Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

Vistas de página en total

lunes, 22 de enero de 2024

Esta vez fue Timoteo

 

Por Rafael Ielpi

Aquella euforia se aplacaría durante 1972 para reaparecer un año más tarde de la mano de Carlos Timoteo Griguoi, que de técnico de las divisiones inferiores pasaría a conducir el equipo superior, consolidando pacientemente un estilo y una entrega física que llevaría a que el ingenio popular bautizara a aquellos once jugadores como Los Picapiedras. Algunas deserciones, como las de Gramajo y al plantel, encontraron sin embargo substitutos y adecuados y el Nacional queda otra vez a un paso.

Dos triunfos en el cuadrangular que debe disputarse para determinar el campeón, primero frente a River (3 a 1) y luego ante Atlanta (2a1), ponen otra vez a los “canallas” rosarinos y a los 2 gauchos” de Boedo de San Lorenzo en una instancia desiva como en 1971.

Esta vez en Buenos Aires, en la cancha de River y con la ventaja: con sólo un empate Central pudo traer nuevamente el título a Arroyito. “Los Picapiedras “ cumplen fielmente con el libreto habitual y llegar a 1 a 1 desata otra vez el delirio colectivo, aunque esa noche Avenida Pellegrini sea reemplazada por Avienida Callao y la revista “ el Grafico”. Se lamente.

Algunos integrantes del equipo armado por Labruna se contaron en que regresaría triunfador a a otros que como Aimar Solari, acortarían una fuerza y una sería parte importante del garra que sería parte importante del triunfo Biasutto Pascuttini, Gomez Daniel y Mario Killer, Aimar, Solari, Bóveda, Cabral y Gibert sería parte de la leyenda "canalla" mientra Poy -cambiaba definitivamente los silbidos y las críticas de no hacía mucho por una idolatría que lo convirtió en un símbolo. Todo en medio de una fiesta popular que reiteró los cánticos y las bocinas dos años antes.

En 1974 Guiguol y el equipo parecen garantizar nuevas alegrías mientras el Metropolitano de ese año se avizora como instancia propicia para concretarlas. Sin embargo, no ocurría así. El encargado de amargar tanta expectativa sería nada menos que el viejo enemigo, y en ia cancha de Arroyito. Es que el campeonato se define en Rosario, a la que viajan -algunos sin muchas ganas, seguramente – la mayoría de los periodistas y relatores deportivos de la Argentina, siempre propensos a preferir los triunfos de Boca o de River.

Ya para entonces, Central había traído desde Córdoba a uno de los más grandes goleadores de la década del 70 al 80: Mario Alberto Kempes prontamente llamado a la selección nacional para e! Mundial de Alemania y, como Poy, ausente por ello de aquella final del 74 en Arroyito. Et empate 2 a 2 le alcanzaba esta vez a Ñuls para quedarse con el título y el 2 a O eufórico que subsistiría hasta veinte minutos antes del final, se transformaría en un 2 a 2 que frustraría e! campeonato, la fiesta y e! jolgorio "canal:a" para retor oportunidad

Aquel equipo de 1974, una reiteración de los “Picapiedras” sobrevientes a los que se sumó la potencia de chas como e! mejor de la historia constelada de grandes equipos y de alcanzaría para ganar otro campeonato -esta vez le tocaría a San Lorenzo- aunque obtuviera el título de subcampeón y derecho a representar al país Libertadores, junto con Ñuls.

El Metropolitano de ese año terminaría con los "Canallas”. En el septimo lugar, aunque con dos alegría para compensar: Kempes se consagra goleador del torneo, con 23 conquistas y le ganan a Racing por 10 a 0 en Avellaneda, vengando aquella goleada histórica de 1960. En el Nacional del mismo año en el que pasan cuatro técnico por el club, termina quinto, mientras aparecen rostros nuevos como el Oso Ferrer, Craiyacich, "Chiquilín" Garcia Van Tuyne, Zelada y un veterano cerca de su retiro. Osvaldo Potente.

En 1976, con ellos y aunque Kempes vuelve a ser el más efectivo del fútbol argentino, con 21 goles – apenas llega octavo en el Metropolitano y no tiene menor suerte en de las finales, perdiendo incluso con un ignoto Sportivo Patria de Formosa. Por muchos años, añorarían los goles de Kempes que en 107 partidos convirtiera nada menos que 89 goles.


Fuente: de la Colección “Vida Cotidiana de 1960-2000 del Autor Rafael Ielpi del fascículo N•5