Para llegar al campeonato de 1928
Central tuvo que pasar el escollo tan reiterado como difícil que representaba
Newell's Oíd Boys, con quien llegaron igualadas al término del torneo. Central
había ganado 5 a
0 el primer partido y perdido 2
a 0 la revancha. El "bueno" se jugó en cancha
de Newell's con tanto público que se recaudaron $ 4.020,38. Los rojinegros
fueron esa tarde un aluvión. Una y otra vez la valla centralista estuvo a punte
de caer. Hasta que en un avance aislado cometieron una taita contra el equipo
auriazul. El tiro libre lo tomó a su cargo José Podestá, con tanta potencia y
precisión que se convirtió en gol. Fue el único del partido, el que le dio el
campeonato a Central. Desde ese mismo momento, "el botín de Podestá"
quedó convertido en leyenda. Es que apenas finalizado el encuentro le fue
literalmente arrancado a Podestá de su pie derecho. Como un verdadero trofeo de
guerra, pero tratado con un cariño que más lo asemejaba a una imagen religiosa,
el "botín de Podestá" fue paseado en bullanguera procesión por las
calles de la ciudad. El festejo tumultuoso, simpático y fervoroso, se
transformó en re yerta cuando los triunfadores acertaron a pasar frente al café
del "alemán" Celli. La barra rionegra, menos numerosa oero igual de
fervorosa y leal a su divisa, no pudo quedar callada ante la provocación
"canalla". Es pocos instantes, hubo en la calle una batalla. Alguien
—¡vaya a saberse quién!— se escabulló de la misma con el trofeo conquistado
horas antes. Y no hace mucho tiempo atrás, »n una exposición deportiva
celebrada en una galería céntrica de la ciudad, pudimos apreciar aquel famoso
"botín de Podestá", que fue un ingrediente más para ahondar las diferencias
entre "leprosos" y canallas
Fuente: Bibliografía de Historia de
Rosario Central de autor Andrés Bossio---