Por Nicolás E. De Vita
El 17 de diciembre de 1944, el club realiza un gran festival en su aérodromo de Fisherton.
Varios eran los motivos que habían concurrido para que la idea de la fiesta de finalización de actividades del año se fuera afianzandó en el ánimo de los pilotos del Club. La terminación del décimo curso de pilotaje imponía una ceremonia; la entrega de sus diplomas a los pilotos del curso de vuelo o instrumental por la significación que había alcanzado dentro de la aviación deportiva argentina provocaba análoga situación. También restaba distribuir las medallas recordatorias del vuelo interprovincial en escuadrilla a la que antes nos hemos referido. Pero, sobre todas estas cosas, existía un motivo sentimental: Los aviadores de Fisherton querían demostrar sus habilidades al comando de un avión, hacer justicia al hombre que había hecho posible muchos de los éxitos de la institución, al camarada que con su maestría y carácter había sabido conquistar en cada uno de los socios del club un admirador y un amigo, como lo era el instructor de vuelo Don Roberto Iglesias.
En esa ocasión, el prógrama preparado se desarrolló así:Luego de entonarse el himno nacional, el Presidente de la Institución, D. Luis Razzetti, con sus palabras de bienvenida agradeció la presencia de las autoridades aeronáuticas y las delegaciones que se adhirieron a la fiesta. Seguidamente el Director de la Aeronáutica Civil entregó sus brevets a los nuevos pilotos graduados en el. 100 curso, Sres. Eduardo Sá Pereira, Dr. Ermete Achilli, Dr. Gino Nicolini, Manlio Achilii, Tomás Costello, e Ingeniero Ricardo Pujals, quiénes recibieron sus insignias de manos del Sr. Emilio Romero, segundo Jefe de la División inspección de Vuelo. Seguidamente el Capitán D. Estanislao Piccioni hizo entrega de los diplonas a los pilotos que completaron el primer curso regular de vuelo a instrumental, Sres. Oscar Roldán, Roberto Arguello, Alberto Perret, José Carasa, Carlos Pedemonte, y Alejo Rodríguez. Luego se procedió a la entrega de las medallas recordatorias del vuelo de la escuadrilla interprovincial; y, a continuación, hubo una carrera con ventaja entre 4 Pipers y un Focke Wulf, realizada en circuito cerrado; se alternaron números de aeromodelismo, de planeadores, y de caza de globos que estuvieron a cargo, respectivamente, de socios del Club de Aeromodelismo Tomás Piccasso, del Club de Planeadores Rosario, y del piloto Roberto Paoloni, se presento un avion de diseño y construcción nacional de la serie "DL—DL" destacado en representación del Instituto Aerotécnico de Córdoba, que hizo una demostración de vuelo, seguida con mucho interés por el público por ser la primera vez que dicho avión era mostrado en Rosario. Llegó después el turno del número de mayor emoción: El vuelo atado de 3 aviones unidos por sogas en las que se habían colocado gallardetes argentinos. Los aparatos levantaron vuelo, evolucionaron con corrección y descendieron, sin perder, en un solo momento, las distancias entre sí, los que por su cercanía parecian tocarse. Esta pueba estuvo a cargo -de los pilótos Roberto Arguello, Roberto Paoloni y José G. Roldan.
Los actos en el aeródromo terminaron con el vuelo de escuadrilla con variantes en la posición de los aviones que ocuparon la situación en línea, fila india, y escalonados a derecha e izquierda; y con una prueba de aterrizaje de precisión (con hélice calada) en la que participaron los pilotos Ermete Achilli, Eduardo Sá Pereira, y Juan Solá. Los dos primeros defendiendo los prestigios de los alumnos del último curso frente a la maestría del tercero, uno de los fundadores de la aviación rosarina.
Esta inolvidable fiesta concluyó con una cena que la comisión organizadora hizo en las instalaciones del Country Club del Jockey Club de Rosario, en honor de las autoridades, delegaciones, periodistas y participantes del festival.
Fuente: Publicado en el Libro “Acercamiento a la Historia del Aero Club de Rosario”. Ensayo Nicolás E. de Vita. “impreso en Impresiones Modulo S.R.L.”