Guiado por la intuición
Su sueño era dotar a Rosario en los últimos adelantos en comunicación. Fue el creador del primer sistema de televisión por cable que tuvo la Argentina.
De mi vida puedo decirles que trato de no quedarme abajo, quiero ser como una pelota de goma para, si caigo, rebotar y volver a subir”. El puño y letra de Guillermo de la Cruz Strazza se dirigía en los años 70 a sus compañeros de cursillos de cristiandad y, quizás con plena conciencia, dibujaba el mapa de su vida; esa que, con irrefrenable vitalidad y visión de futuro, cambió la nuestra. Deslumbrado por la evolución tecnológica, tuvo un sueño: dotar a su ciudad adoptiva de lo último en comunicación, y los medios lo atraparon. Su intuición lo ubicó siempre al frente de los más grandes desafíos de su tiempo: armó el primer directorio de Televisión Litoral que puso en el aire el 20 de junio de 1965 el Canal 3 e instaló en 1980 Cablehogar, el primer sistema de televisión por cable del país.
Impulsivo, seductor, generoso, cada vez que salía de su casa besaba una cruz que llevaba en su llavero y se paseó por el mundo haciendo negocios sin hablar una palabra de inglés. Grandote, espontáneo y pintón, jugó siempre a ganador y supo perder. Pero rebotó y su ingenio lo asistió. Fue vendedor ambulante, cantor, actor de radioteatro, boxeador y publicitario, oficio que lo acercó primero a la radio y después a la tele.
Había nacido en Tucumán el 3 de mayo de 1923, pero una rosarina, Elena Romano Boix, cambió el rumbo de su vida. Y Luego de probar suerte en Buenos Aires y Mendoza, la familia de ella lo atrajo hasta aquí. Se lo sindica como el inventor de los auspicios —una forma de incorporar a las presas a la promoción de la cultura—,pergeñó el exitazo de la radio “La hora de las ofertas”consolidó el 3 como director comercial hasta 1971 con producciones rosarinas. Después se dedicó a la publicidad y la distribución de envíos televisivos. Puso en la panalla argentina a Raffaella Carrá, a los Muppets y a Bernardo Neustadt, y ya en el cable peleó sin respiro por ofrecer alternativa dicotomía de la TV local. Con enemigos muy poderosos y amigos incondiciones. abrió casi a los codazos un espacio al que él llamaba “la heladera”, porque además de tener el apa- rato había que procurar algo para ponerle adentro. Un día se sintió mal y se negó a ser internado porque, claro, tenía que trabajar.
Falleció el 2 de marzo de 1993 y su figura quizás haya quedado opacada por el fulgor de los presentes. Aunque nadie podrá negar que, pionero de las tele- visiones abierta y de cable en la Argentina, Guillermo de la Cruz Strazza es uno de esos grandes personajes, hacedores del futuro a creadores sin límites. Y si no, ¿a quién se le ocurriría rifar una vaca por radio?
Fuente: Extraído de la Revista del diario “ La Capital” 140 aniversarios. 2007