Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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viernes, 29 de diciembre de 2023

NATALIO RICARDONE, UNA PERSONALIDAD EN ROSARIO
















El 27 de diciembre de 1955 falleció en Rosario Natalio Ricardone. 

Desde muy joven participó en política y fue uno de los referentes de la dirigencia progresista local. Participó en la fundación de instituciones sociales y culturales a finales del siglo XIX y principios del XX. 

Fue intendente de Rosario: 1-10 al 5-11-1920. Luego del 16-11 hasta el 6-12 del mismo año. Y retornó años después por sólo tres días (16-01 al 19-01-1938). 

También fue diputado provincial en distintos periodos. Natalio Ricardone desde muy joven ocupó el cargo de contador público de la Jefatura Política de Rosario. Fue un extraordinario expositor sobre el trabajo que realizaba de “Receptor de Cuentas”. Publicó. “Receptoría de Rentas. Primera memoria de la Recaudación de Rentas de los años 1897 y 1898” presentada a la Dirección de Rentas en 1899. También presentó la “Segunda memoria de la Receptoría de Rentas del departamento Rosario”. Recaudación de los impuestos 1899. 

Su apellido era “Ricaldone”.


Una arteria de Rosario lo recuerda con su nomenclatura. Es una cortada de dos cuadras en pleno centro de la ciudad que tiene sentido oeste-este y se ubica en forma paralela entre las calles Rioja y San Luis e inicia en la avenida Corrientes y finaliza en la calle Mitre. 

Se le impuso el nombre por Ord. Nº 3 de 1905. 

En la esquina de Mitre y la cortada tenía su residencia particular, que fue demolida y sobre esa base se construyó el edificio actual, donde se ubican oficinas comerciales y el Banco Patagonia (anteriormente Banco de Londres y luego Lloyd Banks).

Los restos de Natalio Ricardone se encuentra en el cementerio “El Salvador”.


LAS EFEMÉRIDES: Son un retrato, un recorrido histórico, un día a día, a través de los sucesos, acontecimientos y personajes que marcan los hechos esenciales de nuestro pasado y también, de nuestro presente. 


Esta publicación comprende textos y fotos de producción propia e imágenes de otros autores. 

Prof. Eduardo D. Guida Bria.

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viernes, 22 de diciembre de 2023

CAFE CONCERT "EL GALLO AZUL"Y SU CIERRE DEFINITIVO"






11 de diciembre de 1977


Con la obra "Sonrisas por afuera", representada por Enrique Guevara y Luis Galván, ofreció su última función el teatro "El Gallo Azul", creado con el sistema de "café concert". Ubicado en Córdoba 1186 en una planta alta, casi esquina Mitre, disponía de 300 butacas súper pullman y un bar. El primer espectáculo lo brindó el 8 de junio de 1973, con la actuación de la actriz Mabel Manzotti. Entre los más importantes actores, actrices, músicos y cantantes que fueron aplaudidos merecen ser recordados: China Zorrilla, Ana María Picchio, Adrián Ghío, Carlos Perciavale, Antonio Gasalla, Virginia Lago, María Rosa Gallo, Pedro Quartucci y José Marrone, entre tantos. Pero el de mayor éxito, con tres temporadas y cuarenta y cinco fines de semanas en cartel fue el recordado actor Osvaldo Pacheco. La razón del cierre se vinculaba, según su propietario, Romano Gaeta, con el aumento de los alquileres, los impuestos municipales y la contribución inmobiliaria. En la imagen se puede observar el cartel de remate de todos los muebles y útiles con que contaba el teatro.


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miércoles, 20 de diciembre de 2023

EL DIA DE LOS TRES INCENDIOS EN ROSARIO







El 19 de septiembre de 1977 se desataron tres voraces incendios simultáneos prácticamente, en distintos puntos de la ciudad, los que provocaron momentos inquietantes y dramáticos, en la mañana rosarina.


En menos de seis horas se destruyeron un archivo del Banco de la Nación Argentina, en Córdoba y San Martín. También parte de la mueblería “Colresort” de calle Rioja 1080, y un silo de oleaginosas en la planta de la empresa “Santa Clara”, de Uriburu al 3000, provocando pérdidas cuantiosas. 

Seis dotaciones de bomberos, la cuba municipal y más de cincuenta policías se concentraron para sofocar el siniestro de la institución crediticia ubicada en el corazón del microcentro, y en la que trabajaban unos 400 empleados. Diez líneas de mangueras fueron utilizadas para rociar el subsuelo. 

En la firma Colresort, casi perecen seis operarios que se hallaban en el segundo piso. Una docena de personas debieron ser hospitalizadas con principios de asfixia. 

En la planta de aceite, no hubo que lamentar víctimas, pero si algunos con principios de asfixia.


Las fotos no pertenecen a la fecha indicada, pero sirven de ilustración.


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martes, 19 de diciembre de 2023

1974-1978 Sub sede Mundial'78

 

Yo el tema lo conozco bastante bien porque primero la «Y AFAdesignó una comisión especial para elegir el estadio de Rosario. En esa época el presidente de AFA era un Donofrio (se refiere a Raúl D'Onofrio, N. del R). Yo integré esa comisión y el que tenía que hacer el dictamen era un arquitecto (Juan) Alvarez de Buenos Aires. Alvarez me ponía el mapa de Rosario sobre la mesa y me decía, acá esta la cancha de Ñuls, acá vienen los de Casilda, Santa Fe, los de Buenos Aires y San Lorenzo. Ustedes están en un rincón de la ciudad, es decir que el acceso al estadio de Central es más difícil que el acceso al estadio de Ñuls. Pero las condiciones del estadio en el momento de la construcción mostraban que estaba en mejor posición el de Central porque nosotros teníamos una tribuna en construcción que era la que da sobre el río Paraná y teníamos todo el estudio de más fácil remodelación que el estadio de Ñuls. La FIFA vino a Rosario, se hizo una reunión en la Municipalidad y después los dirigentes de FIFA visitaron el estadio de Ñuls y el de Central, y finalmente esa comisión apoyó al estadio de Rosario Central. En esa comisión estaba el presidente de Ferrocarril Oeste, Santiago Leyden, que dictaminó a favor de Central».

De esta manera, en apariencia sencilla, el entonces presidente Víctor José Vesco, contaba en el programa televisivo «De cerca», emitido por Canal 3 hace algunos años, lo que en realidad se había transformado casi en una guerra entre los dos clubes para que su cancha (en realidad, en el caso de Newell's no podemos hablar de «su» cancha) fuera designada como sub sede del Mundial que se disputaría en nuestro país cuatro años después.

La historia, como siempre, fue bastante más compleja, según quien la cuente. Es más, habrá que recordar que las opciones no eran sólo dos —la cancha de Central o la municipal del Parque sino que el periodista Evaristo Monti, que por aquel entonces tenía un poder casi ilimitado, encabezaba una movida que pretendía la construcción de un estadio único para la ciudad de Rosario.

En una entrevista mantenida con el Dr. Osvaldo Rodenas, hijo del entonces Secretario del Club, don Antonio Osvaldo Rodenas, éste ubica el comienzo de la historia un par de años antes de lo que Io hace Vesco: «Según lo que yo sé, las gestiones comienzan en noviembre de 1972. En ese momento, mi viejo viaja a Puerta de Hierro y ya se comenzaba a hablar sobre el Mundial '78. Mi viejo le lleva a Perón la camiseta de Central, una pelota y una foto firmada por todos los campeones de 1971. Esa habría sido la primera vez que se habla de la posibilidad de que la cancha de Rosario Central sea la sub sede del Mundial: se habla con Perón. Hay que tener en cuenta la situación particular que vivía el país en esos momentos: recién al año siguiente vino todo el episodio de Lanusse que decía que a Perón no le daba el cuero para volver y todas esas cosas. Mi viejo le habría hecho el planteo a Perón de que si Argentina era designada sede del Mundial '78, la cancha de Central debería ser una de las sub sedes. En esa reunión habrían participado también Lorenzo Miguel y Eugenio Blanco. Cuando Perón muere, la charla se vuelve a repetir con Isabel. Ella se acordaba de la charla en Madrid y le asegura a mi viejo que la sub sede era para Central. Por eso, todo lo que viene a posteriori, viene con la seguridad que él tenía de esa decisión ya tomada. Es cierto que en un momento se designó al de Newell's, pero mi viejo sabía que la



decisión ya estaba tomada. Porque esa era una definición esencialmente política y no otra cosa»

A partir de este inicio oculto hasta el presente, se suceden hechos un poco más conocidos: es cierto que, en un momento, la designación como sub sede del Mundial 78 recayó sobre la cancha municipal del Parque Independencia:

«Apareció por esos días ( 1974, N. del R.) una versión según la cual el espejo de agua del río Paraná conspiraba contra la irradiación de ondas de enlace que el satélite encargado de transmitir las imágenes televisadas de los partidos necesitaba, por lo que no cabía alternativa respecto a la elección de la subsede: no podía ser el estadio de Central; o sea, debía ser en el de Newell's. Tal ramplonería, sin ningún sustento técnico según ezNQlicaron los que sabían del tema, llegó también a los omnipotentes funcionarios del EAM 78 (que no necesariamente entendían sobre ciertas especificaciones técnicas), que seguían acopiando datos, informes, recortes periodísticos, investigaciones privadas, sugerencias y consejos. Aquí debemos clarificar un poco la cuestión para la mejor comprensión del lector. FIFA, por lo general, aceptaba la sugerencia de la entidad dueña de casa para asignar las sub sedes por razones elementales, ya que ninguna inspección circunstancial, por minuciosa que fuere, podía reemplazar el conocimiento acabado que los propios dirigentes del país sede tenían de cada ciudad, de cada estadio. Pero el Consejo Directivo de AFA estaba profundamente dividido en torno a la elección del estadio rosarino. Y hubo un momento durante 1974 que el platillo de la balanza pareció inclinarse hacia el Parque Independencia. ( . . . ) Los dirigentes de uno y otro club se movieron en busca de apoyatura política para sustentar sus respectivas ambiciones. Central tenía muy buenos contactos y excelentes relaciones en el gobierno peronista de la época; pero también los tenía Newell's Old Boys. Y una noche, mientras los aficionados al fútbol se aprestaban a ver uno de los habituales partidos oficiales televisados —que se adelantaba en la noche del viernes— recibió un profundo sacudón cuando el periodista que presentaba la transmisión prometió para la finalización del primer tiempo una noticia de extraordinaria importancia, especialmente para el hincha ñulista: aseguró el colega —caracterizado por la seriedad de sus datos informativos yla profundidad de su juicio crítico— que dicha noticia merecería un largo y explosivo festejo de los simpatizantes rojinegros. ( ) Una hora después del anticipo, el colega aseguró tener información fehaciente de que el Consejo Directivo de la AFA ya tenía decidida la elección del estadio de Newell's para el Mundial. En ese mismo momento, mientras los rojinegros festejaban, Vesco, Rodenas, Scarabino y los demás miembros de la directiva centralista llamaban por teléfono, concertaban citas, planeaban viajes a Capital Federal y pedían audiencias con las más altas autoridades de la Nación. La noticia era exacta. La decisión —aparentemente estaba tomada. Sólo restaba darle forma y volcarla al papel, comunicarla. La celeridad con que se movieron los dirigentes centralistas fue pareja con la exactitud de cada movimiento. Finalmente, la firme postura del presidente de Ferro, Santiago Leyden que acompañó junto con River y las ligas del interior la candidatura del estadio centralista— determinó que el interventor en AFA, doctor David Bracuto, postergara la decisión que sometería finalmente a la impresión que los delegados de FIFA pudieran tomar sobre el propio terreno. Muchos vieron en aquel momento, en aquella postura de Bracuto, la que creyeron decisiva influencia del secretario afista, Paulino Niembro, ex diputado nacional por el peronismo y figura relevante del sindicalismo de la provincia de Buenos Aires» . «Niembro, dirigente del peronismo histórico, era la pieza clave en el tablero del poder político—futbolero. Vesco y Rodenas lo sabían»

Rodenas relata la misma historia desde su vivencia personal: «Una noche del año 74 suena el teléfono en mi casa, en calle Valparaíso 1280. Era Vesco. Me pregunta adonde estaba mi viejo.

Víctor, la verdad es que no tengo idea.

Necesito ubicarlo en forma urgente, me dice Vesco.

¿Por qué?, pregunto yo.

Eligieron la cancha de Newell's.

me quería matar, porque yo, además de ser hijo del Secretario del club, era hincha fanático de Central. Entonces Vesco me dice:

Decile a tu viejo que yo ya hablé con Botti (en ese momento presidente de Nuls) y se comprometió a esperar una semana para dar a conocer la noticia oficialmente, pero la designación ya está.

Cuando yo lo ubico a mi viejo, desesperado como hincha, no como hijo, mi viejo me dice 'quedate tranquilo que ya está todo arreglado. Vesco no sabe nada, pero la cancha del Mundial va a ser la nuestra'.

Lo que había pasado es que se había llamado a una nueva elección y Santiago Leyden (presidente de Ferro) cambia su voto y apoya a Central. Leyden era peronista, muy amigo de mi viejo y seguramente a él, como a cualquier porteño, le daba lo mismo que el estadio designado fuera el de Central o el otro, pero por afinidad ideológica, terminó votando al nuestro. Por eso en un partido contra Ferro, que se juega al poco tiempo (4 de mayo de 1975, documentado como el vigésimo abandono pechifresco en el fascículo de la OCAL 'Ñuls, la hinchada que (casi) nunca abandona', N. del R.) se armó un quilombo fenomenal, que tiraron plateas a la cancha y alguno que lo veía de afuera se preguntaba por qué tanto despelote entre Newell's y Ferro. Fue por eso, por el apoyo que Leyden le había dado a Central el año anterior» .

El hijo del entonces Secretario del Club pone en duda, empero, las afirmaciones de Bossio en cuanto a la que habría sido determinante participación de otras personas en la resolución favorable que tuvo el conflicto: «La gente que estuvo más cerca de la negociación final fueron tres personas: mi viejo, Eugenio Blanco de la UOM de Villa Constitución) y Lorenzo Miguel. Y Lorenzo no lo hacía por una decisión personal, sino por lo que le rompía las pelotas Eugenio ... Todo lo que se dice de la supuesta intervención fundamental en las discusiones de Scarabino, Vesco y Vanrell no es cierto. No los juzgo a ninguno, pero no es cierto que hayan intervenido en forma directa erla designación de la cancha de Central como subsede de: Mundial de 1978. Por otra parte, además de que los dos erar demasiado jóvenes como para tener tanta injerencia, Vanrell siquiera era dirigente de Central ( y otro que tuvo que ve no en las decisiones, pero sí en el proyecto futuro) fu Gualberto Venesia, porque él tenía un plan general para Rosaric y en especial para la Costanera».

Como se puede ver, si bien la cuestión ya se venía conversa:do desde antes y cada uno trataba de hacer valer sus como mejor podía, la fecha clave de todo este asunto parecía se: (porque en realidad no lo fue), el viernes 11 de octubre de 1974 que para ese día estaba prevista la visita a Rosario de una delegación de la FIFA que supuestamente decidiría sobre el tema.

Puntualmente, a las 10 de la mañana de aquel día, el entonces presidente del organismo rector del fútbol mundial, el silero Joao Havelange, bajaba del avión encabezando la delegación técnica de la FIFA que inspeccionaría ambos estadios. primera reunión se produjo en la Municipalidad de Rosario donde agasajaron a los huéspedes el Intendente Rodolfo Ruggieri y el gobernador de la provincia de Santa Fe, Carlos Sylves-Begnis. «En la intendencia rosarina había una maqueta que autoridades de Ñuls habían llevado para que las autoridades FIFA vean cómo iba a quedar el estadio y qué comodidades te: an sus adyacencias. En medio del ágape los platitos de los vasos de vino y gaseosa apoyados entre las tribunas de cartón de la maqueta, hicieron que a los pocos minutos poco dara del proyecto presentado» .

La exposición de ambos clubes en la Municipalidad muy larga porque los visitantes no tenían mucho tiempo rían verlas dos canchas in situación, por lo que se subieron a los y hacia allá fueron. «Los choferes que conducían los vehículos eran canallas y tenían órdenes precisas. Desde Santa Fe y Aires, ir por Santa Fe hasta Oroño y de Oroño derecho Parque. Eran horas del mediodía. El lento tránsito de los móviles dieron la impresión a los alemanes de estar en de alta congestión. Cuando pasaron por la zona de los colegios apostados por Oroño la alarma se incrementó. Autos en doble fila y una multitud en las inmediaciones lograron que la comitiva demore más de 30 minutos en recorrer sólo 25 cuadras. Eso no es habitual, se esforzaron en argumentar los leprosos. De allí velozmente para Arroyito, los choferes tomaron Avenida Godoy, Pellegrini, Avellaneda y de allí derecho al Gigante. Menos de diez minutos para recorrer casi S kilómetros».

En la cancha municipal del Parque, los dirigentes de FIFA tuvieron que presenciar un «espectacular audiovisual presentado por Newell's Old Boys. El documento fílmico fue un alarde de buen gusto y excelente presentación. El 'producto' que se intentaba vender estaba prolija y tentadoramente exhibido, exaltado hasta niveles difícilmente igualables para cualquier competidor. Fue, en suma, una demostración más de calidad de una agencia rosarina de publicidad que colmó de gozo a los dirigentes ñulistas. Con ese audiovisual, los dirigentes de la FIFA no podían hacer otra cosa ue señalar con su dedo definitorio el estadio parquense>>

Una vez en el Gigante (llegaron a las 12,15, después de haber visitado la cancha municipal del Parque), el presidente Vesco y su Secretario, Antonio Osvaldo Rodenas, comenzaron con una serie de argumentaciones que iban de lo real a lo disparatado: « el escribano Vesco, presidente de Central, anunció: 'No vamos a descansar para brindar mayores comodidades al periodismo'. Sabía por qué lo decía. En el Parque, los hombres de FIFA habían objetado el lugar reservado a la prensa. Más ventaja para Central. Y para rematar la gran diferencia que había entre Central y Newell's, Antonio Rodenas, quien acompañaba a Vesco en la conducción del club, le dijo al brasileño Havelange, de cara al río Paraná, que los simpatizantes de otros países podrían venir por el río en barco y utilizarlos como hoteles 'flotantes', una idea que se le acababa de ocurrir. Con el mismo ingenio, Rodenas se había dado cuenta de que Hermann Neuberger había captado la corta distancia que separaba el arco de la tribuna en la cancha de Newell's, que no había foso. Central tampoco cumplía las medidas, pero hizo escribir un informe en alemán donde explicaba que era imposible solucionar esto en el Parque Independencia» .

«El presidente Vesco, ante la prensa nacional, remarcó entonces: 'Quedó demostrado que en pocos minutos se llega al centro de la ciudad'. Y con aire peronista adelantó: 'Para 1978, con el plan ferrourbanístico del gobierno del pueblo, seremos el estadio mejor ubicado satisface que hayan admirado el espíritu progresista de Rosario Central construyendo todo sobre terrenos propios, siguiendo la línea que nos marcaron nuestro fundadores'. Havelange, Neuberger, Franchi y Kãser volvieron a anoticiarse que, en cambio, Newell's utiliza un terreno municipal» .

«Fue una visita de médico la de la FIFA. A la una de la tarde ya estaban volando hacia Córdoba. Haciendo gala de esa diplomacia que lo hacía quedar bien con Dios y con el diablo, Havelange se despidió con un 'Cualquiera puede ganar la sede. Será una decisión de la AFA>

«Un día después, el Día de la Raza, se puso en marcha la era Menotti. La selección argentina empató 1 a 1 con España, y los dirigentes de la FIFA estuvieron en River.

Carlos Allende, enviado de 'La Capital', escuchó de Havelange la posibilidad de que 'los dos estadios sean los escenarios para la Copa del Mundo' en Rosario ya que 'esa determinación será la más justa, los dos se lo merecen Pero, en recuadro a una columna, escribió: ' ... circuló en fuentes autorizadas la noticia de que en el día de ayer la AFA habría designado al estadio del Club Atlético Rosario Central ... ' Y al preguntarle a Niembro sobre la versión, este dijo: 'Todavía no hay nada definitivo. Niembro estimaba que debería ser Central, pero uno de sus mayores opositores era el presidente de la AFA: David Bracutto. Los días fueron pasando y la resolución no salía. Es que existía una gran paridad entre las posturas del Comité. En una reunión se dio la posibilidad de que se volcara la balanza a favor de Newell's y una eléctrica reacción de Niembro Mundial'78 Io impidió. Bracutto debió postergar la definición ante la firme posición de varios delegados, entre ellos los de River, Ferro y los clubes del interior. A todo esto, en los pasillos de AFA, de la Casa de Gobierno, de sedes gremiales, las operaciones de dos 'canallas', el sindicalista de la UOM Eugenio Blanco y el joven dirigente peronista Antonio Vanrell, eran cada vez más constantes. A favor de Central, por supuesto» .

Las posturas existentes en la Asociación del Fútbol Argentino se encuentran perfectamente graficadas en el siguiente texto publicado en aquel momento por la desaparecida revista Goles, citado en el libro de Brisaboa: «Existían dos tendencias notables: una, la del propio presidente de AFA, David Bracutto, que allá lejos y hace mucho tiempo, se había comprometido con el contador Botti. La otra era obra del 'bocho' yla amistad, y, ¿por qué no decirlo? , el convencimiento personal de Paulino Niembro acerca de que la cancha de Central era mejor y debía ser sub sede. Pues bien, el martes de la semana anterior, a última hora, se habló en el seno del Comité Ejecutivo de la visita que iba a hacernos el titular de la FIFA para conocer Mar del Plata sub sede. Entonces Bracutto y Niembro, reflotaron, delante de los demás integrantes del Comité, el caso de la cancha rosarina, porque a dos meses vista, volvía Havelange y no la habían designado. Fueron a votación y Paulino, que tenía apalabrados a varios, ganó la mano.

El barrio Arroyito será escenario de una de las sub sedes. Los demás no objetaron pero a don David le quedó atragantado, porque se dice que recriminó a Paulino. Una vez decidido, se juramentaron todos que de ninguno de ellos saldría la noticia. Y a fe que cumplieron. Nadie abrió la boca. Ningún periodista supo nada. Y cuando a las 23.30 de la noche del pasado viernes nadie quedaba en la Casa del Fútbol, sale un Boletín Oficial con la designación. Gran sorpresa, alguna sonrisa (canalla), alguna bronca (de los otros) y se terminó. A don Joao le presentaron un problema resuelto y listo. Es que el secretario de la AFA, Paulino Niembro, está bien visto 'arriba' y lo que él dice » «Finalmente, el 17 diciembre 1974, llegó al despacho de Antonio Andrade, titular del consejo Municipal de Rosario y entonces presidente del Comité Organizador Rosario Sub sede Mundial 78 el despacho telegráfico no 11.470, que decía textualmente: «Comunídole sus efectos decisión elegir estadio club Rosario Central para partidos Copa Mundial 78 debiéndose entregar antes día 20 corriente respuesta cuestionario remitido con nota fecha 30 de octubre ppdo. Conjuntamente con informaciones sobre necesidades infraestructura hoteleras, viales y aeropuerto. Saludos, doctor David L. Bracuto, presidente. Paulino Niembro, secretario. Comité Organizador Mundial 78'. La carrera estaba ganada. Hubo grandes festejos y exaltaciones. La memoria centralista de aquel año destaca, en su página 17, la 'preponderante actuación (que) en todo momento es dable reconocer en la persona del señor Antonio O. Rodenas» .

Por todo lo relatado es absolutamente falso e injusto que nos simpatizantes de Newell's sigan diciendo todavía: «A la cha se la hicieron los milicos». La realidad fue que la designación de nuestro estadio como sub sede del Campeonato Mundial de Fútbol de 1978 la realizó un gobierno democrático como-era el peronista que gobernaba nuestro país en 1974 y contó con el aval de la FIFA. Es más, fueron los inquilinos del Parque Independencia quienes, a partir de la instauración de la dictadura en 1.976 comenzaron a tender redes hacia ella para de torcer la decisión que ya estaba tomada. En este tema todos coinciden, aunque no sean hechos históricos muy conocí ¿ por la mayoría: «Con todo, habría que pasar otra prueba fuego. Al producirse al golpe de Estado del 24 de marzo de se movieron algunos intereses para tentar una modificación era prácticamente imposible, desde que la decisión de FIFA era irreversible. Pero hubo algún militar de muy alta graduación vinculado por lazos familiares a dirigentes del fútbol argentino que esbozó un intento que abortó casi antes de nacer. Central era el estadio para el Mundial». « aprovechando el militar que derrocó al gobierno peronista, hubo quienes a ron sin pudor a los despachos del gobierno militar prodose como víctimas del gobierno derrocado v acusando a Central como cómplice de ese gobierno peronista. Esta actitud poco digna no les dio resultado, por más que tuvieran algún dirigente amigo en la intervención militar que en la provincia destituyó y desplazó al gobernador Carlos Silvestre Begnis».

También es falso que la dictadura haya pagado el costo de remodelación del estadio. Recordemos que ya veníamos contando todas las obras que había hecho el Club para tener una cancha como la que tiene aún sin saber siquiera si la Argentina sería designada como sede del Mundial de 1978 y Rosario como una de las sub sedes; y que las obras para unir el segundo anillo habían comenzado en 1972. Por eso, cuando el estadio es designado sub sede en un acto de estricta justicia, Rosario Central ya tenía construido alrededor del 85 % del total de lo que se utilizaría a partir de junio de 1978. Esto lo dice claramente el libro de Editorial Atlántida: « ... el Ente Autárquico Mundial 78 (EAM 78), comandado ahora por la dictadura militar que toma el poder por la fuerza el 24 de marzo y con el almirante Lacoste a la cabeza, decidió que se haría cargo del estadio centralista y que corría por su exclusiva cuenta final la remodelación: campo de juego, torres de iluminación, foso perimetral, vestuarios, sala de prensa, etc, además de las tribunas altas que faltaban construir en las cabeceras, y el tramo que faltaba terminar en la platea alta. Esto representó el 15% del estadio. Claro, el 85% de la estructura del Gigante de Arroyito la había hecho Rosario Central, por su exclusiva cuenta, antes de 1975: más de 5.000 centralistas pagaron por medio de chequeras del Banco Monserrat las nuevas plateas que hasta hoy son testigo de la emoción de cada domingo>> .

El entonces presidente Vesco informa en aquel momento — en un reportaje publicado en el diario La Capital del 2 de junio de 1978—, que «de acuerdo con un convenio suscripto entre el Ente Autárquico Mundial 78 y Rosario Central, una vez terminada la Copa del Mundo se realizará un inventario de los bienes, ya que el 20 de julio recibiremos provisionalmente el estadio. Desde esa fecha al 31 de diciembre de este año (1978) se elaborará dicho inventario de los bienes que habrán de quedan en el estadio. Se va a constituir una obligación hipotecaria a favor del estado y Rosario Central va a pagar esa deuda en 20 años, sin intereses ni indexación, semestralmente.>> « Cuánto va a costarla obra?» pregunta el periodista, a lo que Vesco responde secamente «Veinte millones de dólares». Además, debemos tener en cuenta que por aquella época el club contaba con una masa de 45.000 socios que sustentaban cualquier proyecto que se encarara.

También vale la pena aquí hacer una aclaración que resulta necesaria: hemos intentado contar la crónica de lo sucedido por aquellos días de la manera más honesta posible y de la forma más detallada que pudimos. Pero, así como quisimos desmentir aquella mentira de que «al Gigante lo hicieron los milicos», tampoco debe quedar en nadie la equívoca idea de que Central i tiene su gran estadio gracias a tres o cuatro dirigentes con buenas relaciones en los círculos políticos donde se necesitaba tenerlas. No fue sólo eso. Por lo que demuestra la historia, por el esfuerzo de cientos de dirigentes y de miles de socios a lo largo de más de 80 años, por la labor incansable de hombres y mujeres canallas que sabían que se podía tener un estadio Gigante y por el apoyo de la mayor parte de la ciudad donde creció, Rosario Central iba a tener su Gigante con Mundial o sin Mundial. Bien lo explica la OCAL:

«Newell's sólo tenía tribunas bajas de cemento en un lateral, el de la vieja visera, y detrás de un solo arco, el del Palomar. El resto era un lateral con tribunas de madera, y detrás del otro arco, que da al Hipódromo, no había tribuna, sólo existían 8 0 10 escalones. En definitiva, había que hacer un estadio nuevo.

A la hora de decidir, también se tuvo en cuenta la situación precaria en que se encontraban —y encuentran— los clubes y otras instituciones que ocupan tierras públicas en el Parque Independencia.

En 1961, durante la intendencia de Luis Cándido Carballo, los clubes y entidades que ocupan precariamente dichas tierras aceptaron, ante las exigencias de las auto-

ridades municipales, abandonar definitivamente dichas tierras, liberándolas al uso público y cediendo al municipio todos los inmuebles construidos. Así se pactó, cumpliendo con la concesiÓn original, y se les concedió un tiempo prudencial para que las entidades desalojadas pudieran trasladarse a otros terrenos. Nos referimos a la Sociedad Rural, el Jockey Club, y los clubes Gimnasia y Esgrima, Provincial y Newell's Old Boys.

El golpe de estado que en 1962 derrocó al gobierno de Arturo Frondizi permitió que las sucesivas intervenciones militares prorrogaran por más años estos permisos precarios, y es así que el 45 por ciento de la superficie del Parque Independencia continúa ocupado por instituciones privadas.

Aquel mandato de la intendencia de Carballo, acatado por los clubes e instituciones del parque, está todavía pendiente.

Queda en claro, pues, que las autoridades de la FIFA y del EAM 78 no tuvieron ninguna duda a la hora de elegir, y en octubre de 1974, tras la visita a Rosario de Havelange y Neuberger, todo debió quedar resuelto sin ninguna connotación política.

Sin embargo, las influencias políticas y de todo tipo que se usaron en contra de la designación del estadio de Rosario Central casi da sus frutos, pero los rápidos y ágiles reflejos de Rodenas lograron desbaratar las maniobras que se urdieron desde arriba. Realmente hubiera sido un fraude.

Hoy, a la distancia, algunos pretenden 'vendernos' la historia al revés. Los que usaron todas las artimañas para evitar que el estadio canalla fuera la subsede del Mundial dicen que a Central le regalaron el estadio porque Rodenas era Reiteramos: con Mundial o sin él, Central tendría igual su Gigante de Arroyito, porque el Gigante ya estaba en plena etapa en el estadio. Se va a constituir una obligación hipotecaria a favor del estado y Rosario Central va a pagar esa deuda en 20 años, sin intereses ni indexación, semestralmente.» « Cuánto va a costar la obra?», pregunta el periodista, a lo que Vesco responde secamente «Veinte millones de Además, debemos tener en cuenta que por aquella época el club contaba con una masa de 45.000 socios que sustentaban cualquier proyecto que se encarara.

También vale la pena aquí hacer una aclaración que resulta necesaria: hemos intentado contar la crónica de lo sucedido por aquellos días de la manera más honesta posible y de la forma más detallada que pudimos. Pero, así como quisimos desmentir aquella mentira de que «al Gigante lo hicieron los milicos», tampoco debe quedar en nadie la equívoca idea de que Central tiene su gran estadio gracias a tres o cuatro dirigentes con buenas relaciones en los círculos políticos donde se necesitaba tenerlas. No fue sólo eso. Por lo que demuestra la historia, por el esfuerzo de cientos de dirigentes y de miles de socios a lo largo de más de 80 años, por la labor incansable de hombres y mujeres canallas que sabían que se podía tener un estadio Gigante y por el apoyo de la mayor parte de la ciudad donde creció, Rosario Central iba a tener su Gigante con Mundial o sin Mundial. Bien lo explica la OCAL:

«Newell's sólo tenía tribunas bajas de cemento en un lateral, el de la vieja visera, y detrás de un solo arco, el del Palomar. El resto era un lateral con tribunas de madera, y detrás del otro arco, que da al Hipódromo, no había tribuna, sólo existían 8 0 IO escalones. En definitiva, había que hacer un estadio nuevo.

A la hora de decidir, también se tuvo en cuenta la situación precaria en que se encontraban —y encuentran— los clubes y otras instituciones que ocupan tierras públicas en el Parque Independencia.

En 1961, durante la intendencia de Luis Cándido Carballo, los clubes y entidades que ocupan precariarnente dichas tierras aceptaron, ante las exigencias de las autoridades municipales, abandonar definitivamente dichas tierras, liberándolas al uso público y cediendo al municipio todos los inmuebles construidos. Así se pactó, cumpliendo con la concesión original, y se les concedió un tiempo prudencial para que las entidades desalojadas pudieran trasladarse a otros terrenos. Nos referimos a la Sociedad Rural, el Jockey Club, y los clubes Gimnasia y Esgrima, Provincial y Newell's Old Boys.

El golpe de estado que en 1962 derrocó al gobierno de Arturo Frondizi permitió que las sucesivas intervenciones militares prorrogaran por más años estos permisos precarios, y es así que el 45 por ciento de la superficie del Parque Independencia continúa ocupado por instituciones privadas.

Aquel mandato de la intendencia de Carballo, acatado por los clubes e instituciones del parque, está todavía pendiente.

Queda en claro, pues, que las autoridades de la FIFA y del EAM 78 no tuvieron ninguna duda a la hora de elegir, y en octubre de 1974, tras la visita a Rosario de Havelange y Neuberger, todo debió quedar resuelto sin ninguna connotación política.

Sin embargo, las influencias políticas y de todo tipo que se usaron en contra de la designación del estadio de Rosario Central casi da sus frutos, pero los rápidos y ágiles reflejos de Rodenas lograron desbaratar las maniobras que se urdieron desde arriba. Realmente hubiera sido un fraude.

Hoy, a la distancia, algunos pretenden 'vendernos' la historia al revés. Los que usaron todas las artimañas para evitar que el estadio canalla fuera la subsede del Mundial dicen que a Central le regalaron el estadio porque Rodenas era peronista» .

Reiteramos: con Mundial o sin él, Central tendría igual su

Gigante de Arroyito, porque el Gigante ya estaba en plena etapa de construcción cuando fue designado sub sede del Mundial: todos coinciden que entre el 80 y el 85% del trabajo ya estaba hecho cuando los militares de la dictadura tomaron a su cuenta la finalización del frabajo, a lo que, por otra parte, Rosario Central no podía oponerse, teniendo en cuenta que la Argentina era, en ese entonces, un país tomado por un ejército de ocupación.

«En cambio, Newell's en aquellos tiempos, recorrió un camino inverso. No obstante tener su viejo estadio en terrenos municipales, con la amenaza de desalojo pendiente de la época de Luis C. Carballo, en vez de buscar soluciones para el futuro, como hizo el Club Provincial con el complejo deportivo Barrio Cura, se desprendió de los terrenos que tenía en Ovidio Lagos y Rueda. Luego malvendió el valioso terreno que tenía en Paraguay al 800 (actual playa de estacionamiento), invirtió en Circunvalación y Jorge Newbery, pero luego lo vendió, lo mismo que hizo con la sede social del Parque Independencia, y sólo atinó a extender el alambrado tomando para sí más superficie de dicho Parque»



Fuente: Extraído del Libro " El Gigante de Arroyito - La verdadera historia" Autor Fabián Bazán. Edtcorial Secretaría de Cultura Canaya. Agosto 2009

lunes, 18 de diciembre de 2023

Transporte en Rosario

 Para opinar sobre el Transporte, tanbién hay que conocer su historia:

Es ese momento, casi todas las líneas eran una pequeña empresa (muchas cooperativas) trabajadas por sus propios dueños.

Luego, por la acción del Intendente de Facto Cristiani se fueron unificando líneas quedando las más importante en manos de la Empresa Martín Fierro (tenía una sola línea con cuatro unidades de las cuales solo funcionaban dos en Villa Gdor. Gálvez) perteneciente a los Hermanos Bermúdez siendo el nacimiento de la gran Empresa Rosario Bus y sus dominadas como 35/9, Azul, etc.). Fue esta Empresa la responsable del desguace de los Tolebuses y del cableado del mismo por lo que nunca rindió cuentas. 

Hoy se maneja en forma autónoma incumpliendo las Ordenanzas y Órdeneos de Servicio del Concejo Municipal y del Ente de la Movilidad de Rosario.



viernes, 15 de diciembre de 2023

LAS PRIMERAS LOGIAS MASONICAS DE ROSARIO





En el escenario local, la Logia rosarina Filantropía Nº 11 sostenía las ideas liberales de Buenos Aires y se hallaba constituida –como ya se mencionó en la edición anterior– por: Santiago  R.  Albarracín, Guillermo Perkins, Luis Lamas Regueira, Eugenio Pérez, José María Buyo, Federico de la Barra y Nicasio Oroño. Se discrepa entre los autores la presencia de Federico de la Barra en esta logia, ya que desde el periódico “La Confederación” dirigido por este último, criticaba burlonamente a este taller masónico y exigía a las autoridades prohibir sus reuniones en la ciudad.


Por otra parte, el francés Luis Tomas Saint Georges a poco de su llegada al país en 1857 se afiliaba a la Logia Constancia Nº 7 y, dos años después, arribaba a Rosario donde se convertía en fundador y venerable de la Logia “Bien Social”. En su residencia, propiedad de Aarón Castellanos –esquina noroeste de las actuales calles Laprida y Córdoba– se conjetura que tuvieron lugar las primeras “tenidas de la logia”. Ésta defendía los intereses de la Confederación con el auspicio del General Urquiza, militando en ella el Gobernador Rosendo Fraga, Pascual Rosas, Jacinto Corvalán, Pedro Marc, Isidro Aliau, Luis Lamas Hunt, Evaristo Carriego, Francisco Monguillot  y Juan Pablo López, entre otros. 


Producida la batalla de Cepeda y la firma del Pacto de San José de Flores que determinó la incorporación de Buenos Aires y jura de la Constitución Nacional de 1853 al resto de las provincias de la Confederación, por iniciativa del general Urquiza y el Dr. José Roque Pérez, Venerable Maestre de la “Gran Logia Argentina”, se consolidó la idea de unir en un solo taller las dos logias rosarinas. Luego de arduas negociaciones, el 11 de octubre de 1860, “levantó columnas” la “Logia Unión 17” donde militaron notables personalidades de la ciudad. La primera medalla masónica rosarina fue acuñada por el célebre artesano Santiago Caccia, nacido en Caravaggio Lombardía, en conmemoración de la instalación de la Logia “Unión”.


FUENTES:

TOMASINI FREYRE, Jorge; “La Logia Unión 17 de Rosario” en Revista de Historia de Rosario, N° 47, Rosario, 2010.

MIKIELIEVICH, Wladimir. Documentos inéditos.


FOTOGRAFÍAS:

Edificio de la Logia Capitular Unión en calle Laprida. Álbum Vistas del Rosario, de Ferrazzini & Cía., Rosario, 1896, 3ª Edición Aumentada á 42 Vistas. Archivo Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc” – Archivo digital Arq. Viviana Marini.

Otra vista del edificio de la Logia Unión 17. Publicada en el libro Restauración. Monumento a José Garibaldi, 2010.


AGRADECIMIENTO: 

Agradecemos especialmente al Dr. Jorge Tomasini Freyre, Miembro Fundador de la Junta de Historia de Rosario; autor de numerosas publicaciones sobre la historia de nuestra ciudad como también de la presente nota.

jueves, 14 de diciembre de 2023

ALBERTO OLMEDO EN CANAL 5 DE ROSARIO






El 7 de diciembre de 1970 se estrenó el primer programa de "El botón", nueva tira cómica protagonizada por Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Adolfo García Grau, Fidel Pintos, Juan Carlos Altavista y Javier Portales. Esa misma noche también se repuso "Operación Ja Ja". Todo por Canal 5.


LAS EFEMÉRIDES: Son un retrato, un recorrido histórico, un día a día, a través de los sucesos, acontecimientos y personajes que marcan los hechos esenciales de nuestro pasado y también, de nuestro presente. 


Esta publicación comprende textos de producción propia e imágenes de otros autores. 

Prof. Eduardo D. Guida Bria.

https://www.facebook.com/matices.derosario/

miércoles, 13 de diciembre de 2023

RELOJES PUBLICOS DE COLUMNA












Rosario, la instalación de relojes públicos deviene de la necesidad de sentirse y mostrarse como una ciudad moderna. ¿Qué significan los relojes públicos para Rosario? ¿Cómo se desarrolló la incorporación de esta tecnología al espacio urbano? ¿Qué ideas y discursos acompañaron su aparición? ¿Cómo se relacionan estos artefactos con la identidad de Rosario? Con el objetivo de dar respuesta a estos interrogantes, se emplea una estrategia metodológica cualitativa, ya que es necesaria una perspectiva interpretativa crítica que permita dar cuenta de las diversas significaciones y relaciones socio-técnicas y culturales implicadas. Para ello se combina el análisis discursivo sobre los significantes presentes en el corpus conformado por notas periodísticas –de los diarios locales La Confederación y La Capital– y documentos públicos –ordenanzas y discusiones registradas en el Honorable Concejo Deliberante–, con el análisis de los imaginarios sociales que pueden reconstruirse a partir de ellos. 
En una primera parte del estudio se hace una aproximación al tema de los imaginarios sociales profundizando sobre los imaginarios tecnológicos y los significados que ha adquirido el tiempo en la Modernidad. En cuanto a los imaginarios urbanos, se desarrolla un acercamiento a partir de las representaciones de ciudad moderna, en donde se introduce el detalle de nuestro caso de estudio, la ciudad de Rosario. A partir de allí se va desenvolviendo y, en cierto modo, reconstruyendo el proceso de incorporación de los relojes públicos en la ciudad, diferenciando tres etapas que se vinculan con el contexto histórico, económico, social y cultural de cada caso. Una primera etapa de emergencia de los relojes públicos que se inicia en 1852 con las primeras discusiones y demandas publicadas en el diario local de la época. En esta fase tanto el gobierno local como el sector privado ligado al ferrocarril tuvieron un rol central. La segunda etapa se sitúa en la década de 1920, cuando se instalan nuevos relojes por iniciativa privada, esta vez fundamentalmente ligada al sector empresarial agrícola de la ciudad. La tercera etapa comprende el último período relevado entre 1941-1943, años en los que el gobierno local emplaza numerosos relojes públicos de columna en distintos sitios de la ciudad.

Los tiempos de Rosario
En cierta forma, la mundialización de la hora se origina cuando el cronómetro se une a la cuadrícula y el cálculo de las coordenadas de latitud y longitud –espacio-tiempo– permiten incrementar los intercambios transoceánicos y con ello “aumentar el volumen de la producción industrial, bajar sus costos, diversificarla y exportar”. Por eso, en la historia de la unificación horaria los medios de transporte cumplieron un rol central. Primero los barcos dedicados al comercio que tomaban como referencia el observatorio de Greenwich, y luego el ferrocarril que necesitaba la coordinación horaria entre estaciones para poder organizar sus servicios. De esta manera, con los ferrocarriles y el telégrafo se enviaban las horas a las estaciones tomando como referencia la de la ciudad principal con que tenía conexión. Pero esto no bastaba y, como explica Attali, es el ferrocarril el que impulsa la simplificación de las horas tanto en el interior de un país como entre diferentes países. Las empresas norteamericanas fueron las primeras en hacerlo, adoptando el meridiano de Greenwich que, tradicionalmente, empleaban los navegantes. Sin embargo, no es hasta 1885 en la “Conferencia Internacional del Meridiano” celebrada en Norteamérica, que se declara a Greenwich como meridiano de base para calcular el horario mundial, luego de que París y Berlín disputaran ser la referencia horaria. En Argentina recién en 1920 se adopta la hora oficial internacional fijada por el meridiano de Greenwich. Hasta ese momento, y desde 1894, la hora oficial había sido fijada por el meridiano del observatorio de Córdoba.
Rosario está profundamente vinculada a la historia de la fijación oficial de la hora, ya que fue una iniciativa que nació en la ciudad durante la intendencia de Gabriel Carrasco. El 5 de octubre de 1891 Carrasco presenta un proyecto de ordenanza para declarar como hora oficial de la ciudad la del meridiano del Observatorio de Córdoba, proyecto que fue aprobado el 13 de octubre de 1891. Siendo luego Ministro de la provincia de Santa Fe promueve, con el mismo criterio, la adopción horaria en todo el territorio provincial, lo cual queda sancionado como ley en noviembre de 1892. En ese momento Carrasco comienza a defender el proyecto de unificación horaria a nivel nacional y el 1 de noviembre de 1894 toda la Argentina coordina su hora con el Observatorio de Córdoba.
El hecho de que la unificación horaria nacional haya sido producto de un proyecto originado en Rosario, deja entrever la importancia particular que tuvo la comunicación del tiempo para esta ciudad. Asimismo, es posible verificar la fuerza que adquieren los conceptos de puntualidad y precisión, ligados a la idea de progreso de la ciudad en las numerosas notas que los diarios locales han dedicado al tema. Por último, existen dos fenómenos que permiten dar cuenta del estrecho vínculo entre Rosario y los relojes. Por un lado, es la única ciudad de la Argentina –y la tercera en Latinoamérica– que cuenta con un colegio técnico de relojeros; y por el otro, es una de las únicas donde existió una fábrica de relojes monumentales. Es el caso de la relojería Sudamericana, antiguamente llamada L. Verstraeten, la cual entre las décadas de 1920 y 1980 fabricó e instaló más de un centenar de relojes en todo el país, siendo sus dueños, los fabricantes de los relojes públicos de columna que se sitúan en distintos puntos de la ciudad.
Consolidación pública: el tiempo de la circulación y el esparcimiento
La crisis agrícola internacional de 1929-1930 marca una nueva etapa en la cual la ciudad se ve afectada económica y socialmente debido a los numerosos cierres de fábricas, a la retracción en la actividad comercial y a los altos índices de desempleo. No obstante, los efectos de la crisis comenzaron a revertirse a mediados de la década del 30 cuando Rosario empieza a recuperarse, muy lentamente, en el marco del modelo económico de sustitución de importaciones. A partir de esta política logra reactivar e incrementar la actividad industrial que, previo a 1930, era escasa y concentrada en pocas y grandes empresas. Se produce un giro en la economía local y hacia 1935 la cantidad de establecimientos industriales duplicaba a los censados en 1928 (Fernández, 2000). Las 1558 empresas instaladas ocupaban aproximadamente a 25.000 personas. Hacia 1943 el 50% de la actividad industrial de la provincia de Santa Fe se concentraba en Rosario (Falcón; Stanley, 2001).
En este período (1934-1943) también se experimenta un auge en el ámbito cultural, registrándose gran asistencia a los espectáculos en vivo, óperas, zarzuelas y principalmente al cine –existían más de 40 salas en esa época. Asimismo, se inauguraron nuevos museos y los existentes consolidaron sus actividades y su presencia en la ciudad. En síntesis, las actividades culturales y de esparcimiento profundizaron su presencia en la vida cotidiana de la sociedad rosarina. En cuanto a las transformaciones urbanas, se construyeron importantes rutas a otras localidades y se pavimentaron calles. Además se nacionalizó el puerto y se fue desmantelando, lo que ocasionó una segmentación de la zona portuaria que quedó separada de la ciudad a través de un largo paredón que obturaba el acceso al río. Si bien las obras públicas de la época fueron una estrategia para paliar la desocupación, cabe recalcar que la inversión en caminos y vías de comunicación deja entrever la creciente importancia que la circulación adquiere para una ciudad que seguía teniendo un rol importante en el interior del país. Este fenómeno está relacionado con el incremento del uso del automóvil que requería calles pavimentadas y caminos en buen estado para circular. Al interior de la ciudad también se modifican las vías de circulación integrando diversas zonas y conectando a los barrios que se fueron construyendo en las antiguas zonas suburbanas.
El imaginario urbano de Rosario como ciudad moderna no se abandona y el auge del movimiento que conllevaba la salida de la crisis pareció reavivarlo. En sintonía con este nuevo impulso, entre 1941 y 1943 el gobierno local recurre nuevamente a los relojes públicos como símbolo de pujanza, trabajo y progreso y, en este caso, también como ordenador de la circulación urbana. Como antecedente de los relojes de columna públicos que marcan este período, se encuentra el primer reloj de columna que fue instalado en 1933 en la Plaza Bélgica, donado por esta colectividad. Este reloj construido por el relojero belga Adolfo Van de Casteele –que trabajaba con la marca, e incluso el nombre, Luis Verstraeten–, sirvió de prototipo, para la posterior fabricación de la maquinaria de los relojes de columna que se instalaron en Rosario.
Considerando este reloj como ejemplo, una nota del diario La Capital señala que:
Será conveniente pues colocar relojes en soportes para el alumbrado público, en barrios apartados, donde la afluencia de público es mayor por razones de la convergencia de diversas líneas de tranvías y ómnibus y en general, donde sea conveniente ofrecer al transeúnte una comodidad de la que no debe prescindir una gran ciudad moderna (Diario La Capital, 17/3/ 1937; el subrayado es nuestro)
Aquí se representan una serie de vinculaciones en torno a qué se considera una ciudad moderna. Por una parte se alude a la circulación y el movimiento que conlleva ser una “gran ciudad”, de la mano de múltiples medios de transporte público. En diez años –entre 1933 y 1943– la cantidad de pasajeros que se movilizaban en ómnibus y tranvías prácticamente se duplicó (Fernández, 2011). Esto se relaciona tanto con el repunte económico que vive la ciudad desde mediados de 1930, como con el proceso de transformación urbana a partir del cual se empiezan a consolidar las urbanizaciones en los barrios más alejados al área central. El incremento de la movilidad no sólo era provocado por los desplazamientos a lugares de trabajo y estudio, sino también de esparcimiento, como explica Fernández (2011), quien agrega que el transporte contribuyó a que sobre finales de la década del 30 cada vez más rosarinos pudiesen acceder al consumo de bienes culturales, ya que el transporte público era popular.
En este contexto de incremento de circulación masiva, debido a la recuperación de empleos y al aumento del servicio público de pasajeros, los relojes públicos recuperan el protagonismo en el debate y los reclamos hacia el gobierno local.
Cuánto agradecerá la población de nuestra ciudad que las autoridades municipales (…) instalen más relojes oficiales en los sitios de mucho tránsito, pero con una condición, que den la hora oficial. (Diario La Capital, 4/2/1938)
Y es entre 1941 y 1943, bajo la intendencia de Repetto, que se instalan diez relojes públicos de columna “en los sitios más estratégicos de la ciudad y de suma utilidad pública”. Estos relojes fueron construidos por el relojero belga mencionado, al cual se nombró como encargado de su cuidado en 1942.
En cuanto a las significaciones que rodean a los relojes públicos en ese momento histórico es posible establecer una relación entre el emplazamiento de los mismos con el aspecto moderno con el que se buscaba revitalizar a una Rosario ya prácticamente repuesta de la crisis internacional del 30. Esto se puede observar en dos aspectos. Por un lado, en el tipo de obras que se realizan en la intendencia de Repetto, todas tendientes a reforzar el espacio público y a darle mayor capacidad de circulación a la ciudad. Durante su período se construyeron nuevas avenidas, plazas y veredas, se pavimentaron y ensancharon calles, se incrementó el arbolado y se instalaron nuevos sistemas de alumbrado público. En síntesis, todas obras que se identifican con la concepción de una ciudad moderna, dinámica, luminosa, ordenada y puntual. Además, por otro lado, desde mediados de la década del 30 en Rosario se evidencia un crecimiento industrial favorecido por la política de sustitución de importaciones, como se describió anteriormente. En este contexto se busca reforzar la idea de la recuperación económica y laboral utilizando un elemento clave en la historia de Rosario: el reloj. Construida su maquinaria por una relojería local –Sudamericana de L. Verstraeten– y sus columnas de hormigón por otra empresa de la ciudad –FACAR–, se expone la producción propia como síntoma de independencia. Por último, es importante destacar que esta recuperación laboral y económica fue concomitante al auge de la movilidad urbana individual que trajo otro elemento de alto valor simbólico y funcional para las ciudades modernas: el automóvil. Esta suma de factores, complejos y múltiples, fueron los que conformaron el escenario en el que se incrementó, de forma decisiva, no sólo la cantidad relojes públicos en Rosario, sino también la dedicación hacia ellos.
Muchos de estos relojes están ubicados en la zona céntrica y macro céntrica y otros se distribuyeron en barrios más alejados del casco central. Sus localizaciones no son casuales, sino que se emplazan en las intersecciones de avenidas y bulevares importantes para la circulación de la ciudad. Sin embargo, algunos de ellos están situados en parques y plazas, lo cual invita a una reflexión especial. Estos espacios, en general, funcionan no sólo como centros recreativos sino también como nodos del transporte público de pasajeros, donde convergen numerosas líneas de colectivos. De esta manera, se le otorga al reloj una utilidad vinculada a la coordinación de la movilidad. Pero en su mayoría, estas plazas y parques tienen los relojes en el interior de los mismos, como es el caso del Parque Urquiza, donde los colectivos no circulan.
Para comprender el porqué de la localización de los relojes en la ciudad de Rosario, es imprescindible tener presente el proceso de omnipresencia que fue adquiriendo el tiempo y sus representaciones en la Modernidad. Son muchos los autores (Mumford, 1945; Adorno, 1969; Thompson, 1979; Attali, 2001) que demostraron la necesidad del sistema capitalista de disciplinar el uso del tiempo para renovar las energías del hombre industrial, su fuerza de trabajo. Esta regulación se extendió, también, a los momentos de no-trabajo a los fines de que el obrero no perdiera la conciencia del tiempo y de que esos momentos de ocio estuvieran, aunque ellos no lo supiesen, en función de la producción de su trabajo. De otra forma, sería imposible entender la necesidad de marcar el tiempo en las plazas y los parques, espacios, por antonomasia, donde los hombres viven su tiempo de esparcimiento. La ubicación de los relojes públicos, justo en esos lugares donde el hombre corría el riesgo de olvidarse por unos instantes de que estaba atado a un tiempo rígido, medido y ajeno, materializa, sin dudas, el afán de ubicuidad de las estrategias de disciplinamiento social.
Los relojes, entonces, se erigen como monumentos al tiempo fraccionado, mecánico y coordinado que una ciudad necesita para ser moderna. Y son, al mismo tiempo, monumentos que representan el ideal burgués del utilitarismo. En suma, algo así como un monumento a la burguesía, un símbolo del desarrollo y el progreso que, a la vez, retroalimentan este imaginario al ser ubicados en los centros de circulación claves de la ciudad, promoviendo la sensación de organización y sincronización social.
Por último, es relevante a los fines de este trabajo hacer referencia a un desplazamiento en la significación de estos objetos que se relaciona con la gestión pública de los mismos, lo que aconteció mucho después del marco temporal en el que se sitúa este trabajo. Mientras que por décadas los relojes dependieron de la Secretaría de Alumbrado Público, en julio de 1999 comenzaron a estar a cargo de la Secretaría de Conservación Urbana. De este modo, el valor simbólico que adquieren ya no sólo recae en el aspecto instrumental, o sea, la necesidad de conocer la hora, sino en el valor patrimonial que adquieren los relojes públicos como objetos que representan rasgos de la identidad y la cultura urbana, al tiempo que se van consolidando como atractivos turísticos.
Fuente: Resumen, Temporalidades e imaginarios tecnológicos en la ciudad moderna. Los relojes públicos en Rosario, Argentina. (Paula Vera)

Fotos: Néstor Avalos. (faltan algunos)
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