Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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viernes, 13 de agosto de 2021

EL ROSARIAZO









Por Héctor Nicolás Zinni




Mientras la ineluctable fatalidad sigue su curso, y la ineluctable bajada de las aguas vuelve el problema a fojas cero, los inundados regresan a sus hogares: sólo encuentran barro a granel, pisos y paredes destrozados, muebles y enseres domésticos inutilizados e desaparecidos. El sol sale y vuelve a salir, y sale para todos: los arroyos desbordados vuelven a sus cauces, la inundación desaparece, todo se seca.

Ningún avión sobrevuela ya el sector, los mapas se ertrollan. Pero no importa: las lluvias otoñales del próximo año traerán nuevamente al avión que sobrevuela, al mapa que se analiza, a los vagones de ferrocarril, a los galpones de la Sociedad Rural, a las cuadras del Regimiento, a las parroquias, a las frazadas, a las latas de conserva, a los llamados a Ja solidaridad. También traerán nuevamente la desesperación de los inundados. Pero, ¿a quién le importa?.

Para que le importe a alguien, la Federación Rosarina de Vecinales organiza el viernes 25 una Marcha de los Inundados, que habría de partir desde el local de la Asociación Vecinal Empalme Graneros, en Juan José Paso al 2400, con un objetivo preciso y el recorrido también: atravesar a pie toda la ciudad y llegar a las puertas de la Municipalidad para entrevistarse con el intendente Luis Beltramo, cuya preocupación principal parece ser repavimentar la ciudad.

Tan buena idea -la de la Marcha- no es compartida con el mismo entusiasmo por las autoridades policiales que, para evitar cualquier ulterioridad ante lo caldeado de los ánimos, se resuelve por una medida tan habitual como terminante: la Marcha es prohibida. Ante la imposibilidad de llevar a buen puerto lo previsto, los manifestantes se las ingenian para llegar por diversos medios de transporte al centro de la ciudad.

La dispersión no está acompañada, sin embargo, por el desorden y la irresponsabilidad: una hora más tarde de la prevista para la iniciación de la marcha -las 18-se concentran en la plaza 25 de Mayo, exactamente frente a las escalinatas y los leones del Palacio Municipal. El intendente, accede a recibir entonces a una delegación de cinco vecinalistas, quienes ingresan al despacho del jefe comunal, luego de una identificación previa y un riguroso como intespestivo palpado de armas por las fuerzas policiales que se han agrupado, en número realmente exagerado, en las esquinas de Buenos Aires y Santa Fe y Buenos Aires y Córdoba.

El extenso y conjunto debate del problema no tiene resultados concretos inmediatos. Entonces la delegación hace entrega al intendente Beltramo de un extensísimo memorial, en el que reclaman lógicas y urgentes soluciones al drama de los inundados. Uno de los delegados se dirige a los silenciosos manifestantes que esperan pacientemente en la plaza, para informarles que han recibido "la promesa de construcción del Emisario -una de las soluciones más urgentes del problema- para fines de 196 principios de 1970. La silbatina y la reprobación de quienes aguardan salida a sus angustias de habitantes bajo el agua, es unánime, una

El Dr. Beltramo no es insensible a los reclamos de la ciudad. Ha gravad en un peso el impuesto municipal para juntar los caudales necesarios que le permitan realizar la Administración Sanitaria en el llamado Monumento al Pozo. Pero como está puesto a dedo por el gobierno santafesino, éste se lleva todo el dinero para las arcas del gobierno que tutela el contraalmirante Vázquez. El caso del mentado Emisario 9 también pasa por la benevolencia de la burocracia santafesina, que contribuirá según su estado de ánimo a la terminación de los tubos aliviadores del arroyo Ludueña, la canalización del arroyo Saladillo y a la apertura de canales que desemboquen directamente en el río Paraná.

Mientras los técnicos municipales deciden que es lo que conviene más, lo real es que lo que sea debe ser hecho de inmediato porque en Rosario, desde tiempo inmemorial, las inundaciones pasan y los problemas siguen quedando a flote. Simultáneamente con las gravísimas inundaciones toca casi a su fin la fabulosa recaudación opcional de los $ 2.000 millones para el Viaducto Avellaneda. No faltan quienes consideran que la millonaria suma obtenida tendría un destino verdaderamente social si se la utilizara para solucionar definitivamente el problema de las inundaciones en Rosario.

Por supuesto, este es un planteo simplista. Sostener que es mejor, terminar con el problema de los desposeídos de Empalme Graneros, que destinar una suma semejante para aliviar el problema de los propietarios de automóviles, es casi subversivo. Pero, desgraciadamente, no cabe duda que la simultaneidad de los sucesos no favorece la imágen de la acertada disposición de la Municipalidad.. ¿Podrá encararse alguna vez, de una manera parecida, la solución del insólito problema de las inundaciones?.

El mes de mayo trae otras novedades. Los acontecimientos precipitados en el interior del país por la absoluta negativa al diálogo de parte de las altas autoridades universitarias hacia los estudiantes estallan también en Rosario. Este último año de la década de los '60 está signado por un abierto desafío al gobierno de facto ejercido por el general Juan Carlos Onganía. A través de movilizaciones populares y huelgas obreras y estudiantiles, en, prácticamente todo el territorio nacional -el Cordobazo estallará a fines de mayo-, los sucesos que tienen como epicentro a Rosario tienen características bien diferenciadas.

El detonante ha sido la muerte, el 15 de mayo en Corrientes, del estudiante Juan José Cabral. El día 21, estudiantes y obreros de la CGT de los Argentinos, controlan la zona céntrica de la ciudad de Córdoba. En nuestra ciudad, la respuesta al asesinato de Cabral ha sido inmediata, y el 16 de mayo al rector de la Universidad Nacional del Litoral, dr. José Luis Cantini decide la suspensión de las actividades. Al día siguiente la protesta se concreta en el comedor universitario ubicado en Corrientes al 700.


Desde ese lugar una marcha se dirige hacia la calle Córdoba, donde se arrojan piedras contra el edificio de la Bolsa de Comercio. La acción policial origina el desbande de los manifestantes que huyen en distintas direcciones. Un grupo es acorralado en la galería Melipal, en Córdoba al oo y allí resulta herido de un disparo en la cabeza el estudiante Adolfo Bello de 22 años, quien fallece en la Asistencia Pública.

La indignación es unánime. Encabezados por los estudiantes, se gesta un movimiento de rechazo a la desmedida represión policial, organizándose una Marcha del Silencio. Los principales incidentes se producen en la esquina de Corrientes y Córdoba. Allí se concentra la policía que -es oportuno señalar- sale con las armas descargadas. Desde las calles Santa Fe y Rioja avanzan las columnas de manifestantes.

Las fuerzas del orden, concentradas en dicha esquina, apelan a los gases lacrimógenos. La gente, desde los balcones, arroja todo tipo de proyectiles, además de gran cantidad de papeles a los que previamente les ha prendido fuego, su efecto contribuye a paliar el de los gases. La policía se retira y la esquina queda en poder de los manifestantes. La represión ha consistido, además de los gases, en arrojar agua con camiones hidrantes que en un principio estaba coloreada de rojo. Luego se comenzó a lanzar simplemente agua, y por fin se agotaron las reservas.

Como consecuencia de la gravedad de los acontecimientos, Rosario es declarada zona de emergencia. El 23 de mayo se realiza un paro general de actividades que es acatado por los sectores y logra repercusión nacional. El 29 de mayo, el ya anónimo poder de Onganía empieza su cuenta regresiva en Córdoba: obreros en huelga, estudiantes en conflicto y activistas profesionales de izquierda convierten la capital en un pandemónium. Hay francotiradores, barricadas, incendios, choque entre militantes y fuerzas de seguridad, muertos, heridos. Nombre El Cordobazo. Un negro fantasma empieza a tener cara, cuerpo y armas: la guerrilla. En adelante, pocos seran los días de paz.

'Un hecho casi banal desencadenará los sucesos de setiembre en Rosario: la suspensión de un obrero ferroviario es suficiente excusa para que el día 8 se ponga en marcha una huelga en el sector de 72 horas. El 12 se declara un paro por tiempo indeterminado, que se extiende al resto del país. En Córdoba se ocupan fábricas y en Cipolletti -Río Negro- se producen levantamientos masivos.

"El día 16 ganan la calle columnas de trabajadores. Desde el local de La Fraternidad, en calle Crespo entre Salta y Jujuy, 7.000 ferroviarios se dirigen a la empresa fiderera Minetti y Cía. que está a dos cuadras de allí. También se movilizan los obreros textiles, del vidrio, de la construcción, de Luz y Fuerza, incorporándose las entidades a estas marchas cuyos integrantes intentan llegar a la CGT ubicada en Córdoba al 2000.

De inmediato sobreviene la represión, pero sólo se logra dispersar parcialmente a los manifestantes ya que la organización de autodefensa ha sido puesta en marcha: las barricadas se levantan rápidamente incendian colectivos y troles que se atreven a circular. Las fuerzas represivas controlan solamente algunas manzanas del centro. Con el corre de las horas las luchas se trasladan a los barrios los que, prácticamente, se constituyen en zonas liberadas.

"Por la extensión geográfica que abarca el estallido no existen cifras coincidentes sobre el número de participantes. Pero se estima que ente 150 mil y 250 mil rosarinos, en una ciudad que tiene 800 mil habitantes han protagonizado uno de los procesos más intensos de la lucha antidictatorial. Al cabo de dos días de intensas refriegas, los partes de prensa registran dos muertos, 25 heridos y centenares de detenidos. En. tre los daños materiales se contabilizan 11 troles y 15 colectivos calcinados.1

Notas:

1. Carlos Vallejos. A 30 años de la revuelta antiedi
torial en la ciudad Rosario. La Capital. 9. 10. 1999-




Fuente: Extraído del Libro “ El Rosario de Satanás” Tomo III. Editorial Fundación Ross. Año 2000.