Por Rubén Pereira
En 1952 el diario "La Capital" de Rosario se preparaba para conmemorar el 850 aniversario, ya que había sido creado el 15 de noviembre de 1867. De allí que surgiera la iniciativa de levantar un monumento que testimoniara la gratitud de los habitantes de la ciudad por el fundador del matutino, Ovidio Lagos (1825-1891).
La idea inicial encontró amplio eco en todas partes y así muy pronto se formó una comisión encargada de hacerla realidad, la que quedó integrada con la presidencia de Agustín Repetto; la vicepresidencia de Calixto Lassaga; y la secretaría de Bartolomé Morra y Antonio Roqueta. En tanto como vocales fueron designados: Fermín Lejarza, Alfredo Rouillon, Angel Ortiz Gragnet, Juan J. Colombo Berra, monseñor Francisco Núñez, Absalón Casas (h), Federico Baraldo Victorica, Salvador Diez Mori, y Ricardo Pardo, entre otros. A ellos correspondió la satisfacción de haber legado a nuestra ciudad el monumento que perpetúa la memoria de aquel periodista. Desde los primeros momentos la iniciativa encontró una rápida y amplia adhesión. Así se obtuvo la cesión por parte de la intendencia municipal del terreno en que habría de levantarse el monumento esperado, eligiéndose con acierto la ochava suroeste de avenida Ovidio Lagos (que desde 1916 llevaba ese nombre en honor al político y periodista).
También se obtuvieron subsidios oficiales pero se destacó la contribución popular de todos los sectores de la ciudad, de sus entidades comerciales, industriales y culturales; y de una extensa zona que permitió avanzar firmemente para la realización de la obra.
Se lanzó una convocatoria nacional de anteproyectos del que resultó electo el escultor Nicolás Antonio de San Luis, (artista italiano, radicado en Rosario en 1945); y los arquitectos Carlos F. Lange y Luis A. Rébora para la composición y ordenamiento del conjunto.
Llegaron numerosas adhesiones favorables a la iniciativa, entre ellos la de periódicos como "La Nación", y "El Liberal" de Santiago del Estero, diario decano del norte argentino, ylos diarios locales "Crónica" y "La Tribuna". Hicieron lo propio el Sindicato Argentino de Prensa, la Asociación de Periodistas, la Federación Gráfica Argentina; el Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas, la Cooperativa de Difundidores de la Prensa; y el Instituto de la Argentinidad Perón-Evita. También se recibieron saludos en nombre del presidente de la Nación, general Juan D. Perón; d vicegobernador de Córdoba, Federico de Uña, y del intendente de la ciudad de Córdoba, Manuel Martín Federico.
A la izquierda del monumento se puede apreciar la siguiente expresión: "La doc- trina inspiró su prédica"; y a la derecha "La verdad iluminó su pluma". Una otra, hacían referencia, según se señaló por entonces, a "que en los mucho años de su, lucha de periodista, "nunca se apartó de los principios por él enunciados en el número inicial" y que como hombre y periodista amó a su patria: consagró a ella lo mejor de sí misma Porque le tocó actuar en una época de lucha, de choques apasionados entre lo que por rutas distintas y hasta encontradas, bregaban por la creación de la grandeza nacional. Jamás se apartó d sus convicciones y nunca quebrantó su conducta. La verdad fue el arma mejor y con ella dio sus batallas más trascendentes".
Los principales oradores en aquel 15 d noviembre de 1952 fueron: Agustín Repetto, presidente de la Comisión de Hc menaje; Alberto León Brittes, intender te municipal de Rosario; Luis M. Bell representante del diario "La Nación' Jorge Washington Lagos, en representación de los herederos de don Ovidio Lagos y de "La Capital"; el entonces niño Ovidio Lagos, tataranieto del fundado; y Manuel María Oliver.
Con anterioridad a la presentación de numerosas ofrendas florales se procedió a una ceremonia religiosa en la capilla del cementerio El Salvador, oficiada por el entonces secretario general del Obipado, el canónigo Jorge Manuel López quien sería años después, arzobispo Rosario. •
Fuentes
consultadas Diarios LA CAPITAL, y LA TRIBUNA, noviembre de 1952.