Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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martes, 31 de enero de 2023

LA COPA: CERCA D LAS SEMIFINALES. OTRA INJUSTICIA.





Por Andrés Bossio





El grupo 1 de la Copa Libertadores en su 12 edición quedó integrado con los cam- peones y subcampeones argentinos —-Boca y Central— y del Perú —Sporting Cristal y Universitario, El primer enfrentamiento entre ambos elencos argentinos Marcó una nueva victoria de Boca en la Bombonera, otra vez lograda tra- bajosamente, Fueron protagonistas aquel 19 de febrero: Quiroga: González, Fanesi, Mesiano y Carrascosa: Bustos, Lancucci y Gómez: Bóveda, Poy y Gramajo (después Colman). Boca se había puesto en ventaja al convertir Suñé un penal que Fanesi y Mesiano le cometieron a Pianetti. Empató en la segunda etapa Mesiano logrando más tarde el gol de la victoria el marplatense Palacios. Con todo, el debut de Central en la Copa había auspicioso y los miles de simpatizantes rosarinos que estuvieron esa noche de Boca se quedaron tranquilos y con la sensación de que Central, en Lima, había un buen papel,.

Definir aquella experiencia limeña con esas simples palabras sería una tremenda injusticia. Más allá de la actuación Central de. en la capital peruana un recuerdo imborrable. La afición peruana se encontró con un grupo de argentinos”extraños”, lejos del comportamiento habitual – y deplorable- de otras cuantas delegaciones deportivas. Una excelente predisposición hacia la prensa, hacia el pedido de autógrafos del público y una actitud cortés y respetuosa en todos los ámbitos hicieron que el plantel se ganara enseguida el favor del público limeño. Vesco, en nombre de la entidad, hizo un importante donativo en dinero para las victinas del cataclismo de Ancash, que había azotado por esos día a la región peruana, mereciendo este gesto el reconocimiento sentido de todo el pueblo y una nota conceptuosa del propio presidente, el general Juan Velasco Alvarado. Central ganó en todos lados inclusive en la cancha.

Cuatro días después de la derrota en la Boca, los jugadores canallas —alentados por una increíble cantidad de simpatizantes que viajaron desde Rosario— Se presentaron en el Estadio Nacional de Lima para juegan ante el campeón, Sporting Cristal, que contaba en sus filas a internacionales del calibre de Mifflin, Gallardo, Quesada, Benítez y Rubiños. A los 6 minutos Un cabeza de Mifflin abrió el marca- dor. Central se recompuso. “Flaco” Landucci las pescaba todas, el “Pato” Colman era un fenómeno que lanzaba una y otra Vez pelotazos para Bóveda y Gramajo, que tenían a mal traer a sus marcadores; sobre el final del partido vino a a Landucci tomó una volea impresionante Y empató; un rato después Benítez derribó a Gramajo cuando el “Chango” se iba hacia el gol y el árbitro sancionó penal. mismo Gramajo se encargó de convertir el tanto del La actuación de los auriazules, mucho más allá del resultado, fue consagratoria. El “Pocho” Rospiglio si, el más importante periodista deportivo de Perú, tituló su columna en “La Crónica” limeña: fo de Rosario aplauso que recibió al final”. El mismo - aplauso lo recibieron los jugadores auriazules tres días más tarde aun perdiendo ante el Universitario de Lima. Tras un lapidario 3 a 0, Central se recompuso y comenzó a presionar. Lamentablemente, los dos tantos logrados por Bóveda y Aldo Villagra (que había reemplazado a Gramajo) llegaron muy sobre el final y No hubo tiempo pa-2 intentar el empate. De todos modos, una multitud agradecida se puso de pie esa noche para despedir al subcampeón argentino.

Desde aquellas horas Un equipo timeño lleva el nombre de Rosario Central.

Mientras tanto conviene recordar que los equipos peruanos habían igualado entre sí y que Boca perdió con Sporting 2 a 0 y empató sin goles en Universitario. Vale decir que Central, aun con sólo 2 puntos contra 3 de Boca y Sporting y 4 de Universitario, estaba en mejores condiciones que ninguno para clasificar por cuanto le restaban por jugar sus tres partidos como local.

Y vino la noche del 16 de marzo, la noche de la injusticia, Menutti; González, Fanesi, Mesiano y Carrascosa; Bustos, Landucci y Gómez; Bóveda, Poy (luego Troilo) y Gramajo salieron a borrar del campo a rivales de mucho talento como Percy Rojas, Chaile, Chumpitaz, “Cachito” Ramírez, Muñante, Bailetti y Uribe. Sobre la media hora, el “Flaco” Landucci puso la pelota en los pies de Poy y Aldo clavó la primer emoción de la noche, Sobre el final de la etapa el imparable Bóveda puso un centro que Carrascosa, adelantado, convirtió en gol. La fiesta era total. En la segunda etapa vino un la sorpresa. Un gol en contra de Mesiano, tras una carambola insólita y un penal de Fanesi convertido en gol estableció un empate increíble. Y, sobre el final, la cuota que colmó la medida; Gramajo fue derribado por su marcador; el santiagueño remató desde los doce pasos tirando la pelota increíblemente afuera, muy lejos de los palos del arquero Ballesteros. En ese momento, en el banco de Central hubo gran revuelo: Aldo Pedro Poy —Que había sido reemplaza. do por Troilo— sufrió un paro respiratorio y cardíaco. Rubén Oliva, Francisco Aparicio y el recordado José Luis Medina le brindaron la primeras y más urgentes atenciones médicas y lo trasladaron de inmediato a un sanatorio donde se recuperó días después.

Esa misma noche, el fútbol había ganado durante toda la noche, Y Central ——aun empatando —siguió agrandando el enorme afecto que despertó en los limeños. Lamentable. mente, un día después Boca y Sporting Cristal —Que empataron dos a dos— protagonizaron un espectáculo vergonzoso que culminó con agresiones y una pelea descomunal. El árbitro uruguayo -——Alejandro Otero— expulsó a 19 jugadores (se salvaron Meléndez y Rubén Sánchez de Boca, y Rubiños, de Sporting) y la Confederación Sudamericana suspendió a Boca, que no se presentó a jugar ante Universitario (con lo que perjudicó notoriamente a Central, que terminó a dos puntos de los peruanos) y Central. Sporting Cristal, dando un ejemplo de conducta deportiva, hizo viajar de inmediato desde Lima a un plantel de jugadores que reemplazó en Rosario a los suspendidos. Y el 25 de marzo, Menutti; González; Daniel Killer, Mesiano, Carrascosa, Colman, Landucci, Bustos, Bóveda, Zavagno y Gómez despidieron dignamente a Central de su primera experiencia copera. Ganó fácil Central por 4 a 0, con tantos de Mesiano, Landucci, Bustos y Zavagno (quien acababa de integrar la selección juvenil argentina en el certamen Juventudes de América).

El público despidió a Central como se despide a los triunfadores, Lástima grande fue lo de Boca. Porque a los peruanos de Universitario se les iba a hacer difícil ganar en la Bombonera. Y Boca en Rosario venía perdiendo seguido. Si la soberbia de Armando no hubiera jugado una vez en contra de los intereses del fútbol, otra pudo haber sido la historia. Pero, de todos modos, Central demostró esa vez que estaba para cosas mayores, Y ese año de 1971, como recordaremos en nuestra próxima entrega lo confirmó plenamente…

Fuente: Extraído de la colección Andrés Bossio

viernes, 27 de enero de 2023

UNA HONROSA DERROTA — LA “MANITO” DE. COEREZZA





Por Andrés Bossio


El sorteo para la final se dio contra. El encuentro Boca- Central debía jugarse en Ca- pital Federal. Y en cancha de River. Fue el 23 de diciembre de 1970. Y aquí apelaremos a los apuntes sólo para refrescar la nómina de los protagonis- tas. Boca contó esa noche con Roma; Suñé, Meléndez, Nicolau y Marzolini; Palacios, Madurga y Rojas; Coch, Curioni (después Savoy) y Pianetti luego Cabrera), Central presentó a Quiroga; González, Fanesi, Mesiano y Carrascosa; Bustos, Landucci y Gómez; Bóveda (luego Colman), Poy y Gramajo (después Balbuena).

Desde el interior mismo del campo fuimos testigos privile. giados de ese encuentro. Y así oÍmos —por sobre el rugir permanente de la multitud —las imprecaciones de Nicolau, las “amenazas” de Suñé y los ex abruptos de Rojitas. Palacios y Curioni tratando de intimidar a los auriazules. Con todo eso —que también oía lógicamente Coerezza aunque lo disimuló muy bien— no lograron achicar a Central que comenzó jugando de ¡igual a giual para ir volcando lentamente el trámite del partido a su favor. Sobre el final del primer tiempo el Flaco Landucci —un fenómeno como nunca esa noche— peleó una pelota perdida, la recuperó, se fue contra media defensa rival y metió un zapatazo que derrotó a Roma.

Los miles de hinchas canallas, que habían invadido Buenos Aires —la calurosa noche evocada— deliraban de emoción, Y en el segundo tiempo.

Boca salió con todo. Pero su tradicional! empuje no era suficiente para perforar una defensa heroica, bien plantada y con la serenidad suficiente para provocar zozobra en el área rival, La presión en el campo de juego se estaba haciendo insoportable cuando comenzaron a aparecer los primeros hinchas boquenses sobre el césped mismo del Monumental. Hubo varios llamados del juez de raya y hasta un intento de desalojo por parte del árbitro Coerezza. Hasta que Rojitas clavó el empate cuando sólo restaban diez minutos de partido, Allí se vino el aluvión de hinchas boquenses, que se colaron al campo des. de los cuatro costados del estadio. Los diarios hablaron de cinco mil simpatizantes cerca de la línea de cal. Sea como fuera, eran muchísimos, Coerezza —aterrado por semejante y tan cercana compañía— no se atrevió a tomar la única decisión compatible con el reglamento y aun con la seguri- cad física de los jugadores. No se animó a suspender el partido (como lo hiciera Abel Pérez, el 2 de noviembre de 1985 cuando Central le ganaba a Villa Dálmine 2 a 1 y sus hinchas invadieron el terreno) y así se fueron al alargue. En ese infierno de pasiones desbordadas, amenazas y flagrantes irregularidades era imposible jugar. Hasta peligroso, sumamente peligroso. Los futbolistas de Central aguantaron estoicamente el clima y un afortunado remate de Cochim- pidió que aquello fuera una tragedia. El triunfo de Boca, la celebración del campeonato desvió el “entusiasmo” hacia otras exteriorizaciones de violencia como, por ejemplo, in- cendiar los asientos de las plateas y arrojarlos a la cancha, en grosera manifestación de su antipatía al dueño de casa, River Plate. Aquella noche de la derrota centralista en cancha de River nadie dudó que de los dos equipos que estuvieron en el césped millonario, el mejor fue Rosario Central. Sus miles de hinchas así lo testimoniaron Y Se prepararon ¡para la gran fiesta: la Copa Libertadores de América. Pocas veces un equipo de club cejaría tan buena imagen en el exterior como Rosario Central en esa competición.

Antes de entrar en la Copa una ligera mención a otro hecho trascendente. Carlos Timoteo Griguol había termina. do en 1969 su ciclo como futbolista, Vesco lo convenció para que se quedara en el club y Guiguol —que ya había echado raíces en Central — se quedó con las divisiones inferiores. Ese año los auriazules clasificaron Campeones a la primera local y a la cuarta especial en dos torneos, obteniendo también sus respectivos títulos máximos la Cuarta “B” ( también en dos campeonatos) y la sexta, en tanto la Quinta logró dos subcampeonato.

Fuente: Extraído de la colección Andrés Bossio

domingo, 22 de enero de 2023

Tunelmania






 En 1970 el túnel Arturo Illia se convertía en Tunelmania siendo alquilado al ferrocarril por Coco Benzi y Mario Spirandelli, boliche que funcionó por algunos cuantos años allí e incluyo una caída del escenario de Sergio Denis que en 1972 fue contratado para dar un recital en el lugar y se fracturó un brazo además de sufrir un fuerte golpe en la cabeza. Lugar favorito de muchos famosos de la época, hoy solo habita en el recuerdo de la gente.

Fuente: Anónima 

miércoles, 11 de enero de 2023

PIAZZOLLA Y SU FRUSTRADA PRESENTACION EN ROSARIO





27 de diciembre de 1970 


Una violenta tormenta que azotó a Rosario, hizo que no pudiese presentarse en el anfiteatro construido sobre las barrancas del parque Urquiza. El consagrado bandoneonista y compositor Astor Piazzolla, junto a la cantante Amelita Baltar y el poeta Horacio Ferrer, invitados especialmente a tal evento, actuaron en el teatro El Circulo. 

Respecto al anfiteatro tiene características de teatro griego y fue proyectado en 1949 por los arquitectos Giménez Rafuls y Solari. Pero recién en 1961 se construyeron las primeras gradas. La obra tuvo marchas y contramarchas, siendo inaugurado durante la gestión del intendente Pablo Benetti Aprosio en 1971. Años más tarde se lo bautizó con el nombre de quien fuera el director de la Orquesta Rosario: Humberto De Nito.


LAS EFEMÉRIDES: Son un retrato, un recorrido histórico, un día a día, a través de los sucesos, acontecimientos y personajes que marcan los hechos esenciales de nuestro pasado y también, de nuestro presente. 


Esta publicación comprende textos y fotos de producción propia e imágenes de otros autores. 

Prof. Eduardo D. Guida Bria.

https://www.facebook.com/matices.derosario/

jueves, 5 de enero de 2023

Templos de la copa, el bocado-y la amistad

 



La época tiende ala indiferenciación y el gran capital sólo produce "no lugares". Sin embargo, en el paisaje rosarino hay oasis comunitarios que se plantan ante la prepotencia del cambio y resisten a pie firme la Pérdida de la identidad. En ellos el verbo que manda es compartir, entre platos suculentos y jarritas de vino.

Por FLORENCIA MIGLIORISI -ESPECIAL PARA Más

Hay bodegones que para muchos rosarinos tienen un valor estrictamente sentimental. La gente se aferra a ellos y se los apropia: muchos necesitan sentarse en una mesa determinada, comer esa milanesa o aquellos ravioles, establecer un vínculo personal con el mozo y que se los llame por su nombre. De esa manera entran en una zona de familiaridad y tranquilidad. Afuera bulle la ciudad desquiciada. Dentro dé los bodegones se batalla contra los problemas cotidianos a fuerza de cafés, jarritas con vino, chistes y estofado con papas.

Rosario no cobra caro la amistad y los bodegones, muchíáimo menos. Sus elementos constitutivos son la camaradería y la conexión afectiva con los demás, y esto sucede en tomo de mesas con unos platos que madre mía!

La Piamontesa —con 71 años de vida— y el Balcarce —54—tienen aire de clásicos. Son patrimonio de Rosaio; testigos de su crecimiento y espacios culturalmente asociados con el ser de la ciudad. Son lugares de culto a donde peregrinan y donde se congregan para celebrar un ritual aquellos que buscan calorías y buena compañía. Con ustedes, dos gigantes de la gastronomía local.

Comedor Balcarce Balcarce y Brown

Abierto de lunes a sábados mediodía y noche. Domingos y feriados, cerrado

Las coordenadas del encuentro son Balcarce y Brown, la clave secreta albóndigas o hígado encebollado y la recomendación fundamental, asistir con ropa cómoda y buena onda. El Baicarce es un clásico que hace 54 años que está de m6d, con la familia Saritarelli a la cabeza y el boliche Reno a toda hora.

El comedor ocupa una esquina de arquitectura popular, tipo casa antigua. Es un salón dividido por un mostrador de madera con tapa de acero y con la clásica tríada: pileta, grifo y vasera. Arriba de la barra cruza un travesaño de madera con botellas varias que, al igual que el reloj de la pared derecha, pertenece al inmueble original de El Baturro, antiguo almacén tun despacho de bebidas que funciono allí hasta que los Santarelli, recién llegados de Chabás, compraron el fondo de comercio en 1961.

'Vinimos a la aventura, no sabíamos nada de nada, no sólo de gastronomía sino del comercio en sí", dice Eduardo Santarelli. El boliche funcionó como almacén hasta que una madrugada de agosto de 1966 un expreso Alberdi chocó con un taxi y se metió adentro del local. Con las refacciones, se quitó el almacén y se amplió el salón con mesas para dar de comer. El almacén con las libretas de fiado y con el precio del alquiler del local no era rentable y encima, los trabajadores le reclamaban comida al padre de Eduardo, Secundino Santarelli. Querían recargar energías después de las agotadoras jornadas en el puerto, en el ferrocarril o en la fábrica de amortiguadores Fric Rot y, por supuesto, para acompañar sus brebajes etílicos.

El apodo

En el argot popular al comedor Balcarce se lo conoce como "El Vómito".' En 1969, los estudiantes rosarinos confraternizados con la causa obrera realizaron una seria de protestas en el comedor universitario de Moreno y Urqi,uza. En el fragor del Rosariazo la dictadura cierra ese comedor y estos jóvenes con poco dinero en los bolsillos, con hambre y sin cuartel, se guarecen en el comedor Balcarce. En esos ateneos gastronómicos, "la muchachada", cuenta Eduardo, moteja amistosamente al comedor como "El Vómito. Este segundo bautismo no se puede explicar y así es mejor porque no clausura y otorga identidad al local: forma parte de un costumbrismo de la ciudad y fue registrado para que nadie más lo use. "Es de acá", aflima Fernando Santarelli, hijo de Eduardo.

Del mismo modo, "a los de Central se los conoce como canallas después de no haber aceptado jugar un partido amistoso con sus rivales tradicionales a beneficio de los enfermos de lepra del hospital. Carrasco. Naturalmente, los de Newell's pasaron a ser los leprosos" informa una nota de Plarín de 1997 titulada "La gente los bautizó así". Y el fútbol no falta en el Vómito: "Muchos son de Central, vienen los de Newell's también, se curten entre ellos, nosotros nos enganchamos. Mi abuelo era de Boca, pero mi papá y yo somos de Biver. Ya sabemos, si gana Central o Newell's los esperamos..Si no, ni vienen", relata Femando, hijo de Eduardo.

Lógica bodegonera

El Balcarce recrea la atmósfera do-, méstica del comedor de una casa pero en gran escala.

La carta tiene un menú diseñado por arnas de casa de los años sesenta sin formación profesional. "Todas las cocineras tienen más de veinte años acá y aprendieron porque mi mamá les enseñé, así que yo no cambio mucho los platos, ni los sabores, ni la forma de elaborar" dice Eduardo. Ion cocineras que conciben las pre)araciones como un trabajo artesanal respetan el secreto de las elabora-iones insignes de la casa. Hay dos Personas nomás que saben, que son as que hacen el relleno. Hace desde el inicio que están esas empanadas", completa Femando.

Entre los platos estrella del local figuran hígado encebollado, carne al horno, canelones con salsa mixta, albóndigas y empanadas de carne.

Mozos y habitués

Adelante de la heladera de roble de ocho cuerpos se apiñan los vecinos esperando su comida. Se quedan parados y charlan entre ellos: ir al Balcarce a buscar la comida forma parte de su rutina diaria. No hay delivery, llaman antes y la comida sale en bandejitas de plástico para disfrutarla en sus casas u oficinas.

Los habitués eligen al mozo que quiere que los atienda. "No, del otro lado es otro restaurante" dice Juan Gorosito, de 51 años, maratonista de la ciudad y mozo de oficio desde hace tres décadas en el Balcarce.

—Buenas noches, ¿no? —dice un tonte.

—Hola, no los había visto. ¿Cómo está? —responde Juan.

Y así empieza una charla entre haitués y mozo, basada en un mutuo reconocimiento y en el hacer sentir bienvenido al otro. El bodegón es una pequeña comunidad que se nutre de gestos mínimos: Tenemos un trato muy cordial con todos los que trabajan acá, gente que ya se jubiló y con la que hemos establecido una relación linda, de encontrarnos en el bodegón", cuenta Silvia, gran cliente del local.

Hay un grupo de hombres que se reúne todos los lunes en la misma mesa desde hace 26 años. Una especie de peña de morfi, de amistad y de resistencia al tiempo. "En abril pasado festejaron los 26 años que se juntan acá y ya pasaron de solteros a casados y de casados a divorciados. Yo veces que quedó uno solo con la mujer", se ríe Eduardo. Comprometidos de poi vida con esta mesa hasta se hicieron remeras alusivas y chalecos con un curioso bordado: "The Vómitos Group 1988-2014, 21 horas".

El grupo jugaba originalmente fútbol de salón en el club Regatas deAlberdi y como el buffet del club estaba cerrado los lunes fueron buscando otras opciones hasta que se quedaron en esta mesa.

Nadie se llama para venir: es automático, es la cita sin cita de los más de 1.500 lunes compartidos.

"No tocamos grandes temas en profundidad. Hablamos de fútbol, mujeres...".

El numero varía, para fin de año o el Día del Amigo pueden ser veintipico aunque por lo general son siete u ocho.

Otra mesa de tres amigos también asiste todos los lunes desde hace diez años: "Venís vestido como querés, cada uno pide lo que quiere. El lugar nos hace sentir bien. Estamos como en casa, aparte siempre encontramos gente conocida".

Hay un grupo histórico los martes también, repitiendo las mininas características: sólo hombres que se juntan "a morfar" después de jugar al fútbol (ya no juegan desde hace diez años, pero siguen viniendo de memoria). En esa mesa participa Eduardo Santareffi desde 1983.

En muchos casos la familia, la salud de la pareja o los problemas más íntimos dependen de esa reunión entre amigos en el bodegón, el café o la cancha de fútbol como válvula de escape.

Padre e hijo

Femando es el único heredero al trono del Vómito. Es el elemento nuevo y aporta la fuerza de sus 29 años, su carisma, su gorra y sus tatuajes, entre ellos uno que dice "family never dies" (la familia nunca muere). Saca bebidas y cafés detrás del mostrador, hace las compras, le gusta hacer waveboard en el río y "está a los besos y a los abrazos con todos los clientes", _Eduardo su madre. "No son clientes, son amigos asegura Femando.

Eduardo Santarelli tiene 70 años, cabello blanco, quince empleados a cargo y pinta de tipo cariñoso. Antes Le abrir el turno, se lo ve con un delantal blanco y manchado y las manos con restos de carne, "El viene a as ocho de la mañana a preparar la carne. Lo-que hacia mi abuelo, ¿no? El día de mañana me va a tocar a mí", reflexiona Femando.

"Yo lo veo a mi hijo, claro, él es dg otra generación, recibió todo más fácil. La base para ml estuvo en que yo me crié mucho con mis abuelos italianos y10 único, que te enseñaban era a trabajar. Porque ellos vinieron escapados de la guerra sin nada", relata Eduardo.

Trabajan juntos, viven juntos y son dueños de un emblema local. "Me llena de orgullo el reconocimiento de que todo Rosario una o dos veces sintió hablar del negocio". No obstante, toda la ciudad debe alguna vez haber pasado por el comedor y, si no, debería hacerlo.

El ambiente

Parejas de menos de treinta, matrimonios adultos, gente sola, grupos de amigos, oficinistas, familias enteras, jugadores de fútbol, gente de Tribunales, vecinos de la zona: el Balcarce es un organismo vivo con sangre de Rosario. Es un espacio urbano de sutura degeneraciones, de economías y de afinidades futbolísticas y políticas. Terreno neutral donde se aprende a convivir, donde se hace sobremesa, donde se abre el juego para saber qué le pasa al otro y contarse alguna pavada, y donde la esmerada comida es una excusa para verse las caras.

La Piamontesa

27 de Febrero 554

Martes a sábados, mediodía y noche

"Hospedaje La Piamontesa de S. Griglio é hijos" es la última versión arcaica de los actuales hoteles de la ciudad. Hoy funciona como pensión con inquilinos de más de treinta años y con un económico comedor en el frente. Abierto desde 1946, es un negocio familiar de cordobeses oriundos de Santa Rosa de Río Primero. Ubicado frente a la ex estación de ferrocarril Central Córdoba, entre palmeras secas y árboles abuelos, alejado de polos gastronómicos de moda y sin carteles ni referencias.

—Hola, buenas noches. —Un señor abre la puerta.

—Hola, ¿qué tal?

—Mesa para cuatro. ¿Puede ser?

—Si, espere que ya le atiende la moza. —Y el señor vuelve a su mesa donde está cenando solo frente al televisor.

Cuando uno llega a 27 de Febrero 554 tiene que tocar timbre y la camarera del turno o los comensales, que se sientan cerca de la puerta, se paran y abren la puerta. Y así se accede a un lugar contenido, confortable y protector que invita a la comunicación y la reunión. El local es rudimentario y el edificio tiene más de 120 años, piso de granito, techo en bovedilla y una columna central en el medio de un amplio salón rematado al fondo con un mostrador de madera y estaño.

- Pertenece al barrio República de la Sexta, con aires pueblerinos y que a principios del siglo pasado estuvo signado por la presencia de conventillos y símbolos del progreso: puerto y trenes —Ferrocarril Rosario (1909) y Central Córdoba (1925)—. A propósito del progreso, los ingleses y el ferrocarril, los ferroviarios rosarinos fundaron el Club Central Córdoba en 1906 (The 31 Cordoba and Rosario Railway AC). "Hace veinte años, venías a comer algo y después te cruzabas a la cancha", evoca Darío, un cliente. Una vez instalada La Piamontesa, en 1946, se llenó de colores y personajes de la vida del bajo: obreros en bicicleta, camioneros hambrientos, hinchas de fútbol y vecinos de la zona. Gladys recuerda las ollas gigantes llenas de sopa y puchero que preparaban para cubrir la demanda de los camioneros: "Fue la época de oro y se trabajaba muchísimo", cuenta refiriéndose a los años 60 hasta el 76. En ese entonces el comedor se llamaba El Buen Comer. Hace dos décadas que volvió a su nombre original.

Mujeres

Fátima saluda muy cordial y deja sobre la mesa una hoja con un folio.

El elenco de la cocina y del salón está conformado en su totalidad por mujeres. "Somos una familia" dice Fátima de 37 años: hace 21 que atiende el salón, aunque desde hace algún tiempo viene sólo los sábados a trabajar.

Gladys, hija de los fundadores María Natalia y Santiago Griglio, tiene 73 años y administra el boliche junto con Laura, su hija de 37. Laura es legalmente dueña del local desde sus 2 años Los ravioles el polio al ajillo la milanesas de seso las rabas y la ca] ne al horno salen de sus manos. "Ella lo quiere al negocio, quiere quedarse quiere hacer como una casa cultural' cuenta Gladys. .

Demora versus ajetreo

"Si nos les gusta esperar que se vaya al Jorgito Junior" dice off the recor Laura.

El Jorgito Jurior queda a doscientos metros y ofrece todo al toque, con vasitos de plástico. En La Piamontes todo se hace con cuidadosa lentitud y así se permuta la espera por la re membranza de la mamma, que no es otra que Gladys: "Yo no tengo las cosas armadas, los ravioles sí, los tengo fizados, pero los canelones y las lasañas no los tengo aunados".

Un cliente dice: "Vos pedís un milanesa y tenés que esperar qui rompan el huevo". Suena un tanto impráctico. "Demora más, pero en todos los lugares en que comés bien es así", afirma Roberto, un asiduo d los sábados.

Gladys, con sus rodillas cóncavas artritis en las manos, dedos quema dos de aceite, lucidez y poderosa yo: sostiene: "Lo hago como si lo hiciera en mi casa". Algunos se quejan y se van, eligen no esperar o quizás no entienden el modus operandi del local. Hay otros que llaman antes par pedirle a Gladys que les tenga los platos y para cuando llegan, la tortilla los morrones rellenos ya están listos. Pero es coherente, la mujer te cocina en el momento y cuando llega a la mesa te das cuenta de que está recién hecho" dice Silvia, otra parroquiana habitual.

La demora de los platos es una paradoja en tiempos donde todo pasa inmediatamente. Esta dedicación para elaborar las cosas como si estuvieras en la casa de una madre o abuela se traduce en tomarse el tiempo para gestar. La gestación que crea y da vida es muy femenina, y trae como resultado flor de plato de ravioles.

—Después los otros días vienen más grupos, los viernes vienen los Robertos.

—,Quiénes son los Robertos?

—Les decimos así porque siempre hay uno que llama para reservar y se llama Roberto. Entonces les quedó los Robertos.

Con ustedes los Pachi y los Ruiz

Los Pachi

Se trata de un grupo de hombres de distintas edades, que se juntan todos los sábados a almorzar en lo que ellos llaman "la fonda". Taxista, periodista, dueño de empresas constructoras, quinielero, vendedor de muebles figuran entre las ocupaciones de la concurrencia que durante la semana se junta en el bar El Lido, en San Martín al 3100. Los sábados vienen acá o cocinan en el Club Sportsmen. "Vamos de memoria al Lido. Para nosotros son lugares clásicos", narra Roberto. 'Vos abrís la puerta y se loza con el mosaico y cuesta abrirla. Y hace treinta años que se traba ahí y no se gasta el mosaico. Y en otro lugar vos no lo tolerás, y vos acá seguís viniendo igual", agrega Darío que trabaja arriba del taxi y que con sus imágenes sensibles sobre la ciudad le está dando una cadencia inesperada a la charla: "Yo soy un enamorado de la edificación, del patio.., no tiene precio. Me hace acordar al patio que tenía mi abuela Después está la gente que vive en las pensiones, toda gente respetuosa. Vas al baño y capaz que hay uno acostado con un escarbadientes en la boca, cuenta y reflexiona: "Son lugares que tienen mística.

Los RUIZ

Ennque y Leticia Ruiz hace once años que confían la nutrición de sus hijos a Gladys y Laura. "Elrne empezó a decir mamá y los hijos, abuela". Las chicas de La Piamontesa no conmemoran el día inaugural del boliche y sin embargo con esta familia es distinto: 'Todos los años cuando se cumple nuestro aniversario, el 11 de agosto, Enrique hace un asado para las dós familias. Todo para festejar que nos conocemos", comenta Gladys. También salen a comer afuera y festejan cumpleaños y fiestas de fin de año.

La heladera tiene un cartel pegado que dice "no es autoservicio" o quizás lo es para los que son de la casa. 'Ellos vienen y se buscan la bebida y se la llevan a la mesa, se anotan ellos el pedido y se lo pasan a la cocina", dice Laura. Es ilustrativo de las configuraciones que admite el negocio familiar atendido por sus dueños: lasos de amistad y de afecto.

Todo en perfecta calma

Al finalizar el turno, se sientan las tres mujeres y también Lautaro. Fátima almuerza en silencio y mastica lento cada bocado, Gladys y Laurita toman el café todavía con el delantal puesto y Lautaro hojea unas caricaturas de Gaturro. El salón quedé, vacío, por las ventanas y la puerta entra una luz blanca aterciopelada y un pibe desde la vereda pide algo para comer. Se va con algo de pan y algún manjar que sobró.

Se come en un ambiente sereno y con el televisor en silencio a modo de cuadro en movimiento entre paredes monocromáticas y ausentes. Camino al baño se ve una lozana escena de lo que Rosario fue medio siglo atrás: por eso se recomienda visitarlo al mediodía.

El público alterna entre adultos y gente mayor, familias completes, parejas entradas en años, grupos de hombres: obreros, profesionales opolíticos ávidos de esta atmósfera íntima y secretista.

Silvia, una clienta, relata: "No se lo traslades a otra gente porque se nos va a llenar el lugar. Sí, Gladys y Laura se lo merecen. Pero cuando vengo para acá en un taxi y me pregunta qué hay acá le digo: Ahí se come bien pero no se lo cuente a nadie".

Fuente: Extraído de la sección Mas del diario la Capital del domingo 19 de julio de 2015

martes, 3 de enero de 2023

PELÉ EN ROSARIO



El domingo 1 de octubre de 1961 en el Parque de la Independencia se vivió una verdadera fiesta del fútbol. Rosario recibía a una joven gloria brasileña que se había destacado en el Mundial de Suecia de 1958.

El poderoso club Santos llegaba para disputar un partido frente a Newell’s Old Boys y Edson Arantes do Nascimento (Pelé) era su figura fulgurante. Una multitud esperó con ansias en las tribunas de la cancha y en los alrededores la atención era descomunal.

Newell´s atravesaba un campeonato muy irregular y en los inicios del año 1961 había contratado varios jugadores brasileños para mejorar la campaña. Así llegaron Mario Zucca, Roberto Belángero, Ivo Diogo, Deraldo Conceicao, Eduardo Pimentel do Barrros, Odilón Ribeiro y Joaret Teixeira. Figuras prácticamente desconocidas en el país carioca.

Newell´s ya se había desprendido de tres jugadores que luego fueron figuras en el Racing club: Raúl Belén, Federico Sacchi y Anacleto Peano. Es decir, había que cubrir esas ausencias y entonces se recurrió a “importar” brasileños.

A finales del mes de septiembre de 1961 el Santos organiza una mini gira en Argentina. Dispone jugar dos encuentros. Uno en la capital, frente a Racing Club en el estadio de Huracán, donde triunfó por 4 a 2.

El segundo partido sería en el Parque, frente a Newell’s Old Boys con el debut como entrenador (director técnico) del alemán Adolfo Celli.

Ingresan al campo de juego ambos equipos y son recibidos en el centro de la cancha: autoridades del club anfitrión, el intendente de la ciudad, Luis C. Carballo, concejales e invitados especiales. Se entonan los himnos nacionales de Brasil y Argentina y los capitanes izan las banderas: Agustín Ambrosich, iza la bandera Argentina, y José Ely de Miranda (Zito), la de Brasil.

Newell’s Old Boys formó de la siguiente manera: Alfredo Gironacci; Agustín Ambrosich y Pedro Ponce; Juan Amaya, Pedro De Ciancio y Roberto Belángero; Eduardo Pimentel do Barros, Jorge Solari, Ivo Diogo, Mario Zucca y Deraldo Conceiçao.

Los primeros minutos fueron para Newell’s que arrancó el partido con todo, malogrando algunas jugada



s que tenían destino de gol. El 5, Pedro DePELÉ EN ROSARIO 


El domingo 1 de octubre de 1961 en el Parque de la Independencia se vivió una verdadera fiesta del fútbol. Rosario recibía a una joven gloria brasileña que se había destacado en el Mundial de Suecia de 1958.

El poderoso club Santos llegaba para disputar un partido frente a Newell’s Old Boys y Edson Arantes do Nascimento (Pelé) era su figura fulgurante. Una multitud esperó con ansias en las tribunas de la cancha y en los alrededores la atención era descomunal.

Newell´s atravesaba un campeonato muy irregular y en los inicios del año 1961 había contratado varios jugadores brasileños para mejorar la campaña. Así llegaron Mario Zucca, Roberto Belángero, Ivo Diogo, Deraldo Conceicao, Eduardo Pimentel do Barrros, Odilón Ribeiro y Joaret Teixeira. Figuras prácticamente desconocidas en el país carioca.

Newell´s ya se había desprendido de tres jugadores que luego fueron figuras en el Racing club: Raúl Belén, Federico Sacchi y Anacleto Peano. Es decir, había que cubrir esas ausencias y entonces se recurrió a “importar” brasileños.

A finales del mes de septiembre de 1961 el Santos organiza una mini gira en Argentina. Dispone jugar dos encuentros. Uno en la capital, frente a Racing Club en el estadio de Huracán, donde triunfó por 4 a 2.

El segundo partido sería en el Parque, frente a Newell’s Old Boys con el debut como entrenador (director técnico) del alemán Adolfo Celli.

Ingresan al campo de juego ambos equipos y son recibidos en el centro de la cancha: autoridades del club anfitrión, el intendente de la ciudad, Luis C. Carballo, concejales e invitados especiales. Se entonan los himnos nacionales de Brasil y Argentina y los capitanes izan las banderas: Agustín Ambrosich, iza la bandera Argentina, y José Ely de Miranda (Zito), la de Brasil.

Newell’s Old Boys formó de la siguiente manera: Alfredo Gironacci; Agustín Ambrosich y Pedro Ponce; Juan Amaya, Pedro De Ciancio y Roberto Belángero; Eduardo Pimentel do Barros, Jorge Solari, Ivo Diogo, Mario Zucca y Deraldo Conceiçao.

Los primeros minutos fueron para Newell’s que arrancó el partido con todo, malogrando algunas jugadas que tenían destino de gol. El 5, Pedro De Ciancio, prácticamente “borró” de la cancha a Pelé. Pero hubo una única vez que lo descuidó y la “perla” facturó en el arco del gringo Gironacci, con un gol de emboquillada.

Ya en la segunda etapa, a los 34 minutos el brasileño Ivo Diogo, con un cabezazo empató el partido. Faltando algunos minutos para finalizar el encuentro ingresó José María Ferrero en lugar de Jorge Solari. Así el partido terminó 1 a 1. El árbitro fue Luis Spinetto.

El Club Atlético Newell’s Old Boys debió pagarle la suma de $1.000.000 al Santos por haber jugado el partido. El total de la recaudación ese día fue de $1.940.400. Asistieron 20.149 espectadores. 

Fue una tarde imborrable para todos los que asistimos a ver a aquel jugador “flaquito” que corría por toda la cancha. Una verdadera fiesta del fútbol.


Esta publicación comprende textos de producción propia e imágenes de otros autores. 

Prof. Eduardo D. Guida Bria.

https://www.facebook.com/matices.derosario/ Cian

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cio, prácticamente “borró” de la cancha a Pelé. Pero hubo una única vez que lo descuidó y la “perla” facturó en el arco del gringo Gironacci, con un gol de emboquillada.

Ya en la segunda etapa, a los 34 minutos el brasileño Ivo Diogo, con un cabezazo empató el partido. Faltando algunos minutos para finalizar el encuentro ingresó José María Ferrero en lugar de Jorge Solari. Así el partido terminó 1 a 1. El árbitro fue Luis Spinetto.

El Club Atlético Newell’s Old Boys debió pagarle la suma de $1.000.000 al Santos por haber jugado el partido. El total de la recaudación ese día fue de $1.940.400. Asistieron 20.149 espectadores. 

Fue una tarde imborrable para todos los que asistimos a ver a aquel jugador “flaquito” que corría por toda la cancha. Una verdadera fiesta del fútbol.


Esta publicación comprende textos de producción propia e imágenes de otros autores. 

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