Escudo de la ciudad
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LAS "VILLAS": OTRA HISTORIA
viernes, 28 de mayo de 2021
Anécdotas del Barrio "Las Delicias": El deporte
jueves, 27 de mayo de 2021
Misprimeros viajes en las líneas de la ciudad
Por Pedro Sotelo
Aunque la memoria a veces me resulta infiel, voy a recordar con fechas aproximadas las veces que debuté como pasajero en las distintas líneas del transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Rosario.
Linea |
Año |
Interno |
Marca |
Carrocería |
E |
1969 |
12 |
Dodge |
Caseros |
F |
1958 |
|
Leyland |
|
1 |
1969 |
6 |
Bedford |
El Detalle |
6 |
1969 |
19 |
Bedford |
El Detalle |
15 |
1969 |
|
MB 321H |
|
21 |
1969 |
7 |
MB 911 |
Vaccaro |
52 |
31-12-1972 |
25 |
MB 911 |
Luna |
53 |
1973 |
|
MB 312 |
Decaroli |
54 |
1970 |
4 |
MB 911 |
Luna |
58 |
1965 |
|
MB 312 |
Decaroli |
59 |
1961 |
|
M.A.N. mkp |
|
71 |
1971 |
41 |
MB 1112 |
Vaccaro |
202 |
1969 |
7 |
MB 911 |
Costa Brava |
203 |
1969 |
19 |
MB 312 |
DIC |
205 |
1971 |
12 |
MB 911 |
La Porteña |
210 |
1969 |
21 |
Bedford |
El Detalle |
218 |
1963 |
30 |
Bedford |
|
K -Trole- |
1967 |
39 |
Fiat |
|
Pedro Sotelo -Buses
Rosarinos-
Noviembre
2008
miércoles, 26 de mayo de 2021
Las conquistas del capital
Más adelante sintetizó en algunas expresiones tan concisas como convencidas, él sí, de su verdad: "La vida tiene mucha poesía", "la mitad de las veces, callo lo que siento", "la autenticidad es la raíz y el símbolo de la realidad". Por ultimo, las confesiones: "Trabajando —puntualizó— soy naturalmente auténtico". Y los odios y amores: detesta las imitaciones y confiesa virtual admiración por Charles Chaplin.
Sin embargo, el tráfago de las cámaras y escenarios no le oculta sus mayores elecciones: su casa, con sus cuatro hijos (lO, 7, 6 años y 10 meses el menor) representa para Olmedo limitad de la vida que comparte con un trabajo elegido por vocación. Y determina, sin dramatismos: "Por mi familia daría mi vida. Por mi trabajo, no". Otro hogar, el perteneciente a aquello que la astrología menciona como "las casas del cielo", lo sitúa en Virgo, pues nació un 24 de agosto: "Creo un poco en la astrología", confiesa sin reserva. Cree impulsado tal vez por ese continuo contraste de luces y sombras, que descubrió en su vida, después que "la magia de un mundo que me resulta cada día más atractivo: el de la televisión", lo convirtió en una marioneta humana poco común en la difícil corriente de la buena y sana comicidad.
Nunca volveré a sentir —asevera el flamante laureado— una emoción tan grande como la que experimenté cuando por primera vez entré en un estudio de televisión, en momentos en que no conocía un aparato transmisor". Después, la sorpresa, el mundo de la técnica televisiva, hasta culminar en la interpretación artística. No es dificil comprender, entonces, que el contacto con los demás alimente su ductilidad cómica; por ello recalca: "Siempre prefiero trabajar en equipo". Esa modalidad deja en descubierto sin embargo un rasgo infrecuente en su medio: "No me impactan las actitudes competitivas —declaró—; al contrario: me hacen comprender que no valgo tanto". Y retorna, en la charla, a su casa terrestre: "Vivo feliz, descanso, leo", ¿Y qué lee Olmedo? "Los diarios. Y empiezo por política internacional, porque siempre viene al frente. En los días de descanso, en cambio, paseo con los chicos".
Yo los espero en la esquina Mitre y cortada Ricardone de Rosario: una esquina que encierra para Olmedo el valor incalculable del recuerdo. "Sigue siendo mi esquina - confirma— aunque sea diferente. Antes había un viejo bar, que ya no existe. ¡Si habré pasado frío! ¿Cuándo comía? Bueno —admite—, ¿para qué recordar? Sin embargo no es fácil detenerse cuando la memoria comienza a hurgar en la vigilia de los años: "Siempre que voy a Rosario paro en un hotel que queda a dos cuadras de esa esquina. Rosario significa para mí el teatro La Comedia, mi familia, los amigos". Olmedo no los olvida, por el contrario: 'Son muchos y quisiera nombrarlos a través de BOOM —pidió especialmente—: Reyes, Martinez, Barcia, Bención, 'fui, José, Lianza", y agrega, casi ocultando el rostro: "Y algún cariño olvidado..."
Fuente: Extraído del Libro “ BOON la revista de Rosario” - Antología . La Chicago Editora. 2013.
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lunes, 24 de mayo de 2021
El hipódromo o el submundo del turf rosarino
Mire, viejo. Sino fuera por la coima nosotros no podríamos hacer nada. Por cada uno de nosotros que se enriquece, se enriquecen tres o cuatro funcionarios de la policía". La comprometida opinión pertenece a uno de los diez banqueros más fuertes de la plaza rosarina, rica como pocas en el interior en el juego clandestino de las carreras de caballos. El ciudadano común —no así la mayoría de los carreristas— desconoce el tremendo capital que se moviliza secretamente durante los días de reunión en el Hipódromo Independencia: en determinadas carreras oficiales (las de pur sangs) el monto de lo que se juega a través de los pasadores o levantadores duplica largamente lo jugado en ventanillas. Más aún, según deslizó a BOOM un levantador, en lo que respecta a Palermo, San Isidro y la Plata, en Rosario se juega más por el tubo que por la vía directa del boleto.
Los misterios del teléfono Una intrincada maraña telefónica provee a la banca los más increíbles subterfugios informativos. No hace mucho, la Policía Federal, en un allanamiento a la casa de un conocido capitalista rosarino, descubrió cuatro teléfonos, entre ellos uno directamente conectado a Buenos Aires: la circunstancia costó el puesto a un alto empleado de Entel. Y mucho tiene que ver con "el servicio" la anuencia de empleados telefónicos. En la jerga del turf, todo el mundo sabe de qué se trata La matraca, sistema que opera en Buenos Aires a cambio de una crecida suma de dinero. La matraca —a la que se adscriben solo contados banqueros de juego prohibido, un poco por onerosas razones, consiste en un número de teléfono (generalmente el de una empresa que no trabaja en días feriados), que varía de reunión en reunión, aunque también puede repetirse: quien está en el secreto y por supuesto, abonado al servicio clandestino, disca y entra automáticamente en la línea. Es decir, que no hay interlocución, pero la información es captada. ¿Qué información es la que recibe el capitalista? Al margen de la obvia llamada del levantador para pasar la jugada, el banquero necesita estar al segundo con la largada y llegada de cada carrera. El famoso marcador puesto ha causado estragos en la banca y un anecdotario frondoso nutre el enorme panel de avivadas. Normalmente, las carreras, a medida que avanza el programa, se van retrasando unos minutos; en oportunidad de grandes clásicos, la demora es extensa: hasta una hora o más. Sin embargo, a veces ocurre que no (y ya se entra en el terreno de los grandes misterios" del turf). Las carreras se corren a horario y suele acontecer que, en la clandestinidad, se juega al caballo ya ganador. En consecuencia, el capitalista debe saber si la carrera se ha corrido o no: de ello depende la aceptación de la jugada. Ese es uno de los servicios invalorables que presta el teléfono. La prevención no es exagerada, si se tiene en cuenta que ha habido oportunidades en que una carrera se ha largado antes de lo que indica el programa...
Los periodistas tramposos ¿De dónde proviene la apetecida información? Varios son, en realidad, los conductos por los que se filtra el marcador. Pero a nadie, dentro de este submuxido, es ajena la actividad que se presta desde ciertos palcos de periodistas. En La Plata, por ejemplo, hace un tiempo la policía puso en evidencia todo un aparato clandestino al servicio de la banca prohibida, desplegado desde el palco de los cronistas de turf. A través del conmutador del hipódromo, los únicos habilitados para recibir la información del desarrollo de la reunión son los diarios, radios y çorresponsalías. La comunicación es instantánea, y habitualmente el periodista acreditado en el palco por el medio informativo puede, incluso, relatar por teléfono el desarrollo de una carrera. Eso es legal. La trenza, sin embargo, comienza a desatarse desde el diario o lo que sea. El periodista, confabulado con uno o varios banqueros, recibe en el diario (por ejemplo) la información directa desde el hipódromo y la repite literalmente ante una serie de tubos descolgados: del otro lado del tubo, expectantes, los capitalistas o sus empleados toman nota del resultado y el sport de la carrera. Ya tienen la información. Puede suceder que el periodista no posea más que un teléfono; su habilidad, empero, le basta para que en instantes nada más se comunique con toda la banca.
Hay otras variantes informativas", claro está. En realidad, desde que se implantó el teléfono medido, el asunto se hace más problemático para los empleados telefónicos que se favorecen con la coima, no así para los capitalistas, beneficiados posiblemente en cuanto a la celeridad para recabar los datos de Buenos Aires. Consecuentemente, la labor de aquellos periodistas tocados decreció, sino en importancia, en magnitud: antes tenían poco menos que la hegemonía de la información metropolitana. En cambio, donde no hay enlace por coaxil —como en el caso de Córdoba— los telefonistas conchabados por la banca siguen haciendo su agosto, sobre la base de instantáneas comunicaciones, sin demora alguna.
Los gratos favores de la banca S. V, levantador, se justifica: "Aquel que tenga un dedo de frente no puede dudar un momento si se le plantea la disyuntiva de jugar en ventanillas o por el tubo. El Hipódromo Independencia descuenta el 5 por ciento sobre el sport de cada caballo: si correspondía pagar 4 pesos por boleto te paga 3,80 y el banquero, con la comisión que nos pasa, te está descontando sobre el valor del boleto". En efecto: el capitalista hace un descuento que oscila entre el 7 y el 10 por ciento; el boleto, en lugar de 2 pesos, "sale" entre 1,80 y 1,85. S.V redondea su concepto: "Además del descuento que nos hace el banquero, y que generalmente derivamos a nuestros clientes, a fin de año recibimos una especie de aguinaldo, una habilitación, de acuerdo a las utilidades del negocio y a nuestra consecuencia anual". Sabido es que la banca clandestina lleva una rirosa contabilidad, muy pocas veces secuestrada por la policía en razón del celo con que se la oculta. Pero ha habido casos en que tales contabilidades excedían, incluso, los guarismos de empresas de cierta importancia.
Sin embargo, no todos son favores para el que juega al margen de la ley. Los hipódromos de Palermo y San Isidro son tradicionalmente los más puros'. Los enigmáticos batacazos se dan, sugestivamente, con menor asiduidad que en La Plata y en Rosario. Por lo tanto, el banquero, hombre prevenido como pocos, ha establecido lo que en la jerga turflstica se denomina la máxima. Por más sport que pague un caballo, el capitalista abonará al cliente un tope: 25 pesos a ganador en las carreras oficiales y 10 en las cuadreras (las de mestizos) de Rosario; 30 y 10 ganador y placé en las carreras de Palermo y San Isidro y 25 y 10 en las de La Plata. Siempre, por supuesto, que el sport sobrepase esas cifras. "Es la mejor manera de cubrirse de los bombos", puntualiza S.V
¿Por qué no ganó ese caballo? Cuando un caballo va a] bombo, no obstante, pagan las consecuencias tanto adentro como afuera del hipódromo. Es publico y notorio que muchos caballos pertenecen a elementos vinculados al juego prohibido, y de ahí que las sorpresas se suceden con regularidad. Un tremendo andamiaje se teje en tomo a aquellos caballos que jamás —ni por performance ni por estampa— podrían ganar y que, sin embargo, ganan, abonando crecidas sumas, en tanto los favoritos defeccionan llamativamente. Hay muchas formas de mandar al bombo: desde la descarada injerencia directa del jockey, pasando por el doping, hasta las casi cibernéticas tramoyas montadas por la onda. Estar en la onda es la clave. A menudo, en el Independencia la voz es que tal caballo va al bombo y entonces todo es una corrida desesperada a cambiar boletos. El ventanillero no puede devolver el dinero, pero sí vender los devueltos a otro, en tanto el que está en la onda espera. Si la operación no camina, se los tiene que llevar, de cualquier forma. Esto es legal, como la reventa de vales de la apuesta triple, mejor cotizados que los boletos comunes.
Otro recurso original es cargar la boleteada a un caballo que va al bombo. De esa manera se eleva la cotización del que, en definitiva, será el ganador y que, en vez de pagar, por ejemplo, 3 pesos, da un sport de cuatro cifras. Afuera, es decir jugando al capitalista clandestino, se habrá hecho el negocio, cobrando una exorbitancia con un caballo a todas luces candidato. El banquero que opera dentro del hipódromo (son numerosísimos) dispone de otros resortes. Si se le han jugado, por ejemplo, quince mil boletos a un solo caballo, o bien sale del hipódromo y, por teléfono, descarga la jugada entre varios colegas (algunos aguardan en automóviles) o juega directamente en las ventanillas, con lo que logra disminuir el sport y se cubre de riesgos. En Rosario, pese a todo, no se da el caso de banqueros trabajando con total desparpajo frente mismo a las ventanillas, como ocurre en la agencia del Jockey Club en Mar del Plata. Sí se ve, bastante seguido, apostar en ocasión de bandera verde, o sea cuando el fallo se demora. Estratégicos observadores —y a veces funcionarios mismos del hipódromo—, por su colocación junto al disco, saben positivamente quién ganó. Una señal convenida basta para que el cómplice haga su jugada, a no errar. Hay veces en que el dato se filtra desde más adentro, donde se revela la película.
Jugar sin ver las carreras Se calcula que fuera del hipódromo hay un pasador por manzana. La actividad se concentra en boliches harto conocidos —como el de avenida Pellegrini y Corrientes— o bares un tanto aristocráticos —como el de San Martín y San Lorenzo—. Las sucesivas redadas policiales, sin embargo, han desplazado el negocio a pequeños clubes de barrio. Tanto en unos como en otros, es dable ver en días de carreras a un alto porcentaje de parroquianos analizando concienzudamente La fija, La Palermo, La chance, La media cabeza o las páginas turfisticas de los diarios; evolucionando en torno a ellos, los levantadores o directamente los banqueros. De estos últimos, no todos: los más conspicuos se manejan en la intimidad de sus bien montados reductos, con máquinas calculadoras y el arsenal ad hoc: planillas, planillas y planillas. Se les conoce por el apodo, por motivos obvios. El más enigmático es El Catorce, aunque el enigma se devela cuando alguien conña a BOOM el origen del mote: 14 es la cifra con que termina uno de sus teléfonos. Otro, Cementerio, ya retirado, famoso por una presunta aventura en pleno camposanto y por una suerte de atalaya erigida en una finca de calle Ovidio Lagos, desde donde escudriñaba con prismáticos el desarrollo de las carreras. Pero ellos también se sustraen temporariamente del bar o del reducto, cuando en ocasión de feriados absolutos en Rosario, como el 10 de mayo, trasladan su equipo, por ejemplo a Venado Tuerto: van atrás de los puntos (los jugadores), sencillamente. La salida, desgraciadamente para ellos, suele acabar en mejicaneada (asalto entre hampones).
Policías auténticos y no En un café de Rioja entre Maipú y San Martín el banquero H. R. E cuenta a BOOM algo de los entretelones de la venalidad policial. Hay tarifas: "Los domingos, o en días de reunión extraordinaria, la coima es más elevada. Puede hacerse un promedio de lo que nos saca la policía a cada capitalista por reunión: 50.000 pesos". H. R. E admite que suele chocarse con policías honestos, "que son la excepción", acusa. Da el ejemplo del actual comisario de una seccional céntrica "que nos tiene a maltraer". Es insobornable. Banquero hubo que llegó hasta la comisaría con el secreto afán de adornarlo: lo metió preso directamente.
El trasfondo del turf rosarino no termina allí. El tema da para mucho más (caballos pura sangre corriendo como mestizos, bajo otro nombre; venta de vales de reuniones anteriores, lavados; un cuidador-propietario-banquero que, a raíz de un sonado asunto, fue borrado de la lista del Jockey Club y por desaparición de las pruebas en los Tribunales, sigue compitiendo al frente de su caballeriza). También da para una pregunta que se hacen muchos, en el afán de empezar con las medidas punitivas: ¿Por qué no se filma en Rosario el desarrollo de las carreras? Lo otro, el caso de la venalidad, es palabra mayor. Acaso, por ahora, no tenga solución.
viernes, 21 de mayo de 2021
Juego prohibido: el dinero secreto
miércoles, 19 de mayo de 2021
La Rambla del Saladillo
por Juan Carlos Caminos.
Populosas piletas y del arroyo Saladillo en Rosario, construidas
durante el segundo gobierno de Perón. Se hallaban inmediatamente después de las
también concurridas y muy pintorescas Quebradas, y sobre la curva de la calle
Lucero, a metros de la Mandarina, o mejor dicho, el monumento a Eva Duarte de
Perón. Multitudes de familias y jóvenes concurrían a este paseo balneario que
aprovechaba el paso del arroyo en su carrera hacia el Paraná. Tenía vestuarios
masculinos y femeninos, casilleros para la ropa, un importante buffet y daban
la “chapita”, esa especie de salvoconducto piletero que uno se colgaba en la
malla y a la vista de los bañeros. El viejo supo llevarnos de chicos. Tan de
chicos que era la época del gorro de goma obligatorio para las mujeres. Una
anécdota famosa de nuestras juventudes, era la charla de tres aparatos
rosarinos acerca del origen del peronismo. “¿Quién inventó el peronismo?”
preguntó uno. “¡Perón!” le contestaron a coro los otros dos. “¡¡Que Perón, ni
que Perón!! ¡¡Fuimos YO y dos vagos más, con el agua hasta acá (seña en la
pera) en las piletas del Saladillo!!” El paso del tiempo fue deteriorando las
instalaciones de este espacio municipal. Quizás algunas malas administraciones
de la vieja Rambla, la precipitaron a un abandono terminal. Se solían hacer
algunas reuniones políticas que terminaban con alguna parrillada. En 1975 los
amigos de Saladillo, de la “Isleta” para ser más precisos, organizaron la despedida
de soltero de un compañero que se casaba al otro día. Gratarola consiguieron la
Rambla. En los parrilleros, que eran muy grandes, los expertos cocineros del
barrio prepararon una “amarilleada”. Cientos de amarillitos asándose en
hileras. Un verdadero espectáculo. Cuando se los daba vuelta, se les agregaba
una salsa picante con tomates. ¡Que sabroso pescado y que manera de
prepararlos! Todo fue una maravilla, pero al terminar no sabíamos que se iba a
iniciar, al menos para cinco de nosotros, una larga noche. Al terminar la
reunión nos vamos con el novio y varios más en su Citroen 3CV. Tomamos Lucero
hasta Caseros y doblamos (en ese tiempo era mano) como para tomar Tupungato. No
llegamos. En forma sorpresiva un cerrojo policial nos cortó el paso. Eran como
tres móviles y el nutrido personal de “operaciones” estaba muy “enfierrado”.
Nos hicieron bajar del auto y nos pusieron cara a la pared con los brazos
extendidos hacia adelante y con el dedo índice de cada mano apoyado contra la
pared. Las piernas separadas y sin hablar. Un cana, gratuitamente y muy
consustanciado, fue pasando y uno a uno le pegaba un culatazo con el fusil en
los tobillos. En fila india nos llevaron a la comisaría de la trece (once, a
posteriori), que está a dos cuadras. No preguntamos nada porque eran tiempos
bravos y nosotros andábamos en política, así que un operativo no era raro. Pero
igual nos llamaba la atención. Estando en la guardia esperando por averiguación
de antecedentes, más una libretita de “anotaciones” que le encontraron a uno de
los nuestros, solitos nos dimos cuenta de que se trataba. ¡Era la madrugada del
22 de agosto! Aniversario de la masacre de Trelew, fecha conmemorada por los
grupos guerrilleros con todo tipo de acción. Por lo tanto había controles,
rastrillos y cerrojos en todo el país. ¡Pero nosotros cinco, en un Citroen y a
la salida de una comilona que seguramente habían estado vigilanteando!
Obviamente estaban justificando el operativo con unos “perejiles” fáciles y
para nada en “esa joda”, como nosotros. Se ve que no todos los policías
pensaban en hacer mérito con nosotros. Tiempo después y antes que se
desencadenaran los terribles acontecimientos del 24 de marzo del `76, en un
colectivo de línea me encuentro con un cana raso de la “13” que estaba de
guardia esa noche. Al reconocerme se acercó y me dijo que el no había tenido
nada que ver con la detención de “la Rambla” y, es más, hasta le caían
simpáticos los “guerrilleros”. El hombre se estaba cuidando, equivocadamente,
conmigo. Le aseguré y reaseguré que no teníamos nada que ver con eso, y una
suerte de paz inundó su rostro. ¡Qué épocas! De la encanada, terminó todo bien
al otro día. Apareció el viejo rastreándome por la seccional ante mi ausencia y
el aviso de mi mujer. Al tomar estado público las detenciones, el trámite se
aceleró y en horas salimos todos. Salvo una incomodidad, todo fue tranquilo. En
medio de la noche, en la larga espera en la guardia, a uno de los nuestros se
le ocurre decir fuerte “¡hasta cuando vamos a esperar, yo tengo que ir a trabajar,
viejo!” A lo que el oficial le respondió “¿así que vos tenés que ir a trabajar?
Bueno, pero antes ¡todos al calabozo, mierda!”
Juan Carlos Caminos
Foto: Pintura de Ambrosio Gatti
editada por José Straatman
Fuente:
VIÑETAS ARGENTINAS – Editorial Emiliano
martes, 18 de mayo de 2021
El barrio de todos barrios (Saladillo)
Por Dr. Saúl "Coco" Fuks -
Acerca de.... mil
El Saladillo, gracias al “arroyo” que separaba al Pueblo Nuevo de la Ciudad que fabricaba las “quebradas”, los “baños”; barrio crecido alrededor de “la carne”: puertos, mataderos, frigorifico, rio, y de todas las culturas del mundo que se olían en las calles!
¿Que sabía hacer mi abuelo? trabajar…. alli fue “al Swift”… con sus ingleses inventando countries privados con canchas de golf… con sus criollos generosos, con los marineros de puertos lejanos. ¿Que sabia hacer mi abuela? dar de comer! y puso una fonda donde todos esos mundos comían de “Doña Sara”, mientras ltoda la parentela llegaba llamada por la posibilidad de trabajo…. y se fueron instalando en El Saladillo unos cerca de los otros… La tia Berta y su Tienda, mis padres con su Bazar Tito, los otros viviendo mas lejos o mas cerca pero conectados al barrio por hilos que no se veian ,pero que se reconocian cada domingo en las reuniones familiares.
Mi hermano tuvo el honor de recibir un sobrenombre que dió nombre al “negocio” que a su vez le dio nombre a mi padre… mi papa termino siendo “Don Tito” porque el Bazar se llamo Tito por mi hermano… como para creer en la esencia de los nombres!!!. Lo que se “cifra en el nombre ” son los mundos sociales que lo utilizan para contar historias!!!
Alli nací -en todos los sentidos- y tambien fui llamado tanto por nombres que homenajeaban a muertos importantes para la tradición como siendo llamado por la partera que me invento:”coco”.
Cuentan las historias que nunca fui tranquilo ni obediente y que siempre iba mas alla!
… a la Quebrada, al Montaraz!!, a las vias del tren… a las historias de ciencia ficción descubiertas en “Mas Alla”, al Cine Diana…
Cuando mi madre trabajaba de sol a sol atendiendo el negocio, mientras mi padre viajaba para vender, una familia vecina de correntinos pobres me criaban y aun recuerdo el recuerdo frabricado de la prostituta que funcionaba como niñera y ama de leche… me gusta esa historia que me despega una vez mas, de lo convencional y me construye como aventurero..
que es un “aventurero”? un nomade a quien no solamente gusta de la aventura sino que es alguien que intuye que siempre hay algo mas allà, y no puede quedarse quieto ante esa intuición; la curiosidad y el ansia de saber lo mantiene en movimiento.
o como la historia que dice que me encontraron cuando tenia dos años a varias cuadras de mi casa porque “habia ido a pedir trabajo al firorifero”…
o aquella vez que mi madre dramatizando su imposibilidad de controlarme me ato como si fuera un perro con collar y todo y yo… asumiendo hasta las últimas consecuencias el desafío comence a ladrar y morder a la gente que se acercaba …. hasta que logre la libertad como humano!!!
En ese mundo increible descubri la lectura, la musica, las redes entre culturas diferentes, la sorpresa de descubrir que TODO puede hacerse de muchas maneras diferentes; saber que cada persona es un tesoro de historias que nos traen mundos, vidas, sabidurias…
Pagina Web: http://cocofuks.net/WP/?page_id=2
Entrevista al Dr. Saúl "Coco" Fuks
http://www.unr.edu.ar/noticia/4269/entrevista-al-dr-saul-quotcocoquot-fuks
http://www.taosinstitute.net/saul-coco-fuks