Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
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jueves, 16 de agosto de 2012

EL REFUGIO DEL CAFÉ


Por Rafael Oscar Ielpi


Otro tipo de comercios, los cafés y bares, se iban a desparramar por el centro de la ciudad de los primeros treinta años del siglo -del mismo modo que en los barrios- como ámbitos propicios para el ocio de muchos rosarinos, para posibilitar la sociabilidad cotidiana, sobre todo entre hombres, o el necesario contacto social para las damas, con la inclusión en algunos casos de la atracción del billar o de algún salón para juegos. De esa más que numerosa lista se pueden mencionar unos cuantos, que alcanzaron popularidad y clientela destacables.
De los finales del siglo XIX era el Café La Bastilla, en calle Rioja, citado como punto de encuentro de los comités de huelga, mayoritariamente integrados por anarquistas que sembraban la semilla revolucionaria en la ciudad. De esos años iniciales de la centuria son, por ejemplo, algunos cafés de distinto grado de calidad en instalaciones y servicios pero igualmente recordables: el Café Central, en Libertad al 1200 ; el Café Colón, en Córdoba y Entre Ríos; La Estrella Polar, que en 1902 se emplazaba en Libertad 966, con especialidad en empanadas criollas y "canchas de taba y sapo" (sic).
Una serie de ellos venía de las últimas dos déca­das del siglo pasado como el Café de la Paz, de Santa Fe y Libertad; el Café del Olimpo, en Progreso entre San Lorenzo y Urquiza, vecino al teatro ho­mónimo; el Apolo, en Libertad 341; el Petit París, en Urquiza 54: el Café del Centro, de calle Puerto 139 ; el Café de las Naciones, en San Luis 175; El Rosarino, en Libertad 205, el Rivadavia, de la hoy Cortada Barón de Mauá entre San Luis y San Juan, o el Café Lírico, aledaño al Teatro Olimpo.
Algunos de estos cafés cobijaron -como se verá más adelante- las iniciales proyecciones cinematográficas y se mencionan al hablarse de los pininos de la exhibición de "vistas" en el Rosario. Vecinos a algunos ele ellos aparecen el Gran Café del Puerto, en Sarmiento y San Lorenzo; el Café y Bar London, en Sargento Cabral 168; el Bar Criterión, que por el Centenario funcionaba en Corrientes y Tucumán, o el Bar Roma, en San Lorenzo 982, "con salón particular para sociedad". De los años de los fastos del Centenario eran lugares tan peculiares como el Café Andalucía, de Mendoza 1329. "casa especial en el Rosario donde el públi­co afecto a los toques y cantes españoles puede pasar ratos agradables"; el Café El Dorado, en Mitre al 900, o la  Confitería El Aguila, en Avda. Pe- llegrini y Corrientes, y el Recreo El Guaraní, de Córdoba 2252.
Dimensiones mucho mayores tendría el local de La Cosechera, un vasto recinto ubicado en Rioja entre San Martín y Sarmiento, y antes en Córdoba y Mitre. Su propietario inicial, Kamachi, sería sucedido, en el segundo local, por un comerciante de origen griego. Fue uno de los más tradicionales del Rosario del 20 al 50 y su recinto poblado de mesas, de humo y de conversaciones casi exclusivamente masculinas formó parte de un folklore ciudadano que llegaría incluso a entrar brillantemente en la literatura de la mano de Jorge Riestra, el rosarino que con "El Opus" ganara el Premio Nacional de Novela en 1986 y que tanto en "El taco de ébano" como en "Salón de billares" y en algunos de sus cuentos, instala sus ficciones en ese ámbito acogedor, poblado de códigos intransferibles y en muchos casos impenetrables, que eran los cafés o los cafés con billares.
A esta última categoría pertenecían, por ejemplo, el Café Madrid, de Suárez Hnos., en la esquina de Mitre y Rioja, y Los 20 billares u Olimpia, de Aguiló Hnos.. en calle Rioja al 1000, donde se instalan justamente los personajes de las novelas de Riestra y que perducaban los pajaritos tostados, que se servían como acompañamiento del aperitivo. Más de un viejo rosarino puede dar testimonio de la pizarra que colocada en la puerta del bar, anunciaba los susodichos pajaritos, cuando había stock de ellos. En El Palomar, por su parte, tenía su estu­dio el pintor Fernando Gaspary, uno de los pioneros de la enseñanza de la pintura en la ciudad.
Un poco anteriores, de alrededor de 1915, eran el Bar Joffré, en la esquina de Alem y Rioja, sitio de encuentro de artistas plásticos, y el Café Galíleo. en Mitre y Pasco, vecino del Mercado de Abasto, poblado por la variopinta gente que trabajaba en él o en los co­mercios cercanos. Contemporáneos al Central, en cambio, aparecen el Bar Select, en Mitre y San Luis; El Platense, en Salta y Balcarce; el París Bar, en Córdoba y Entre Ríos; el Bar Eslava, en Sarmiento 1012; el Café Columbia, en Córdoba 536, y el Café de La Comedia, aledaño al teatro homónimo, que hacia 1920 era tenido como punto de reunión por los noctámbulos rosarinos. De los años 20 sería asimismo la Chopería SantaFe. en Santa Fe al 1100, lugar tradicional, sobre todo en verano, de una clientela distinguida y cuya actividad se extendería hasta alcanzar los primeros años de la década del 70, cuando la ciudad había alcanzado un crecimiento impensable medio siglo atrás.

Fuente: Extraído de la colección  “Vida Cotidiana – Rosario ( 1900-1930) Editada por diario la “La Capital