Los partidos entre
Central y Boca estuvieron muchas veces cargados de tensiones, desde
el comienzo mismo del enfrentamiento entre dos de las más populares
divisas del fútbol nacional. En 1941, cuando Central vislumbraba la
inminencia del descenso, vino el equipo boquense a Rosario, con
Estrada, Valussi, Lazatti, Valsecchi y el "pibe" Carlos
Sosa.
De entrada hizo un
gol Ríos, centrehalf auriazul. Faltaban veinte minutos para terminar
el encuentro y Boca apretaba contra el arco de Ferraris en busca del
empate. En una escapada centralista, Rubén Bravo logró el segundo
tanto pero el árbitro —el inefable J. J. Alvarez— lo anuló sin
que nadie supiera por qué. Ardió Troya. Los espectadores invadieron
el campo de juego y como J. J. Alvarez desapareció prontamente por
el túnel, el público agredió a algunos jugadores de Boca. El
encuentro se suspendió y la AFA lo hizo terminar quince días
después, en cancha de San Lorenzo, jugándose dos tiempos de diez
minutos. En ese breve encuentro, el 'Torito" Aguirre consolidó
la victoria centralista ante Boca, que sufrió otro contratiempo:
Luis Carniglia chocó (?) contra el fuerte zaguero auriazul Rodolfo
De Zorzi, sufriendo la fractura de su pierna derecha.
Extraído
de la Colección de Rosario Central de Andrés Bossi