Fueron 17 los
equipos que integraron el lote de aspirantes al ascenso en ese
torneo. A Central le tocó quedar libre en la primera fecha por lo
que recién comenzó su actuación —el 11 de abril, ocasión en que
enfrentó a Excursionistas. Un rival aparentemente sin mayores
pretensiones pero que demostró, con el correr de las fechas, la
inutilidad de los pronósticos temerarios en materia de resultados
deportivos: Excursionistas, fue -finalmente subcampeón, siendo a la
postre el -más serio rival en las aspiraciones centralistas hacia el
título. En principio, se pensaba que elencos con mayores y más
fundadas pretensiones al título debían buscarse entre un lote de
clubes con historia, tales como Vélez Sársfield, Quilmes,
Argentinos Júniors, Unión de Santa Fe, Talleres o Témperley. Sin
embargo, fue Excursionistas un primer escollo difícil y le costó
mucho a Central empatar (1 a 1) un partido que iba perdiendo y que
recién pudo emparejar en el marcador casi sobre el final, con un gol
de Juan Carlos Heredia, el primer jugador auriazul que logró un
tanto en la "B".
A partir de allí
el equipo de Arroyito enhebra una serie de tres triunfos consecutivos
(8 a 2 a Sportivo Acassuso y 3 a 2 a Vélez, ambos en Arroyito, y 2 a
O a Sportivo Alsina, en - Buenos Aires), peleando la punta de la
tabla con Argentinos Juniors. Justamente la sexta fecha llevó a los
auriazules hasta el barrio de La Paternal, cayendo por primera vez en
el torneo en esa jornada del 16 de mayo, por dos tantos contra cero.
Formó Central aquel día con Juan A. Martínez; Pedro Perucca y De
Zor-
zi; Casalini,
Nicéforo Fernández y Fogel; Heredia, De Cicco, José A Martínez,
Aguirre y Vidal. La derrota de Central lo llevó a la segunda
posición en la tabla, a un punto de su vencedor aunque con un
partido menos jugado. En las dos semanas que siguen los aun-azules le
ganan a Quilmes 4 a 1 y a Talleres 2 a 1 para lograr siete días
después (el 7 de junio) una goleada histórica: 12 a 1 a Nueva
Chicago, en el estadio de Arroyito. El abultado marcador no fue la
única particularidad de aquel partido, ya luego la misma le permitió
al "Torito" Aguirre marcar nada menos que seis goles. La
hazaña, como veremos más adelante la repitió ante Dock Sur.
Para la fecha
siguiente —cuando todavía duraba la euforia de semejante empacho
de goles— el calendario le marcaba a Central un siempre riesgoso
viaje hacia la capital de la provincia, para enfrentar a Unión. El
partido, como casi todos los que jugaba Unión como local, se
programó para el domingo. El día anterior Argentinos Júniors
—puntero hasta allí— había perdido con Vélez. La reciente
actuación centralista y esta derrota del líder motivó aún más a
los aficionados centralistas que produjeron un hecho singular, que
sólo reconocía antecedentes con los mismos protagonistas: una
verdadera muchedumbre se trasladó a Santa Fe en todos los medios
posibles. La empresa ferroviaria reforzó convenientemente los
servicios habituales y, no siendo la medida suficiente, hubo que
habilitar un convoy especial para responder a la demanda. Fue una
fiesta completa para los centralistas porque a la hora de retribuir
semejante sacrificio a tan grande cantidad de aficionados, los
jugadores supieron cumplir: 5 a O ganó Central en Santa Fe, con 3
goles de Vida], uno de Aguirre y otro de De Cicco. Allí el equipo
que dirigía técnicamente Enrique Palomini y que ya tenía como
masajista al legendario Cisneros, tomó la punta y no la abandonó
jamás.
Extraído
de la Colección de Rosario Central de Andrés Bossi