Ya dijimos que mientras la selección jugaba una serie de partidos internacionales se suspendió el Metropolitano durante cuarenta días, Central, enormemente prestigiado por su primera actuación en la Copa Libertadores, importante oferta presentarse en varios países de América, Ya el club frente a erogaciones elevadas como consecuencia de la revalorización de su plantel de jugadores. Se aceptó el ofrecimiento, debutando el 21 de julio en Lima donde fue recibido enorme cariño que Central había ganado en su actuación por la Copa. Un combinado de los equipos de Alianza y Deportivo Municipal, lo derrotó por 3 a 2, anotando los tantos canallas Gramajo y Bustos. Fue el único encuentro perdido. De ahí en más le ganó al Deportivo Municipal de Guatemala por 3 a 1 ( Bóveda-2- y Poy) por idético marcador al Moyagua de Tegucigalpa ( Honduras) ( con goles de Fogel y Bóveda —2—); por 3 a 2 al Universidad de El Salvador (dos de Gramajo y uno de Gómez) y empató los otros tres restantes (cero a cero con Comunicaciones de Guatemala; uno a uno con el Cruz Azul de México —gol de Gramajo—; y también uno a uno el Laguna de México —gol de Pascutini—).
En consecuencia, en la antesala del Campeonato Nacional de 1971 -—que sería mi- tad azul y mitad amarillo— las cosas mejoraron en Central. Finalmente, el Metro lo encontró con 34 puntos, en mitad de la tabla. Pero había otro espíritu, otra mentalidad, con la que muy pronto se identificó la hinchada centralista. Y aquel Nacional, que se inició el 5 de octubre, fue una fiesta. Desde ese mismo día, los canallas iniciaron un verdadero jolgorio que alcanzó su cumbre en la noche del 22 de diciembre, en el Parque Independencia. Ante el delirio de la mayoría —y la envidia de unos pocos— esa noche el “Pato” Colman le daba con un golazo elaborado sabiamente por Poy el primer título de campeón a Rosario Central. La fiesta, acto a acto, partido a partido, fue más o menos así.
Fuente: Extraído de la colección Andrés Bossio