Por
Eduardo Sánchez
Un personaje casi desconocido hoy día, pero que trae muchos recuerdos para los que pintan canas. Hay mucha información sobre su trayectoria en Buenos Aires y en Estados Unidos, pero no he encontrado datos acerca de los primeros pasos de Anto-nino en el cachascan en Rosario, de allí el título de "Historia no contada". Antonino Pío Biasetton era el verdadero nombre de quien era llamado Antonio "Tony" Beasetton, en los anuncios de las populares luchas de catch de Rosario de los años 40. Nacido en Treviso, Italia, en 1921, se había embarcado a Rosario a los 16 años para juntarse con sus hermanos mayores ya radicados en la ciudad, y comenzó a trabajar con uno de ellos que era distribuidor de carnes del Frigorífico Swift.
Antonino muy joven, pero con una fuerza fuera de lo común, cargaba las medias reses sobre su espalda con una facilidad que llamaba la atención. El detalle fue observado por una persona de apellido Midletton, dueño de una estación de servicio en Córdoba y bulevar Oroño, quien le propuso integrarse al equipo de rugby del Club Atlético del Rosario (Plaza Jewell). Midletton, también jugador de la institución, creyó que el forzudo joven le aportaría mucho al equipo.
Algunos de los datos antedichos y varios de los que siguen, fueron aportados en una entrevista a Alberto Gollán, importante empresario de nuestra ciudad fallecido no hace mucho, y que fuera rugbier y compañero de Antonino en Plaza Jewell. Fue justamente Gollán quien lo recibió en la puerta del club cuando Antonino con su pequeña valijita de cartón duro (como se usaba en la época), llegó al club para su primera práctica. Comentaba don Alberto el contraste entre el físico exuberante de aquel muchacho, y la diminuta valijita donde transportaba su equipo deportivo.
En la nómina de integrantes de los equipos de Plaza con mayoría de apellidos ingleses, en abril de 1938 comenzó a aparecer el nombre Biasetton, que formaría parte del equipo hasta comienzos de 1941. Por su tremenda fortaleza era uno de los jugadores que realizaba el empuje principal; comentaba Gollán, que su posición en el serum era justamente detrás de Antonino, y lo fácil que se le hacía el avance con un tractor humano como Biasetton adelante. De excelente condición atlética, tenía la poco usual cualidad de rebotar en el suelo con el estómago.
Sus compañeros lo recordaban como un muchacho simple, de buen carácter, y excelente como persona. Disfrutaba con el rugby, pero al extraordinario atleta, el destino lo había marcado con otro futuro más promisorio.
Antonino
Roca el luchador
Desde fines de 1940 y primeros días de 1941, como anticipo del comienzo de la temporada de catch, los diarios de la ciudad hacían referencia a un rosarino que tomaría parte de las luchas, donde intervenían campeones mundiales de varios países. El nombre y la fotografía de Antonino comenzaron a hacerse públicas aún antes de su debut. Como hipótesis personal, estimo que posiblemente fue Juan Humberto Natale, un importante entrenador y promotor de boxeo, que interesó a Antonino (con antecedentes familiares en la práctica de ese deporte) para ingresar al catch.
Fundamento tal suposición, porque en algunas fotografías tempranas, se lo ve a Biasetton rodeado de boxeadores, comentándose que habían sido tomadas en un entrenamiento bajo la dirección de Natale.
Seguramente a posteriori, el entrenador con más experiencia en el boxeo, hizo un paso al costado y su lugar lo tomó Karol Nowina, campeón polaco de lucha, y una de las figuras más importantes del campeonato de catch de Rosario y Buenos Aires. Antonino, que luego se convirtiera en un icono mundial del catch, y triunfara nada menos que en el Madison Square Garden de Nueva York, realizó su primera lucha de catch ante público el sábado Io de febrero de 1941, en el ring del conocido en aquel tiempo como Estadio N° 2 de Rosario Central, ubicado en Ovidio Lagos y San Lorenzo de Rosario. Le fue estupendo en aquel combate, porque ganó fácilmente a los 5 minutos de lucha enfrentando al porteño Abie Coleman, y comenzó de esta manera una carrera, que difícil pensar en ese momento, llegaría a convertirlo en uno de los grandes ídolos mundiales de ese deporte.
Aquel primer triunfo de Antonino, despertó gran interés en los aficionados locales, por lo que los organizadores no tuvieron más opción que programarlo para las jornadas siguientes, pero cada vez ante luchadores más experimentados, que lo obligaban a superarse utilizando no solo su fuerza, sino los conceptos técnicos que iba asimilando.
El éxito, las simpatías, y apoyo de los espectadores hicieron que a partir de entonces, Antonino se dedicara full time al catch, y a un riguroso entrenamiento. Entre 15 luchadores de prestigio que se presentaron en Rosario, Antonino figuraba en un envidiable 5o puesto en la tabla de posiciones; todo un logro.
El esfuerzo era duro porque los sábados (luego se agregaron los viernes) era día de lucha en Rosario, y durante la semana Tony viajaba al Luna Park de Buenos Aires, para entrenarse bajo la supervisión directa del polaco Karol Nowina. Allí conseguía su mejor estado atlético, e iba aprendiendo los secretos del catch a un ritmo vertiginoso. Rosario no disponía en aquel tiempo de estadios cerrados, debido a lo cual, pasados mediados de marzo comenzaba el frío, y el catch ya no era posible practicarlo en espacios al aire libre como el de Rosario Central, por lo cual debía esperarse hasta la época estival. El llamado rosarino (aunque no lo era) había progresado de tal forma, que causó sensación en el torneo internacional del Luna Park, siendo uno de los que encabezan la tabla de posiciones, habiendo sido vencido solamente por el rudo Vanka "Hombre Montaña" Zelezniak.
A partir de la reanudación de temporada en Rosario, en noviembre de 1941, Antonino comenzó a aparecer como Roca, apellido que lo acompañaría toda la vida.
Algunos catcher que formaban el elenco eran Nowina, Hombre Montaña, Ulzemer, Olaguivel, los ásperos y antideportivos Kaplan y el "gordo" Hanley, el Gigante de Memel, el brasilero Tatú, Baronti, Nick Olson, Joe Corbett, Tino "Obelisco" Beto. En una lucha memorable y con Antonino ya bien posicionado en el catch nacional, en enero de 1943, en un día de los más calurosos de Rosario con una temperatura de 41.9°C, le tocó enfrentar nada menos que al Hombre Montaña, a quien venció por descalificación debido a los reiterados fules y actitudes antideportivas del ruso Zelezniak. El Hombre Montaña representaba bien su personaje, los aficionados no paraban de silbarlo, abuchearlo y gritarle cuantos adjetivos podamos imaginar, pero en las confiterías, cafés, y por las calles rosarinas por donde circulara el Hombre Montaña, era buscado para verle de cerca y tocarlo como si se tratara de algo sobrenatural, pero también había quienes le dirigían palabras de tono elevado, no piropos precisamente, por sus continuas actitudes antideportivas en el ring, ante lo cual Vanka retribuía con una sonrisa, o con una actitud amenazante que asustaba a los pequeños especialmente. Antonino Roca ya había triunfado en Rosario, pero quedaban por delante las luchas del Luna Park de Buenos Aires, y los campeonatos en Chile y Brasil, que lo catapultaron a un lugar importante en el catch mundial. Finalmente fue contratado para presentarse en las ligas mayores de los campeonatos estadounidenses, llegando a la meca del catch norteamericano: el Madison Square Garden, donde lució y se convirtió en uno de los ídolos indiscutidos y más queridos del país del norte.
Antonino murió muy joven en 1977, pero en el ambiente del catch se lo recuerda como figura indiscutible. Los campeonatos de catch en Rosario continuaron aunque en forma esporádica, hasta que dejaron de realizarse en el estadio auriazul en 1947 aproximadamente.
En Rosario el cachascan tomaría otro impulso a partir de 1950, pero entonces en el Barrio de Arroyito, en el recordado Estadio Norte de José Ingenieros y avenida Alberdi, pero eso,... eso será otra historia.
Fuente:
extraído de la Revista “Rosario y su historia y región”
Fascículo N• 142 de Julio de 2015