arias Sanz hacía teatro breve con una mujer que se llamaba Adelita Granados quien, además decía versos muy lindos, era muy buena recitadora.

- Había radioteatro para los niños en aquel tiempo?

170 - Sí. Existe otro tipo de radioteatro que configura un poco la gente niña, digamos

los precoces. Cuando en Buenos Aires aparece La Pandilla Marilyn acá se forma una pandilla que dió en llamarse La Pandilla Rosarina, integrada entre Otros por Héctor de Arancibia y Osvaldo Bisio, quien con el tiempo sería vibrafonista de Osvaldo Fresedo y de Lincoln Garrot y haría cosas importantes en Buenos Aires.

- En que año apareció esta pandilla?

- Entre el 41 y el 42, por LT8 los domingos a las 10 de la mañana. Pero, ojo ellos radioteatralizaban libros famosos, cuentos famosos muy bien realizados. También en el 42, por LT8, los martes a las 10 de la noche sale la compañía de José Valentini, donde yo participo haciendo papelitos muy interesantes, porque la obra no estaba libreteada sino tomada directamente del libro. Así que, por ejemplo, se comenzaba diciendo: 'La escenificación es así: a/fondo un decorado con una ventana, hay dos mesas, más allá tal cosa... ", todo lo que dice siempre un libro teatral, y después: A continuación con ustedes, los señores intérpretes..."

- Como es en Buenos Aires Las Dos Carátulas

- Exacto.

Tenían mucho elenco
 


- Yo formé parte de la actuación de estas obritas, al lado de alguna persona que me gustaríamencionar: La damita joven o primera actriz Maria Luisa Lustgarten, que era una hermosa muchacha, muy culta. magnífica recitadora. Otra al lado de ella que después desapareció, no la vi más, era Alma Lux que también era tan buena o mejor. pero desapareció, nunca más la localicé.

Maria Luisa Lustgarten. esto al margen. llega después a Radio Excelsior - que eran los dueños de LT8 - y Dougall, que era el dueño de Excelsior la escucha a esta mujer N. con ci tiempo, se la lleva a Buenos Aires como primera figura. Ella estaba muy bien allí. llegó a hacer un trabajo para centroamérica, pero tenía el problema de muchos rosarinos que no son totalmente libres y que están ligados a la familia o a los consortes. Así que se tuvo que volver.

- Quienes componían el elenco?

- Además de Maria Luisa Lusigarten. un muchacho llamado José Gaspar. que era un actor de no muy buena voz pero que era muy simpático, y Tito del Moral que no era otro que Tito Rodini, luego famoso locutor de Radio Nacional.Ese sí, tenía una voz especialísima...

- Yo lo traté un par de veces. La primera cuando me hizo una entrevista a raíz de la aparición de un libro mío, justamente en Radio Nacional. La segunda, cuando ya retirado de la radio se entrevistó con el gerente general del diario La Capital, el Doctor Mariano Barbasola, para solicitarle algún trabajo que aumentara sus magros haberes. Yo estaba presente porque fui adscripto a esa gerencia entre 1980 y 1982- Lo recuerdo bien a Rodini, no estaba muy saludable. Años después, falleció. Curiosamente, en la década del 40 conocí a su hermana, una mujer delgadita de ojos celestes, muy simpática, a quien llamaban Tota. Yo era pibe y la traté alguna vez en el Centro de la Tradición El Hornero, donde me llevaban mis padres...

- Otro que integraba el elenco era Arancibia y el que habla, o sea yo. Creo no equivocarme, pero había también un dúo: René y Paul Gardie, que eran melllizoS. Los planteles se integraban con mucha gente. Usted se acuerda que aquellas obras de teatro tenían mucho elenco. Yo intervine en "Retazo" y entre otras, en "El Rosal de las Ruinas", donde hago un personaje que dice, en un momento dado, refiriéndose a un villano que le arrastra el ala a una hermosa rubia: "... Yse relame pensando que la rubia va a ser suya". Yo tendría la sazón 15 o 16 años.

Fuente: Extraído del Libro “Rosario era un espectáculo”- vida teatral, cotidiana. Prostibularia y Radiofonica. Tomo I. Editorial Homo Sapiens. Año 1995.

jueves, 23 de noviembre de 2017

MOROSANO Marío Ernesto



Nació 22/9/1918

Jugó: 117 partidos entre 1937 y 1943

Goles: 48 ( 3 a Central)

Título: 0



Se lo recuerda como el primer gran jugador en portar la casaca número 10 leprosa. Jugó como ala izquierdo en la notable delantera de los 40. De tranco largo y pegada considerable, le gustaba comenzar desde atrás y recorrer la cancha. Y, como complemento a su visión, era goleador. Quedó inmortalizado el 12 de octubre de 1941. Se disputaba la penúltima fecha del torneo y Newell's recibía a Central, que estaba muy comprometido con el descenso. Había rumores de un arreglo extradeportivo entre los equipos, pero esa tarde Morosano se encargó de eliminar las suspicacias: anotó tres tantos y fue la figura del 5-0 definitivo. El tercero lo convirtió sobre el final, empujando con el puño un balón que quedó flotando en el área, anticipando la mala salida de Ferraris, arquero canalla. No solo selló así la mayor goleada en la historia del clásico rosarino, sino que anticipó el mito de "La Mano de Dios" que Maradona glorificó en México 86. Semanas más tarde, Central caía a la Segunda División
Fuente: Extraído de la Revista “ El grafico”Libro de colección / Edición N° 36 / Febrero de 2012.-

miércoles, 22 de noviembre de 2017

LIBORATTI, JULIO



Gran figura del Amateurismo, fue el primer sudamericano que jugó en Europa.

Ganó una Copa América con la Selección.




Nació: 5/9/1901 en Rosario

Jugó: 137 partidos entre 1917 y 1925

Goles: 64 ( 3 a Central)

Títulos: Copa Ibarguren 1921




Apodado Matador debido a su implacable condición de figura, se lo recuerda como uno de los grandes cracks de Newell's. Debutó a los 16 años, en, la Copa Nicasio Vila de 1917. El trofeo era organizado por la Asociación Rosarina de Fútbol y había alcanzado popularidad en la región. Ese año gritó campeón y repitió en 1921 y 1922. En el 21 también ganó la Copa Ibarguren. En 1925 lo compró el A.C. Torino y se convirtió en el primer sudamericano en jugar en Europa. A partir de esa operación se multiplicaron las transferencias al exterior. En la actualidad, Libonatti se mantiene como el máximo goleador del club italiano con 164 tantos. Se desempeñaba como mediocampista ofensivo y delantero, y podía jugar por ambas bandas. El 25 de noviembre de 1923 fue suspendido junto a su hermano Humberto por participar de una pelea durante un partido ante Central por la Copa Vila, y Newell's decidió retirarse de la competición a modo de protesta. Jugó 15 partidos para la Selección Argentina y marcó el gol decisivo en la Copa América de 1921. También fue internacional con Italia
Fuente: Extraído de la Revista “ El grafico”Libro de colección / Edición N° 36 / Febrero de 2012.-

martes, 21 de noviembre de 2017

Primer equipo de Newell's Old Boys en AFA, año 1939



En 1939 Newell's Old Boys solicita su incorporación a los torneos nacionales de la Argentina a la «Asociación del Fútbol Argentino». La AFA decide otorgarle el permiso, mediante el cual lograría formar parte de sus campeonatos a partir de ese año. El 19 de marzo de 1939, Newell's Old Boys disputa su primer encuentro en forma oficial, por la «Primera División Argentina». Aquella jornada la lepra se alzaría con el triunfo enfrentando al Club Atlético San Lorenzo, con un marcador de 2 a 1. Ese año Newell's Old Boys finalizaría el torneo en la cuarta posición, siendo el equipo mejor ubicado del interior de Argentina.

Paralelamente a los habituales torneos nacionales, la AFA ha organizado diferentes competiciones a lo largo de su historia. Una de ellas es la «Copa Adrián C. Escobar», instaurada entre los años 1939 y 1949, y disputada en forma de heptagonal por los siete primeros equipos en la tabla de posiciones del torneo nacional. En el año 1949 Newell's Old Boys se coronó campeón de la misma, derrotando en la final a Racing Club de Avellaneda por 4a2 en definición por penales.

Entre los años 1949 y 1950, Newell's Old Boys emprende un desafío novedoso para la historia del fútbol de Argentina: embarcarse en una gira que lo llevaría a disputar 14 encuentros frente a equipos del viejo continente. Entre los equipos enfrentados se registrarían victorias ante Athletic Bilbao, Selección de fútbol de España, Benfica, Hannover y Hertha Berlin, entre otros.

Durante toda su participación en los torneos oficiales de Newell's descendió en una sola oportunidad de categoría: fue al finalizar la temporada de 1960. Lo destacado de dicho suceso fue que en 1961 el Rojinegro obtuvo el ascenso al ganar el torneo de la Primera "B" Nacional, pero no le permitieron subir a Primera División debido a una acusación de incentivación. Frente a esa situación, la dirigencia del club inició acciones judiciales, que hicieron que la AFA mediante decreto, reincorporara a principios de 1964 a Newell’s al círculo de privilegio del fútbol argentino.
Fuente: Extraído de la pagina oficial de NOB

domingo, 19 de noviembre de 2017

Los Atributos - Roger PLA*

*Roger Pla escritor y critico de arte. Nació en Rosario el 8 de octubre de 19 12 y murió en Buenos Aires en 1982. Es autor de las novelas como El duelo (195 1), Los Robinsones (1946).



Fue una noche de otoño. Me veo todavía ahora, cuando han transcurrido tantos años, como me vi al evocar ese recuerdo, vestido con mi primer traje de pantalón largo, símbolo de un brusco salto del niño a la adultez en el que quedaba prácticamente escamoteada la adolescencia, no como ahora, en que el vestido marca una transición gradual más acorde con la naturaleza. Me he convertido en adulto —al menos para los demás—, y debo comportarme como tal. Estoy descolgándome de un tranvía repleto de gente, uno de los tantos que los sábados por la noche confluían desde todos los puntos de la ciudad hasta esta esquina de Salta y Pichincha. Rápidos, sin detenerse, atronando las calles con sus timbrazos de tranvías completos, van haciendo volver a su paso el rostro de las mujeres, entre fascinadas y avergonzadas, porque todo el mundo conoce el destino de estos tranvías lanzados a sus nueve puntos, con racimos de gente colgados de los estribos. Todos quedan vacíos en esa esquina. Próxima a la estación Sunchales, a la que también llegan esos sábados por la noche desde Buenos Aires trenes repletos de gente con el mismo destino: episodio. Si mal no recuerdo, que dio su tema en un tiempo a uno de los sainetes de Vaccareza. Desde esa estación los viajeros pueden llegar a pie hasta el famoso barrio prostibulario agrupado alrededor de la calle Pichincha, cuyo nombre, destinado a recordar las glorias de la batalla de Sucre se ha convertido por una curiosa blasfemia de los hechos en una palabra obscena, imposible de pronunciar ante las mujeres y los mayores.

Había poco, Albert Londres, un periodista francés, había escrito un libro que hizo furor en su época, Le Chemin de Buenos Aires. Y en realidad el punto final más importante de ese camino, que no era otro que el de la trata de blancas, manejada desde Buenos Aires, como se supo tiempo después, por un par de sociedades internacionales, estaba aquí, en este barrio increíble, mezcla curiosa, para los rosarinos, de vergüenza y orgullo. En las puertas de Pichincha me descolgué del tranvía esa noche —no era la primera, o antes había estado con pantalones largos prestados— seguido por Roque y Tono, este último algo más de un par de años mayor que nosotros cuyo fisico casi atlético, la práctica del boxeo, y una especie de desparpajo algo sucio, le habían valido en nuestro barrio cierta popularidad. Pronto estuvimos metidos en la muchedumbre que habitualmente llenaba las aceras y calzadas de esa calle, convertida, sin decreto alguno, especialmente los sábados a la noche, en calle peatonal. De un lado, las casas, una junto a otra, continuándose en ambas esquinas por las calles transversales hasta los límites mismos de ese barrio, donde funcionan fondines, boliches de todas clases, con y sin espectáculo, garitos y churrasquerías, dos de ellas, «El Infierno Rojo» y «El Giandui» o «La Carmelita», frente a frente, famosas no solo por sus parrilladas, especialmente «El Gianduia», sino por sus cantores, entre los cuales descollaba un joven algo obeso, porteño, que viajaba expresamente a Rosario los fines de semana y que se llamaba Carlos Gardel. Del otro lado, como si esa acera hubiese sido reservada para la pausa, solamente cafetines oscuros, boliches, un bar más importante, «La Alameda», llamado también «El Templo del Tango» por los conciertos que excelentes orquestas daban allí los sábados por la noches, con cantores de nombre, y en la esquina un cine—teatro, cuyos grandes afiches anunciaban filmes pornográficos que en realidad no eran más que viejas películas mudas en las que se habían injertado aquí y allá, sin sentido alguno, fragmentos con rápidas escenas de coitos, fellatios, y cosas por el estilo. Todo un pequeño imperio prostibulario formado por ochenta establecimientos donde se alojaban mil ochocientas mujeres de todas clases y nacionalidad, y cuyo único monarca era «El Paisano Días», al que también llamaban «El Toro», «El Macho», mitificado y hecho ya casi misterio, deidad de signo fálico a la que no era ajeno su pariente del mismo signo, El Cuchillo, porque era esta arma, aunque parezca extraño, la que sostenía su dominio. Estamos introduciéndonos ahora en ese pequeño universo, y avanzo a través de una desazón interior que no podían tapar ni los pantalones largos ni el gesto de despreocupación y desfachatez que Roque y yo copiamos quizá del rostro de Tono, quien no necesita fingir un aplomo que destila no sin algún aburrimiento de una larga experiencia. Hay cerca del cordón de la acera un trencito de lata pintado de rojo, y me detengo a comprar un cartucho de maní (morfá maní —decía Tono— no tomés cerveza, la cerveza afloja), cuando un manotón de Tono en mi brazo me hace caer casi el paquete al suelo.

—El Paisano!

Miro hacia donde señala Tono. Desde la acera opuesta, iniciando oblicuamente el cruce de la calle, un sujeto alto, de hombros cargados, cara carnosa, corpulento pero de cintura estrecha, de pañuelo blanco al cuello, saco cruzado negro, entallado, pantalón de fantasía, sombrero alón, tipo Mitre, de ala quebrada sobre los ojos, avanza abriendo a su paso una hendedura en el gentío. Su marcha es lenta, como ausente. Me parece, quizás algo fantasiosamente, que ese andar está envuelto en una lejanía melancólica, en una soledad que parece recortar su silueta sobre el fondo de ese silencio que se ha hecho en la calle, en esa gente súbitamente despojada de palabras que vuelve hacia él la cara, mirándolo, en una especie de homenaje que el hombre atraviesa sin ver, ignorándolo. Sube a la acera, a un par de metros de nosotros y del trencito de lata. Oigo el ruido de los granos de maní triturándose entre mis dientes. Una puerta de cedro se abre y el Paisano desaparece tras ella.

Como si su ausencia hubiese soltado un resorte, regresa el ruido y el movimiento en la calle, el parloteo, y también el de Tono, que se pone a hablar de las noche en que vio al Paisano por primera vez (se armó una bronca en el Mina de Oro, él entró, fijate, y todo el mundo se quedó quieto, se acabó el lío, miró a todos y sin decir una palabra volvió a irse, se me quedó grabado, me dijeron: «Es el Paisano»), cosa que nos había contado con distintos detalles mil veces Tono quien parecía admirar al Paisano con un deslumbramiento que olía a sueños rufianescos y a envidia; sugerí entonces que nos fuéramos a tomar un café pues nosotros pensábamos ir a El Trianón, adonde acababa de entrar justamente El Paisano. Sí, dijo Roque, mejor esperamos que se vaya. Tono afirmó que seguramente el hombre había ido a llevarse alguna mujer: buscamos un bar sin orquesta, la noche no estaba como para andar dando vueltas porque, aunque en Rosario el otoño tiene también sus terciopelos, aquí el roce de la noche era húmedo, algo frío. Tono seguía hablando (a lo mejor fue por negocios. Ustedes saben, no es un panzón, puede agarrar la mujer que quiera, le guste o no al panzón de la mina. Pero él no es panzón). Roque señaló un café en la calle transversal, recuerdo que era un pequeño café con un quiosco de cigarrillos donde se vendían también los adminículos que llevaban el nombre de su inventor —según me había explicado mi primo Alfredo—, un inglés llamado Condón que así perpetuó su apellido para la historia convirtiéndolo en sinónimo de preservativo: no es un panzón, seguía diciendo Tono, no tiene ninguna mujer propia de pupila, él cobra a los panzones: encontramos una mesa junto a la vidriera.

—Todos los cafishios— dijo Tono al sentarse utilizando ahora el sinónimo porteño de panzón, termino rosarino— tienen que pagarle al Paisano. La madama separa cada mes de las chapas la parte del Paisano.

—,Chapa?

Roque no entendía. El modo en que Tono pidió café estaba saturado de la misma displicencia despectiva con que contestó a Roque.

—La chapa es lo que la Madama le da a la mina por cada tipo, la mina le da la guita. A fines de mes, la mina cambia las chapas. La madama le descuenta de cada chapa lo de ella. La pensión, porque viven ahí, los vales yio que le tiene que entregar al Paisano ¿entendés? Así que si la mina te cobró dos pesos, su panzón cobra solamente un mango, ponele, por cada chapa. Cuando tendría que cobrar uno y medio. De donde cada cafishio le está pagando al Paisano parte de lo que gana su mujer.

- Un rufián de rufianes— dije, entendiendo por primera vez del todo el mecanismo de esa historia.

- Justo— aprobó Tono—, de los chicos yios grandes. Porque los bacanes, los dueños de estas casas y las de casi todo el país, son mafias que están en Buenos Aires...

-Esperá— la mano de Roque, corta y ancha, en el aire—. Es raro que uno de estos rufianes no le baje al Paisano de un tiro y le quite Pichincha. Vos siempre decís qu El Paisano usa cuchillo. Ellos usan revólver.

Hubo una risita seca, algo piadosa, en la boca de Tono, y en su cara el gesto de quien va a desasnar a un pobre diablo.

- Mirá: para copar la banda, en Pichincha, no hay revólver que valga. Ya sé que ahora los malandras usan bufoso. Por aquí no corre. Para mandar aquí, hay que ganarse la cosa ante El Paisano a punta de cuchillo. Así la ganó él. Se

vino de Villa Constitución para quitársela al Tape Juárez, que la tenía hace unos cinco años. El Tape se la había quitado un año antes al payo Quiroga, que se había venido de Avellaneda a quitársela a otro, no sé quién. El Paisano conserva hace años su puesto a cuchillo, porque de cuando en cuando llega alguno para hacerle frente. Y van a seguir llegando. Imaginate. Es el sueño todo matón, no sólo de por aquí, sino de cualquier parte. Desbancar al Paisano. ¡Es la gloria! ¿Te das cuenta?

Roque no parecía darse cuenta del todo. Insistió.

Fuente: Extraído del Libro “ Historias para un librero” Relatos, poesías, canciones y crónicas rosarinas por los 70 años de Librería Ross. Editorial Fundación Ross. Año 2000

jueves, 16 de noviembre de 2017

Roger Pla

Por Julio Chiappini




1. Datos biográficos sucintos

Roger Pía nació en Rosario el 8 de octubre de 1912. Cursó estudios secundarios en Buenos Aires -los dejó inconclusos-y estudió idiomas. Con el tiempo, que pasa o queda según se mire (no menos grave es que pasamos para el tiempo), se casó y radicó en Ramos Mejía; en un chalet a pocas cuadras de la estación. Murió en Buenos Aires el 20 de julio de 1982.

Trabajó en el diario "El Mundo" al mismo tiempo que Roberto Arlt; entre agosto y noviembre de 1941 sostuvieron una polémica acerca de cómo debía ser la "nueva novela". Pía fue secretario de la SADE: 1949-1950 



2. La obra

Hay seis novelas: "Los Robinsones". 1946; "El duelo", 1951; "Paño verde". 1955, llevada al cine por Mario David y protagonizada por Luis Brandoni, Héctor Alterio y Alicia Bruzzo; "Las brújulas muertas", 1960; "Intemperie", 1973; y "Los atributos", postuma, 1985, con prólogo de Orfilia Polemann de Valls. En teatro. "Detrás del mueble", 1940. Novela policial: un terso thriller, "El llanto de Némesis". con el seudónimo Roger Ivnnes; fue publicado en la colección "El séptimo círculo" (N° 279, 1975). En los breves prólogos que redactaban Borges y Bioy Casares, se lee: "... Roger Ivnnes nació en Rosario y vive en Ramos Mejía. Está casado y tiene tres hijas. Desde hace algún tiempo dirige grupos de estudio, según la técnica de los llamados talleres literarios": p. 7. El séptimo círculo es el que Dante reserva a los violentos. Y el séptimo cielo el que depara a los contemplativos (como uno). Ensayo: "Proposiciones: novela nueva y narrativa argentina", 1969. Poesía: "Objetivaciones", ilustrada y prologada por Osvaldo Svanascini, 1982. En cuanto a crítica e historia del arte, una vasta y muy valiosa obra. Por ejemplo: "Diderot y sus ideas sobre pintura", 1943; "Antonio Berni", 1945; "La pintura en Holanda", 1946; "La pintura en Inglaterra (siglos XVII y XVIII)", 1946; "La pintura pompeyana", 1947; "Gambartes": texto bilingüe inglés-castellano; con notas, además, de Mujica Lainez y Cayetano Córdova Iturburu, 1954. No contento, anida en varias antologías. Y dirigió otras. Sin perjuicio del buen retruécano de María Elena Walsh: "an-tojolías". Y de Denis Diderot tradujo Críticos e historiadores de arte, 1943. De Baudelaire, Consejos a los jóvenes escritores y Proyectos de prólogos para Las flores del mal: 1981. Baudelaire propina ahí: "El gran hombre es estúpido. Mi libro ha podido hacer el bien: no me aflige. Y ha podido hacer el mal: no me alegra": ver Página 12, 6 de junio de 2010. Borges supo decir que "No me gusta Baudelaire. Pero el fracaso es mío". Y una vez que le dijo a Mujica Lainez lo mismo, "no me gusta Baudelaire", Mujica le contestó con gracejo: "¡Qué lástima!". Borges mismo cuenta la anécdota.

Pía publicó en gran cantidad de revistas y diarios. Tradujo del francés, el inglés y el italiano. En los últimos años Juan Pablo Bertazza, Alberto Giordano y Jorge Bracamonte le dedicaron ensayos. Luis Gregorich, en tanto, en "Roger Pía contra el olvido", dictamina que nuestro autor influyó en "la virtuosa y progresiva transformación de la obra de Juan José Saer": "La Nación", 6 de octubre de 2012, p. 35. Posiblemente. Un discípulo de Pía, Miguel Ángel Giordano, lo recuerda (www.surdeba-bel.com.ar/ultimas-secciones/279-entrevista-con discipulo-de-roger-pla) con unción. Bien hecho. Pues se conoce a la persona por cómo memora a sus mayores y maestros.



3. Pla y la subsistencia

Cuenta que "Nunca viví de mi obra (¿quién lo hace?). Siempre tuve mi "segundo puesto". No es un destino del todo malo. No me convence mucho el ocio que da la fortuna para la vida de un escritor. En cambio, llegado a cierta edad, esta disponibilidad total del tiempo es más que deseable, necesaria, diría. Alguna vez pensé ingenuamente que al jubilarme de mis empleos la obtendría. ... Para mantener mi nada rumboso nivel de vida debí seguir trabajando... Soy muy lerdo para mis propias cosas, y como también me gusta en ciertos períodos no hacer nada -al menos sobre el papel-, nunca me alcanza el tiempo": en Encuesta a la literatura argentina contemporánea, directora Susana Zanetti. CEAL, Buenos Aires, 1982, p. 463. Su último texto fue una poesía. Principia cual una profecía en el espejo: "Recuerdo el instante de mi muerte.

Fue tal como lo había deseado...".


4. Nuestros propósitos

En el título de Gregorich hay razón y razones. De modo que uno simplemente quiso no digo destacar o rescatar a Roger Pía, cosas que no necesita, sino simplemente acordarnos de otro de nuestros tantos intelectuales tan valiosos. El injusto olvido, "el relato", la indiferencia, son síntomas de la anticultura. Lo que menos precisa Rosario, so pena de erigirse del todo como una ciudad de gnocchis y tallarines. Si son baratos y abundantes



Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”. Fascículo N.º 113 de Noviembre 2012

martes, 14 de noviembre de 2017

PLA ROGER- ESCRITOR( 1912-1982)

Por Eduardo D’anna

Prosista de raza, hombre de bien







Nació en Rosario en 1912 y murió en Buenos Aires en 1982. Además de ser un gran novelista, frecuentó la poesía la dramaturgia, la crítica de arte y el ensayo. "Proposiciones", que reúne sus textos teóricos, fue editado por la Bibloteca Vigil en 1968.

Si buscaba ser novelista, por entonces era imposible que se quedara aquí: hacia 1936, tras vivir "un amor grotesco y trágico", Roger ya está en Buenos Aires, en medio de la bohemia literaria porteña, que incluye desde el rosarino Cascella hasta el polaco Gombrowicz, desde Mallea a Roberto Arlt. Es entonces que empieza "Los robinsones", que le llevará seis años escribir y que recién se publicará -qué ironía- en 1946, en una editorial rosarina. Ya su estilo, que él después llamará "realismo presentativo", anticipa el objetivismo, sobre todo por su estructuración sin anécdota central, en la que nada se relata y todo se realiza.

Después vinieron "El duelo" (1951), "Paño verde" (1956) -que llevó al cine en 1973 Mario David-, "Las brújulas muertas" (1960) e "Intemperie" (1973), que despertaron interés y respeto unánime entre colegas y críticos. En ellas viven los personajes solitarios, atormentados de Roger, que parecen ser como él era, hijos postumos -Roger fue criado por su hermano mavor Cortés, un líder reformista-.


Seres que no comprenden el mundo en el que se mueven porque éste ha cambiado, ha perdido algo que era consustancial con ellos; o porque, sencillamente, a eso esencial jamás lo poseyeron.

Roger, como dijera Luis Gregorich, "era la imagen misma de la autenticidad y la austeridad, y jamás hizo concesiones para acceder a los dudosos dioses del éxito y del dinero", y por eso sus obras subsisten hoy, cuando tantos fuegos artificiales se han apagado. Roger trabajó, pues, en el periodismo, y sólo entregó sus esfuerzos a la literatura cuando estaba seguro de que era necesario hacerlo. Administró así conscientemente su talento público, pero lo que lo conocieron personalmente, sin embargo. dicen que en ese otro plano se procuraba totalmente: con su sempiterna boquilla humeante en la mano, alto y delgado, de cálida educada voz cautivaba a todos porque lo que decía nacía de convicción sencilla y profunda.

Jamás Rosario dejó de estar en el centro de su corazón, como bien lo supieron los escritores rosarinos a quienes frecuentó, e incluso, ayudó de mil formas. Como indica su amistad con Berni, Gambartes y los pintores del grupo Litoral. Y en 1979, algunos años antes de su desaparición le entregó a Syria Poletti un manuscrito con una nouvelle suya. "El Paisano Díaz” la había titulado, y ella, quizás ignorara de la emblemática referencia que sólo un rosarino podía conocer, le cambió el título y le puso "Los atributos".

En este regalo -también postumo-. Roger hace lo que no había sido posible antes escribir de Rosario. Y Rosario cobra vida allí como sólo con un gran narrador podía hacerlo: renacen Pichincha y sus personajes, y el Macho fantasmal sigue su camino trágico hasta el final, que no es la muerte, sino lo que se descubre después de ella.



Fuente: Extraído de la Revista del diario “ La Capital de los 140 aniversarios” . De 2007

martes, 7 de noviembre de 2017

El Club Español de Rosario

Disidencias hacia una postura sobre el edificio.



Por Julio Chiappini


En su elaborado artículo Una persistente broma de estudiantes. La historia del emblemático edificio del Club Español, publicado en el N° 103 de esta benemérita y hospitalaria revista a p. 18, Roque Á. Sanguinetti propone varias tesis con las que disentimos (del latín di sidere, sentarse en distinto lugar).

1) El edificio de calle La Rioja es "probablemente la más original" de las arquitecturas rosarinas. Ser original no es un mérito. De todos modos hay muchos edificios más originales y a la vez más relevantes. P. e. el del Jockey Club, en Maipú y Córdoba. El de ahora la tienda Falabella. O el "Minetti", en Córdoba al 1400; o la Gath y Chávez otrora en San Martín y Córdoba; o las grandes casas en bulevar Oroño, hoy muchas demolidas. Y la Bolsa de Comercio. Hay envergaduras y envergaduras. Y decenas de otros ejemplos.

2) No contento, Sanguinetti asesta que el edificio bien pudo ser "firmado por el genial Gaudí". Gaudí y Cornet (1852-1926) es un top ten de la arquitectura mundial. Y se lucía con otro tipo de diseños. Una casa grande con una escalinata y unos frisos de cemento hechos con felonía mal pueden atribuirse a Gaudí. Y menos en Rosario, una ciudad que en parte desconoce y en parte odia la arquitectura. De modo que la afirmación de Sanguinetti convengamos es una portuguesada. El barcelonés Francisco Roca y Simó (1874-1939), que vivió en Rosario entre 1909 y 1917 y que en algún diseño hecho en España procuró emular a Gaudí, fue un arquitecto -alarife- utilitarista y nada más. La oceánica Enciclopedia Espasa, que le dedica una página a cualquier profesor español muy conocido en su casa a la hora de las vituallas, lo omite. Tampoco aparece en las dos enciclopedias de Abad de Santillán o en Juan Álvarez. Hablar de Gaudí es hablar, aunque a cada traste su azote, de Le Corbusier, de Frank Lloyd Wright o de Oscar Niemeyer.

No olvidaba comentar que a Gaudí le encantaba ser extravagante. Se ha cotizado por "sus formas aparentemente descabelladas". No es el caso de Roca, para nada. La historia de la arquitectura debe ser elitista; pues la arquitectura es la superestructura de la sociedad. Una ciudad se conoce (digo: sus habitantes) por su arquitectura. Así como un hombre se conoce por sus renunciamientos; por su capacidad de enaltecer a los demás y de soportar la soledad; y por cómo honra a sus mayores y maestros.

3)Sanguinetti calla el mal mantenimiento que históricamente padeció el edificio.

Descuento que es por falta de recursos. Es cierto que cuando la visita de los reyes de España en 1992 (nuestro autor la retrotrae a "la década de 1980"), se hicieron buenas restauraciones. Mientras, concertemos que por ejemplo en París -o en Washington o en Chicago, cosa de abrir uno el juego-, ni soñando se hubiera construido este edificio (que creo es de 1913). No digo que sea un adefesio. Pero tampoco es cuestión de tantas loas.


4)La diserta nota alaba la picardía con que fueron hechos los frisos de cemento.

Resultaron una burla a quien encargó la obra, una trampa. Esto debe ser censurado moralmente. Los a veces obscenos o grotescos personajes son propios de un teatro de comedias bufas, no de una institución. Lo otro es "más divertido", cómo

no. Pero hay que ser serio sin necesidad de la adustez. Y no festejar las estafas,

por más que la haya cometido un tío de Sanguinetti. Uno de los personajes, in-

cluso, según Sanguinetti con su rutilante prosa, "se huele con fruición el sobaco".


Me pregunto cómo lo sabe. También halaga un "corte de manga". Cuando el Club Español no estaba destinado, ya deslicé, a representar saínetes o piezas

del grotesco criollo. Sin embargo esta cosa hecha por bellacos a Sanguinetti lecausa "regocijo" (sic). Optó por "Facundo". Y dijo bien Borges: "a los argentinos

En cuanto a los dos leones que "custodian orgullosamente allá arriba" (hipálage o metagoge), están mal emplazados; pues para el transeúnte pasan desapercibidos salvo que se desnuque mirando los cielos. Delatan que la fachada fue mal concebida; ya que lo gravoso va abajo, caso de los leones en la municipalidad. Incluso con veredas tan angostas un buen urbanista hubiera hecho recova, había fondo de sobra. La cabeza no está solamente para llevar sombrero, gorra, bonete o capirote. Y el sombrero debe acomodar-, la cabeza, no a la inversa. 
5) Es tan majestuoso el edificio, tan expléndido, tan atrayente para los rosai y los turistas, que Sanguinetti adhiere proyecto de que se expropie buena p te de la manzana de enfrente (La Ric Sarmiento, San Luis y San Martín) "p crear un pasaje que desembocaría en Plaza Montenegro. De este modo se dría verlo por fin con la perspectiva ne saria y el paisaje urbano se enriquec; mucho con esa vista". En el trance. . no escribiría "paisaje urbano": lo un lo otro. De lo contrario, construya las ciudades en el campo; serían as saludables.

El edificio de Moreno y Córdoba se propio para levantar ahí el Museo de la Memoria. Hoy esa casa debe valer 2.000.000; y hay que mantenerla persecula seculorum, son millones de pe por año. Lo que propone Sanguinetti frente al Club Español demandaría, a ojo de mal cubero, unos 25 millones de dólares y un terrible desbarajuste en el centro por un par de años para empezar a hablar.

El Club Español no es el Petit Trian, la pirámide de Micerino. Y el dinero de los contribuyentes está para otras cosas. La hacienda pública debe manejarse con prioridades, no con caprichos. Y que es quisquilloso, pues sí. Por ejemplo el monumento a la Bandera siempre mepareció unconvincing. Bien que, reconozco los socialistas lo han mejorado. 

En fin: toda discrepancia es conside de espantoso mal gusto. Corregir es ordinario y, para colmo, el que corrige ca del derecho de equivocarse. Respecto los valores arquitectónicos del Club probablemente uno yerre, probablemente: exhiba. Ahora en relación a una exportación costosísima y que fastidiar vida de infinidad de personas por añares, la hallo francamente inexplicable.

Además según los criticones, "Rosario es una ciudad de gnocchis y tallarines.

Si son baratos y abundantes". Pero hijo adoptivo, ciertamente la quiere, mejor por Borges: "no nos une el amor sino..." La verdad, en tanto, en tiempos de confusiones se conoce mejor por comparación y hasta por confrontación el único valor fundante de la justicia, un valor fundado.


Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”. Fascículo N.º 144 de Setiembre 2015