Por
Héctor N. Zinni
Los años que corren entre 1920 y 1930, son ricos en acontecimientos de toda índole, muchos de los cuales hemos comentado ya y otros dejamos de lado para no alargar innecesariamente nuestra historia.
Ayer nomás, parecen haberse sucedido en Buenos Aires los graves hechos ocurridos entre el 9 y el 15 de enero de 1919, que pasan a la historia con el nombre de Semana Trágica 1. En los cinematógrafos se ve a Pola Negri en el cenit de su belleza interpretando Carmen bajo la dirección de Ernst Lubitsch y aparece el cine fantástico inaugurando la década con El gabinete del doctor Caligari, de Robert Wiene, extraordinaria pesadilla la que intervienen Conrad Veidt como César, el sonámbulo; Erner Krau en el papel del doctor enigmático y Dagover, la dulce víctima.
Es en los primeros dias de 1920 cuando llega a Rosario el famoso n velista Eduardo Zamacois:
"El 17 de enero de 1920, fui a Rosario a dar una conferencia.
Recién 1 gados, unos periodistas nos invitaron a pasear por el río.
De regreso, r metimos en un bar y Márquez, que había ido al teatro
a informarse "como iba la venta", reapareció tan sudado,
alaciado y exinanido, que ánimos le quedaban para lamentarse. Cuando
pudo hablar, fue para dec ¿Saben ustedes cuántas butacas llevamos
despachadas hasta ahora?. Ni ve. A la hora anunciada me Rresenté en
escena. Mis oyentes no llegabal cien. Eso me deprimió ...” 2
En 1921, fallece el tenor italiano querido por las multitudes: Enrico Caruso. En 1922 se produce la Marcha sobre Roma. Y, si para el argentino Luis Angel Firpo será imborrable aquel memorable 14 de setiembre 1923 en que se mide con Jack Dempsey, el 15 de agosto de 1922 ha sido el día, mes y año que un uruguayo, desconocido aún, retendrá en su memoria para toda la vida: porque montando "Tamarisco", un alazán carablanca, ha ganado su primera carrera, a los 19 años de edad, Irineo Leguisamo.
Otro desconocido, el pianista y compositor rosarino Andrés R. Domenech, después de haber trabajado en la sucursal que Breyer Hnos. posee en la Chicago argentina, se radica en Buenos Aires hacia el año 1923. futuro autor de los tangos Lonjazos, Telaraña, Rosa de sangre y El barbijo, entre otros, pronto recibirá el espaldarazo de su primer suceso: el tango Copetín, vos sos mi hermano grabado por Carlos Gardel.3
1924 es el año de las grandes muertes: en enero Lenin, creador del primer estado socialista; en febrero Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos. Fallecen también Giácomo Mateotti, Julián Aguirre y Eleonora Dusse. También ese año se descubre la tumba de Tutankamón, y llega al país el príncipe Humberto De Saboya.
Pero, para los rosarinos, 1924, además, una sorpresa. Nace ese año calificativo “ canalla” para designar a los simpatizantes del club Rosario Central. El padre del autor, de sste trabajo, es testigo de ello.
"El origen de este
calificativo que la hinchada centralista tiene que soportar, se
atribuía al finado Leopoldo Linares, simpatizante por aquel entonces
de Aprendices Rosarinos. Ocurrió que allá por el año 1924, en un
partido disputado entre Rosario Central y Aprendices Rosarinos, éstos
perdieron por un score ajustado, no recuerdo la cifra exacta. Polo,
que había presenciado el partido, llegó esa tarde al cafe y cancha
de bochas que actualmente existe en la calle Crespo, entre las
de.Catamarca y Tucumán, donde se reunía la hinchada de Aprendices,
y, cada cual comentaba el partido a su manera, no aceptando como
justa la derrota.
Me cuenta un amigo del
barrio, Nicolás Zinni, ex zaguero de Aprendices, que el que mas
amargado estaba, era Polo, Arrimado al mostrador y al compás de cada
media cerveza que se empinaba, decía: ¡Estos cañallas!
Si serán canal/as, ganar
así un partido". La cuestión es que a las 9 de la noche, la
palabra de Polo se había convertido en estribillo, y fue suficiente
que entrara un pibe, dos, tres, para que la voz ccrriera hasta la
fecha. Y quien sabe hasta cuando el calificativo de "canalla"
seguirá e Rosario Central por todas partes".4
Mientras tanto, en París, Eduardo Arolas gravemente enfermo es internado —el 16 de setiembre de 1924—, por mediación del músico argentino Manuel Pizarro en el hospital Bichat. Arolas fallece trece días después, el 29 de ese mismo mes, a los 32 años de edad.
En 1925 Europa trabaja y baila. Una forma de olvidar el futuro y otra forma de olvidar el pasado. Reinan el tango y el jazz, aunque el primero desaloja en la ciudad luz la mayoría de otros ritmos. Y cuando la palabra tango se pone de moda —Color—Tangó, Thé—Tangó, Champán—Tangó, Whisky_Tangó_. Carlitos Arce primero y González Roura después, introducen la gomina en Francia.
Atraído por los éxitos que ya ha comenzado a cosechar la orquesta típica de Manuel Pizarro, llega a París un adelantado rosarino. Es el violinista Eduardo Bianco, hermano de Francisco Nicolás Bianco (Pancho Cueva), aquel que fuera el último payador de la época de oro y el primer cantor de una orquesta típica. Acompañan a Eduardo Bianco un bandoneonista —Sphumaker—, y un pianista —Cosenza—. Debutan en el restaurante Capitol y, luego, Bianco se incorpora a la orquesta de Pizarro. "Dotado de un carácter muy personal —dice Enrique Cad,'camo en su libro La Historia del Tango en París, Ed. Corregidor. Bs. Aires, 1975— y un tanto díscolo, no llevaba muy a gusto su tarea de violinista en la orquesta de Pizarro, quizá por aquello de si es preferible ser cola de león o cabeza de ratón". Al año de estar actuando, se desvincula, proyectando su propia orquesta.
Es así como se pone en contacto con el bandoneonista Juan D'Ambroggio quien, encontrándose en Madrid, viaja a Paris y debuta en el cabaret Palermo con Bianco el que le hace compartir un cartel que será por muchos años nominado como Orchéstre Typique Bianco—Bachicha. La orquesta realizará prolongadas travesías que alcanzarán los cuatro puntos cardinales del Viejo Mundo y ciudades del cercano oriente. Así, se verá a estos aguerridos músicos vestidos de gaucho presentarse en los teatros Romea, de Madrid; Opera, de Paris; Capitol, de Marsella; Real Cinema, de Biarritz, y también en tournees que, comenzando en Leningrado, llevarán nuestra música popular a exóticas capitales y ciudades del orbe donde, actuando para reyes, príncipes, presidentes y embajadores, llegarán hasta el teatro Gran Opera, de Nueva York, y el Metropolitan, de Boston.
Pero, volvamos a 1925. Hindemburg es nombrado presidente de Alemania, Chaplin filma La quimera del oro, George Bernard Shaw se lleva el Premio Nobel de Literatura, llega a Buenos Aires Albert Einstein y también el príncipe de Gales, o sea Eduardo de Windsor. También ese año llega Francisco Canaro a Paris con su orquesta y desde allí escribe a un amigo: "En un cabaret me encontré con una orquesta de gauchos que tocaban tango. El director parecía, por lo menos, Santos Vega. Cuando terminó lo invité a mi mesa para charlar un rato sobre Buenos Aires. 'Perdón monsieur: todo lo que de argentino tengo es el traje", me dijo".5
"Vestidos de gaucho,
porque en Francia esté vigente una ley gremial que prohibe contratar
músicos extranjeros salvo que sea por algún motivo de interés
nacional, debutan los músicos que lleva Canaro en el dancing Florida
—en los altos del teatro Apolo— de París. Es una orquesta de
juguete, donde se puede ver a un paisano criollo armado de un
serrucho y a otros centauros que tocan el bandoneón, el contrabajo y
la batería. "De aquella memorable velada —dice Abelardo
Castillo—, los diarios de la época aseguran que los clientes
estaban impresionados .....- "Y hasta hubo, dicen también,
alguna francesita que esa noche de 1925 le preguntó al mozo de qué
parte de Rusia eran aquellos hombres terribles, de bombachas y botas
que tocaban con semejantes instrumentos una música tan triste' 6
¿Cuál fue el resultado de aquella tentativa?. Afirma Luis Adolfo Sierra: "A pesar de que ya se encontraban radicados en Francia numerosos músicos argentinos, la presentación de Canaro en París significó la apertura de un invalorable mercado para la actuación de nuestros músicos. Algunos de los integrantes de aquella primera orquesta de Canaro que viajó a Francia, se quedaron para siempre en Europa —tales como el pianista Fioravanti Di Cicco y el violinista Agesislao Ferrazzano—, y otros que, como Rafael Canaro, estuvieron muchísimos años fuera del país.
Posteriormente, Canaro volvió a Europa y a Estados Unidos, incorporando a su orquesta ejecutantes prestigiosos, como Luis Petrucelli, Octavio Scaglione (Piscoto), Emilio Puglisi, Ernesto Bianchi, Lucio Demare,y los cantores Agustín Irusta y Roberto Fugazot".7
Es aquí donde vamos a detenernos, porque, Agustín Irusta, nacido en 1904, es otro de los hijos dilectos de Rosario cuya trayectoria artística merece ser tenida en cuenta. La primera parte de una encuesta realizada por el autor con el propio Irusta, a propósito de este libro, es como sigue:
Los caramelos
—Cómo se despertó su
vocación?
—De chico tuve afición
al Canto. Me acuerdo cuando era un chiquilín y mi padre me llevaba a
un almacén . . . mi padre era gallego, ¿sabe?, le gustaban mucho,
los gallos, preparaba gallos también. Yo aprendí mucho . . . yo
casi nací entre las patas de los caballos y los gallos de riña.
Bueno, resulta que me llevaba a un boliche de un gran amigo de el,
don Juan Vallaro, y entonces allí, mientras los parroquianos tomaban
vermouth y conversaban de gallos y de política, me pedían que
cantara. Yo no quería cantar . . . no quería cantar ....y para que
lo hiciera me traía siempre caramelos
—Y cantaba.
-. . . Yo agarraba la
guitarra, ¡que guitarra!, la escoba . . . y me ponía a cantar.
Entonces, cuando llegaba a mi casa, agarraba los caramelos y se los
daba a mi hermana. Algunos caramelos fueron mis primeros premios.
Después, ya de grandecito, empecé a cantar aquí en Rosario, nunca
como profesional sino como aficionado, con un muchacho que se llamaba
Aníbal Landrú y que tocaba muy bien la guitarra . . . hacíamos un
dúo rudimentario.
—Dónde cantaban?.
—En las fiestas.
Andábamos siempre por ahí y en las fiestas teníamos que salir
porque siempre venían y nos llevaban las guitarras y todo eso.
—Para ese entonces,
¿usted ya dominaba el instrumento?
—Si, bastante. Aunque le
voy a decir que, aparte de lo que hacíamos con aquel muchacho, yo no
tenía acercamiento con ninguna clase de cantores de Rosario, que los
había y buenos.
—Cómo siguió su camino
ascendente?
—Mas tarde me conecté
con un muchacho que no se si era de la técnica o de la mecánica de
un teatro ....del viejo teatro Olimpo. Me dieron una tarjeta como
electricista. Y entonces entraba por la puerta grande, me codeaba con
todos y conversaba con los artistas, y después, cuando se levantaba
el telón, iba allá arriba a aplaudir. Era una especie de claque,
¿sabe?.
El vuelo del zorzal
—Cuándo levantó vuelo?
—Después de mucho
tiempo, cae una compañía de teatro en la que trabajaba Leonor
Rinaldi, Carlos Perelli, Milagros de la Vega, Gloria Bayardo, Villa .
—¿Oscar Villa?
—No, no. Oscar Villa
también estaba ....me refiero al dúo Alemany—Villa. Era una
compañía grande . . . estaban además Pepe y Josefina Suárez,
Scutari y otros. El asunto es que como se trataba de una compañía,
como le dije, grande, ocupaban dos teatros: en uno hacían sainetes y
en otro, teatro del género grande. Entonces se les dio por estrenar
una obra muy buena de Alberto Ghiraldo: Alma Gaucha. Esta obra tenía
varios cuadros, en uno de ellos había una parada gaucha en el campo,
y, como necesitaban un cantor, me vinieron a buscar a mi por que no
traían cantor ellos. En esa compañía me inicié como profesional,
y me fui a Buenos Aires. —Entonces, ¿nunca había salido de acá
hasta ese entonces?.
—Bueno . . . antes de eso
recorrí muchas localidades del país cantando en dúo con un
muchacho que yo conocí en Córdoba y que se llamaba Francisco
Graciadío, buen amigo y buen consejero, siempre lo recuerdo. Con
Graciadíd fui a Buenos Aires por primera vez. En ese entonces estaba
Magaldi y parábamos en el mismo hotel que estaba en Sarmiento y
Libertad.
— Habrá sido alrededor
del 30, más o menos?
—Un poquito antes . . .,
en 1924.
- ¡Ah!, claro, porque
usted después se fue a Francia ...
—Si, fue en 1926 cuando
yo me fui con Canaro. Pero antes de mi ida a Francia trabajé con
Enrique Muiño, cuando este se acababa de separar de Alippi. En una
obra
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de Julio Escobar, que
representaba la compañía de Muiño, yo, haciendo un cantor actor,
estrené el tango de Canaro La última copa.
—Pero, ¿usted quería
ser cantor o actor?.
—Mi mira fue siempre el
teatro. Pero me sucedió una cosa curiosa. Estando con Mi fío, me
desvinculé de la compañía en momentos de tener que ir a
Montevideo. ¿Q pasaba?. Muiño era un poquito celoso y quería que
el público lo mirara siempn el. Entonces, yo estaba en el escenario
y Muiño hacía cualquier cosa para hacer re para desviar la
atención. No podía cantar tranquilo yo. Entonces me abrí, y fom
mos un trío con el padre de Alfredo Gobbi y Roberto Fugazot. Un día,
estando rados frente al teatro Nacional, en el viejo cafe Los 36
Billares, aparece Muiño y n dice: -¿Que están haciendo aquí?",
y después a mi: "Mire, m'hijo.. . usted, olvíc se del teatro.
Para que usted llegue a ser primer actor lava a costar mucho, porq
tiene que saltar tantas barreras que ni se imagina y en eso se le va
a acabar la vida. En cambio, usted tiene una voz bonita, puede cantar
y llegar a ser alguien famosc Vea, me habló tanto que me sacó la
idea del teatro de la cabeza. Prácticamente, fue quien me indujo a
que dejara el teatro y siguiera un camino más afortunado.
De La Carmelita a Europa
—¿Usted intervino en un
concurso de tangos cantados, verdad?
—Bueno, yo estrené uno
de los premios de uno de ellos: Noche de Reyes, el tan de Pedro
Maffia y Jorge Curi.
—Esos concursos, ¿se
iniciaron en 1923?.
—No, en 1924. A partir de
esa fecha, Max Glucksman hacía un concurso de tan todos los años.
—¿En que circunstancias
usted partió a Europa?.
—Yo estaba haciendo dúo
con Roberto Fugazot en los fines de fiesta de algur compañías de
teatro, cuando vino Canaro y me invitó para que fuera a Europa.
—Canaro lo vino a buscar aquí, en Rosario?
—Bueno, ese fue un
accidente. Porque resulta que cuando yo tenía todo arregla para irme
a Europa, me vine a Rosario para saludar a mi familia y me quedé mas
la cuenta. Entonces, Canaro creyó que yo no quería ir y se vino el
para acá, me e pezó a buscar y me encontró en La Carmelita. De ahí
nomás me fui.
-. . . Y al llegar a Europa
se armó el famoso trío
—Allá me encontré con
Demare, que tocaba el piano. Hicimos el trío lrusta—Fui zot—Demare
y recorrimos varios países de aquellas latitudes
Poniendo en boga aquella
canción de Joaquín Dicenta, hijo,.
—Claro: Por el camino
adelante. Aquello fue muy exitoso e hicimos una enormid de
grabaciones que pasaron a la historia, porque las matrices de ese
entonces eran cobre y se fundieron para la fabricación de material
bélico durante la guerra civil pañota. Después hice muchas cosas.
Fíjese que yo fui el primero que le cantó a F sano, cuando hicimos
aquella zamba con Lito Bayardo.
—Rosario de Santa Fe?
—Exacto".8
Otro cantor popular que se va perfilando nítidamente por aqi años es Héctor Palacios. Oriundo de Rosario, como Magaldi, como Libertad Lamarque y como Irusta, se ha iniciado en la segunda década del siglo en un local llamado Royal Park, ubicado en avenida Alberdi y French. Bajo la guía de su padre, excelente concertista, y del actor rosarino Eduardo Ricart, canta desde los once años.
"—Cuándo comenzó a
cantar con el seudónimo de Hectorcito, tendi once o doce años.
—.Lo acompañaba el
padre?.
—No, se acompañaba el.
Don Egula, el padre, era concertista y también escritor teatral,
firmaba como Nicandro Pial . . . existe por allí un gato llamado El
sapito que tuvo gran suceso . . . Bueno, ese gato es del padre de
Héctor Palacios.
—¿Cuál es el verdadero
nombre de Palacios?
—Héctor Eguía. Palacios
es apellido materno.
—De que barrio era?.
—El vivió conmigo en una
casa de la avenida Francia 440, desde los diez años hasta que se
casó. Héctor solía ir siempre a la estancia (sic) del doctor
Caballero, quien una vez lo llevó al pueblo de Ballesteros, de donde
era oriundo el doctor. Allí conoció a una sobrina de don Ricardo y
ahí empezó el idilio . . - Después de casado, siguió viviendo en
casa hasta que, finalmente, se fue a Buenos Aires alrededor de 1930.
—Y allí hizo una carrera
brillante.
—Si. Empezó actuando solo
en el teatro París, después pasó a Radio Stentor, a Radio Fénix,
a Radio Nacional - . - Belgrano, a Radio El Mundo, amén de los
teatros. En 1933 hizo una gran gira
en Rosario, presentándose en casi todos los cines. De todo esto me
acuerdo muy bien". 9
En aquel Rosario "de almacenes con cancha de bochas y despachos de bebidas, de conversados trucos, fragantes de yerba y galletitas", existen muchas almas que sueñan con el camino de la gloria, aunque esta sea, al decir de Florencio Balcarce, "nada mas que el humo de un cigarro". Así llegamos a 1926, año en que un oscuro empleado de la sociedad de seguros "El Comercio", dice: "Se acabó :lo mas seguro es la vocación que llevo adentro". Es entonces cuando se presenta al gran comediógrafo José Gómez, quien, a la sazón capitanea un elenco. "Me parece que sirvo —le dice el empleado de seguros—, mejor dicho, tengo la certeza de que soy actor,. ."
Gómez le da su primera oportunidad: el papel del eterno sirviente en la obra Papá Lebonard. Salen a provincias primero, luego a Chile y Uruguay. Al regresar, tres años mas tarde, Sebastián Chiola ya es un actor de 350 pesos mensuales,
La aventura de la compañía dramática, en la que trabaja con muchos de los que luego serán sus compañeros en los filmes de Artistas Argentinos Asociados, no puede calificarse de una locura. Entre bromas, apuros económicos, desplazamientos difíciles, periplo de argonautas, es más bien una contribución al arte. Una contribución que el rosarino Sebastián Chiola continúa luego con Leopoldo Simari y Muiño Alippi, antes de escalar los peldaños de la fama.
"—Y de cuando lo
conociste, te acordás?.
—Si, fue en Rosario. Yo
intervenía como músico en una obra que se llamaba El rey del
cabaret, donde trabajaban Agustin Irusta, Milagros de la Vega, Carlos
Perelli, Josefina y Pepe Suárez, Scutari, Oscar Villa (Villita).
Chiola andaba dando vueltas por ahí, y me dice lrusta: "Miré,
¿vamos a acompaflarlo a este muchacho cuando terminemos?". Y
así fue que lo acompañamos hasta la calle Entre Rios y Catamarca,
que por ahí vivía. Después nos hicimos amigos. Tengo una medallita
que usaba en la corbata con las iniciales de el . - . miré, acá
está". 10
Un destacado rosarino se encuentra en España hacia 1926. Es Eduardo Pereyra, El Chon, músico, pianista, director y compositor nacido en 1897 que había comenzado sus estudios de piano en el conservatorio Beethoven, de Rosario, perfeccionándolos mas tarde en Buenos Aires. La historia de este notable músico, casi olvidada, es como sigue.
Hijo de familia acomodada, en 1916 fue agregado como pianista en la compañía teatral de Roma—Marches¡ quienes, realizando una gira por el interior, habían llegado a Rosario. En calidad de maestro y director de orquesta de aquella compañía, Eduardo Pereyra recorrió los polvorientos caminos que lo llevaron a actuar en salas teatrales de Santa Fe, Rafaela, Córdoba, La Rioja, San Juan y Mendoza. Precisamente, a esta última cludad, ya habían llegado los primeros discos de El Africano, tango que El Chon Pereyra compusiera en Rosario hacia el año 1915, como un homenaje al cafe del mismo nombre que estaba en la calle Córdoba, entre las de Mitre y Sarmiento. Pereyra, ignoraba que se hubiesen hecho grabacio nes de su obra de lo que se enteró al arribar a Mendoza. Mas tarde, al Ilegar a Buenos Aires, pudo comprobar que este tango era un gran éxito tanto de aceptación popular como de venta discográfica.
Proseguidos en la Capital Federal sus estudios con los maestros Vicente Scaramuza y Drangosch, forma entonces un quinteto que integral Abel Bedrune y Chirino en bandoneones; Rios (El Paraguayo) y Di Paoli (El Tano) en violines, y el propio Pereyra como pianista. En 1918, y des pués de haber tocado un año con dicha agrupación renuncia para cumpli con el servicio militar ... que no cumplió, ya que desertó de su obligación refugiándose en Montevideo. Allí formó compañía, junto a una bailarina apodada La Satanela, Duarte y otros, teniendo a su cargo la dirección de la orquesta. De la capital uruguaya, pasaron a Punta Arenas luego de una breve temporada en el sur, Pereyra abandonó a sus compañeros para irse a Santiago de Chile, donde realizara números de piano como solista.
Desde esta capital, impuesto ya de la severidad de la falta cometida con su patria, inicia gestiones para arreglar su conflicto que soluciona satisfactoriamente. Vuelto a Buenos Aires en 1922, ingresa en la casa Victor como asesor musical, desempeñándose paralelamente con la orquesta de Rafael Rossi, en la que tomara el lugar de Julio De Caro. Luego forma su orquesta propia y actúa en la emisora porteña L.O.Y. En 1924 graba con su conjunto y en la Victor dos tangos: Una pena y Volvi madre, alcanzando a actuar en todas las emisoras de radio de Buenos Aires. Llegado a España en 1926, ejecuta tangos y música del folklore nacional en el teatro Romea, de Madrid, donde es presentado como "pianista indiano".11
Mientras Francisco Spaventa, Pancho, y su hermano Carlos, también rosarinos ambos, están a punto de embarcarse en el Conte Ross 12 y El Campanero Juan Rezzano gana el premio accesit con su tango Cumpleños en el concurso que Max Glucksman realiza en el cine rosarino Palace Theatre 13, otros famosos concitan la atención, no ya de la ciudadanía de Rosario, sino de hombres y mujeres de todo el mundo: Ramón Franco, in modesto, metódico y disciplinado' comandante de aviación del ejército español, fogueado en la guerra de Marruecos y que cuenta 30 años de edad, desciende en las aguas del Plata, frente a Buenos Aires, con el hidroavión Plus Ultra, al cabo de una travesía extraordinaria, a menos do la mitad de la cual ya había batido el record mundial de distancia.
Acompañado por el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el soldado mecánico Pablo Rada —sus tres asistentes en el histórico vuelo—, después de la apoteosis que significa el arribo del Plus Ultra en Buenos Aires, recibe Franco el saludo entusiasta de los rosarinos.
Demorado Ruiz de Alda en Buenos Aires; Franco, Durán y Rada vienen a Rosario el lunes 8 de marzo, jornada que, tanto el gobierno de la provincia, como el de la municipalidad, declaran día feriado para la ciudad.
Parten los héroes en dos aviones argentinos desde San Fernando y llegan a las 11.5 al aeródromo del Saladillo, un campito con una calle de tierra alisada para aterrizar sobre la avenida Arijón, al lado de las vías férreas del Central Argentino a Buenos Aires. Allí les recibe el presidente del Aero Club, señor Alfredo J. Rouillón, mientras aterrizan dos pequeños aparatos en que los aviadores locales Andrada y Ficarelli han salido al encuentro. Como los preparativos se han hecho en principio pensando en que Franco y sus acompañantes vendrían en tren, fijándose como lugar de recepción la estación Rosario Central, la llegada por vía aérea casi desbarata el plan de las autoridades.
Pero los rosarinos no trastabillan así nomás: van a buscar a los aviadores en automóvil al Saladillo, los llevan hasta la estación Sunchales —Rosario Norte—, los suben a bordo de un tren, y todos parten hasta la vecina estación Rosario Central, donde los está esperando el vice gobernador, don Juan Cepeda, junto al intendente, Manuel F. Pignetto; el jefe de Policía. Bartolomé Aldao y numerosas figuras representativas de la sociedad, el comercio, la banca y la industria. Apenas se avista el convoy rompen a tocar las bandas de música de la Policía y del Regimiento 11 de Infantería, con sones que se elevan en medio de la gritería ensordecedora de los rosarinos que desbordan los andenes.
El comercio ha cerrado sus puertas. Entre la compacta multitud, los recién llegados se dirigen a la Municipalidad tomando por la calle Corrientes y luego por Córdoba hasta llegar a la plaza 25 de Mayo, seguidos por una gruesa columna de manifestantes. Desde la Municipalidad se los conduce al Club Español, donde son recibidos con una lluvia de flores que cubre la escalinata de entrada. Se les brinda allí un banquete donde, a los postres, el cónsul español Tomás Sierra advierte a la concurrencia que, por expreso deseo del obsequiado, se han suprimido los discursos. Entonces, don Angel García, como presidente de la comisión de homenaje, ofrece la demostración y entrega de medallas recordatorias a los aviadores.
Finalizado el banquete, Franco y Duran van hasta la Jefatura de Policía, en tanto Rada, que es de orígen navarro, es arrastrado hasta la sede de los integrantes de esta colectividad. Desde la Jefatura, donde se lleva a cabo una reunión presidida por Cepeda, parten hacia el Circulo Italiano, por invitación especial de don Santiago Pinasco quien es acompañado por don Angel García. De allí, al Hotel Gallego y, seguidamente, al Jockey Club, donde Franco se confunde en un abrazo con otro grande en hazañas y modestia: Teodoro FeIs. Dice el presidente del Jockey Club de Rosario, señor Emilio F. Solari: "No ha descubierto el "Plus Ultra" un mundo nuevo, como Colón, pero ha descubierto el camino por donde se llega al corazón de los argentinos".
Tras una comida íntima en el Cifré, los visitantes asisten a una velada de honor en el Teatro Colón. El programa de la velada, tras el Himno Nacional coreado por los integrantes de la Schola Orpheónica del Centre Catalé, sigue con la ejecución de la Marcha Real Española por la orquesta del teatro. Luego hay cine: se pasa una película, muda por supuesto, en la que se ha captado la llegada de Franco a Rio de Janeiro y Montevideo, así como la "Fiesta de las Aguilas" realizada en El Palomar y el tedéum llevado a cabo en Buenos Aires.
Después viene la parte artística: aires españoles en el violín de Emilio Güell y el piano de Pia Malagoli; siguen jotas por el conjunto del Centro Navarro, luego otra vez el orfeón catalán con un tema de J. A. Clavé y una jota aragonesa. Arrecia la banda de Policía con Alborada, y, finalmente, se representa un cuadro alegórico de Clavé con música por la orquesta y voces de la Schola Orpheónica. Cinco minutos antes de las 24, en ruidosa despedida, los intrépidos aviadores vuelven al tren, en el que siguen rumbo a Córdoba. 14
NOTAS
1 Semana Trágica. Entre el
9 y el 15 de enero de 1919, sucede en Buenos Aires un hecho caótico
y desarticulado de ciertos sectores obreros: un conflicto planteado
en los talleres Vasena culmina en huelga general y en represión
oficial. Los hechos de violencia provocan víctimas, hacen cundir el
miedo en una población mal informada y crean sensaciones traducidas
luego en interpretaciones diversas. Durante una semana, conocida como
"semana trágica" hay violencia, huelga general, represión
policial con alguna colaboración militar, persecución a judíos y
"rusos", en la que caen catalanes y extranjeros rubios.
Pero los responsables de la violencia inicial son tres grupos
principales: las barras callejeras, los tranviarios y los
trabajadores de la fábrica Vasena. Ninguno de esos grupos es
propiamente revolucionario ni tiene vínculos con el anarquismo. La
reacción obrera como protesta a la represión policial del 7 de
enero contra los trabajadores en huelga de la fábrica Vasena, en la
que perecieron cuatro personas, carece del contenido clasista que se
le adjudicará más tarde. Dice Carlos Floria: "El gobierno
radical ayudó a la represión, no porque creyera en el carácter
"revolucionario" de los hechos, sino porque debía
desmentir la imágen de debilidad que la oposición le atribuía".
Revista Gente. Año 10. No 541. Bs. Aires, 4.12.1975.
2 Eduardo Zamacois. Un
hombre que se va (Memorias). Pág. 384. Santiago Rueda Editor. 2da.
Edic. Bs. Aires, 1969.
3 Andrés R. Domenech nació
en Rosario el 16.12.1901, y falleció en Bs. Aires el 2.9.1950.
4 Revista mensual Rosario
Central. Año 1. No 1. Pág. 9. Rosario, noviembre 1934 // Nicolás
Juan Zinni, poeta gauchesco y padre del autor de este libro, nació
en Rosario el 22.10.1903 y falleció en la misma ciudad el 7.11.1976.
Sus restos descansan en el cementerio La Piedad, panteón social de
SADAIC, fila Sra. nicho No 3.
5 La Razón Historia Viva.
Bs. Aires. 9.7.1966.
6 Revista Gente, op.cit.
7 Luis Adolfo Sierra.
Historia de la orquesta típica. A. Peña Lillo. Ed. Colec. La
Siringa. No 36. Pág. 70. Bs. Aires. 1966.
8 Agustín Irusta, id.id.
9 Jorge Ordóñez,
testimonio solicitado el 23.1.1976 en el bar Villamil.
10 Julio Schiavone, id.id.
11 En 19261 El Chon
Pereyra, después de su presentación en Madrid, pasó a Barcelona,
donde contó con la colaboración de Bachichin y Melfi, en el cabaret
Alcázar. Encontrándose por aquella época los integrantes del
equipo de Boca Juniors en gira por España, sus integrantes se
sumaron a la "barra" de Pereyra, compuesta por casi todos
los argentinos que paseaban por la península. Lo primero que hacían,
cuando se encontraban, era cantar el Himno Nacional. La repetición
constante de la canción patria le hizo sentir nostalgias de la
tierra lejana y, entonces, El Chon abandonó España y regresó a la
Argentina con los jugadores de fútbol. Con su salud resentida, se
afincó en Córdoba durante cuatro años, al cabo de los cuales se
recuperó, volviendo a sus antiguas actividades, formando orquesta y
actuando al frente de ella en radios, cines y cabarets de la Capital
Federal.
En 1931, partió solo al
Brasil, donde realizó una temporada de ocho meses y, a la vuelta, se
detuvo otros tantos en Montevideo, actuando allí en el Royal Pigail,
en el cabaret Los Diablos y en Radio Carve. Ya en Buenos Aires, fue
contratado por la empresa Brunswick, para registrar en los discos de
esa marca, solos de piano entre los que se destacó su inobjetable
versión del tango Divina, de Joaquin Mora. Eduardo Pereyra, quien
realizó otros viajes por América y Europa para llevar la calidez y
el mensaje de la música argentina, homenajeó a la dueña de la
pensión donde vivía, en Montevideo, con el tango Madame Ivonne.
Esta señora, francesa de origen —supo manifestar el mismo
Pereyra—, había soportado con paciencia el atraso del pago de la
pensión, a causa de una enfermedad sufrida por el músico que no le
permitía trabajar. La letra de este tango es una invención
afortunada de Enrique Cadícaino.
Entre los numerosos tangos
de El Chon Pereyra, se pueden citar: Viejo coche, Pan, El as de los
ases, Gorriones y Nunca es tarde, cuyas letras corresponden a
Celedonio Esteban Flores; otras composiciones que se recuerdan son Y
reías como loca. - ;La uruguayita Lucía;Cuando llega otro cariño;
Loria; Viejo Boby; El Satanás; Los cisnes; Arrullo de bandoneón;
Como aquellas fosas rojas. Eduardo Pereyra falleció el 21 de febrero
de 1973. V. Héctor y Luis J. Bates. La Historia del Tango. Pág
280/283. Bs. Aires, 1936 //Noemí Ulla. Tango, Rebelión y Nostalgia.
Págs. 102/103. Bs. Aires. 1967 //Reportaje a Eduardo Pereyra,
realizado por Ernesto Segovia en Tanguera. NO 35, rep. en Tango,
Rebelión, etc.
12 a) Francisco "Pancho"
Spaventa. Biog. Cantor y actor n. en Rosario. Fue, según consigna
Horacio Ferrer, el primer argentino cantor de tangos que actuó en
España y abrió la brecha para el triunfo del trio
Irusta—Fugazot—Demare, así como el de Carlos Gardel, Azucena
Maizani y otros. Durante cierto período le acompañó la orquesta
dirigida por Luis Visca. Integró también la compañía de Catalina
Bárcena y Manuel Collado, para hacer el fin de fiesta con tangos
cantados en el Teatro Esmeralda, de Madrid. También actuó, luego,
en Buenos Aires. V. Horacio Ferrer. La Historia del Tango. 2da. Edic.
Bs. Aires. 1977.
12 b) Carlos Spaventa.
Guitarrista. Cantor. Actor. Hermano de Silvio y Francisco (Pancho)
Spaventa. Nació en Rosario, entre 1901 y 1907. En 1926 cantó a dúo
con Libertad Lamarque en Buenos Aires. En 1927 se embarcó hacia
España en el Conte Rosso, integrando el trío
Spaventa—Scanlon—Morales, con el cual llegó a actuar en Paris.
Conoció a Carlos Gardel, con quien trabó amistad, en el Principe
Palace, de Barcelona, donde ambos actuaban.
En 1934, volvió a
encontrar casualmente a Gardel en Nueva York cuando el Zorzal Criollo
acudió al hotel Ansonia —donde estaba alojado Spaventa—, en
busca de una familia colombiana. Invitado por Gardel para concurrir
al dia siguiente a los estudios Paramount, le fue ofrecido un papel
en la película Cuesta abajo, cuya filmación era inminente. Luego,
intervino en dos películas mas de Gardel: El tango en Broadway,
producida en 1934 y estrenada en 1935, y Cazadores de estrellas.
Tanto las dos primeras, como la secuencia donde interviene Gardel en
la tercera de las nombradas, fueron rodadas en Astoria, Long Island,
Nueva York.
Posteriormente, Spaventa
volvió a Buenos Aires, actuando en Radio Stentor, para regresar a
Nueva York nuevamente, donde se afincó en forma definitiva. En 1962,
publicó el libro Carlos Gardel en la canción y el recuerdo, editado
en N. York por Yepez Pottier. Surge en esas páginas un Gardel que se
mezcla a la multitud en las calles, canta en los balcones, exige que
rebajen las localidades del teatro que lo presenta. Al texto,
Spaventa adjuntó las letras de numerosos tangos y un diccionario
lunfardo para uso de latinoamericanos no iniciados en los misterios
del vocabulario canyengue.
En Nueva York, se empeñó
en rendir culto a Gardel a través de notas periodísticas con shows
y audiciones radiales. En 1970, se radicó en el barrio de Nueva
Jersey e intervino en la película The way we are living no w, que
también se rodó en Nueva York, como aquellas lejanas de los
comienzos del cine sonoro. En ella, desafió a su edad y volvió a la
patria nunca olvidada en alas de tres canciones: los valses Ausencia
y El Trovero, así como la cueca Sanjuanina de mi amor. Retirado de
sus actividades, lo sorprendió la muerte el 2 de diciembre de 1977
en el Hospital Roosevelt, de N. York. Antes de morir, Spaventa había
expresado el deseo de que sus restos fueran cremados y sus cenizas
enviadas a Buenos Aires para ser depositadas junto a los restos de
Carlos Gardel.
13 Juan Rezzano. Músico.
Bandoneonista. Director. Compositor, n. en Buenos Aires. De niño
amenizaba los recreos de la escuela con motivos populares que
arrancaba a una flauta de fabricación casera. Carentes de recursos,
muy poco pudieron los suyos para lograrle una educación esmerada.
Terminado el sexto grado, fue empleado en una hojalatería, donde
—según consignan Héctor y Luis J. Bates en su libro La Historia
del Tango. Bs. Aires. 1936— teniendo material a discreción pudo
fabricarse una serie de flautas con las que acortaba sus horas de
trabajo y satisfacía sus emociones líricas. Trasladado con su
familia a la localidad de Campana, provincia de Buenos Aires, en 1910
ingresó a un conservatorio de esa ciudad, empezando a estudiar la
guitarra. Poco tiempo después abandonaba aquella por el violin.
Transcurridos algunos meses apenas, integró la prnera orquesta
típica que actuó en Campana y que dirigía el bandoneonista Luis
Del Curto.
Con el objeto de hacerle
propaganda a la orquesta, Del Curto rifó un bandoneón y Rezzano
tuvo la suerte de sacárselo, circunstancia que lo decidió a
aprender dicho instrumento. Este, como había sucedido anteriormente
con la guitarra y el violín, fue dominado en poco tiempo por
Rezzano. Ya en calidad de bandoneonista formé su primera orquesta
alrededor de 1912, recorriendo con ella algunos pueblos de la
provincia de Buenos Aires y otras localidades, llegando finalmente a
Rosario, en donde se radicó. Inmediatamente de su ambo, Rezzano
logró ubicar su orquesta. actuando primero en el bar El Cha queño •
y pasando luego a El Guarany, ubicado este último en la ochava S.O.
de la esquina formada por las calles 0v. Lagos y Salta. En este bar
habían actuado anteriormente Domingo Santa Cruz —El Rengo Santa
Cruz— célebre bandoneonista porteño de la Guardia Vieja, maestro
de Juan Maglio (Pacho)l y autor del tango Unión. Civica; Pedro
Polito; Vicente Greco; El Tano Genaro Sp6sito y otros no menos
nombrados como Angel Villoldo, autor de los tangos La Rosarina y
Brisas rosarinas.
En 1915 llegó a Rosario la
compañía de Eva Franco, cuyo debut estaba anunciado en el Teatro
Olimpo, ubicado en la calle Mitre entre San Lorenzo y Urquiza. Para
poder llevar algunas obras a la escena, los señores Franco y
Bastardi se vieron precisados a contratar una orquesta, optando
entonces por la de Rezzano, de nombradía popular ya en ese entonces
en el ambiente rosarino. La compañía inició sus representaciones
con la obra "Aquella noche en el Pigall", para la que
compuso Rezzano su tango Entrd, nomás, que estrené Eva Franco con
tan gran suceso que fue la obra consagratoria de Rezzano. Hacia 1936,
se habían impreso de este tango alrededor de 120.000 ejemplares y se
habían vendido 60.000 discos.
Con el mismo elenco,
Rezzano pasó a Córdoba, donde se renovaron los sucesos obtenidos
anteriormente. Fue entonces, cuando los diarios porteños, al
ocuparse de la afortunada gira, comenzaron a mencionar al autor del
tango famoso, despertando el interés de los empresarios del Teatro
Maipo quienes lo incluyeron en la revista "Labios Pintados",
que llegó a las 450 representaciones en dicha tradicional sala
porteña de espectáculos.
En 1926, le correspondió a
Rezzano el premio "accesit" a su tango Cumpleaños en el
concurso realizado por la casa Max Glucksman en el cine Palace
Theatre, de Rosario. Al año siguiente, obtuvo el cuarto premio con
otro tango: Duelo criollo, que marcó la consagración, además de un
letrista rosarino, llamado Manuel García, pero conocido como Lito
Bayardo. Duelo criollo alcanzó un tiraje similar al de los
seleccionados para los primeros puestos en ese concurso, y aún se lo
conoce con el sobrenombre de "La cumparsita rosarina". Juan
Rezzano, a quien en Rosario se le apodó El Campanero, por creérselo
oriundo de Campana, siguió actuando siempre con buena fortuna, tanto
en cafes como en teatros y cines, logrando hacerse de un nombre
conocido y respetado por todos los que gustaban de la música
popular. El cine San Martin lo contrató, y allí presté servicios
por espacio de cinco años; en el cine Modelo, ubicado en la esquina
N.E. de la calle Jujuy y br. Oroño, estuvo durante tres años, y en
el cine Real, cuya estructura aún se alza en la esquina N.O. de la
calle Salta y br. Oroño, un poco mas de dos. Estas actuaciones
fueron alternadas en la dédda del 30 con las que realizara en las
entonces denominadas broadcastings LT1 y LT3.
Las composiciones de
Rezzano fueron, en su totalidad, escritas en Rosario, ciudad donde
mantuvo el cetro de su popularidad hasta su alejamiento de ella. Con
Lito Bayardo como letrista, dio a conocer los tangos Amores de mi
vida, La desconocida, Duelo criollo, El Favorito, Mala racha, y
Poncho Viejo. Además, les pertenecen a ambos, el fado Desde
entonces, los valses Horas amargas, Te quiero tanto y Sueño de amor
—este último en colaboración con López—, así como las
rancheras Rancho de mi suegra y Vida campera . Otras obras de
Rezzano, que en su mayoría son famosos tangos, llevan por título:
Si sabés, callate, compuesto en 1918; Reflejando, ¡Que lujo!,
Obsesión, La ingrata, Huracdn, No culpo a nadie, Postre criollo,
Gentileza, Entras nomás, Volvé otra vez, Que mas querés, Acordate,
Serpentina doble, El castigo, Tango amigo, Ríe . - - ríe, Sin
corazón, Milonga bruja, A dios, que te vaya bien, Veni, maula, Pobre
golondrina, Dios me libre, Cumpleaños, Martes 13, Mamíferos de lujo
(tango con letra del poeta rosarino Gabriel Sigal), La última vez,
Mi consejo, Caminito del calvario, Me contaron, Que te hace, Frenó
muchacho loco (tango con letra del autor rosarino Santiago Paris),
Elegancia y Viejo Piano. V. Héctor y Luis J. Bates. La Historia del
Tango, op.cit.
14 La Capital, 10 de
febrero de 1976.
Fuente:
Extraído del Libro “ El Rosario de Satanas Tomo I . Editorial
Fundación Ross.