Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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martes, 12 de agosto de 2014

PAYADORES, DROGA, CINE, ESCULTORES Y POETAS



   Este año de 1925, fallece a los treinta y cuatro años y tras largo padecer Donato Sierra Gorosito, iniciador de la temática social, junto con otros, en el repertorio payadoril. El tono rebelde de sus versos dejan traslucir al idealista que en realidad fue. Yo no disputo a nadie la existencia / ni en la bajeza y la ruindad me enlodo/yo comparto mi pan con la indigencia / y las que todo me pide le doy todo"1.
Aún suele andar por Pichincha Luis Acosta García (1895 -1933), creador talentoso que en poco más de una década dejará una obra perdurable J. Identificado con lo social, dice: "Canto a los males ajenos / y las humanas flaquezas / las que no he cantado nunca / son mis verdaderas penas".
Pero en Pichincha anda, además, la droga, terreno en que no es ajeno el Petit Trianón. El uso de la droga en este prostíbulo es desmedido, consistiendo en cocaína procedente de Entre Ríos. Es en este año cuando Manuel Romero recuerda que "no se conocían coco ni morfina / los muchachos de antes no usaban gomina". El tango -se trata de Tiempos viejos - será incluido al año siguiente en el saínete Los mucha­chos de antes no usaban gomina, de Romero y Mario Benard, cuyo inicio de acción transcurre en 1905.
A su vez la gomina aparece en 1914. Y parece ser que los porteños han adoptado la moda de drogarse de los franceses, por lo tanto, dice Roberto Selles, "nuestros drogadictos iniciales datarían de 1912 -13, que es cuando los niños bien que bailaron por primera vez el tango en París estuvieron de regreso en Buenos Aires"


"Durante la década de 1920 la droga es ya popularísima. Veamos lo que dice el tango al respecto: "Triste hazaña de un dopado/ que hoy festeja el cabaret' {Los dopados, luego Los mareados, de Cobián, Weissbach y Doblas). "El changador de la esquina/dopado de cocaína"(Micifuz, de Aviles y Marom). "Los paraísos del alcaloide / para olvidarla yo paladee" (Noches del Colón de Cayol y De los Hoyos). "Cuando anduviste con aquel gil /que te engrupía con cocaína / y te llevaba al Armenonville" (Milonga Fina, de Flores y Servidlo). "La morfina y la coco / hay en esa garconier" (Pa' que te acordes, de Lomuto). "Y una noche de champán y de cocó"(Griseta, de González Castillo y Delfino). "Y hoy te entregas a la coco' (La provinciana, de Romero y Jovés). "Tengo mi elixir, la coco' (Coto­rro Azul, de Velich y Rodríguez). "Ahelando una priss que coco" (Gabino, de Romero y De Bassi). "Te irás clavando la aguja ampollada de morfina" (¡Qué queres con tu elegancia!, de Gómez y Polito).Ios ejemplos son interminables'"


El popular payador rosarino Francisco Nicolás Bianco (Pancho Cueva) quien se iniciara profesionalmente en 1909 y hasta llegara a grabar con la orquesta de Eduardo Arólas en 1917 La Payanca, entre otras composiciones, constituyéndose así en el primer cantor de orquesta 4, publicó una hoy olvidada obra junto a un tal Silva llamada "La cocaína, el opio y la morfina". Es probable que el tal Silva sea el payador José María Silva nacido hacia 1860 y fallecido en 1913, transcurriendo obviamente su exis­tencia antes del auge de la droga en Buenos Aires y por supuesto en Rosario.
   "La olvidada canción del no menos olvidado Francisco N. Bianco habla por sí misma de la consecuencia de los tres flagelos: la cocaína, alcaloide estupefaciente procedente de la coca boliviana, peruana y colombiana; el opio, jugo desecado de las cabezas de la adormidera verde que obra como narcótico y, según Heráclito, ya se conocía en el año 160 antes de Cristo; y la morfina, alcaloide derivado del opio crudo, cuya denominación se origina en Morfeo, dios griego del sueño, a causa de su poder somnífero"5


La cocaína, el opio y la morfina
Suplico que me escuchen los hombres que son sanos de espíritu y conciencia, como de corazón; que esta canción fustiga los vicios inhumanos que a ciertos seres ata con sus tóxicos vanos ¡a los funestos goces de la degradación!
Y ustedes que me escuchan, recojan mi enseñanza la mágica semilla que ofrece la verdad; que esquiven tenazmente la trágica acechanza con que el siniestro vicio a tantos seres lanza ¡primero a la locura y luego a la maldad!
Los alcaloides tales como la cocaína, el opio y la morfina que siembran tanto mal acaban por abrirles a aquellos que dominan si el alma les consume y el cuerpo les fulmina ¡las puertas de la cárcel o las del hospital!
Varones y mujeres se embriagan de esa suerte, enfermos por el ansia del lujo y el placer, y en esa lista roja, que dicen, los divierte caminan insensibles al crimen o a la muerte ¡dejando sobre el pueblo las lacras de su ser!
Degenerados surgen sus pensamientos fijos, ajenos a las normas del bien y la bondad, degenerados forman sus vínculos prolijos. ¡Y son degenerados sus hijos y los hijos de aquellos que engendraron su enorme nulidad!
Por eso es que los hombres que se aman a sí mismos y que su hogar valoran con lo que cabe en él, rechazan y maldicen con altivez y altruismo esos venenos rubios que arrastran al abismo y que hacen de los seres fantoches de papel...


Volviendo a los payadores de temática social no podemos dejar de señalar a Juan Bautista Fulgmitti (1895 -1951), aunque su nombre habrá de trascender como autor de tangos, sus versos de protesta harán época. No hay cantor popular en estos años veinte y aun en los posteriores que no entone alguna vez aquella canción que dice: "Ushuaia, tierra maldita / páramo adusto y sombrío / tu nombre lóbrego e impío / a cantar me precipita / Ushuaia, tierra maldita / al pregonar la congoja / que tu propio nombre arroja / en los buenos corazones / hace que de mis canciones / en ti vuelque la más roja".
    Otros como Evaristo Barrios y Martín Castro pasean sus canciones en los barrios de Pichincha y Súnchales, donde también improvisan rosarinos como José Rico - El Zurdo - de quien he dado noticia en El Rosario de Satanás y que de un tirón suele improvisar alguna chacarera para alegrar las ruedas que se llevan a cabo en los boli­ches y almacenes: "Yo no soy de estos pagos / yo soy de Bariloche / me gusta dormir de día / y emborracharme de noche. Mi mujer es santiagueña / de los pagos de Atamisqui / usa peinado a la moda / fuma rubio y chupa whisky /. Mi suegra es de Porto Alegre / y mi suegro colombiano / mi cuñadito Cornelio /es un flor ¡de boliviano!..."
  El público que asiste a las ruedas cantables de improvisadores repentistas, a las - - notaciones líricas de alto vuelo y a las representaciones teatrales de todo genero es disputado por un invento que, curiosamente, no tiene voz y que es pura imagen: el cinematógrafo.
En 25 años escasos, apenas el tiempo indispensable para educar una generación, se han multiplicado en Rosario en forma prodigiosa las salas de espectáculos cinema-tográficos . Más de veinticinco exhiben las películas más variadas y diversas que pro­duce la industria del cine. Dice Pérez Tuero en octubre de 1925 refiriéndose a
LA ETICA DE LA POBLACION ROSARINA Y LOS PROGRESOS DE LA ESCENA MUDA
"Así como supo extender su cultura general este gran pueblo babilónico, seleccionará tam­bién en la visión de la pantalla, las vistas propias a su idiosincrasia, culminando su atracción hacia los hechos históricos y sociales, llevándolos como un sistema de educación racial hasta las es­cuelas primarias, donde los niños se educan y deleitan, guardando el principio de amor hacia la nacionalidad y el respeto al hogar y la familia.
"En este origen de ideas, la Municipalidad ha colaborado eficazmente, promulgando orde­nanzas prohibitorias de películas relativas a tragedias, dramas policiales, pasionales, etc., que pudieran evitar vivamente la imaginación o sensibilidad de los niños, creando a la vez una comisión de vecinos para vigilar o intervenir en la reglamentación dictada a ese res­pecto; pero una pasividad rara en el carácter nuestro, preside esas funciones, observando actitudes impropias de nuestra acción y capacidad mental, al extremo de dejar incumpli­das esas prerrogativas de legislación sabia popular, que dañan la moralidad infantil".
Preocupado vivamente por la salud mental de la población infantil que no puede sustraerse a la asistencia de espectáculos cinematográficos, sigue diciendo Pérez Tuero:
"Y si esas ordenanzas son en extremo previsoras y ponderativas, no nos explicamos tal pasi­vidad o negligencia, sobre todo cuando la Dirección del Departamento de Niños de la Oficina de "Trabajo de los Estados Unidos de Norteamérica, ha logrado interesar a la Liga de las Naciones -para que se ensayen películas especiales para el fomento de la moralidad en los niños, que con é as percibirán una educación adecuada a sus tiernos cerebros y a sus corazones sensibles.
"No creemos que deban crearse dificultades al desenvolvimiento y multiplicación de las salas cinematográficas con el pretexto de la moralidad infantil, para que caiga sobre ese comercio, que consideramos útil y necesario al desarrollo y desenvolvimiento de la sociedad, alguna sanción restrictiva que aumente las ya numerosas dificultades que sobre ellas pesan en la actualidad; pero que se adopten disposiciones para la revisión y censura de todas las películas que se exhiban para los seres infantiles, debiera ser fundamental, y estimamos no debe abandonarse la idea".
Cuando todavía existen en algunas escuelas los correctivos más o menos violen­tos como el varazo o punterazo, la posición de rodillas con granos de maíz debajo de ellas, los coscorrones y tirones de orejas, el palmetazo en el dorso de las manos y humillaciones vanas como los plantones en un ángulo del aula; a veces de espalda a la clase y con un bonete en la cabeza con la inscripción: Burro. Cuando en las casas de familia muchos chicos se ven sometidos a las clásicas palizas, que a veces no pasan de unas nalgadas propinadas con la mano o con la ayuda de alguna zapatilla y otras son brutales castigos, cinturón mediante; nos encontramos con que Pérez Tuero sale a defender la mente de los párvulos con una preocupación que lo presenta y sindica como una especie de adelantado rosarino en psicología infantil:
"Actualmente - sigue diciendo Pérez Tuero -, salvando la cinematografía en ciernes que se observa en algunas escuelas primarias de nuestra ciudad - medida acertada y puesta en práctica por e Consejo de Educación de la Provincia - no sabemos que existan películas oficializadas para la distracción y educación del niño, ni cinematógrafos que se dediquen en nuestra urbe a esa especialidad, pues se programan las funciones para el público en general, sin tañeren cuen­ta la selección y sin aplicar la censura previa.
,. . "Pero correspondería, ya sea por las autoridades o por los propios padres de familia pres­tigiar el funcionamiento de cinematógrafos que se dispongan a exhibir películas para ni­ños exclusivamente, pues sena más accesible conseguir esto, que prohibir la entrada de los mismos a las salas cinematográficas que organizan programas para el público en general, donde las vistas son vanadas y posiblemente perjudiciales para la imaginación de los infantes.
"Y decimos más fácil, porque ya nuestras previsoras ordenanzas rebajan el veinte por ciento de los impuestos que deben abonar, a aquellos cinematógrafos que exhiban sólo películas para niños, las que podrán seleccionarse entre los asuntos históricos, científicos, cómicos o de ense­ñanza en general, proyectando, si posible fuera, la exoneración total de los impuestos a los cines que se sujetaran a dar esa clase de películas seleccionadas y vigiladas por la comisión ad-hono-rem que ya tienen funciones en nuestras disposiciones vigentes.
El progreso cinematográfico en nuestra ciudad, lleva un camino ascendente y rápido, no obstante las trabas que los poderes públicos interponen por medio de gabelas a su desarrollo. Y una raza como la nuestra, inteligente y accesible a todos los conocimientos y actividades de la vida humana, debiera prestigiar con ahinco el fomento de la escena muda, que es una de las artes más positivas alcanzadas en las postrimerías del siglo fenecido y absolutamente necesaria al alimento del espíritu, como lo es al cuerpo el pan nuestro de cada día..."7
Este es el año en que se destacan en Rosario los escultores Luis y Lucio Fontana, así como Juan Scarabelli y Eduardo Barnes. Exponen sus cuadros con gran éxito los pintores Alfredo Guido, Luis A. Ouvrard y Antonio Berni, a quien el Jockey Club ha enviado a Europa. Antonio Daniel Palau, escultor rosarino que ha estudiado en Valen­cia y en Madrid, después de obtener varios premios en la madre patria vuelve a su ciudad natal para ejecutar, entre otras cosas, el busto a Carlos Gallini - el maquinista héroe - que se entroniza en la Sociedad de Maquinistas y Foguistas.
El poeta Juan Orozco, escribe su oda Al Río Paraná: "Espejo colosal donde natura /haciendo gala de gentil ofrenda / copió su imagen armoniosa y pura / y te aureoló de gloria y de leyenda...", y publica su Canto a Rosario, el poeta murciano Vicente Medina: "Rosario de Santa Fe / bien te puedes alabar / que tienes un puerto hermoso / aunque no tienes el mar... ". Rosario Hernández, hace conocer su Mañana de Ciudad: "... Por la abierta explanada de granito / marcha arrastrán­dose el ferrocarril / y corta el aire su aterrido grito / Nil... Pil... Nuil... Piiiiiil...".
Y también tañe su lira en homenaje a la ciudad que ama, el poeta rosarino Emilio Ortíz Grognet, con su excepcional Canto a Rosario: "... Yo te sueño Rosario, sir­viendo de alto ejemplo / cada hogar una escuela y cada escuela un templo;/ sin cárceles, ni taras, de plazas bien ornadas / bullente de trabajo, de ciencias toda armada, / con niños como flores, mujeres como frutos / a las artes rindiendo finísimos tributos / y llena de optimismo marchar siempre adelante / mirando hacia el confín lejado y fulgurante. Yo te veo Rosario, ¡no se esquiva al desti­no!... / la Capital radiante de un estado argentino / nuevo en el mapa. La reina de tí misma / autónoma, sin resquemores y sin cisma. / Amada bien de todos, distri­buyendo bienes, / con diadema de olivos en las augustas sienes. / Y magnánima y libre, sin ansias ni recelos /cumplir tu alta misión bajo los cielos..."

NOTAS:
1         Víctor Di Santo. Payadores y Política, en Todo es Historia Nro. 278. Año XXIV, Bs. As., agosto 1990.
2         V. Héctor Nicolás Zinni, El Rosaría de Satanás. 2da. Edic. Tomo 1ro., 4la. parte. Cap. 2, Págs. 325 y sigs. Ed. Fundac. Ross, Rosario, 1992.
3/5 Roberto Selles, El delito en el longo, en Rev. ¡Esto!. Año 6. Nro. 2X1. Bs. As., 21/6/1991
4     V. El Rasaría de Satanás, op. cit-. Tomo 1ro, ¡ra Parte, Cap. 10, Pág. X4y sigs.
6         José Rico, ¡Qué Familia!, chacarera.
7         .J.M.Pérez Tuero. La ética, etc., en El Libro de Rosario, op. cit.
Fuente: extraído de Libro Rosario era un espectáculo “¡ Arriba el Telón”! de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997