Por Miguel Ángel De Marco
El 20 de junio de 1957, el presidente Aramburu inauguró el Monumento Nacional a la Bandera, dando cima a un viejo anhelo de los rosarinos que se remontaba a 1872, cuando se levantó una pirámide en la isla, en el sitio en que estuvo emplazada la batería Independencia.
No obstante que en 1898 se había puesto la piedra fundamental de un nuevo monumento, esta vez ubicado en el lugar en que antiguos vecinos afirmaban que el general Belgrano había hecho tremolar por primera vez la enseña patria, y después, en 1909, se había contratado a la célebre Lola Mora con el finde inaugurar la obra en el año del Centenario, 1910, sucesivas postergaciones hicieron que los grupos escultóricos fuesen ubicados en distintos paseos de la ciudad, hasta el presente, en que se encuentran todos juntos en el denominado Patio de la Madera.
El 29 de marzo, retomando la iniciativa, constituyóse una comisión con el auspicio del intendente doctor Miguel Culaciatti. Poco después, el organismo fue nacionalizado, y se dictó una ley autorizando gastos por un millón de pesos. Al mismo tiempo se inició una gran colecta popular que abarcó todo el país y continuó hasta 1943.
El concurso de anteproyectos dio el premio al arquitecto Angel Guido, quien concibió la obra de majestuosas características que encarna el homenaje de la patria a su emblema máximo. El monumento fue pensado sobre la base de una vasta simbología que patentiza valores patrióticos y expresiones telúricas. Posee un propileo donde arde la llama votiva bajo la cual descansan los restos del Soldado desconocido de la Independencia, una Galería de Honor de las Banderas de América, una alta torre y un Patio Cívico, que ha sido escenario de grandes actos evocativos de la memoria del creador de la enseña y de homenaje a figuras y pabellones del Continente. En el aniversario de cada país es honrada la respectiva bandera ante la urna de cristal que contiene el símbolo con la transcripción del himno y la exposición de la flor nacional. Ese día también flamea en el puesto de privilegio entre los mástiles, junto a la bandera argentina.
Fuente: Extraído del Libro “ Rosario desde sus orígenes hasta nuestros días. 2º Ed Síntesis histórica 2 º Edición. Liberia Apis. Año 1994