El maestro de la Escuela Serena registraba su tarea en el diario de clase. Día a día su tarea se reflejó en esas notas escritas con el calor del comentario del niño, con el suceso espontáneo, con la risa y el pensamiento del momento; son crónicas comprometidas, que dejan al descubierto la personalidad del maestro y su capacidad pedagógica. Olga seguía la marcha del aprendizaje en forma fluida y coloquial: es frecuente encontrar en los diarios recomendaciones y estlmu -los escritos en el margen o intercalados en el texto. De la misma manera se evaluaban los conocimientos.en cuadernos comunes quedaron las constancias de los temas elegidos, el porcentaje de aciertos, el nombre de los chicos con bajo rendimiento e inmediatamente el informe del docente quien con palabras sencillas autoevalúa su enseñanza y propone nuevos enfoques o decide retrabajar los temas que asi lo requieran.
Cada maestro ordenaba su material de la forma que se adaptaba mejor a su capacidad y gusto. Documentación ágil, medulosa en su contenido y simple en apariencia.
Fuente: Extraído de la
Revista “ Rosario Historias de aquí a la vuelta. Fascículo Nº
19. Autora. Amanda Paccotti de marzo 1992