ARTISTAS DEL BISTURI
Mecenas, humanistas maestros de maestros dejaron una impronta
imborrable y son uno de los orgullos de la medicina de la ciudad
Por Guillermo Zinni
¿Podrán los hermanos Zeno haber puesto su dinero en campos y vacas,
especulado en la Bolsa
o comprado ladrillos? Seguramente que sí, pero eligieran un mejor camino:
invertir en conocimiento y ser mecenas de diversas instituciones y hombres de
la cultura. Sin embargo, en una cálida siesta de verano la esposa de Lelio
explotó:
-¡No hay ningún derecho, Lelio! ¡Siempre estoy
seca! ¡Nunca tengo un mango! ¡Vos te gastas toda la plata con tus amigos, que
son unos punzones y que se la pasan viviéndote!
-Mira, Tina, no podes ser así -le contestó serenamente su marido-. No podes ser tan
injusta. Yo también soy un artista, un artista de la cirugía, y yo con mi arte
gano plata y ellos no. Pero son mis hermanos y estoy obligado a ayudarlos.
Portadora de un milenario apellido que estuvo emparentado con la
realeza veneciana, la familia Zeno emigró de Verona, Italia, hacia el año
1885, y se estableció en San Fernando, en Buenos Aires, donde se dedicó al
comercio de frutas y verduras. Aquí nacieron cuatro hijos: Artemio, Lelio,
Rogelio y Lisi, y aunque vivían en una pobreza franciscana, se las arreglaron
para darles una buena educación.
Artemio y Lelio pudieron así estudiar medicina y
pronto se destacaron como grandes cirujanos. Con el tiempo se instalaron en
Rosario, donde junto a Oscar Carnes y con la ayuda de Miguel Monserrat -el
creador del conocido banco que llevaba su nombre y al que sus amigos apodaron
socarronamente "Corpiño" porque, decían, "sostenía a los dos
Zenos"-, en 1924 fundaron el Sanatorio Británico sobre la base del antiguo
hospital homónimo.
Tanto Lelio como Artemio ocuparon una gran
diversidad de cargos, recorrieron varios países donde se perfeccionaron y
brindaron sus conocimientos, y contaron con innumerables discípulos, pero más
allá de esto fueron dos grandes humanistas y reconocidos mecenas en pro de la
cultura. Mucho de lo que ganaron lo emplearon para ayudar a otros, y así
sostuvieron la naciente Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos junto a
Antonio Berni. El escritor Elias Castelnuovo, del grupo de Boedo; el doctor
Emilio Pizarro Crespo, uno de los primeros introductores del psicoanálisis en
el país, y hasta el fisiólogo alemán Georg F. Nicolai, amigo de Einstein que
debió abandonar Alemania ante la llegada del nazismo, se contaron entre sus
protegidos.
Si bien ambos hermanos fueron dos figuras de una
gran cultura e inteligencia, algunos de quienes los conocieron sostienen que
sus personalidades eran diferentes Un poco "teatral", Artemio fue un admirador
de Inglaterra y era más seguro sí mismo. Cuentan que cuando en 1923 se presentó
a concursar el cargo de de Clínica Quirúrgica en la Facultad de Medicina,
apareció de galera, monóculo, bastón,
pantalones bombillas y con sobretodo muy elegante. Se sacó los guantes, los dejó ostensiblemente sobre la r comenzó
diciendo ceremoniosamente ante el estupor de los examinadores: “Esta tarde me
recuerda los días neblinosos de Londres...". Además, el único ante te que
presentó fue el de miembros de la Real Academia
de Cirujanos de Lo porque suponía que si llegó a eso todo lo demás ya estaba
dicho, y no se equivocó.
Por otro lado, Lelio se caracterizó sencillez;
fue un "revolucionario" amante de Rusia y defensor del comunismo. Así,
por el
ejemplo, en su segundo
viaje a Rusia de "colados" a Castelnuovo, Pizarro Crespo y Nicolai,
tres hombres también allegados al pensamiento de izquierda, que cuando notaron
el reloj de oro que portaba, galo de Monserrat, se le fueron al humo y le dijeron despectivamente: "¿No te da
vergüenza, burgués?". Y puesto a elegí: la mirada censora de sus amigos y ese
objeto, Lelio no dudó un segundo: se lo sacó y en un abrir y cerrar de ojos lo
tiró al mar.
Humanistas, maestros de maestro, en honor a la brevedad antes que repasar la interminable
lista de sus logros quizás sea mejor recordarlos simplemente come fueron: dos
fuera de serie o, más sencillamente, dos hombres brillantes.
Fuente: Extraído de la Revista del diario La Capital de los 140 años.