Por lo que vimos hasta aquí, la casi totalidad de las
instituciones deportivas rosarinas nacieron al conjuro de la pasión
futbolística de la ciudad. Sin embargo, otros deportes ocuparon la atención de
numerosos adeptos y dieron vida a entidades prestigiosas, muchas de las cuales
perduran en nuestros días, engrandecidas y orgullosas de su creciente progreso.
Así, por ejemplo, Diego Abad de
Santillán encontró evidencias de que en 1860 (siete años antes de que se
fundara el decano Atlético del Rosario) se jugó en nuestra ciudad un partido de
béisbol, actividad que cultivaron con algunas intermitencias residentes
extranjeros durante todo el siglo XIX.
Por otra parte, dos años antes del nacimiento de
Rosario Central, en el entonces vecino poblado de Alberdi, un grupo de
entusiastas remeros que acaudillaba Walter Ransdale, fundó el Rosario Rowing
Club. Corría por entonces el año1887 y en razón de la magnitud que tomaron sus
actividades, en cambió su nombre por el
de Club Internacional de Regatas de Alberdi. Cuatro años después se fusionó con
el exclusivista Club del Progreso, retomando su denominación original. En 1917,
diferencias insalvables de criterio en la conducción llevaron a un grupo de
asociados a escindirse para fundar otra institución de enorme arraigo en la
ciudad: el Club de Regatas Rosario, fundado el 16 de abril de 1917, acaparador
de premios y trofeos del mas alto nivel en el remo nacional e Internacional.
Sus botes estuvieron en olimpíadas, campeonatos panamericanos y sudamericanos,
y los nombres de Alberto Demidi -el más notorio-, Mario Guerci, Hugo
Aberastegui, Ricardo González, Luis Pechenino, Enrique Lingenfelder y tantos
otros, acrecentaron el prestigio argentino en esta actividad, en la que
también descollaron los representantes del Club Remeros de Alberdi fundado con
el mismo fin en el año 1919.
Admitimos finalmente la responsabilidad de haber sido
injustos con una cantidad de precursores que, en distintas épocas, dieron vida
a otros clubes que no hemos podido nombrar. Actividades como el ciclismo, el
basquetbol, el tenis, el rugby, la natación, el atletismo, etc., dieron motivo
a la agrupación de voluntades que fructificaron en instituciones de donde
surgieron nombres de valía para el deporte rosarino. Algún compilador atento
vendrá en los tiempos futuros para hacer la crónica detallada que complete esta
reseña donde agrupamos a los clubes más encumbrados de la ciudad.
Más allá de olvidos, omisiones y carencias, este
trabajo que culminamos asume el carácter de sincero reconocimiento a una
comunidad que, a través de sus manifestaciones deportivas, le ha impreso el
sello de su propia idiosincrasia, el mismo que le ha permitido destacarse y
brillar con luz propia en el amplio y difícil escenario del deporte nacional
tanto como en el internacional En tales acontecimientos, Rosario ha estado muy
bien representada y eso, sin ninguna duda, es mérito de aquellos precursores-y
ófe este continuadores- que han dado vida a los clubes de la ciudad.
Fuente: Bibliografía de Historia de Rosario
Central de autor Andrés Bossio