Los efectos directos de la crisis del treinta dejaron sus marcas en la caída de inversiones en la propiedad y en los niveles y volúmenes de pesos colocados en edificación. Sin embargo la lenta recuperación que se fue produciendo a partir del año 1934, se tradujo en un aumento sostenido delas operaciones tanto de compra-venta, dé inmuebles como directamente de la construcción
Tal corno lo muestran los gráficos la ciudad recobró, a partir del bienio 1938-39, el ritmo de operaciones de ventas de inmuebles que había tenido durante la próspera década del veinte. Los efectos directos de tales inversiones se evidenciaban en la elevación número de metros cuadros edificados tanto en el área urbana como suburbana así como los montos involucrados en las construcciones y en las operaciones inmobiliarias. Ambas zonas iban a tener casi idénticos parámetros decrecimiento, rasgo que no se repetiría en el volumen de inversiones, ya que éstas se triplicaron para el caso del área urbana.
La recuperación también se trasuntaba en un mayor indice de hipotecas constituidas, así cómo en las operaciones de préstamo para vivienda, fundamentalmente del Banco Hipotecario Nacional, entre 1940 y 1943.
Como se observa tres son los fenómenos más característicos del período: primero el renacimiento de la construcción en el área del centro de edificios de propiedad horizontal con altos valores de inversión, segundo el proceso de edificacion de casas comunes" de una planta tanto sujetas al pago de tasas como libres de derechos principalmente en las secciones IV, V, VI y aun en la VII, y conjuntamente con estos, un crecimiento de la inversion entierras suburbanas y rurales, con el firme propósito de una futura especulación al amparo del dinámico crecimiento espacial de la ciudad.
Fuente: Historia de Rosario Juan Alvarez