Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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miércoles, 31 de marzo de 2021

Roberto Artemio Gramajo «El Chango»

 




Por Javier Armentano- Roberto Caferra




Roberto Artemio Gramajo. Canalla. El de los cuatro a Independiente, el del gol a NOB metiéndola un cachito detrás de la raya y mostrándosela a la hinchada, e/de/a potencia goleadora avasallante. El «Chango»







El chango la metio medio metro...




Chango, Chango, metiste en mi gualicho a la hinchada de Central», es el texto de un tango que la Ocal le dedicó en 1970 a Gramajo. El santiagueño apilador de rivales. Una gambeta burlona y goles. Muchos goles. En total 51. El primero se lo hizo a River el 5 de noviembre de 1967. El último a Independiente el 16 de abril de 1972, en un partido en el chiquero donde Central le ganó seis a cero con dos del Chango.

Gramajo recuerda a 1970 como su mejor año en el fútbol. «Ricardito (Palma) en los primeros años que jugué en Central me hacía hacer cada gol. Qué jugador que era él. «Qué calidad tenía», dice con el inconfundible acento santiagueño.

Mira a los ojos y sus pupicancha en aquellos años no la ha perdido. ¿Sabrá realmente quien es él para la memoria canalla?las brillan. La candidez y picardía que demostraba en la 


Su explosión nacional fue una tarde primavera de 1970. Si bien ya había convertido cerca de 25 goles para Central, recién el 2 de octubre de 1970 su nombre se elevó a lo más alto de las marquesinas del fútbol. En la cancha de Independiente Central le gana a los rojos con cuatro tantos de Gramajo y uno de Bóveda. «Fuimos a ver a Yazalde y nos encontramos con Grama-jo», tituló la revista deportiva El Gráfico ante la desazón porteña, absortos con ese intrépido santiagueño.

«Ése fue mi mejor partido. Todo el mundo hablaba de mí. En Santiago mis familiares y amigos estaban hinchados de gusto», recuerda el Chango. «Tenía 22 años y ese campeonato salimos subcampeones. Teníamos que haber sido nosotros los campeones», agrega.

Sin embargo tenía preparado otro show para la hinchada canalla. El 15 de noviembre de 1970, el Chango Gramajo, logró enloquecer a propios y extraños. «El compás de Gramajo le impusieron a Central una superioridad humillante», escribió el cronista de El Gráfico. El partido era en el Parque contra Ñuls. En la primera ronda Central le había ganado tres a uno en Arroyito. Los leprosos esperaban la revancha con ansias de venganza. Pero eso nunca llegó.

Central ganaba tres a uno y en un ataque Gramajo toma la pelota, encara al área, elude a Fenoy y avanza hacia el arco. Mete la pelota sólo medio metro adentro, la toma con la mano y se la muestra a la hinchada rival, que lo mira estupefacto.

La provocación santiagueña. Y un gualicho conocido.

¿Es la sonrisa del Chango la que tanto lo puede?

«Estaba un poco caliente con Fenoy», recuerda lejos de aquel gesto Gramajo. «Cada vez que había un comer a favor de Central, el hijo de puta me tocaba el celo y me cargaba. Me decía: 'qué pasa Chango ¿te veo mal hoy?'. Yo le respondí muy caliente que no me jodo porque yo iba o tener revancha y él no.

Y así fue. Cuando hice el gol. Apenas la entré medio metro detrás de la línea la levanté y la mostré no sólo a Fenoy sino a todos los hinchas de Ñuls. Qué baile le dimos ese día».

La tonada no la pierde. Y esa mirada pícara que aún busca un arco rival.




Fuente: Extraído del Libro “ Callanada Historia de la Pasión “. Homo Sapiens Ediciones. Año Diciembre 2000

martes, 30 de marzo de 2021

ROBERTO ARTEMIO GRAMAJO

 




Por Andrés Bossio

No era difícil la diversión para los pibes de aquel pintoresco pueblito de La Banda, en la provincia de Santiago del Estero. La infaltable gomera, los perros vagabundos y las frutas maduras robadas de las quintas formaban parte del paisaje de aquellos pibes que, rara. vez, podían darse el lujo de patear una pelota. La pobreza era invitada permanente de aquellos humildes hogares y, cuando alguno conseguía realmente una pelota de verdad, el picado se armaba enseguida y todos sus pequeños actores se parecían en una circunstancia: jugaban todos descalzos. No había muchos que usaran zapatos o zapatillas y, si los había, no iban a arriesgar semejante "lujo" jugando a la pelota. Hasta los torneos de fútbol infantil admitía que los chicos jugaran descalzos.

En esa geografía santiagueña nació, creció y se desarrolló Roberto Artemio Gramajo, llegado a este mundo en un hogar numeroso un 28 de julio de 1947. Pasó sin sobresaltos la etapa escolar pero nada más que porque su padre era mayordomo de la escuela y le perdonaban todas las travesuras que su genio vivo y desenvuelto le llevaba a cometer con su natural desparpajo. Después de numerosos torneos y campeonatos más o menos en serio —cancha marcada, camiseta pareja para todo el equipo y hasta alguien que alcanzara un poco de agua— lo anotan en la quinta división de Central Argentino, en su pueblo natal. Comenzó allí el gran problema para Gramajo: había que usar zapatos de fútbol. Jamás los había calzado y le costó un enorme esfuerzo de voluntad adaptarse a ellos. Un año más tarde, cuando apenas tenía 18 años comenzó a presagiar que ese esfuerzo valía la pena. A esa edad ya había debutado en primera en su club. Pero no todo eran satisfacciones. La alegría de llegar a la división superior siendo aún un adolescente se contraponía con las obligaciones más serias y formales que ello le demandaba; concretamente, aunque ya había abandonado !a gomera, los perros vagabundos y picados en la calle, detestaba las exigencias emanadas de su condición de jugador de primera división; los martes y jueves había que concurrir a hacer gimnasia y, como años atrás en la escuela, más de una vez se hizo la rabona.

Sus condiciones de gran jugador, sin embargo, fueron empujándolo cada vez más hacia la necesidad de tomarse bien en serio su profesión. La selección de !a Liga Cultural de Santiago —a la que pertenecía su club— lo tenía en la lista cada vez que había que defender los prestigios del fútbol lugareño. Hasta que llegó la grata sorpresa: otro lugareño, notable jugador que brillaba en el fútbol superior vistiendo la casa de Rosario Central —el zaguero José Casares— interesó a los dirigentes rosarinos en su contratación.

Y en 1967 el ojo visionario de Casares y la decisión de un presidente notablemente emprendedor —don Adolfo P. Boerio— habilitan la incorporación de Gramajo a Central. Su pase costó cuatro millones de pesos y ese mismo año de su transferencia debutó en primera división mostrando estimables cualidades (y un abdomen impropio de un jugador profesional). El estreno fue el 29 de octubre de 1967, en la 8va. fecha del torneo nacional de ese año, y no pudo ser más exigente; Central enfrentaba a uno de los finalistas del anterior metropolitano, Platense. Ganó Central 3 a O con goles de Griguol, Poy y Bielli y el Chango, a despecho de su condición física, dejó una excelente impresión. Es que presentaba todas las características del jugador físicamente no trabajado —o trabajado insuficientemente, conforme a las ínfimas exigencias del fútbol del interior— y poco a poco, en los tres partidos restantes que le tocó disputar, fue mejoran-de ostensiblemente- Mientras tanto, seguía acumulando experiéncia en la tercera división y atendiendo la paciente dedicación que le prestaba el Pepe Minni, su técnico de entonces.

A partir de 1968 ya es titular definitivo de la primera. Vienen otros técnicos, otros compañeros, otras experiencias y una cada vez mayor cantidad de exigencias profesionales. A todas responde Gramajo con su infaltable buen humor santiagueño, su rapidez mental y su enorme despliegue físico que contrasta un poco con la imagen de parsimonia con que suele pintarse a sus coprovincianos. El Chango es todo vitalidad una vez que lo buscan con la pelota por su andarivel izquierdo. Su pique corto es realmente demoledor y lo inicia imprevistamente, en apenas un metro, sorprendiendo a su marcador que, cuando reacciona, ha sido ya ampliamente superado. El despliegue de Gramajo era electrizante, hacía Poner de pie a su hinchada; cualquiera fuese Ja consecuencia final de su relampagueante acción quedaba por algunos segundos en el aire el murmullo de la gente, el comentario por semejante accionar.

Tuvo momentos estelares y coincidieron con los momentos de mayor brillo de Rosario Central. Adquirió la "manía" de hacerle goles a Newell's y, cuando no los hacía, volvía loco a su marcador. Fuimos testigos de su auténtica bronca en el camarín centralista cuando le reprochó de no muy buena manera —injustamente por cierto— al técnico que lo hubiera reemplazado durante el encuentro con Boca Júniors, en el Nacional del '70. Y también lo vimos —como miles de hinchas centralistas— la noche del 22 de diciembre de 1971, recogiendo un pase al centímetro de Poy, volcando todo su cuerpo en carrera hacia un costado del arquero Irusta para meterla por el otro lado. Era el empate de Central y el primer paso al campeonato. Y cuando lo vimos al Chango correr hacia el fervor y el cariño de su hinchada supimos que Central —que con ese Gramajo nacido para campeón— no podía perder el campeonato.

Un año después las reiteradas lesiones y el empuje de las nuevas generaciones de futbolistas canallas que venían pidiendo paso en la primera división, determinaron su transferencia a Grecia Se cerraba —el 16 de junio de 1972—último partido del Chango con la azul y cro— un ciclo de casi un centenar y medio de par-[idos en primera, de más de cincuenta goles y de una cantidad de afectos que hinchada y jugador se prodigaron mutuamente, imposibles de medir. Gramajo fue un verdadero ídolo, a imagen y semejanza de los auténticos valores que reconoce, celebra y aclama la hinchada de Rosario Central.


Fuente: Extraído de la Colección de Historia Rosario Central. Autor Andrés Bossio

lunes, 29 de marzo de 2021

Roberto GRAMAJO

 




Despliegue, fuerza y velocidad fueron las virtudes que el Chango le entregó a Central. Un goleador inolvidable.

ROBERTO ARTEMIO GRAMAJO.

Nació: 28/7/1947 en La Banda (Santiago del Estero).

Jugó: 253 partidos entre 1967 y 1972.

Goles: 58 (5 a Newell's).

Títulos: 1 (Nacional 71).




Santiagueño de La Banda, su tierra le dio su apodo: Chango. Creció jugando descalzo hasta que en Central Argentino lo obligaron a usar botines. El zaguero José Casares, también santiagueño, interesó a los dirigentes de Central para que gestionaran la contratación de Gramajo. En su llegada, en 17 empezó a demostrar sus cualidades de delantero, pero dejaba en evidencia un físico poco trabajado. Jugó en Reserva mientras se ponía en forma y debutó en el 68. Mostró siempre rapidez mental para definir las jugadas y un gran despliegue: era fuerte y veloz, con un pique corto demoledor. Era todo vitalidad cuando tomaba la pelota por la banda izquierda. Si se metía en el área, era un oportunista. Fue figura en el equipo campeón de 1971, el año en que, también, jugó por única vez en la Selección. En 1972, las lesiones y la nueva generación de futbolistas empujaron su venta al Panathinaikos griego. Dejaba atrás un recuerdo imborrable de más de medio centenar de goles con los Canallas, cinco de ellos a Newell's. A la vuelta de Grecia siguió en Huracán (1974/75) y cerró su carrera en Quilmes, en 1976•



Fuente: Extraído de la Revista “ El grafico”Libro de colección / Edición N° 35 / Febrero de 2012

viernes, 26 de marzo de 2021

Carlos Timoteo Griguol

 




Por Javier Armentano- Roberto Caferra




Cuando el Gigante era Invencible




En 1966 jugó 34 de los 38 partidos disputados en el año. Un duro marcador que imponía su personalidad en el medio de la cancha. No era violento pero sí inteligente. Un coeficiente electual admirable, un clásico cinco que imponía en los rivales. Quitaba y entregaba limpia la pelota Pignani, Pagani, Poy, Palma o Bielli.

Debuté el 6 de marzo de 1966 frente a River. El 19 abril de ese año hizo el primero de sus 13 goles en Central frente a Colón.

En total jugó con la camiseta canalla 138 partidos. Se retiró en 1970 pero un año después fue técnico en Arroyito.

Con intermitencias alterné en el banco de suplentes con Ángel Tulio Zof y Ángel Amadeo Labruna hasta que en 1973 la segunda estrella para Central.

Como técnico dirigió a Central 235 partidos. Ganó 23, empaté 70 y perdió 60. Es decir obtuvo casi el 60 por ciento de efectividad.

No perdió el acento cordobés pero sí muchos pelos. Era doro dentro de la cancha y fue rígido fuera de ella con sus dirigidos. Y en Central impuso una rigurosidad que dio sus frutos en los años 70. ,Si Central hacía un gol era muy difícil que nos empataran. Eramos muy sólidas y teníamos un esquema defensivo impasable, confesó el viejo Timoteo.

A Central era muy difícil ganarle en el Gigante en los años 70, «le hacíamos muy complicado el partido al rivales cuando éramos locales», confiesa Griguol.

Por ejemplo en 1974 no perdió ninguno de los encuentros jugados en Arroyito. Y del total de los 11 partidos jugados en la cancha de Central (durante se años) sólo perdió diez. Es decir el 8,4 por ciento.


Fuente: Extraído del Libro “ Callanada Historia de la Pasión “. Homo Sapiens Ediciones. Año Diciembre 2000

miércoles, 24 de marzo de 2021

CARLOS TIMOTEO GRIGUOL

 




Por Andrés Bossio




Apareció en Rosario Central en 1966 provocando una gran expectativa: los $ 7.500.000 m/n. que recibió Atlanta por su pase era la suma más alta pagada ese año por el club, que acababa también de incorporar a Jorge José González, de Racing de Montevideo; a Marcelo Pagani, de Internazionale de Milán; a Enzo Gennoni y Alberto Fanessi, entre otros. Los años que jugó vistiendo la camiseta azul y amarilla de Central (antes lo había hecho con la de Atlanta, desde la ira. fecha del torneo de 1957 hasta llegar a Arroyito), confirmaron su característica de jugador de gran personalidad y permanente rendimiento. Tal vez nunca para el sobresaliente, Jamás para el aplazo.

Hasta que llegó a Central, Enrique Omar Sívori y no lo quiso para su equipo. Por ese entonces Vesco se "recibía" de presidente tras un prolongado proceso de "hinchismo" que todavía hoy sigue creciendo. Y Vesco le pidió a Griguol que se quedara, como adivinando el camino de éxitos que el destino le tenía reservado al cordobés para cuando dejara la camiseta N. 5 y se calzara el buzo de director técnico.

Empezó como tal en las divisiones inferiores. Su aya-saltante personalidad y la libertad que !e dieron los dirigentes para hacer su trabajo llevaron a Griguol a armar pacientemente una estructura propicia para que un día todos los equipos de Rosario Central, cualquiera fuera la división en que jugasen, tuviesen una característica definida, un sello de distinción, un estilo futbolístico. A algunos —o a muchos— con el tiempo no les gustó; como quizás no les siga gustando ahora, Aferrados al de Durado estilo del Maestro Rubén Bravo, le costó al viejo centralista conciliar sus predilecciones con la turbulencia de Aimar o el desconcertante despliegue de Cabral. Pero Griguol consiguió resultados de inmediato. Y a la hora del festejo del segundo título "grande" en la historia profesional, que llegó de la mano de Griguol en 1973, se apagaron las "críticas" y así emergió victoriosa y exaltada la figura del técnico, a quien acompañó desde entonces un cantito que nació en ocasión de uno de los triunfos obtenidos a expensas de sus eternos rivales del Parque: "El Timoteo dirige la batuta / para que baile. .; etc. etc.". De allí en más desapareció para siempre Carlos Griguol, para ser simplemente, Timoteo.


Muy poca gente, sin jugar, hizo tanto como él por Rosario Central. Desde dejar una in. fraestructura que aprovecharon quienes le sucedieron hasta lograr títulos profesionales que nunca se habían conseguido (en verdad no muchos lo habrán siquiera soñado años atrás), el sello de Griguol quedó definitivamente estampado en Rosario Central.

El paso de jugador a técnico —que para muchos puede ser traumático— para este cordobés amable, serio, circunspecto, pareció un juego. Dirigió a algunos de los muchachos que habían sido sus compañeros de equipo, quienes sintieron aue Griguol era el técnico. Exigente como nadie, observador como pocos, aguantó en 1974 el fuego granado de infinidad de simpatizantes que clamaban por la presencia de Mario Kempes. Había costado una fortuna y Griguol lo tenía en el banco alternando tramos de cada encuentro con Carril o Aricó. Timoteo permanecía impasible; a quien quisiera oírlo le explicaba las abismales diferencias que había entre jugar para Instituto de Córdoba y Rosario Central; !as menores exigencias técnicas y físicas que se requerían para ser figura en un torneo de la Liga Cordobesa y las crecientes demandas que debían cumplirse para triunfar en el fútbol profesional. Lo fue introduciendo de a poco en el ritmo profesional de Central; mientras, lo "mató" en los entrenamientos, quemó lcs kilos que escondían al fenomenal atleta y eximio jugador. Todos sabían —Griguol el primero— que Kempes en forma era un jugador excepcional. Sólo había que colocarlo en la mejor condición para demostrarlo. Y Kempes —Griguol mediante— lo logró.

Aún cuando muchos aficionados discuten todavía hoy el estilo de Griguol una cosa es evidente; jamás se podrá negar la capacidad de Timoteo; sabe su oficio, en el que siempre se está perfeccionando.

Sabe a fondo si tarea, conoce y estudia el medio en el que se desenvuelve. bucea permanentemente en la psicología del jugador, del hincha, hasta del dirigente. Nada deja librado a! azar. Los resultados están a la vista. Donde juega un equipo de Griguol ni falta hace nombrar a su director técnico. El estilo del equipo lo está gritando a los cuatro vientos.

Los simpatizantes de Rosario Central —aún aquellos que no comparten su ideal futbolístico— sólo necesitan echar una mirada a la década del '70 para apreciar el trabajo de Timoteo. Serio, honesto. responsable, sólido. Con réditos en Poco tiempo y saldos positivos en el largo Plazo como ocurre cada vez que se planifica una tarea con ideoneidad. Griguol, correcto jugador, merece el reconocimiento de toda la hinchada centralista nor mucho más que aquel título de campeón del '73. Por eso le hicimos en esta galería el lugar que su capacidad de hombre íntegro y profesional cabal se merecen con exceso.




Fuente: Extraído de la Colección de Historia Rosario Central. Autor Andrés Bossio

martes, 23 de marzo de 2021

CARLOS TIMOTEO GRIGUOL.

 




Terminó su carrera en Central y se quedó a comandar las Inferiores. En su primer año como DT, ganó Nacional 73. Un maestro.




Nació: 4/9/1936 en Las Palmas (Córdoba).

Jugó: 146 partidos entre 1966 y 1969.

Goles: 15 (1 a Newell's).

Títulos: O.





Con su inalterable acento cordobés llegó de Las Palmas a la pensión de Atlanta. Jugó 9 temporadas con el equipo de Villa Crespo yen 1966 arribó a Rosario Central. Fue un volante metedor, de gran dinámica, buen quite, cabeceador en el área, se ponía el equipo a cuestas y empujaba al rival. Cuando surgió Landucci en su puesto, se retiró: corría 1969 y tenía 33 años.

Timo siguió en Central, dedicado a las divisiones Inferiores. En 1973 tomó el mando del primer equipo y terminó el año dando la vuelta olímpica en el Nacional, tras una ronda final contra River, Atlanta y San Lorenzo.

Como técnico siempre pregonó la buena conducta y el juego limpio. Sus jugadores destacaron sus consejos futbolísticos y el valor humano de su compañía, algo que también resaltan sus colegas. Entre 1975 y 1977 dirigió en México y luego volvió a Rosario, hasta 1978. Dirigió a Kimberley, Ferro, River, Gimnasia, Betis y Unión, destacándose siempre como un profesional modelo, disciplinado, exigente y estudioso




Fuente: Extraído de la Revista “ El grafico”Libro de colección / Edición N° 35 / Febrero de 2012

lunes, 22 de marzo de 2021

EL ROSARIO A PUERTO BELGRANO





Por Raúl Oscar Ifrán.

Rosario a Puerto Belgrano
se llamaba aquella vía
que llevaba y que traía
los frutos de la cosecha,
hoy la nostalgia repecha
rieles de melancolía.

Arrancaban de Rosario,
pasaban por Villa Diego,
saludaban al labriego
rumbo a Estación Los Muchachos
con bolsas, cajas y tachos
en  fervoroso trasiego.

Santa Fe, qué hermoso pago:
Arminda, Benard y Erasto,
gente cargando el abasto,
pueblos y campos que crecen
y las lluvias que aparecen
mojando cemento y pasto.

Corrían las locomotoras
como potro desbocado
por la pampa y el poblado:
blancas nubes de vapor
y el pito enamorador
avisando “ya he llegado”-

Bigand, Bombal y Chovet
hasta Parada El Jardín,
un horizonte sin fin
espera el paso del tren,
Estación Chapuy, también,
Runciman, todo trajín.

Va un tesoro en los vagones
de trigo, papas y afrecho
y algún linyera en el techo
con un pucho y el bagallo;
tras un alambre, un caballo
pasta orondo en un barbecho.

Cristophersen, San Gregorio,
Estación María Teresa,
paisajes que son belleza
Miguel Torres: uno más;
Santa Fe ya queda atrás
y Buenos Aires empieza.

Es un país que desfila
visto de las ventanillas,
echando a volar semillas
la Borsig cincuenta y tres
y la Five-Lilles después
entre tantas maravillas.

De los pagos bonaerenses
espera General Pinto
y el paisaje no es distinto:
sudor en la frente y manos;
en Parada Dos Hermanos
comienza otro laberinto.

Pues no es sencilla esta traza,
sube y baja el recorrido,
el campo al pueblo está unido
por esta red de durmientes
y hacen falta treinta puentes
por donde hoy anda el olvido.

De Parada El Peregrino
a Estación Los Callejones
hacen chirriar los vagones
toda su ferretería,
Nueva Suiza está en la vía
con todas sus tradiciones.

Luego viene El Porvenir,
Timote Chico, Necol,
donde siempre brilla el sol
y una milonga se escucha
en Estación La Marucha
a la luz de su farol.

El Catango, el guardahilos, 
el Señalero, el cambista,
ahí andan pidiendo pista
para seguir su faena
que hoy ilumina la pena
que, sola, salta a la vista.

Del Pago de Pehuajó
es la Estación El Recado,
Capitán Castro, y al lado,
a buena marcha de zorra
llegamos a La Cotorra
de la que hoy poco ha quedado.

Bajando el mapa arribamos
a la Estación La Carreta
con mate amargo y galleta
seguimos hasta el cartel
de la Estación Masurel
y la alegría es completa.

Mouras, Luro, La Copeta,
y en Guaminí, La Nevada,
en Suárez no falta nada
para hacer un nuevo amigo,
en Huanguelén canta el trigo
y en Zentena, la cebada.

Estación La Primavera,
Bathurst y Coronel Suárez, 
D’ Orbigny, bellos lugares
como no creo haya igual,
con Estación Quiñihual
y otros pueblos singulares.

Vamos a Estación Raulet,
Coronel Pringles, pasó
Estación Pillahuincó,
donde es un bálsamo el viento.
A Estación El Pensamiento:
el tren nunca más volvió.

Llega Coronel Falcón,
en Pringles, y Las Mostazas,
Lartigau es campo y casas
y allá por El Divisorio
la gente está de casorio
con un lechón a las brasas.

Cruzamos los Siete Puentes
cerca de Paso Mayor,
qué perfume embriagador
el agua en el pasto expande:
la gloria del Sauce Grande
en su máximo esplendor.

Bajo Hondo está de fiesta,
sus cosechas hay que ver,
en Almirante Solier
el trabajo nunca falta,
a mi querida Punta Alta
siempre quisiera volver.

Estación Puerto Belgrano:
el hondo mar a ambos lados
donde los acorazados
recortan bravos cañones
de paz en los corazones
de civiles y soldados.

Pasamos el Apeadero
que un día se llevó el fuego,
le decimos hasta luego
a nuestra alta barranca
y vamos a Bahía Blanca
para culmen y sosiego.

Rosario a Puerto Belgrano
se llamaban esas vías
de estaciones hoy vacías
donde la herrumbre y la escoria
quieren tapar la memoria
que canto en mis poesías.

Y perdón, para el final,
si me he olvidado de alguna
estación bajo la luna
que ya no ilumina al tren,
es que estoy viejo también;
mi mente es una laguna.

viernes, 19 de marzo de 2021

LeyendasUrbanas LA DAMA DEL LAGO...

 



El parque Independencia cuenta con un buen número de espejos de agua, se encuentra en uno de ellos una pequeña isla en donde puede verse la bella escultura de una mujer echada, de color blanco impoluto, que en su época de inauguración causó revuelo ya que muchos paseantes acusaron a su autor, el escultor Osvaldo Lauerdorf, de haber colocado a la mujer en una pose provocativa. 


Los rumores se intensificaron cuando se sospechó que la modelo utilizada para acabar la obra de arte habría sido la sobrina del escultor, con quien éste habría mantenido un escandaloso romance.

La joven murió tempranamente a causa de una grave enfermedad y el artista pasó sus últimos años en soledad y amargura. 


Hasta el día de hoy hay supuestos testigos que afirman haber visto a una mujer vestida enteramente de blanco vagar por la superficie de las aguas del pequeño lago en las cercanías de la estatua, dando por descontado que se trata de la sufrida sobrina de escultor cuya alma no logra hallar la paz ante la interrupción del pacto amoroso.

Fuente: Anónima


jueves, 18 de marzo de 2021

Como Rosario

 

Como Rosario no tiene fundador, los rosarinos deben inventar su ciudad cada día. Ser rosarino es, ante todo, ser un inventor. Lo primero que inventaron los rosarinos fue el otoño. Después el amor. Una tarde de sol, la lluvia. Y una siesta en que estaban tristes, el dulce de membrillo. Al Gato Barbieri un rosarino lo inventó en París. A Musto un rosarino que pescaba en el Paraná. A Berni un grupo de desocupados que pedían queso y le daban hueso.


A Mendieta, el único perro del mundo que habla el rosarino, lo inventó un amigo de Inodoro Pereyra que esa tarde se había enamorado de Rita la Salvaje.


Al fútbol lo inventaron Pontoni, el Negro Aguirre y Vicente de la Mata. A Pataqueno, al poeta Aragón y a Cachilo lo fueron inventando con el tiempo los rosarinos que amaban los tranvías. Al último lo terminó de inventar Mario Piazza.


Al Che Guevara lo terminaron de inventar en un departamento de Urquiza y Entre Ríos, y aunque lo mataron, sus sueños siguen dando vuelta al mundo.


A la trova rosarina la inventaron los rosarinos que eran trovadores.


A los poetas de Rosario los inventó un señor que se llamaba Ortiz Grognet y ahora son tantos y tan buenos que la gente que visita Rosario dice al volver a sus hogares: "En esa ciudad hay un Monumento, un río con pescados que juegan al truco, poetas que escriben poemas en todas las esquinas, señores que si se enojan hacen una cosa que se llama el Rosariazo y lugares donde se venden familiares de queso y salame, carlito y menditeguys, tres inventos de la ciudad".


En Rosario, se dice también, hay una montañita alta como el Everest en el medio de un parque que es muy grande.


El amarillo de las hojas de los árboles en el otoño rosarino no existe en ningún lugar del mundo. Tampoco las chicas con sombrillas que inventó Julio Vanzo, los más perfectos laberintos (y los más bellos) que inventó Anselmo Piccoli, las vegetaciones de las “ciudades invisibles” creadas por Pedro Sinópoli, los gatos inventados por Rubén de la Colina (y cuidados por Cumeta Ghione), las puertas de los barrios creadas por un señor Elizalde, las distintas latitudes del río de otro señor llamado Uriarte.


Al pueblo de Rosario lo tiene que haber inventado un ángel porque tiene la paciencia de los santos. A las mujeres de Rosario las inventó el Diablo para que todos pierdan la cabeza por ellas.


Al barrio de Pichincha lo fueron inventando Clara Beter, Roger Plá, Ada Donato y el Negro Fontanarrosa. De la música de fondo se encargaba Antonio Agri, a quien acompañaban Miguelito Betorello y Marcelo Raigal. El tango nació en Rosario (Borges lo sabía) y el primer surrealista de América fue Aldo Pellegrini.


Hay rosarinos que curiosamente desprecian todo lo rosarino, pero se trata de infiltrados que algún día sacaremos a patadas. Hay otros que viajan y se van como si tal cosa. Pero los rosarinos de veras cuando se van se van yendo como quien se desangra, de la misma manera que Don Segundo.


Texto de Gary Vila Ortiz, publicado en Rosario 12 el 29 de agosto de 2018, y emitido después por LT8 en el programa "Pichincha"

miércoles, 17 de marzo de 2021

ESCUELA REGIONAL DE AVIACION CIVIL



Por Nicolás E. de Vita


El 15/9/1967, gracias a las activas gestiones que desde hacía tiempo se encontraba empeñado el Club, principalmente por parte de su entonces Vicepresidente D. Rolando J. Zanni, la Dirección General de Instrucción y Habilitación faculta a las instituciones de vuelo de Rosario para proceder a la formación y organización de una Escuela Regional de Aviación Civil.

Para tal fin, los cursos respectivos, que comprendían las carreras de pilotos comerciales (1 año), y mantenimiento de equipos radioeléctricos (3 años), fueron iniciados con gran suceso el día 5/2/1968 en el local de la Escuela Nacional de Eduación Técnica Nº 5. sita en calle Corrientes 668. El primer personal Directivo se constituyó con los Señores D. Mario Italo Gaspar, como Director, y don Rolando J. Zanni, como Regente; y como primeros instructores fueron nombrados los Sres. Juan Stanculescu y Benjamín Hugo Luiayza, respectivamente.

Al momento del inicio de las actividades, dicha Escuela Regional contaba con talleres, laboratorios y gabinetes dotados del más moderno instrumental; y los alumnos, al egresar, habrían de poseer licencias, nacionales e internacionales, en cada especialidad, válidas para todos los países adheridos a la "O.A.C.I. "Organización Aviación Civil Internacional). En lo que respecta a las prácticas de vuelo, las mismas en sus comienzos se realizaron en el nuevo aeródromo de Alvear en razón de que en ése entonces el de Fisherton se encontraba paralizado por la construcción de una nueva pista asfaltada de 2000 mts. de longitud. A su vez, y para los mismos fines, la Dirección General de Instrucción y Habilitación puso a disposición de las autoridades de la Escuela, con carácter de donación, un avión Cessna 180, máquina que , posteriormente, y con el fin de posibilitar la práctica de vuelos nocturnos, habría de ser permutada por un avión Colt LVIBE, equipado con instrumental apropiado del cual carecía el anterior.

Tiempo después el activo y pasivo de la Escuela, junto con toda la faz administrativa-educativa-económica, habría de quedar a cargo exclusivo del ACR.

Los primeros alumnos de la Escuela que recibieron sus certificados de pilotos comerciales, lo fueron los señores: Merello Gallegos, Mario Zarantonelio, Raúl Carmona, Julio González, Oscar Garino, Juan C. Botto, Edgar Ansaldi, Pedro Calvi, Lindor G. Muruga, Eduardo G. Cardonado, Jorge Maximino, Aníbal Guzmán, y Oscar Magallán.

Esta Escuela de formación, que comenzó s tarea con tanto éxito, no pudo sobrevivir mucho tiempo. Poco a poco se fue perdiendo el interés inicial por parte de los aspirantes, razón por la cual, con fecha 15/5/1974, atenta la situación creada por la falta de funcionamiento, la Dirección de Fomento, Instrucción y Habilitación, por Resolución NO 278. dispone: 1º) Dejar sin efecto, a partir de la citada fecha, la habilitación que le fuera concedida oportunamente al ACR, para el dictado de los cursos de piloto comercial con habilitación de vuelos por instrumentos, de mecánicos de mantenimiento de equipos radioeléctricos de aeronaves, y de observador meteorológico;y 2º) Regularizar la situación del avión Cessana 180 LQ—ZKQ, cedido a la Escuela, y designar al Club depositario del mismo hasta tanto se le fije un destino definitivo.

Así, lamentablemente, quedó anulada tan interesante iniciativa nacida por inspiración del ACR, acogida favorablemente por las autoridades nacionales y, al principio,por mucha gente relacionada con la aviación, y con ello frustrada una gran oportunidad para nuestra ciudad como pudo ser la de seguir contando con un establecimiento educativo de tan trascendental importancia.

Fuente: Publicado en el Libro “Acercamiento a la Historia del Aero Club de Rosario”. Ensayo Nicolás E. de Vita. “impreso en Impresiones Modulo S.R.L.”

martes, 16 de marzo de 2021

SE DESIGNA NUEVO PRESIDENTE Y VICE—SE ADQUIEREN NUEVO LOCAL SOCIAL Y OTRAS MAQUINAS— OTROS ACCIDENTES FATALES

 



Por Nicolás E. de Vita


Para reemplazar al fallecido D. Antonio Fenosa, el 11 de julio asume la Presidencia el Vice D. Mario Gaspar; y para reemplazar a éste en el cargo que hasta entonces ocupaba, se designa al Sr. Rolando J. Zanni, quién se hace cargo del puesto con fecha 25/11/1966.

Con fecha 6/10/1965 se había procedido a vender el local que el ACR poseía en calle Mitre, y con su producido se adquiere el local 01-03 que forma parte del Edificio Galería Córdoba, sito en la esquina formada por las calles Sarmiento y Córdoba de esta ciudad. Dicha operación se concretó en la suma total de m$n. 1.200.000.- habiéndose también adquirido todos los muebles y útiles existentes dentro de dicho local, en la suma total de m$n. 50.000.-

Ya durante el transcurso del año 1967, con fecha 29 de marzo, el Club adquiere dos aviones: Un Piper Colt 108, con equipo STD., Serie No 22-8827, modelo 1961, equipado con motor "Lycoming" de 108 HP., Serie No L-665-15, Matrícula LV—ISS; y otro, con equipo STD., Serie L-7912-15, Matrícula definitiva LV—IAX. Ambas máquinas fueron adquiridas en la suma total de m$n. 3.100.000.-que se abonó así: Parte al contado, y el saldo con las entregas del avión Piper PA. 11, modelo 1948, Matrícula LV—YPE, y del avión Fleet Canuck, modelo 1946, Matrícula LV—NQR.

Con fecha 3/5/1967 el Club recibe como donación por parte del Consulado de Italia, una Bandera; y el 22 del mismo mes, el socio piloto D. Hugo Alberto Zilli cae a tierra con el avión triplaza LV—YFE, perdiendo la vida; lamentable accidente que vuelve a repetirse el 26 de junio cuando D. Ledimir Sticotti, que fuera uno de los primeros instructores de vuelo que tuvo el Club, y que durante muchos años brindó lo mejor de sí para el desarrollo de la aviación en general, pierde también la vida al capotar el avión que piloteaba en esa ocasión.

El 3 de Julio el Club recibe un entrenador de vuelo Link Nº 2902.


Fuente: Publicado en el Libro “Acercamiento a la Historia del Aero Club de Rosario”. Ensayo Nicolás E. de Vita. “impreso en Impresiones Modulo S.R.L.

lunes, 15 de marzo de 2021

IRREPARABLE PERDIDA DEL PRESIDENTE

 



Por Nicolás E. de Vita




Con fecha 9/7/1966, mientras se dedicaba a efectuar vuelos de bautismo en la localidad de Pujato con su avión particular, cae a tierra don Antonio Fenosa, Presidente del Club, quién resulta muerto a causa de tal accidente.

Ante tan irreparable pérdida, de inmediato la C.D. reunida en pleno dispuso los honores correspondientes a la investidura del fallecido; durante el acto del sepelio una formación de aviones del club, piloteados por instructores y socios del mismo volaron en formación sobre el cortejo en todo su trayecto hasta el cementerio; y finalmente, el Vicepresidente don Mario Gaspar despidió los restos con estas palabras:

“Un pionero de la aviación argentina ha plegado sus alas. Los que reunidos aquí despedimos hoy a Antonio Fenosa sabemos positivamente que con su desaparición pierde el Aero Club Ro-sano el amigo, el benefactor, el trabajador incansable que a través del tiempo bregó sin desmayos por su querido Aero Club. Dinamismo inigualado y difícilmente superado, con su trabajo sin retaceos y su contribución desinteresada, fue jalonando la vida del Aero Club de exitosas etapas por todos reconocidas. Su tesón no ha tenido parangon y los que de cerca hemos vivido sus sanas inquietudes, lamentamos hoy, en lo más profundo de nuestros corazones, esta partida que deja un vacío tan grande, que el tiempo ha de encargarse de poner en evidencia. Muchas, muchas veces lamentaremos en el futuro este desdichado acontecimiento. Murió en su Ley. Luchando por ese ideal que no ha conocido renunciamientos. Sus compañeros de Comisión Directiva, sus amigos todos, aquí reunidos en este postrero homenaje, sabemos que ha partido físicamente pero que su espíritu sigue permanente a nuestro lado, porque aún vivido en nuestras mentes y en el futuro del Aero Club su ejemplo, su dinamismo, su nobleza de alma y de espíritu. Un pionero de la aviación ha plegado sus alas, es cierto. Los que se inspiraron en su extraordinario quehacer despliegan las suyas para continuar su obra, como el mejor homenaje que se puede rendir al amigo desaparecido. Que Dios lo tenga en la gloria”


Fuente: Publicado en el Libro “Acercamiento a la Historia del Aero Club de Rosario”. Ensayo Nicolás E. de Vita. “impreso en Impresiones Modulo S.R.L.” Fuente: Publicado en el Libro “Acercamiento a la Historia del Aero Club de Rosario”. Ensayo Nicolás E. de Vita. “impreso en Impresiones Modulo S.R.L.”

viernes, 12 de marzo de 2021

INSTITUTO DE DISEÑO INDUSTRIAL

 




La solidez y el prestigie de un emprendimiento industrial está determinado por una serie de factores y circunstancias que varían para cada caso particular. Sin embargo, uno de esos factores adquiere la categoría de constante ya que incide inevitablemente en el éxito de cualquier tipo de empresa: se trata de la calidad total del producto generado por la misma. Una parte importante de esta calidad es el nivel de diseño que exhibe dicho producto, entendiendo por tal el cuidado profesional que se ha puesto durante su gestación con el fin de obtener un resultado final cómodo y seguro para el usuario, útil y confiable en la función que tiene que cumplir, estéticamente digno y atractivo, y en definitiva creativo e innovador.

Con la mira puesta en este importante componente de la calidad y con el objetivo de incentivar y apoyara la industria local y nacional en el desarrollo de su propio potencial de diseño (terminando progresivamente con la dependencia de modelos extranjeros) se creó en 1960, en el ámbito de la entonces 'Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico Químicas y Naturales Aplicadas a la Industria" UNL (Hoy Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura" UNR), un Instituto de Diseño dedicado a la Investigación, Docencia y Asistencia Técnica al medio en el campo de la disciplina que esconocida internacionalmente como Diseño Industrial.

El Instituto de Diseño Industrial (IDI), desde sus comienzos, ha otorgado especial atención a mantener una estrecha colaboración con la industria de la ciudad y su zona de influencia. A través de los años ha prestado sus servicios a numerosos establecimientos, brindando asesoramientos y colaborando prácticamente mediante la realización de diseños para los productos planeados por los mismos. Estos proyectos se desenvuelven en el marco de una estrecha comunicación entre el personal directivoy técnico de la fábrica en cuestión y el personal especializado del Instituto.

De esta manera han surgido de los tableros del IDI diseños de cosechadoras, máquinas de soldar, cocinas, balanzas, bombeadores, computadoras, asientos de colectivos y muchos otros productos del inacabable surtido deequipamiento que el hombre requiere para su relación operativa con el mundo. El diseño de un freezer de muy baja temperatura para uso médico es el proyecto industrial que ocupa en estos días al IDI, surgido de la inquietud innovadora de una empresa rosarina.

Pero no siempre los proyectos responden al pedido de una empresa. El Instituto también encara desarrollos de equipos y elementos que responden a una necesidad social detectada en la comunidad, casi siempre a través de instituciones oficiales o privadas de bien público. Un ejemplo de este campo de acción lo constituye el trabajo que el IDI está llevando a cabo en la actualidad como colaboración con el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez y más específicamente con su servicio para Quemados. Se trata del diseño de elementos de equipamiento especialmente pensados para la atención, traslado, curación y reposo de ese tipo de pacientes.

La actividad de Investigación (Básica y Aplicada) también ocupa un lugar de importancia en el IDI. No podría ser de otro modo ya que la Universidad no sólo está destinada a transmitir conocimientos a través de la docencia sino también a generarlos mediante la indagación basada en el método científico.

En el terreno de la Estética Experimental se llevan a cabo estudios vinculados con la percepción de la Forma y el Color y los patrones de preferencias detectados en poblaciones de usuarios de productos de la Industria. Se llega por este medio a establecer datos confiables que luego pueden ser utilizados creativamente por los diseñadores y las fábricas. Un ejemplo traído al azar es el establecimiento del grado de tensión perceptiva y psicológica que suscitan distintas combinaciones de colores.

También se realizan en el Instituto investigaciones en la disciplina conocida como Ergonomía que se ocupa de ía adaptación de las máquinas, equipos, instrumentos y artefactos a las características anatómicas, dinámicas y psicológicas del usuario que ha de operar esos elementos. Un buen ejemplo de este tipo de investigaciones son los relevamientos antropométricos de población argentina, mediante los cuales se miden y se procesan estadísticamente una serie de dimensiones corporales que luego son extremadamente útiles en el diseño de asientos, puestos de trabajo, equipamiento escolar, etc.

La actividad docente se vehiculiza en el Instituto a través de Cursos de Posgrado en los quejó jóvenes ingenieros y arquitectos ya graduados complementan su formación recibiendo una sólida base teórica y realizando una práctica intensiva de tablero y taller que los pone en contacto con la metodología y las técnicas del Diseño.

El IDI tiene su sede en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura, Av. Pellegrini 250, institución de la que depende y con cuyos otros institutos y laboratorios colabora interdisciplinariamente.

JORGE VILA ORTIZ




Fuente: Extraído dela Revista “ Rosario, Historia de aquí a la vuelta” Autores: Alicia Castagna- José Luis Pellegrini- María Lidia Woelflin. . Fascículo N.º 5 Octubre 1990.-

jueves, 11 de marzo de 2021

Proteger a ILLIA









El testimonio inédito del Granadero rosanno que participó en la Casa Rosada de la custodia del presidente de la Nación durante el golpe de Estado de junio de 1966


Por Roberto Colimodio




"De aquí puede ser que nos saquen a la fuerza, pero con las patas para adelante".


Con esas palabras se dirigió el teniente primero Aliberto Rodrigáñez Riccheri a sus 30 granaderos en el Patio de las Palmeras; era el Jefe del Destacamento de la Guardia Presidencial de Granaderos de la Casa de Gobierno el 27 de junio de 1966 cuando se iniciaba un movimiento revolucionario de las Fuerzas Armadas para derrocar al Presidente Arturo Umberto Illia. Rodrigáñez Riccheri, de 32 años, había ordenado cerrar las puertas y reforzar la Guardia con la actitud de resistir en defensa de la investidura presidencial y el orden democrático.

Es su sangre la misma de Alfonso Rodrigáñez, aquel vecino que en 1813 donara ganado y cabalgaduras al Escuadrón del Coronel San Martín en San Lorenzo y la del General Pablo Riccheri (nacido en San Lorenzo) quien recreara en 1904 el Regimiento de Granaderos a Caballo y estableciera el Servicio Militar Obligatorio. Aunque Rodrigáñez Riccheri nació en Buenos Aires en 1934, la vinculación con la región es indudable.

Si bien, usando sus propias palabras, era "ilusorio proponer resistir con treinta granaderos con sólo su armamento individual, era la actitud que cualquier Oficial en mi situación hubiera adoptado", el Teniente Primero estaba decidido a cumplir su deber junto a sus hombres. Reunido en el Despacho con el Presidente lilia, el Jefe de la Casa Militar, políticos y dirigentes radicales, se le ordenó excluir toda posibilidad de resistencia ponderando su "valiente actitud".

Sin embargo, cuando se hizo presente el Teniente General Julio Rodolfo Alsogaray acompañado por el Coronel Luis Perlinger en la puerta, de entrada de calle Rivadavia, Rodrigáflez lo recibió y se negó a acatar la orden que le diera aquél de replegar la Guardia. Acompañándolo al Despacho del Presidente fue testigo del diálogo que mantuvieron Alsogaray e Illia: "Dr. lilia, le comunico en nombre de las Fuerzas Armadas que ha dejado de ser Presidente de los argentinos".

Serenamente y luego de un profundo silencio, rodeado de ánimos enfervorizados de sus correligionarios, Tilia respondió: "No General, en nombre de. las Fuerzas Armadas no. En todo caso en nombre de un grupo de Generales que Usted representa".

Luego, según lo manifiesta Rodrigáñez Riccheri, Tilia le indicó las razones por las que era Presidente de los argentinos mostrándole un ejemplar de la Constitución Nacional, acusándolos de actuar como salteadores nocturnos y advirtiéndoles que se arrepentirían ante sus hijos de lo que estaban haciendo.

El Teniente de Granaderos luego recibió otra intimación de retirarse de la Casa de Gobierno con sus hombres, esta vez en forma grosera: "Si ustedes no se retiran los sacaremos a patadas en el culo". Naturalmente la respuesta fue otra grosería que Rodrigáfiez (por decoro) no dio a conocer.

El doctor lilia permaneció en su despacho varias horas más, pese a las reiteradas invitaciones que se le hacían a dejarlo, hasta que luego del ingreso a Casa de Gobierno de la Guardia de Infantería de la Policía Federal se retiró acompañado de una multitud hasta la puerta de calle Rivadavia donde abordó un taxi, rechazando los vehículos oficiales.

Luego para Rodrigáfiez Riccheri nació la "leyenda" cuando fue a visitar al doctor lilia a la casa de su hermano Ricardo, se encontró con un grupo nutrido de radicales de primera línea que lo saludaban con mucho afecto. Allí definió su conducta:"Quiero aclarar que, si en lugar del doctor Tilia hubiera estado el General Perón hubiera hecho lo mismo".

Estas declaraciones fueron aprobadas y felicitadas con muy buen ánimo y fueron el comienzo de la Historia que lo rodea y de diversas publicaciones laudatorias en varios medios con datos erróneos y distorsiones frecuentes desde equivocar su grado, su edad y escribir mal su apellido.

Su actuación fue valorada por muchos y no compartida por otros en el ámbito militar. Para algunos fue una "compadrada" que podía haber costado la vida a 30 Granaderos... No consideraban que entre ellos existen principios, como el del cumplimiento del deber, superiores a la vida misma. Para otros, fue una figura para destacar, pues plasmaba el ideal del joven soldado profesional ajeno a la influencia política. Así lo expresa el mismo Rodrigáfíez Riccheri quien insiste en destacar que no actuó solo.

Sin embargo, la historia siguió su curso y existen en la actualidad proyectos de reconocimiento para aquellos que defendieron las instituciones democráticas en el momento que les tocó actuar con la hidalguía y el honor que su función exigía...

Hasta aquí parte de los hechos y los protagonistas (conocidos y no tanto) de lo ocurrido. Hemos dicho que acompañaron al teniente Aliberto Rodrigáñez Riccheri, treinta hombres más, treinta granaderos entre suboficiales y soldados que realizaban su servicio militar en el glorioso Regimiento. Uno de ellos nació y vive actualmente en Rosario, se trata de Oscar G. Parenti, presente en Casa de Gobierno en los acontecimientos del 27 y 28 de junio de 1966 y que fuera uno de los granaderos al encabeza esta nota en un reencuentro que tuve el honor de propiciar en el año 2013 en la localidad de Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe.


Oscar Parenti, rosarino y granadero.


El Granadero Reservista Oscar Parenti es un hombre parco, de palabras medi das, tiene el porte elegante en su altura y figura elástica. Nació en Rosario el de enero de 1945 en el barrio Alberdi donde transcurrió su infancia y cursos estudios primarios en la Escuela República de México y los secundarios en el Nacional 2 General San Martín hasta tercer año terminando sus estudios ei el Colegio de Bachilleres en Sanidad recibiéndose de Hemoterapeuta. Fui visitador médico durante 23 años. Hoy a sus 71 años, casado con Carmen (si novia de aquella época) tiene 2 hijos: 4 nietos que (según cuenta) "soportal su locura de Granadero y Reservista y es Presidente de la Asociación de Granaderos Reservistas de la República Argentina, seccional Rosario a cuyos integrantes podemos ver en cada acto conmemorativo en la ciudad re presentando los ideales de los soldado sanmartinianos. Su participación en la jornada del derrocamiento era hasta ahora desconocida para sus camaradas, Parenti lo "justifica" en su modestia granadera. Mis conversaciones con Rodrigáñez Riccheri y ser artifice del “ Reencuento” entre ambos mr permitieron ser el vehículo de las siguientes palabras inéditas para esta Revista y así tener un testimonio más de este hecho del que se cumplen 50 años.

"En el mes de enero del año 1966 creo que fue un 11 o 14, después de la revisación médica nos citaron a la Exposición Rural de Rosario y en ese lugar y por el número de sorteo nos daban el destino. Cuando me nombraron y dicen a Granaderos a Caballo salté de mi lugar por la sorpresa y la inquietud de cómo sería eso... al día siguiente partimos en tren hacia Retiro."

"Una vez en el Regimiento, al día siguiente pusieron en la calle principal carteles con distintas especialidades y uno tenía que ubicarse donde creía que podía ser útil, yo me coloqué en estudiantes secundarios ya que me habían prevenido que no ocupara puestos de importancia que son los que salen en la última baja, yo tenía estudios de medicina y podía haber ido a enfermería pero no lo quise hacer. Después fuimos a Campo de Mayo donde comenzó nuestra instrucción en el manejo de armas y en especial del sable de caballería, de regreso al Regimiento después de casi un mes fui elegido con otros 25 ó 30 para realizar el primer relevo de nuestra clase en la Casa de Gobierno. Otra gran sorpresa entrar a ese histórico edificio pues fue deslumbrante y además impone respeto."

"En la guardia de Casa de Gobierno, me tocaba como oficial al Tte. 1º Rodrigáflez Riccheri, que tenía la costumbre de recorrer la guardia en distintos horarios, inclusive de madrugada, me imagino que se pondría el despertador,porque aparecía siempre impecable con su fusta bajo el brazo y sus botas marrón clarito relucientes. Al pasar el tiempo fui nombrado Dragoneante y cuando tenía que hacer el relevo dentro de la Casa de Gobierno debía pasar con los Granaderos por la puerta de su dormitorio y era allí donde les hacía marcar más el paso para que escuchara que el relevo se hacía en horario y forma; a pesar de eso él aparecía y juntos recorríamos el dormitorio y las instalaciones del destacamento y ojo que no estuviera todo en orden, era muy severo, su hablar era muy amable pero sin dejar su tono militar, siempre dije que por sus venas corría sangre del Gral. Pablo Riccheri". 


Oscar Parenti conserva en un lugar especial de su memoria el recuerdo de haber tomado contacto por primera vez con el Presidente Illia en una de sus guardias.

"Una noche en la Residencia de Olivos, todavía no había sido nombrado dragoneante y apareció el Dr. Illia; yo estaba en la puerta por donde entraba la Sra. del Presidente, al verlo llegar me cuadré y lo saludé como nos habían indicado, pero la voz no me salía muy clara que digamos, jamás pensé que podría estar hablando con un presidente, él me calmó diciéndome: tranquilo Granadero, hizo comentarios del tiempo y de lo lindo de la noche, pero a mi seguían sin salirme las palabras. Dio la vuelta y se fue. No hay que olvidarse que el Dr. Tilia también era Granadero y el que lo fue jamás deja de serlo. Como yo siempre digo todos saben quiénes son pero son pocos los que saben qué se siente ser un Granadero".


La noche del 27 al 28 de junio por los ojos de un Granadero.


"Dos días antes del golpe, o sea un viernes, nos anticipan que podría haber un movimiento militar en contra del Dr. lilia, de forma que tendríamos que tomar y duplicar la guardia en la casa de Gobierno. Nos prohibieron hablar con nuestras familias ni siquiera por teléfono, mi gran preocupación era que en Buenos Aires estaban mi novia y mis padres que habían ido a yerme jurar la Bandera en el Regimiento y al día siguiente estarían en la Plaza de Mayo para ver el relevo en Casa de Gobierno y yo no les podía avisar de ese conflicto, por suerte no pasó nada y eso pasó dos días después. Cuando se produce el movimiento el Tte. lo Ahberto Rodrigáflez Riccheri nos reúne en el hall por calle Paseo Colón y nos dice esas palabras que jamás se borraron de mi memoria, por lo fuerte y por lo real que eran. 'Soldados de acá salimos todos vivos o nos sacan con las botas para adelante".

"Antes de pronunciar esas palabras, él dijo que como Granaderos nuestra obligación era defenderlo (al Presidente) hasta las últimas consecuencias. Ya habían pasado varias horas y empezamos a ver movimientos de tropas sobre Plaza de Mayo, el sub-oficial que estaba a cargo me indicó que revisara la entrada por Paseo Colón y le comuniqué las novedades, fue ahí que descubrí 3 tanques que nos estaban apuntando. Nosotros sabíamos que el Presidente aún resistía irse. Cerca de las 6 de la mañana nos hacen apostar con dos granaderos más, con una ametralladora pesada, en el rellano de la escalera de mano derecha, entrando por la calle Rivadavia, la orden era tirar sin preguntar ante la posibilidad de que alguien intentara subir. En esa situación estábamos cuando se produjo un fuerte movimiento de gente en el hall y pude ver al Tte. 1º moverse en medio de la multitud con su fusta abriéndose camino tranquilamente, era el momento en que el Dr. Illia dejaba la Casa de Gobierno evitando derramamiento de sangre.

Luego recibimos la orden junto al Granadero Helio Rovira (de Villa María, Córdoba) de vestirnos de gala y concurrir al Salón Blanco. Nosotros no sabíamos para qué, pero era para escoltar a la junta militar que se hacía cargo del gobierno hasta que se nombrara al nuevo presidente que resultó ser el Gral. Onganía, de ahí la foto del diario Clarín que tengo en mi poder, gracia a mi madre que se tomó el trabajo de ir a buscar a las oficinas de ese diario en Rosario, lo curioso de esa foto e que mi mamá no se había enterado del golpe de estado y conversando con una vecina le comentó qué había pasado y que yo estaba en la foto".

A 50 años de una triste página para la Democracia debemos considerar los hechos y sus protagonistas para no repetir los errores del pasado. Tiempos turbulentos vendrían después. El rescate de estas historias contadas por sus protagonistas, hacen tangible los hechos y humanizan a sus personajes y las horas de incertidumbre vividas, sin exageraciones, con el aplomo que dan los años y la serenidad de haber hecho lo correcto. Nuestra tarea como divulgadores de la Historia es investigar, conocer y rescatar a estos "héroes anónimos" contemporáneos a quienes en el lugar que les tocó actuar lo hicieron con honor en defensa del orden democrático cumpliendo con su deber.


"EL MÁS HONESTO"

Illia nació en Pergamino el 4 de agosto de 1900, fue médico y político de la Unión Cívica Radical, legislador provincial y nacional, vice gobernador de Córdoba y presidente de la Nación. Luego de ser derroc4o, rechazó la correspondiente jubilación, siguió militando y trabajó en una panadería. En una encuesta realizada en el año 2013, que buscaba desarrollar un listado de las personas de mayor honestidad, lilia es el primer político en aparecer y la tercera figura en una lista de más de 100 personas. Falleció en Córdoba el 18 de enero de 1983. Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta.




Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” Fascículo N.º 152 de Junio 2016.-