La celebración anual de
los carnavales -la fiesta pagana del rey Momo- daba lugar a la participación
masiva en los festejos, como lo implosión de una contenida ansiedad popular.
Era frecuente el enmascaramiento casi colectivo de la concurrencia a bailes y
corsos. Estos se realizaban hacia el
sur, por Av. Arijón y calle San Martín; en barrio Echesortu sobre Bv.
Avellaneda, desde Córdoba a San Juan; en Arroyito por Av. Alberdi y los más
elegantes en la calle Córdoba y Av. Pellegrini, donde las damas rosarinas
desfilaban en carruajes ornamentados tirados por briosos corceles. En estos
corsos desfilaban además de los disfrazados -"mascaritas"- grupos de
"negros escoberos" que bailaban sus candombes, murgas que bailaban el
charleston entre las que se destacaban "Los bataclanes", "El conventillo",
"Los cariocas", "Los gitanillos", "La muchachada del
centro" de la que era director
Scalona. La comparsa más famosa, formada por centenares de participantes era
"Ilusión de Pierrot" de la que era director Covelli y actuaban como
violinistas Salvador Donnaruna y Pepe Costa. Esta comparsa efectuaba sus
ensayos en la zona de Entre Ríos y Pasco. Durante muchos años mantuvo su
supremacía sobre las restantes; no obstante "Cargamento Salvaje", con
su personaje "Tarzán", en 1939 obtuvo el 1º premio en los corsos porteños
de la Av. de Mayo.
Por la tarde se
realizaban los llamados "Corsos de Flores y por las noches a partir de las 20 horas,
sonaba una bomba de estruendo y se comenzaba el desfile y el juego con
serpentinas, aguas perfumadas y papelitos picados, hasta que a las 24 una nueva
bomba anunciaba su finalización; entonces, los niños y mayores volvían a sus
domicilios y los jóvenes corrían a los salones de baile hasta la madrugada.
Fuente: Libro Rosario Historia y
Desarrollo. Recopilación Histórica de Alberto Campazas. Ediciones Pago de los
Arroyos. 2º Edición 1996.