Desde el 29 de mayo de 1920 funciona en nuestra
ciudad la Facultad de Ciencias
Médicas, erigida sobre la Escuela de Medicina anexa
al Hospital Nacional del Centenario. Una pléyade de insignes profesores dictan
allí sus cátedras, por los anos que estamos historiando, a aplicados
alumnos que habrán de descollar más tarde en el arte de curar.
Por supuesto que allí no figura como docente Juan Arce y Villafañe, pero alguien recuerda que el tal Villafañe ha dado a publicidad un tratado de anatomía en verso en la España del 1600. Y ese alguien es, ni más ni menos que el
doctor Ricardo Caballero quien tiene a su cargo la Cátedra de la
Historia de la
Medicina.
El viejo doctor, se cala los lentes, toma unos papeles y lee al alumnado De los
huesos del cuerpo humano:
"...
Tiene, pues, la cabeza veinte huesos ocho en el casco y doce por la cara; dos
tiene la quijada que están presos, y en medio la juntura se ve clara; en el
pescuezo hay siete, no muy gruesos: de compostura peregrina y rara; también se
muestran junto a las assillas1
presas al pecho y a las espaldillas.
Las
ancas son dos huesos que se
juntan
con
el hueso mayor, y hacen tal liga,
que
jamás por allí desconyuntan
aunque el cuerpo padezca gran fatiga;
tres partes son aquellas donde apuntan,
la una está debajo la barriga
las otras es su nombre los cuadriles
y están
con comisuras muy sutiles.
De veinticuatro huesos muy extraños
se hace el
espinazo todo entero,
y están
como conductos en los caños,
pegado
cada cual al compañero;
difieren
solamente en los tamaños,
que es mayor el postrero que el primero,
y pasa por
el hueso de estos huesos
un tuétano 2 que sale de los huesos.
Ciento ochenta y dos, sin las ternillas 3
son los huesos de un cuerpo en sus pedazos
en la
cabeza dos, dos las assillas,
costillas
veinticuatro y seis los brazos,
cinco el
pecho, las ancas y espaldillas,
sesenta
pies y piernas en sus trazos,
las manos
veintisiete un par de veces,
y el espinazo nueve con dos dieces".
El poema de Arce y Villafañe es, por
supuesto, bastante extenso, por lo que he suprimido siete estrofas en homenaje
al paciente lector y a la tiranía del espacio. Como se trata de una anatomía
popular, comprensible para todos los espíritus y tan curiosa, ha merecido los honores de la transcripción de algunas de sus octavas. De la misma forma que con los huesos, Arce
y Villafañe ha procedido con los
músculos, a los que llama morcillos y que el doctor Caballero
lee a sus alumnos de la cátedra.
"...
Desde el hombro hasta el codo solamente están doce
morcillos corpulentos, unos vienen derecho frente a frente, otros pasan por ellos más esentos; el que llaman molledo es
aparente; que engruesa y adelgaza por momentos porque plegado el brazo hace
gran plaza y extendiéndolo luego se adelgaza.
Veintiocho
morcillos van muy quedos, pasando por el brazo lentamente a vestir los artejos
de los dedos a quien dan movimiento diferente, por parte de la palma son
molledos y así tienen y aprietan fuertemente todas las cosas ásperas y duras,
sin que les duelan nervios ni junturas.
La
pierna es muy diversa en armadura que la carne del muslo va de suerte que hace
en las rodillas la atadura; la pantorrilla al pie liga muy fuerte; por delante
se ve la ligadura que después por los dedos se divierte; veinte morcillos,
pues, tiene la pierna con que se entalla, mueve y se gobierna.
Tiene
cuarenta y seis rostro y cabeza, ochenta y nueve la barriga y pechos,
veinticuatro la espalda y de allí empieza quien los brazos y manos dejan
hechos, que son noventa y seis pieza por pieza, y son los que nos causan más
provechos; ciento y veinte las piernas solas tienen con los cuales a ser los
dichos vienen".
¿Y cómo es que a Caballero se le da por leer estas cosas en la Cátedra por él creada?
Quien ha sido vicegobernador de la provincia de Santa Fe por el radicalismo en
1912 - cuatro años antes de que alcanzara la presidencia Hipólito Yrigoyen -
quien ocupara una banca de senador nacional y fuera defensor a macha martillo de nuestra argentinidad,
nunca ha sido ajeno a los versos y a la música. Creo haber señalado que durante su corta gestión como Jefe
Político del Rosario en 1924, cuando llegaba a desempeñar su cargo en el
Palacio de la Jefatura,
bajaba del automóvil acompañado por dos guitarreros, con quienes subía los
peldaños de la amplia escalinata y alojaba luego en un despacho contiguo al
suyo. Y ahí está, para corroborar esta inclinación, el poeta Andrés Ivern -
quien años más tarde escribirá un libro sobre la vida del Dr. Mazza – nombrado adjunto a su pintoresca cátedra.
Siguen preocupados los
rosarinos por el festejo del Día de
la Bandera, ya que el
acto central de 1942 se realiza dentro del estadio del
Club Boca Juniors, en la
Capital Federal, si bien con la presencia del presidente de la Nación, el catamarqueño
Ramón Castillo. El tire y afloje de las
celebraciones que tienen que hacerse en Rosario, da como resultado que en 1943 el festejo conmemorativo se haga en el Parque Independencia, junto a la estatua ecuestre de Manuel
Belgrano, donada por la colectividad
italiana."
En 1944 se producirá un hecho novedoso: la marcha de antorchas por las calles
rosarinas y la presentación de una embajada artística de la radioemisora LR3 Radio Belgrano, de Buenos Aires que atrae a 30.000 vecinos. La primera actriz de la obra de la obra teatral que se pone en escena es nada menos que Eva Duarte quien será llamada a protagonizar poco después episodios significativos de la historia argentina4.
rosarinas y la presentación de una embajada artística de la radioemisora LR3 Radio Belgrano, de Buenos Aires que atrae a 30.000 vecinos. La primera actriz de la obra de la obra teatral que se pone en escena es nada menos que Eva Duarte quien será llamada a protagonizar poco después episodios significativos de la historia argentina4.
Entre tanto, las letras de los tangos, andan por la calle, en la
presencia dé la barra esquinera donde siempre se destaca un cantor, o dos; en las páginas de El Alma que Canta, o el Canta Claro o en las
ventanas abiertas a la vereda donde se desparraman versos y música provenientes de alguna
radio puesta a todo volumen, a todo lo que da, se dice. Están de
moda muchos autores rosarinos y porteños.
Anda entre estos últimos Enrique Dizeo, autor de los tangos Andate con la otra, Copen la banca, Quererte y
morir, El encopao, Tan grande y tan sonso, Con la voz que tengo, Pan comido, hecho, como otros de su
pertenencia, con destacadas figuras del ambiente como Marcucci,
"Pacho", Aieta, Pollero, Flores, Cobián, Gentile, Polito... Ha
compuesto hacia 1944 más de doscientas letras que le han reportado alrededor de 40.000 pesos. Vive en el barrio
Caballito y él mismo pinta su retrato: "Criollo, hijo de
italiano; nariz recta, algo mediana / ojos verdes como el pasto,
nacido en la Capital
/ un metro y sesenta y siete. Piel blanca, cara de
rana / pelo ondulado, castaño y honrado a carta cabal". Además, señala:
"Creo que el tango hay que hacerlo con esto -
y se golpea el pecho -. Tanto el verso como la música. Yo tomo mis temas de la
vida real. Me gusta pasear por las calles del suburbio, o detenerme en
cualquier esquina a observar los detalles de esas vidas humildes que luego
volcaré en mis letras. Suelo estar atento a lo que se dice y conversa por ahí,
y de una frase simple, pero típica y significativa saco un título, y de ese
título surge en tango. ¿Quiere un ejemplo? Con Pugliese conocimos en cierto
bar a un hombre que había bebido mucho. Hablando con nosotros nos dijo: "Me llaman el encopao...". Me gustó, y le propuse a Pugliese que se encargara
de la música. Y ya conoce el éxito que tuvo El encopao... • Sabemos que Gardel cantó muchos tangos suyos...
- Es cierto. Usted sabe que "El Morocho'' era
un gran bromista. Una vez fui a verlo con Pedretti, el conocido guitarrista, para
que Gardel escuchara mi último tango: Maniquí, a fin de tomarle la mano. El insistió en que yo lo
cantara; y tanto, que tuve que complacerlo. Después, cada vez
que se encontraba en rueda de amigos, Carlitos preguntaba: "¿No escucharon cantar a Dizeo? Oigan",
e imitaba mi voz ronca y escasa
haciendo reir a todos. Y a propósito de esta voz mía, tan pastosa, debo decir
que muchos suponen que se debe a mi afición a las bebidas espirituosas; pero
mis amigos, en cambio, saben que mi bebida preferida es... el mate cocido"
5.
Y no solamente el tango
conquista los corazones de la gente y los pies de los bailarines,
también el folklore. El 8 de noviembre de este año,
1944, a iniciativa del
doctorJorge Juan Bosco se crea en Rosario El Centro de la Tradición El Hornero.
Cincuenta años después, recordará el señor Alberto Angel Villegas:
"- Soy socio fundador del Centro. Mis padres
me inculcaron el amor por el folklore. Me acerque con mi novia al Instituto Martín Fierro, que en Rosario funcionaba en calle Córdoba 3245,
pero en un grupo de gente aparecen anhelos diferentes y se produce la escisión
pensándose en fundar otro Centro. Las primeras reuniones se realizan en el
Salón Blanco del Cifré, de calle Santa Fe y Sarmiento; al tiempo lo hicimos
en la casa de nuestro líder, el doctor Jorge Bosco, en la calle Urquiza2181.
Entre los primeros
nombres recuerdo a Felipe Ordóñez, los doctores Romeo Cro-votto, Santángelo,
Codazzi Aguirre y Alfonso Riva, al arquitecto Ermette De Lorrenzi, Lucio López,
Luis E. Aguirre Sotomayor, Luisa Fulco e ing. Angel Villegas, entre tantos
otros. Yo, que por aquel entonces tenía 23 años, era el menor.
Deseábamos
tener la casa propia no sólo para reunimos, sino también para la enseñanza de
las distintas disciplinas artísticas por lo que alquilamos una c,is,i de altos en San Lorenzo
1282. Recuerdo con emoción la gran fiesta que se realizó como inicio de
actividades.
En este viejo programa, usted puede ver: Irma
Borella con Angel Patino bailaron una Zamba, Pety Calabrés con W. Pérez Márquez - el conocido
miniaturista - lucieron sus ropas típicas en un Bailecito. J. Carlos Brizuela y su señora Mecha mostraron el tscondidoyae destacaron en la Cueca Domingo
Peiretti y su señora Piruca. Yo ofrecí con Flory Yanson (mi novia) el Pala-Pala, que continúa haciendo aún hoy.
Las glosas las realizó el poeta Nicolás Juan Zinni
y animaron con sus canciones el dúo Favarel - Palermo. Finalmente, entre todos,
hicimos el Pericón Nacional' 6.
Las
diferentes danzas fueron preparadas por Luis Ernesto Aguirre
Sotomayor, quien en esa época era maestro de escuela rural y venía a enseñar a
El Hornero desde la localidad santafesina de Villa Mugueta. Su idea era no sólo
enseñar coreografías sino que contaba historia y todo lo relacionado con la cultura
nacional.
"... La
inauguración fue un éxito, la casa quedó chica, las habitaciones eran de cuatro
por cuatro. Empezamos a
pensar en tener casa propia. Se encomendó al doctor Jorge Bosco, Ermette De
Lorenzi, Nievas Goyenechea, Martín Pérez y Silvio Puertas que buscaran una propiedad.
Y la hallaron. La compra se efectuó con aportes de socios y amigos. Era una
casona antigua, ubicada en la hoy Juan Manuel de Rosas 1147, con un gran patio
de tierra al fondo. Tenía tres habitaciones grandes y ahí trabajamos, pensando
siempre en modificarla para el futuro. En esa época designamos como Intendente a un
catamarqueño de apellido Caro... " 7.
Recuerdos de un pibe
Yo
tenía diez u once años cuando mis padres comenzaron a llevarme a "El
Hornero". Era un niño de pantalones cortos y muchas veces me aburría
porque no tenía con quien jugar, ya que los chicos de mi edad no iban a las
tenidas folklóricas, que con mucho entusiasmo allí se realizaban. Lo que yo
recuerdo es que el Centro de la
Tradición "El Homero" se fundó como un desprendimiento
del "Martín Fierro". Primero estuvo en la calle San Lorenzo, frente
al Cine Broadway, y cuando consiguieron la casona de la calle 25 de Diciembre, se verificó el traslado.
"La sede social, hoy remozada, tenía
a la entrada, en una sala que daba a la calle, el lugar de reuniones para la Comisión Directiva,
después venía el pasillo de entrada y otra salita, que también daba a la
calle, y que se usaba como guardarropa, creo, para los socios. Al trasponer la
cancel, el patio era largo y estrecho al que daban tres habitaciones grandes
con ventanas custodiadas por largas rejas de hierro.
"Al final del patio, a mano
izquierda, una pequeña salita - que en ese tipo de casas tomaba el nombre de costurero -, servía como Pulpería, no
faltando allí ni el vino, ni las empanadas, ni los pastelitos, pero sí las
sillas y las mesas, porque como era un lugar muy pequeño había que estar todo
el tiempo de pie, rodeando el mostradorcito de madera. El segundo patio era
para mí un misterio, porque era enorme, de tierra y con plantas, no tenía luz
eléctrica, y sólo se vislumbraba una lucecita en el fondo, que señalaba el
lugar del W.C. A ese patio daba la vivienda del casero, que era un hombre
gordo, grande, servicial, se llamaba Caro y tenía su esposa, una hija y un hijo
mucho mayores que yo y con los cuales me las arreglaba para conversar, pese a
las diferencias de edades.
"El alma mater de "El
Homero" era el doctor Jorge Bosco, fundador y presidente, y Luisita Fulco.
El doctor Bosco era un hombre de gran bohonomía y de hablar muy suave Lo
recuerdo a él, a su señora esposa y a sus hijos, los que por lo menos tenían
diez años más que yo."
' Empanadas
calientes
"Luisita
Fulco era una mujer como de cincuenta y cinco años, ya grande para aquella
época, quien no se resignaba así nomás al paso de los años. Hija de un
auténtico guerrero del Paraguay, lucía cabellos renegridos, tenía la mirada
fuerte, un cuerpo esbelto y no se perdía en el baile, tal es así que era la
primera que salía y la última en terminar cuando se daba por finalizada la
reunión. Formó parte de la Comisión Directiva y debido a su gran
prodigalidad y su cariño por el folklore, hizo importantes donaciones a
"El Homero", como ser el piano y, entre otras cosas, un hermoso juego
de sillones tapizados en cuero rojo que por muchos años cumplieron su cometido un uno. de las habitaciones o salas que daban al patio.
"Los bailes se hacían en el patio,
ya sea en invierno como en verano. Las presentaciones artísticas de cantores y
recitadores también. En el transcurso de la reunión folklórica, mi padre
recitaba haciendo un par de entradas. El dúo
Favarel - Palermo nos deleitaba con sus ajustadas y hermosas interpretaciones, asi como el payador Colovini y otros artistas que
pasaban por allí, como los dúos Maranón
- Quinteros y Cuello - Barroso, los bailarines El Pampa y María, el indio Amp ••
tinca, y muchos más, entre los que puede nombrarse a Eduardo Falu quien terminó casándose con una señorita que este Centro.
"Al principio el patio no tenía toldo y se
sufría estoicamente la baja
temperatura, atemperada por la
clásica vueltita por la
Pulpería, donde recuerdo haber visto muchos hombres de
riguroso sobretodo, guantes de
cabritilla y chalina al hombro, bebiendo
de pie y comiendo empanadas calentitas, recién fritas por la señora de Cano.
Fotógrafo a las llamas
"Como
había avidez por aprender más danzas que las conocidas, se contrató a un
profesor que enseñó a muchísima gente los secretos y los giros de bailes casi
desconocidos en nuestro medio. Se trataba de don Luis Ernesto Aguirre
Sotomayor, quien, becario luego del Fondo Nacional de las Artes, ha hecho
interesantes aportes al conocimiento del folklore del Paqo de los Arroyos, en
escritos y conferencias. El Centro de la Tradición "El Homero" llegó a formar su
propio conjunto de danzas criollas, prodigándose en presentaciones que se
realizaron en distintos lugares de la ciudad y pueblos del interior de la
provincia. Este conjunto estaba integrado por familias: los Kanner, los Sosa,
los Jensen, los López y algunos matrimonios como el de mi padre y mi padre,
Peiretti y otros.
"A
quien recuerdo bien es a Raúl Quintana, quien tocaba el plano como los dioses y
comía asado también como los dioses, pese a tener floja la dentadura. Otro que
viene a mi memoria es el que pasaba los discos: bajo, gordito, con unos
anteojos de mucho aumento y que fumaba un cigarrillo tras otro. Yo solía
reemplazarlo en su tarea cuando abandonaba momentáneamente su puesto y, ojo,
que los discos eran los de pasta, de 78 rpm. y había que asentarles la púa con
precisión. r
"
"Como
sucedía en cada acontecimiento, se llamaba a un fotógrafo para que
inmortalizara el momento. El profesional se apellidaba Magallanes, quien acudía
cargando su máquina con el trípode. Después de haberla parado en el patio,
acomodaba la gente y prendía el magnesio que estaba sobre la superficie de una
T de metal, sostenida por su mano izquierda en alto Al encenderse el magnesio
este soltaba un gran destello, seguido por un humo
blanco
y espeso, entonces, Magallanes con la otra mano accionaba la pera de goma y
todos quedábamos retratados
“Un día después del
fogonazo, saltó como una bengala de la
T donde estaba el magnesio, describió una parábola y cayó en
la cabeza de Magallanes, quien, como buen bajito de entonces, lucia una pelambre erguida, frondosa y ondeada. Empezaron a
salir llamas del pelo de Magallanes y el no se daba cuenta. Hasta que la gente
gritó y sintió el calorcito. Enseguida se apagó el incendio ... Pobre
Magallanes, era un hombre más bueno que el pan. Tal vez por eso ha sido
convocado al cierre de estos recuerdos donde lo he fotografiado a él" '.
NOTAS:
1
Anillos: Clavículas. En algunos diccionarios antiguos
figura tomo Anilla o Astilla.
2
Tuétano: sustancia medular.
3
Ternillas: cartílagos.
4
Miguel De Marco (h.), id. id.
5
Martín Alvera. Las letras de los
tangos. Rev. ¡AquíEstá! Año 1, nro. 84¿. Bs. As., 15/671944.
6/17 Testimonio de Alberto Angel Villegas, realizado
por Ricardo Carbó para el Número Especial 50 Aniversaria, de la revista del Centro
de la Tradición
"El Hornero". Rosario. Año 1, Noviembre 1994.
8 Héctor Nicolás Zinni. Recuerdos de un pibe,
en Número Especial 50 Aniversario, etc. op. cil. / "El primer pr.desor de danza
fue Raúl Amelong, después vine yo - señaló [,uis E. Aguirre Sotomayor en la
publicación aniversario de “El Homero” . Recuerdo con gran
respeto al doctor Jorge Bosco y a su esposa, la señora Videla Dorna; al gran
músico Aravena que tenía un conjunto universitario en donde actuaba el eximio
charanguisla Jaime Torres; a Ouillerrno Ruiz Díaz,presidente de la Federación de
Cooperadoras Escolares; a Carlos P. Sosa, su señora Asimina ya .su hijo Roberto, a
Pedro San Martín que decía como nadie los poemas criollos..." "Me
parece ver a un criollo muy respetuoso llamado Arroyo que tenía dos hermanas y
una de ellas se casó con Antonio Cisnweros Lugones quien venia al Centro,
observaba nuestras clases, sabía bailar en forma tradicional y luego formó un famosísimo conjunto infantil de danzas auspiciado
por la
Municipalidad. También escribió unhermoso libro sobre las danzas folkoricas”… Concurrían damas muy
simpáticas: Marta Viñals. Julia Paz. y la muy bonita Amanda Diaz, que bailaba
hermosamente la zamba, sin poses estudiadas ni exageraciones inútiles”.
Fuente: extraído de Libro Rosario era un espectáculo
“¡ Arriba el Telón”! de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén .
Año 1997