Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
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martes, 28 de febrero de 2012

"El Grito de Alcorta".

El 31 de agosto de 1912, luego de la huelga agraria que movilizó a 120 mil agricultores, se realizó una reunión en Rosario con el objeto de constituir una entidad gremial que los agrupara, a instancias de Francisco Netri, un abogado italiano de Potenza, que había llegado a la Argentina a los dos años, en 1875. Netri, que había estudiado Derecho Agrario se interesó por el problema social de la tierra en Santa Fe y a instancias de su hermano, sacerdote, asumió la defensa de los colonos del sur de la provincia, erigiéndose en el líder del llamado Grito de Alcorta.

La reunión se llevó a cabo en la Sociedad Italiana "Giuseppe Garibaldi** y además de hombres y mujeres del campo, asistieron autoridades de los tres gobiernos: Toribio Sánchez, en representación del nacional; el Dr. Ricardo Caballero, vicegobernador de la provincia* y el intendente municipal Julio Daniel Infante.

Fue este último quien propuso una resolución, luego aprobada por la asamblea, que propiciaba "dejar constituida con el nombre de Federación Agraria Argentina” una asociación de cultivadores del campo, para conseguid por todos los medios lícitos una mejora en su situación, poniendo al efecto las energías de todos al servicio del derecho de cada uno". La propuesta, que -Netri había anunciado como masivamente apoyada por los chacareros, fue en efecto plebiscitada por aclamación.

El 21 de setiembre del mismo año, se funda el periódico La Tierra, órgano de prensa de la entidad hasta nuestros días, y se constituye una cooperativa productora de pan. Netri, que había sido un batallador infatigable en la lucha por la reivindicación de los inmigrantes arrendatarios (cuyas condiciones de arrendamiento eran leoninas y muchas veces oprobiosas) fue asesinado en Rosario el 5 de octubre de 1916.

El Grito de Alcorta, además de su nombre, rescata otros como el de María Bulzani, la "María de Alcorta**, de José Pedroni, que en la hora de adoptar medidas fuertes, como reclamaba ese mo­mento dramático, y ante la indecisión de los hombres, arrojó su delantal sobre la mesa de discusión proclamando: Para morirme de hambre, me muero de hambre sin trabajar. Su gesto decidió la huelga agraria reclamada.

Pedroni cantó a aquella campesina con versos sencillos y perdurables:
"Hasta que en noche de sudor
/y tierra,
sola de toda soledad, vacía,
con delantal de llanto entre los
/dientes,
diste en un grito el día.
Bendito tu dolor que incendió
/el trigo
por un poco de vida,
por un sauce de paz donde
/peinarte,
por una nueva espiga..

Fuente: Artículo publicado en la Revista “Rosario Historias de aquí a la vuelta autores Héctor Deppeler y Ricardo Roccuzzo  Fascículo  Nº 12 del año 1991

viernes, 24 de febrero de 2012

El grito de Alcorta


El movimiento que se inicia en Alcorta en Junio de 1912, impulsado fundamentalmente por agricultores arrendatarios, si bien no cuestiona las relaciones de producción dominantes en el área ni el régimen de proyecta acrecentar la participación  los "chacareros" en el agrícola y profundizar la vigencia de relaciones tas de producción, permitiéndoles disponer más libremente de la tierra que arriendan y del producto de su trabajo. Dichos objetivos se explicitan con claridad en los diferentes pliegos de condiciones que elaboran así como en tos análisis de ciertos observadores del momento. El 26 de Junio de 1912 La Capital de Rosario señala: “... fenómeno de independencia moral del trabajador de la tierra, que traería por consecuencia su mejoramiento económico. El colono se siente dueño absoluto de sus actos y se resiste a ejecutarlos bajo el impelió de contratos que restringen su libertad individual: se siente dueño absoluto de su trabajo y quiere percibir sus frutos (...) la intuición perfecta de derechos y deberes, piden antes que todo, que una vez pagados arrendamientos de cosechas, que le dan derecho cultivar la tierra ajena, su soberanía absoluta  para disfrutar del rendimiento de su cosechas sin obligaciones”.
Fuente: Artículo publicado en la Revista “Rosario Historias de aquí a la vuelta autor Marta Banaudo  Fascículo  Nº 7 del año 1990