En Europa
a todos los jóvenes que sirvieron en la guerra se los recusa como la generación
perdida, porque "no respetan nada y sólo se emborrachan hasta matarse Encontrada antes que
perdida, esa generación acrecentará la estatura y los significantes de una literatura universal que exaltará el pensamiento y poblara la ficción de una polisemia indeclinable. El Ulises, de James Joyce; A este lado del Paraíso y El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Cantos, de Ezra Pound y, entre
otros, Hemingway que por la misma fecha reaccionaba contra la vieja retórica,
son un ejemplo acabado de ello. 1
Mientras en Buenos Aires aparece Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes y
prosigue la puja entre los escritores de Florida y Boedo, en Rosario andamos a
las pinas:
"Por aquellos años, los últimos de la década del 20, existía en Calle Urquiza entre San Martín y Sarmiento, un
establecimiento de manufactura de cigarrillos llamado La Suiza. Aprovechando su enorme
espacio interior y las facilidades que se ofrecían, se armó un
ring, el que junto a las sillas que lo rodeaban a manera de ring side, lo convirtieron eventualmente en un escenario de pugilismo, lugar éste
donde se desarrollaron finales de un campeonato de aquella época. Fueron muchos
de aquellos locales que han sido mencionados
anteriormente, lugares muy precarios para el desarrollo de esta actividad, pero
que permitieron ir conformando una serie de afamados pugilistas que posteriormente descollaron
dentro y fuera de la ciudad.
Lo que muy pocos
conocen, o tal vez no recuerden, es que quien fuera afamado campeón de ajedrez,
el rosarino García Vera, que tuvo en su poder el título de esta ciudad durante
14 años, fue también en su juventud un pugilista de poderosa pegada"2.
Lo de las pinas es un decir para
justificar la inclusión de una curiosidad boxística. En realidad, Rosario tiene
una abundante producción literaria y a los nombres de López Molina, Marcos
Lenzoni, Antonio Robertaccio, Alberto J. Mazza, Defilippis Novoa, Alejandro
Berruti, y Jorge Baraldi, agréganse los de Armando Cascella, Augusto César
Vatteone, Núñez Regueiro, Amílcar Razzori, Camilo Muniagurria, Raimundo Bosch,
Félix Molina Tellez, José Guillermo Bertotto y, entre otros, el poeta José
Pedroni que ha estudiado en Rosario y ha sido premiado en 1922 en el Certamen
Literario organizado por el Círculo de la Prensa.
Fuera de los cenáculos y círculos
literarios de altura, el resto de la población se contenta con otros quehaceres
espirituales: la lectura de las
novelas por entrega, libros, diarios, el
cine, el baile, el varíete, la radiofonía. En 1923 había inaugurado en Rosario
sus audiciones Radio Fugardo con disertaciones del meteorólogo Martín Alcorta,
recitados del poeta Arturo Coussio y conciertos a cargo de Joaquín Arguelles y
de las profesoras Julia Lescano Loyola y Ada Beretervide. También organiza
audiciones musicales el Radio
Club Rosario, actuando el 3 de octubre de aquel año el
concertista de guitarra Bautista S. Almirón y su hija Lalita3.
Hacia 1924 funcionan como broadcastings
de clase B, por su menor potencia, la F. 2
de la Sociedad Rural de Cerealistas, instalada en calle Santa Fe 1270; la F. 3, de Boero Hnos, instalada en calle
Santa Fe 1043 las estaciones F. 4, Radio Fugardo', en calle Sarmiento 1287
y F. 5, Radio Millelot, en Salta 2133. Otras
vendrán después. 4
Decaída la jerarquía del Teatro Colón y el Teatro La Opera, recibe esa herencia de
honorabilidad artística el Teatro
Odeón, edificado en el solar del viejo galón del
Nuevo Politeama e inaugurado en 1927. El empresario Luis Carpentiero, acerado
en su sentimentalismo y fortificado en su reputación, cuidará de esa
honorabilidad. Una síntesis del itinerario de esa sala lo confirma. El pórtico
es Lola Membrives la actriz argentina que enorgullece a la escena hispana. El escenario del Odeón cobijará la última visita de Zaccone; el elenco renovado de Darío Niccodemi, María Melato actriz con voz repleta de matees; Anita Adamuz; la mejicana Montoya; Franca Boni en el auge de su rango de soubrette; Aída Arce y José sucesivos conjuntos de operetas de Siddivó, Pibernat Lahoz; la .ñau.Jbuibto Antonia Mercé; el
conjunto de La Argentinita y muchísimos artistas mas entre los que se destacan los integrantes de conjuntos
operísticos.
En el Teatro Odeón, entre otras, desfilarán
Angelina Pagano, Paulina Singerman Eva Franco. Fanny Breña - Mario Danesi y Pedro Tocci
con Los Conquistadores del Desierto; el elenco de Susini y Cunill Cabanellas con Nedda
Francy, Mecha Ortiz, Iris Marga, Miguel Faust Rocha y Pablo Donadío. La sala no
le será negada, tampoco, al cómico Marcelo Ruggero que con El Teniente Peñaloza comenzará a disponer
del gran público. También en el Odeón habrá de estrenarse Súnchales, mala ocurrencia de
Vaccarezza al endilgar al público rosarino un arreglo de pieza suya de antigua
data que la crítica
con presteza individualizará . 5
En esta época aparece un tango insólito: La indiada, con letra de Eduardo
Moreno y música de Vicente Catalano: "Raza
noble de mi tierra /que al compás de su derrota / escuchó la primer nota /de
la civilización...! ¡Imborrable raza vieja! / que fue su última queja / una
doliente canción / que jamás ha de olvidar la tradición. Las dormidas
soledades / el estero, la barranca / ya no ven las ansiedades / de aquel indio
de alma blanca. Porque el mismo suelo pampa / ocultó la altiva estampa / de aquel
ínclito varón / dejando una emoción / donde hubo un corazón... !".
A decir verdad, el tango - seguramente el género
musical que más temáticas ha tocado - incluyó más de una vez el asunto
indígena. La lista no es extensa pero han quedado algunos títulos y letras,
cuyo estudio y difusión corresponde a Roberto Selles.
"Entre los tangos instrumentales recordamos El pampa, de Juan Carlos Bazán
(en algunas listas aparece erróneamente como Pampa); Indio manso, de Héctor Quesada; La Indiada, de José Martínez; La cautiva, de Carlos Vicente
Geroni Flores, ¿Indio?... ¡Sácale el pelo!,
de Roberto Firpo y Guaymallén, de Juan de Dios
Filiberto.
Otro tango instrumental, Felicia, compuesto en 1907 por
Enrique Saborido y cuyos versos iniciales fueron adaptados por Carlos Mauricio
Pachecho, llevó más tarde una letra de tema indio debido a Juan Miguel Velich.
Dicen esas estrofas: "Embriagao
por los amores / de la india tan querida / me jugué con alma y vida / contra
una tribu bravia... Y un nidito lleno e' flores / tierno le alcé a mi adorada,
/ y le puse por almohada / a mi gaucho corazón". Luego, la traición de la india -
que curiosamente se llama Felicia - y la venganza del gaucho: "Maté al mandria que sin titubear / hizo sangrar mi corazón", culminando con un barbijo en la cara de la
ingrata.
Los indios, de Francisco Canaro y Juan Andrés Caruso tiene
por protagonista aun cacique guaraní e incluye algunas palabras en esa lengua "Y pora cuñataí / más llinda que el uropey, / te canta tu cuimba
'é / en idioma guaraní, ay sí. Tanto me has hecho sufrir / que no puedo más
llorar, / y aquí te viene a cantar, ay sí / el que fue tu curaí... Y pora
cuñataí / a su indio no quiere más? ... / ¿Es que te has enamorado, ay sí / de
algún blanco añamembuí?"
El ya citado Velich. con melodía del
cantor Juan Rodríguez, escribió también Queja Indiana, que dice: "En la arista del monte, un día / sobre unas matas
estirado, / al pobre indio lo han
hallado, / que lloraba en su agonía. Por sus males le preguntaron / y al
hablar tristemente dijo: / Eia se fue ievando a mi hijo, / por mi cacique
moriré". Si aquél habla de un guaraní, éste parece referirse a un coya, a juzgar por los
versos que dicen: "En
la noche serena / parece una quena / su lamentación". Pero quedan aún otros títulos de tangos cantables,
como Mi único tesoro, de Pedro Noda, Emilio y Agustín Magaldi o El Moro, de Carlos Gardel, José
Razzano y Juan María Gutiérrez, sobre una vidalita del mismo título" 6.
Transitamos 1927. Ya conócense las primeras
manifestaciones del cine sonoro y
causa consternación la muerte en París de Ricardo Güiraldes que el año anterior
había dado a las prensas Don
Segundo Sombra. España, ganada por Gardel, pregunta si
así se habla en Buenos Aires, aluciendo al lunfardo. "Póngale la firma, don Jacinto. No tanto en el
"trocen", pero en los barrios hay cada "orre" para el
chamuyo... ",le dice Gardel a
Benavente.
Se está sobre otra elección presidencial en la
Argentina y la agitación política eleva la temperatura, y entre el hundimiento
del barco Principessa Mafalda frente a Brasil y la inundación que arrasa al
Barrio de la Boca dejando 200 familias sin hogar, se constituye la
Confederación Obrera Argentina y los hombres de Leandro Alem se aprestan a inundar
al país con votos para Don Hipólito.
No falta el orillero conservador que vuelva a
echar al aire sus lamentaciones, como lo hizo antaño:
Yo soy del tiempo pasao
el de ios hombres de lay,
de aquellos que ya no hay
mas que yo, como pesao.
De aquellos de sapatilla
bordada, funyi masera
y faja color bandera
para crusar
la cuchiya.
Los de
pantalón campana,
pañuelitos
voladores,
refraneros, peliadores
y enemigos de la cana.
Los qu'er.
el baile y la farra
se hasían
notar, ¡ay juna!
marcando
una media luna
o cantando
en la guitarra;
de aquellos que con los pies
en un
tango compadrón le hasían una inscrisión al derecho y al revés.
Los qu'iban de serenata
a cantar a su fulana
y desde cualquier ventana
la mina, sin miedo al tata,
agradesía al cantor,
y algún vecino, ¡caracho!
nos rociaba hasta el escracho
con agua de fiero olor.
Yo era de aquellos de asión
que con muy poco trabajo
a golpes y puro tajo
ganaban una elesión
Los qu'en habiendo polleras
pa demostrar su valor
gritaban con fiero ardor
una punta de sonseras
para levantar enojos
y defender sus rasones
destrosando corasones
con la daga y ... con los ojos.
D'esos a quienes las loras
les daban plata y amor
tan solo por el honor
de ser... de ser sus señoras.
Ya no queda nada de eso...
Los gringos nos han matao
y
hasta nos han enterrao
con el cuento del progreso.
Hoy ya no hay hombres debute
ni
taitas de cuerpo entero
¡Si hoy ya las va de tigrero
cualquier taño tarabute!
Y
toaos son cajetillas
Y
usan tacos de cocote
Y
y se afaitan el bigote
como pa no haser cosquillas.
Son de cuerpo afeminao
y
jieden a vaselina
y
toman, como una mina,
el
sifón asucarao.
Y
a todo lo qu' es de
ayer
Y
los maulas lo
despresean
y hasta los nombres cambean
pa tener algo que haser;
llaman al tango, furlana...
¡Se necesita coraje!...
¡Y no hay uno que los raje
al sentir
esa macana!
¡La gran siete! ¡Y que parada!
Son todos adotoraos,'
hablan como diputaos... ¡
Y todo es pura fachada!
Son políticos, ¡chau, digo!...
y hablan
de regolución
y en
cuanto ven un facón
se les trunca hasta el umbligo.
¡Si hasta llevan al Congreso
a "qui
mi cointas" y taños...
como si jueran hermanos
pa morfar
del mismo queso!...
¡Ya no hay patria ni bandera,
no hay
crioyos y no hay rasón,
ni valor
ni corasón,
ni un poco e sangre siquiera!...
ni amor,
ni gusto, ni maña,
ni plata, ni tradisiones,
ni
alegría, ni ilusiones
(apura la
botella)
¡Cha, digo! ... ¡Si no hay
ni caña! 7
NOTAS:
1
V. Juan Jacobo Bajarlia. La generación perdida. La Capital, 28/1/1996.
2
Roberto Reyna. Cuando lodo era un gran n'ny side. Historia del Boxeo Rosarino. Parte II. en Revista Cablehogar Año 3, Nro. 21, Rosario, mayo 1993.
Amanda Bergnia de Córdoba Lutges. La Radiofonía y la Televisión en
Rosario. Rev. Historia de Rosario Año XI Nro. 25, Año 1973.
Fuente: extraído de Libro Rosario era un espectáculo
“¡ Arriba el Telón”! de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén .
Año 1997