Para poder abordar
este tema, voy a remitirme al siguiente artículo publicado por la REVISTA DE
HISTORIA DE ROSARIO, AÑO XVII Nº 31 de 1979 escrito por Alberto Montes
Hacía años que la Compañía General
de Tranvías Eléctricos de Rosario jugaba con el cuento de la ampliación de sus
líneas si era autorizada a aumentar sus tarifas, ampliación que en el mejor de
los casos se redujo a cortas extensiones. La Municipalidad trató
varias veces de implantar una nueva red, los proyectos menudearon desde 1911
hasta 1926 con suerte variada pero sin concretarse ninguno por las trabas de la
empresa concesionaria. La aparición del ómnibus en las calles de Rosario
terminó con ese juego.
La población de
Rosario, que en 1905 era de 131.412 habitantes, en 1926 pasó a 348.261 casi
triplicándose, en tanto la
Compañía de Tranvía en sus estimaciones había calculado para
ese año una población de 276.825, sin aumentar en la misma proporción la
cantidad de coches ni el volúmen de las inversiones, generándose una crisis en
el transporte de pasajeros.
La aparición del
ómnibus en Rosario
El transporte
urbano de pasajeros mediante ómnibus automotores comenzó con una tentativa que
se concretó en 1911 realizando ocho viajes diarios entre el centro de la ciudad
y el recientemente creado Barrio Godoy, servicio cuya existencia fué efímera.
Partía de la plaza 25 de Mayo continuando por calle Córdoba, Bv.Oroño, 9 de
Julio, calle Plata (hoy Ovido Lagos) y las avenidas Godoy (hoy Pte.Perón),
Provincias Unidas y Central (actual Rivarola), pasando por el Cementerio La Piedad.
Omnibus de la Empresa La Rosa (1923) Archivo W.C.Mikielievich
La aparición de
los Ómnibus en la ciudad de Buenos Aires, de incierta perspectiva para el
futuro de los servicios tranviarios de Rosario, pronto transformase en una
positiva realidad.
El 4 de Octubre
de 1923, el Intendente Municipal autorizó por decreto a Felipe Cassanetti y
Gabriel Milán la circulación de un ómnibus marca Ford, destinado a conducir
pasajeros ente los cementerios El Salvador y La Piedad, considerando que su
implantación daría al Municipio "un servicio insistentemente sentido y
reclamado por la ampliación de la ciudad", rápido y económico.
Al finalizar
aquel mismo mes el Concejo Deliberante acordó permiso precario a los empresarios
Nieto y Chiozza para que circulen dos ómnibus entre el Barrio de Arroyito y el
Cementerio La Piedad
La primera
ordenanza reglamentaria
En Noviembre de
1923 se sanciona la
Ordenanza Nº 27, primera en reglamentar estos servicios pero
las empresas no mostraron disposición a su acatamiento y por tanto la Intendencia dictó un
decreto conminatorio.
En 1924 se
sanciona la Ordenanza Nº
9 beneficiando a los empresarios con la reducción del 7% al 4% de las entradas
brutas, conociéndose de allí la cantidad de ómnibus que operaban el servicio.
Desarrollo
explosivo del servicio
En Abril de 1924
once empresarios con 17 coches explotaban el servicio. A fines de 1925 existían
patentados 35 ómnibus y en la
Memoria de la Intendencia Municipal
correspondiente a 1926 (pág. 27) se califica de "explosivo" el
aumento de este servicio.
Se ilustra con el
siguiente cuadro con el número de ómnibus patentados entre 1924 y 1931
EL brusco aumento
registrado entre 1925 y 1926, fue favorecido por la introducción de chasis de conocidas
marcas norteamericanas y su venta a largos planos, los que eran carrozados en
tres importantes talleres locales, como así también la aceptación por parte del
público por ser un servicio más veloz y con recorridos que excedían al de los
tranvías.
Vista de la estación Sunchales del FF.CC. (hoy Rosario Norte) a fines de la década del 20
En cuanto al
incremento desde 1928 resulta del patentamiento de ómnibus interurbanos con
administración en Rosario, los que comenzaron sus actividades sobre caminos sin
pavimentos para servir los pueblos de Paganini (hoy. Granadero Baigorria),
Pueblo Nuevo, Villa Gdor.Galvez, Acebal, San Lorenzo y Arroyo Seco luego
extendidos ya con patente provincial a otras localidades.
La eclosión del
transporte por ómnibus espontánea y libremente producida, trajo como
consecuencia dejar marginados ciertos sectores urbanos en tanto que sobre otros
se superponían las líneas, a raíz de la falta de un ordenamiento racional.
Con la aplicación
del régimen reglamentario, los óminibus del servicio urbano se distribuyeron en
muy diversos recorridos. Según información extraída del Archivo Mikielievich en
julio de 1932 circulaban 209 ómnibus distribuidos en 17 líneas de la siguiente
manera: