El estudia de Perón es una habitación amplia, rnuy confortable, con gran ventanal hacia el parque Sólo se ven dos fotografiás sobre las paredes revestidas en madera, de una suave tonalidad marrón. La mesa de trabaja, de estilo Luis XV, como el resto del mobiliario, está atiborrada de papeles.
Un antiguo globo terráqueo, varios sillones, mesa baja con grabadores de distinto tipo y algunas pilas de libros acomodadas en los lugares libres, completan el ambiente. ' 'Sí —prosigue Perón, retornando la observación de su colaborador y mostrándose dispuesto, por primera vez, a reírse—, es verdad, les hago caso a medias". La jovialidad de este hombre, no puede dejar de sorprender a su interlocutor: evidentemente, sus setenta y cinco años parecen haber hecho poca mella en él, y su buen humor a flor de labios es un signo de juventud interior. "Lo cierto es que a mucha gente le gustaría que la cosa fuera en serio —afirma respecto de su estado de salud y su internación— pero en realidad no es nada importante, Los médicos toman precauciones con exceso”.
La conversación gira entonces Rosario. Perón pregunta por algunos hombres "Rosario —afirma nostalgiosamente— siempre la capital del peronismo. Tengo buenos recuerdos de Rosario". Pero la posibilidad de mensaje para la gente de queda inmediatamente trunca: ' 'Yo tengo que ser muy cuidadoso vez que hago una declaración tengo lógicamente, problemas con la gente de aquí.
Un detalle llama poderosamente de los visitantes que arriban a Puerta de Hierro en busca del general: en la casa por lo menos en los lugares donde el ex mandatario recibe a quienes desean conversar con él y los que se atisban desde el estudios aparecen retratos de Eva Perón. Las únicas fotografías que adornan el severo estudio son dos Martínez, sobre el escritorio
Fuente: Extraído del Libro " BOOM La revista de Rosario Antología". Edición de Osvaldo Aguirre. La Chicago Editoria. Año 2013