Por Héctor N. Zinni
En Buenos Aires y también en Rosario se aprecia la mezcla de satín con el encaje, la arpillera con la seda, el plástico con el raso, que son algunos imperativos que hay que adoptar. Como también combinar una minifalda con un sombrero tipo Greta Garbo o un par de botas de vinyl con una remera donde campea el emblema del obelisco. Todo esto es el colmo de la elegancia, en el que se incluyen los colores que nunca han alcanzado una estridencia tan acentuada: el colorado combinado con el amarillo y el verde con el azul es una premisa ineludible para ser tachada de elegante.
. El 18 de octubre es miércoles y en el viejo estadio de Rosario Central, dos jóvenes ingresan al campo de juego cuando falta un minuto para finalizar el partido que los auriazules disputan con San Martín de Mendoza, por el Campeonato Nacional. Uno de ellos rechaza la pelota que lleva destino de red y que marcha irremediablemente a convertirse en el tercer gol de los visitantes. El protagonista de aquella insólita acción, Orlando Antonio Spip, conocido como El Turco, contará más tarde su hazaña:
'Antes no era la barra de Central, era la hinchada de Central. Eramos los que peleábamos solamente por los trapes (banderas). Habíamos hecho un boquete en el alambrado con el único propósito de entrar a la cancha para increpar al juez Bossolino por algunos fallos que nos parecieron desacertados. En eso Valencia, el jugador mendocino, que ya nos había hecho dos goles, le pasó la pelota por encima de la cabeza a Andrada, nuestro arquero, y cuando ya se concretaba el tanto entramos a la cancha El Alemán y yo.
Decididamente paré la pelota y salí jugando. Me la rebuscaba porque jugaba en la cuarta de Central y después lo haría para Social Lux en la liga Zona Norte. A todo esto Andrada y Pascuttini me gritaban que la dejara. No les hice caso. Me pregunto qué hincha de cualquier equipo no siente deseos de evitar un gol en contra.
-Lo volverías a hacer?.
- Ganas no me faltan, pero ahora es más difícil, tenés que escalar un alambrado y cruzar un foso. Y hay mayor número de policías.
- ¿ Te metieron preso?.
- No. Aprovechando la escasa policía, pues había uno en cada arco, tuve tiempo de volver a la tribuna.
- ¿Qué sensación te dejó el hecho?.
- Simplemente, la de haber querido salvar a mi equipo. Pero lo que hice no alcanzó porque faltaba muy poco tiempo y nos perdimos la oportunidad de empatar.
Lo cierto es que el Turco Spip, ingresado al campo de juego con El Alemán, paró la pelota con el pecho, salió jugando al mejor estilo Marzolin y se la entregó a Bautista. El árbitro, Aurelio Bossolino, marcó un Pique e lugar donde el hincha había tomado la pelota. Y así se escribió esta historia.
El hombre de quien más se ha hablado ha sido, sin duda, el boxeador Oscar Ringo Bonavena, y el libro más leído El medio pelo y la sociedad argentina, de Arturo Jauretche quien arriba a Rosario para hacer la presentación de rigor. Se lleva a cabo en la Librería Rosafé, ubicada en calle Santa Fe, al lado de la radio AM LT2. El negocio pertenece a Ricardo Bruera cuando ni soñaba que iba a ser ministro. Al hacerse la presentación hice un conteo: éramos seis, incluyendo al autor y al periodista Castellanos que hizo tomar la foto para La Capital.
Fuente: Extraído del Libro “ El Rosario de Satanás” Tomo III. Editorial Fundación Ross. Año 2000.