Desde
hacía unos años, previos a aquel decisivo 1939,
la
familia centralista estaba dividida. Distintos factores
operaron como revulsivo de pasiones encontradas aunque
todas reconocieran como origen único el amor hacia Rosario
Central. La paciente tarea de algunos directivos,
caracterizados asociados y notorios ex futbolistas logró, hacia
noviembre de aquel año y a pocos días del cincuentenario
de su fundación, la unidad definitiva de las distintas
fracciones. La misma se fue consolidando con el correr del
tiempo, lo que determinó un accionar más firme y
coherente en torno del La
tenaz resistencia de la Asociación Rosarina de Fútbol hizo que
mediara en el conflicto el propio titular de la AFA, doctor
Adrián C. Escobar, quien encontró la solución al diferendo:
Central y Newell's se comprometieron a entregar a la Asociación
Rosarina el 6 por ciento de los ingresos que a ambos le pertenecían
en cada encuentro oficial, ya sea que se disputara el mismo en
Rosario o Buenos Aires. La asamblea de AFA, superado el escollo
local, votó por unanimidad de sus veintiséis miembros la
incorporación de los elencos rosarinos a los campeonatos
superiores. La misma era provisoria y en carácter de
prueba, por lo que hubo que realizar gestiones durante el
año que la convirtieran en definitiva, lo que se logró en
la asamblea del 9 de octubre de 1939 en la que se concedió a las
instituciones de nuestro medio la afiliación directa a la entidad
madre del fútbol argentino.
Fuente:
extraído del libro de la historia de Rosario Central . Autor Andrés
Bossi