Por Andrés Bossio
Problemas de distinto orden fueron provocando constantes cambios en la conducción del club. A partir de 1946 se suceden en la presidencia del club los señores Roberto Monserrat, Adolfo Boglione, Ernesto Arias Sanz y Abel Montes, que asumió en agosto del 49, cuando se disputaba ya la segunda rueda del campeonato oficial y a quien le tocó la responsabilidad de conducir a la institución en su triste destino que el fútbol le tenía reservado en 1950.
Justamente en la memoria de aquel período se hace constar que "el principal problema —y podríamos decir casi permanentemente de todas las comisiones directivas— ha sido el primer equipo profesional" por lo que debieron abocarse a ese problema, superando finalmente la posibilidad de descender. Mientras ello acontecía con el elenco de primera, a reserva ce AFA cumplía una brillante campaña que lo llevó a coronarse campeón del certamen, integrando en su alineación a algunos jóvenes que serían llamados más tarde a ser figuras en el equipo superior: los hermanos Federico y Juan Vairo, Humberto Rosa, Angel Tulio Zoff, Eduardo L' Epíscopo, etc.
Un poco por ello, otro porque las finanzas del club estaban sumamente escasas no se hicieron modificaciones para la temporada del '50. " nos hicimos el propósito —dice la memoria— de no transferir a ningún jugador que pudiera ser útil al club. Solamente concretamos una sola transferencia: la de Luis Isidro Bravo, jugador éste de actuaciones irregulares y que, en honor a la verdac, no satisfacía con su desempeño a la mayoría de los socios ni de los simpatizantes". Como vemos, poco a poco se va desintegrando aquella formidable delantera de 1948 integrada por Osvaldo Pérez, Benjamín Santos, Alejandro Mur, Luis Bravo y Antonio Vilariño, que fue la más goleadora de aquel torneo. Sólo quedaba al iniciarse el 50 el "Tato" Mur, quien poco después se iría a Colombia.
Ese año Central perdió sus primeros cuatro partidos para recuperar algo de terreno en las fechas sucesivas, finalizando la primera rueda con 16 puntos (junto a Bánfield), superando a River (sí, a River, que produjo lo que hasta allí era la peor campaña de su historia), por un punto, dos le sacó a Atlanta e Independiente otro grande venido a menos) y tres a Chacarita, Quilmes y Tigre. El descenso, si bien no era descartable, estaba aparentemente lejos. Por lo demás, dos triunfos de campanillas realzaron el ánimo: en la 10ma. fecha, los auriazules le ganaron a N. Old Boys en el Parque Independencia un partido memorable, por 4 a 3. Contini había puesto en ventaja a los rojinegros pero enseguida empató L'Epíscopo y sacó ventaja centralista el "Torito" Aguirre, empatando nuevamente Contini mediante un penal que los auriazules protestaron largamente. En la segunda etapa nuevamente el "Torito" Aguirre puso adelante a Central empatando Montaño para Newell´s. Cuando las cosas parecían que quedaban allí apareció Eduardo L'Epíscopo y marcó el tanto de la victoria. Y sobre el final de la rueda inicial Central recibió al gallardo y único puntero: Racing: ganó Central 4 a 1, anotando L'Epíscopo, Aguirre, Aresi, de penal, e Higinio García en contra. Formó aquel día el elenco local con Quatrocchi; Ares¡ y Cuello; Federico Vairo, Alfredo Pérez y Altomonte; De Zorzi, Aguirre, Mur, L'Epíscopo y Portaluppi era el mismo elenco que le había ganado a Newell's en el partido indicado anteriormente, con la sola excepción de que en el Parque estuvo Brito en lugar de Federico Vairo.
La segunda rueda fue desastrosa. Los primeros cuatro partidos —tres de los cuales se jugaron en Arroyito— fueron otras tantas derrotas. En definitiva, sólo ganó tres encuentros en la etapa de las revanchas e igualó ctros tres, perdiendo nada menos que once. Finalmente, Central reunió en el torneo apenas 25 puntos, cuatro menos que Huracán y Tigre.
A la incapacidad de su propio equipo debió sumarse por entonces el deficiente arbitraje de muchos jueces y una serie de irregularidades que empañaron seriamente la marcha del torneo. Por segundo año consecutivo estuvo la mano de la AFA "salvando" a Huracán, ya que una denuncia por intento de soborno al arquero Roque Marrapodi, de Ferro, pudo comprobarze fehacientemente. Los autores estaban vinculados al Globito no obstante lo cual no se tomó ninguna determinación al respecto. Mejor dicho, si se tomó una decisión relacionada con Huracán: como había ocupado el penúltimo lugar junto a Tigre (el último fue Central) y los del Globito tenían un par de goles más a favor y un par menos en contra que los de Victoria, se "inventó" el gol-average o promedio de gol. Huracán se salvó y Tigre acompañó a Rosario Central en su triste segunda excursión por el certamen de los sábados.
Fuente: Colección de Rosario Central. Autor Andrés Bossio