Era reelaborado con todo el grupo docente a principio de año para adaptarlo a la realidad y posibilidades del momento.
La estructura del plan es de fácil comprensión. Incluyó todas las ac-uvidades. las teóricas y las prácticas, las experiencias directas y las indirectas, los materiales y recursos audiovisuales, las excursiones y propuestas extracurriculares. Es la urdimbre a partir de la cual cada maestro con sus alumnos tejió su propio e inimitable quehacer.
En la elección de los contenidos se evidenció la prioridad de la experiencia directa, la reflexión y el análisis social; ejemplificaremos con un "clásico" de la curricula, el tema "Mi barrio". Olga propone para 3fi grado (4a actual por la supresión del 1° superior) desarrollarlo a partir de ia proposición "Ei hombre no puede Wvir solo". Paseos y entrevistas convergen en la necesidad que tiene cada persona de vivir en contacto con sus pares.
Desarrolló con los temas "La familia unida", "La escuela unida" y "El barrio unido" sugerentes propuestas: planos con los negocios del barrio, entrevistas para relevar las fuentes de trabajo, información sobre costos de mercaderías, sueldos, alquileres e impuestos, para asi obtener el perfil económico de Alberdi.
Con el mismo énfasis social planificó las propuestas para los otros grados: una exposición de pintura francesa visitada por los alumnos de 4Q grado sirvió para introducirlos en el estudio de Europa y las relaciones internacionales. La visita de la poetisa Gabriela Mistral no sólo trajo bellas palabras sino que motivó una charla ocasional sobre la construcción del canal de Panamá ya que un grupo de niños estaba estudiando los medios de comunicación y los intereses que mueven a los distintos gobiernos a impulsarlos y a otros contenerlos. Respetó la ciencia triunfante en este siglo, y preparó a los maestros para estimular y practicar la investigación y el desarrollo del pensamiento científico; posibilitó el perfeccionamiento de los maestros con predisposición para esta área poniéndolos al frente del laboratorio de ciencias para coordinar y asesorar a sus compañeros.
Analizando la documentación existente percibimos que Olga no adhirió a una linea pedagógica determinada. Estudió y conoció métodos y experiencias pero siempre las adaptó a su grupo escolar. El mecanismo para la enseñanza de la lecto escritura en el primer ciclo muestra su posición inteligente y heterodoxa: evaluaba con las maestras el resultado de distintos controles previos al inicio de clases, madurez (test ABC) y cociente individual que se integraba a una ficha de apreciación de la conducta emocional, salud física, conocimiento del hogar y medio circundante. A estos datos le adjuntaba las preferencias e inclinaciones por determinados juegos y trabajos manifestados por el alumno ingresante. Con tales elementos, pero sabiendo que el estudio previo aproxima pero nunca determina con exactitud el futuro rendimiento escolar, organizó grupos homogéneos cuyo funcionamiento descansaba en lo que cada niño podía aprender. Se utilizó la frase como punto de partida para leer y escribir en los grupos de buen desarrollo físico y madurez mental y para los otros el método de palabra generadora. Estos grupos no eran estáticos, se reagrupaban para las otras clases, especialmente para los juegos verbales, música, plástica y artesanía. En todo el primer ciclo era respetado el apotegma de que la lectura deriva del lenguaje verbal y que no se aprende a leer si no se sabe hablar, ni a escribir si no se puede dibujar.
Aún en nuestros dias es frecuente escuchar comentarios que la escuela activa, creadora y libre no alcanza calidad en la enseñanza de las ciencias exactas. Nada de esto es cierto, la Escuela Serena es uno de los ejemplos que podemos señalar.
Toda situación social estudiada por los alumnos lo era también en Matemática: mediciones, compraventa, longitudes, tiempo, eran datos que servían para los enunciados de los problemas escritos y orales. En forma sistemática -en sus reuniones de personal y en el asesoramiento individual- Olga fundamentaba con los estudios psicológicos de los profesionales e investigadores del momento la necesidad de conocer y respetar las particularidades del desarrollo del pensamiento de cada niño. El alumno podía recurrir a diagramas, dibujos y/o elementos para llegar a la respuesta del problema planteado según sus necesidades. Recomendaba especialmente el ejercicio de cálculos orales basados en situaciones cotidianas. En forma práctica y utilizando el juego motivador ejercitaban la memoria, se introducían en el uso del léxico especifico y arribaban a la exactitud de las definiciones.
Todo lo manifestado anteriormente con respecto al plan de trabajo quedaba supeditado a la buena salud física y psíquica del niño. Los maestros tenían claras consignas de estar alertas ante los síntomas de enfermedad o problemas afectivos o emocionales y comunicarlos en forma inmediata a la dirección. Olga se responsabilizó de anteponer la salud a cualquier otra experiencia de aprendizaje.
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario Historias de aquí a la vuelta.
Fascículo Nº 19. Autora. Amanda Paccotti de marzo 1992