Señalado por Bernardo Hous como "un maestro en su disciplina a la lucha contra la lepra, sea desde el campo de la investigación como desde la atención diaria de los enfermos en el viejo Hospital Carrasco
Durante una visita: a uno de los foco." naba la enferme! mal que
se había dedicad* rante gran parte de su vida del cuadro lo decidió a pe a
Rosario, donde murió el de 1966. La vida del doctor Fernández (nacido en
Tucumán estuvo dedicada con total entrega en que se recibe de doctor la Universidad Nacional
de Litoral combatir la lepra, el llamado
ir a trabajar por su curación.
Especializado en dermatología, trabajó en el Hospital Carrasco en las salas de lepra de mujeres
entre 1929 y 1939, para década más al frente de la Jefatura del Servicios de
Leprología. Su director, Hernán Kruse recordaría:
"Trabajar en el arcaico y deteriorado Hospital Carrasco de aquella época y verlo actuar
desde temprano en su sala al lado de esos enfermos con todas las lesiones y
secuelas que presentaban era conmovedor, en una misión para él tan natural que
no todos hubiéramos estado dispuestos a afrontar como él lo hizo…”
Su presencia era
requerida congresos referidos a la lepra. En 1934 recorrió EEUU, Filipinas,
Japón, India y Brasil estudiando la enfermedad. A su regreso retorno su tarea
hospitalaria diaria e ingresó al cuerpo profesores de la Facultad de Medicina.
Su sensibilidad social lo llevó
a emprender una larga lucha contra la prostitución, por entonces reglamentada.
El infame comercio que implicaba y los peligros de las enfermedades venéreas fueron denunciados por Fernández, hasta obtener la anulación de la ordenanza municipal
que autorizaba los prostíbulos.
En 1947 publica uno de sus tratados
fundamentales, "La infección leprosa de los niños” uno de los más de 150 trabajos que dedicara al
análisis e investigación de la lepra, con la misma sapiencia que desarrollaba a miles de kilómetros de distancia otro médico
notable : el japonés Mitsuda. La llamada "reacción de Mitsuda”, con la que trabajó con enfermos y convivientes de
mal, le permitió determinar que el
antígeno de la misma producía una reacción a la que denominó "reacción
precoz", la que se conoce acción de Mitsuda-Fernández", que
representa un enorme valor en leprología.
En 1952 fue convocado por la Universidad de Harvard
para investigar durante un año y en 1956 se lo designó rector de la
UNL. No fue único reconocimiento: la presidencia de la Internacional a
academias nacionales y extranjeras jalonaron su trayectoria.
Su obra enorgullece a Rosario.
Lució tanto en los eventos científicos más relevantes como en las modestas
salas de lepra del Carrasco o las del Sifilicomio Municipal, luchando contra
males igualmente terribles
Fuente: Extraído de la Revista del diario “La Capital 140 aniversario” año 2007