Aquella primera rifa siguieron otras que, administradas por la entidad, redituaron los ingresos necesarios para Intentar nuevas realizaciones en el campo de la educación popular.
En 1960 se crearon los primeros "Jardines de Infantes" ya partir de entonces se suceden, en forma vertiginosa, diversas actividades educativas y culturales; aquellos primeros cursos de guitarra se convierten, entonces, en una Escuela de Música. La Escuela de Teatro, la de Artes Visuales, los cursos de expresión creadora Infantil, de artesanIas, de educación física, comienzan sus actividades en forma sucesiva y cuentan con numerosos Inscriptos. Para posibilitarlas, la Biblioteca arrenda varios locales hasta que en 1963 Inaugura su primer edificio propio.
La participación de los vecinos fue nuevamente decisiva. Cumplidas las habituales jornadas de trabajo en fábricas, comercios, talleres o en los corretajes callejeros, destinaban el poco tiempo que disponlan para posibilitar la realización de las distintas obras iniciadas o colaboraban en la atención de las tareas administrativas que se fueron complejizando a medida que la Biblioteca se desarrollaba. Así algunos aportan sus oficios; otros se improvisaban albañiles, plomeros, pintores, soldadores, pudiendo decir, como lo había dicho el poeta José Pedroni: Todos vamos a construir el edificio. Un verdadero conglomerado humano se asentó en la biblioteca, que pudo de ese modo proyectarse con firmeza.
Claro y peculiar ejemplo de una institución creada y conducida por el pueblo, con la firme intención de superar antiguas carencias, la Biblioteca se define como un ámbito de "la gente del barrio" que, además de demostrar la verdadera capacidad creadora que poseen sus integrantes, permite el crecimiento individual y social de los mismos y, por lo tanto, su reconocimiento como efectivos agentes de transformación.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario Historia de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 16, de octubre 1991. Autor: Rubén Naranjo