Nació en Rosario el 6 de diciembre de 1868. Cursó sus estudios en el Colegio Nacional N21. Al finalizar estos partió hacia Buenos Aires donde optó por el Derecho. A los 20 años se recibió de abogado, planteando su tesis doctoral sobre la problemática del régimen municipal.
Desde muy joven empieza aparticipar en la actividad política, encontrando un espacio de discusión y práctica en el marco de la Unión Cívica. De la Torre se sumó muy pronto a esta naciente fuerza, liderada por Leandro Alem y Aristóbulo del Valle, en la que también se iniciaron políticamente Yrigoyen y Juan B. Justo. La frustrada revolución del Parque lo contó al abogado rosarino entre sus filas. Años más tarde, el 30 de Julio de 1893, un movimiento revolucionario de similares características se llevó a cabo en Rosario y de la Torre fue uno de sus jefes de milicias. Se logró tomar la ciudad como paso previo a la caída del poder provincial. Si bien el gobierno santafesino de hecho fue tomado el 1 de agosto, la Unión Cívica no permaneció más de 20 días en Santa Fe. Pronto se vieron en la obligación de renunciar el gobernador, Mariano Candioti, y Los miembros de su gabinete, entre los que estaba de la Torre como ministro de Justicia. En setiembre de ese año la "causa" nuevamente intentó arremeter contra las autoridades, particularmente en Tucumán, Corrientes y Catamarca. Lisandro cumplió con las funciones de enlace entre los revolucionarios, interviniendo el telégrafo. Pero su esfuerzo y el de los milicianos fue en vano porque prontamente fue abortado desde Buenos Aires.
EL último lustro del siglo significó para de la Torre una etapa de cambios. En 1895 fue nombrado en Buenos Aires director de 'El Nacional", el combativo diario de Aristóbulo del Valle. Pero un año más tarde, la muerte de Alem y la de del Valle, dejaron en virtual acefalía el partido, agudizándose en su interior los enfrentamientos. Un pacto entre radicales y mitristas consolidó una alianza que, para algunos, como Yrigoyen, no era más que un acuerdo con el "régimen”. De la Torre, que defendía esta nueva "política paralela' encaró entonces una personalizada lucha con quien más tarde sería el primer presidente radical. Las encendidas diatribas los llevaron a enfrentar sus espadas en San Fernando, el 6 de setiembre de 1897, en un breve duelo. Dos días antes de la Torre había presentado su renuncia a la Convención Nacional de la U.C.R. En 1898 retomó el periodismo,fundando y dirigiendo en su ciudad 'La Republica", diario que venía a "asumir en la prensa de Rosario la representación del partido Radical de la provincia”.Un año después emprende dos viajes al exterior: Europa y Estados Unidos. A su regreso fue elegido presidente de la Sociedad Rural de Rosario. Tiempo después intenta canalizar sus preocupaciones políticas a través de un nuevo partido: la Liga del Sur. Creada en 1908, le permite después de algunas experiencias fallidas, ocupar una banca como diputado en el Congreso Nacional en 1912. Tres años después, y con la mira puesta en el recambio presidencial, la Liga se subsume en un nuevo espacio político, el partido Demócrata Progresista, que lo lleva como candidato frente a la fórmula radical que triunfa.
Desde la oposición Lisandro intentó favorecer el desarrollo del PDP en la provincia, estimulando el proyecto de reforma constitucional de 1921, fuertemente bloqueado por resistencias políticas y sociales. En 1922 acepta la candidatura como diputado nacional, motivo por el que ese año regresa al Congreso manteniéndose en esa función hasta 1925 en que se retira a Pinas.
La década del treinta le implica enfrentarse a su antiguo correligionario y amigo, José F. Uriburu, a quien rechaza la invitación de formar parte del gobierno instaurado por el golpe del 6 de setiembre. Acelera sus vinculaciones con el socialismo y acepta presentarse con Nicolás Repetto como compañero de fórmula en las elecciones de 1931. Al acceder a la presidencia el general Agustín P. Justo y no obstante estar convencido de los límites estrechos dentro de los cuales podía desarrollarse la acción parlamentaria, acepta llevar adelante desde el Senado, al que había accedido en 1932, una práctica política que ponga en descubierto los alcances del proyecto conservador. Su actitud de crítica y denuncia no omitió ningún eje de discusión. Agobiado, aislado, fuertemente afectado por el asesinato de Bordabehere -en un atentado que lo tenía como destinatario- renuncia a su banca en enero de 1937. Desde entonces resultan muy escasas sus apariciones públicas, ocupando la tribuna sólo como conferencista. Es justamente en ese período, particularmente en 1937, donde a partir de sus conferencias en el Colegio Libre de Estudios Superiores polemiza con cierto sector de la Iglesia, especialmente con Monseñor Franceschi.
El 5 de enero de 1939, en la soledad de su departamento de Esmeralda 22, se quita la vida.
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario, Historias de aquí a la vuelta”.
Fascículo N.º 7. Autora: Marta Bonaudo. De noviembre 1999.-