Al iniciarse 1937 se profundiza la necesidad de mantener una estricta disciplina con los jugadores profesionales, que había comenzado a enderezarse el año anterior. La subcomisión de fútbol fue asignada a una figura consular del fútbol centralista, durante su etapa inicial. Ignacio Romeo Rota, zaguero que jugó junto a Zenón Díaz, internacional en varias ocasiones y figura indiscutida durante más de una década en el equipo de Rosario Central, se hizo cargo de toda la actividad futbolística auriazul, comenzando por establecer líneas de comunicación estrechas entre los jugadores profesionales y los amateur.
El año se inicia con una gira internacional auspiciosa. La institución de Arroyito comienza por entonces a proyectar su nombre hacia el exterior, siendo reclamado su equipo en distintos países de América. Ante la inminencia de compromisos oficiales intensos y de mucha severidad, los directivos aceptan sólo jugar una serie reducida de encuentros en Santiago de Chile, donde una verdadera multitud asiste a los dos encuentros ante Coló Coló (3 a 3 en el debut y 1 a 1 en la revancha) y al único partido ante la Unión Española, en el que Central vence a los chilenos por 4 a 2.
El plantel centralista estaba muy renovado. A la venta del "chueco" García, ocurrida el año anterior, se suman las transferencias de los restantes integrantes de aquel ataque antológico de años anteriores; así, Juan Cagnotti fue negociado a Independiente; Julio Gómez a Chacarita Júniors; Cayetano Potro a Quilmes y Sebastián Guzmán a Peñarol. Se incorporaron simultáneamente Salvador Laporta, que provenía de Gimnasia y Esgrima de Rosario; Luis Amaya de Provincial y Benjamín Laterza, de Unión de Santa Fe; a ellos se suman tres tucumanos —Raúl Altuve, Ricardo Cisterna y Rosario Gómez— y otros valores de la propia institución, así como Alberto Espeche, el ya citado "rey de las fugas".
Los nombrados valores, junto a Aráiz, Juan Cerro, Ignacio y Oscar Díaz, Ferreyra, D'Alessandro, Gaitán, Lescano, Luongo, Martínez y Aníbal Maffei, entre otros, consiguen dos títulos en primera división, al ganar el campeonato "Ciudad de Rosario", en el que sacó una ventaja de siete puntos a su escolta, Neweli's Oid Boys; sumando más adelante el lauro máximo en el Campeonato de Honor Copa "Hermenegildo A. lvancich", en el que triunfó tras disputar el encuentro final con el conjunto superior de Tiro Federal, al que derrotó por cuatro a cero. En resumen, aquel año de 1937 arrojó resultados positivos para el fútbol centralista: sobre 22 partidos oficiales disputados, sólo perdió el primero, jugado ante Argentino el 11 de abril, a poco de retornar sus jugadores de la triunfal gira en Chile; luego empató en cinco oportunidades ganando los restantes diecisiete cotejos.
No obstante el venturoso presente futbolístico de aquel momento de victorias, matizado con buenos resultados en numerosos amistosos nocturnos disputados ante Vélez Sársfield, Independiente, Boca Júniors, Estudiantes de la Plata, Rácing, Peñarol de Montevideo y equipos cordobeses y tucumanos, se advierte una vez más un retroceso numérico en el registro de asociados. Esta aparente contradicción se explica fácilmente: la enorme crisis económica (de la que hablamos en esta entrega, en lugar aparte) llevó a la Asociación Rosarina de Fútbol a tomar una drástica tanto como hoy increíble decisión: rebajar el precio de las entradas para los partidos oficiales. Como consecuencia de ellos muchos centralistas dejaron de abonar la ínfima cuota societaria, ya que con ese importe podían cubrir el valor de varias entradas de los campeonatos superiores.
La temporada futbolística se cierra con otro triunfo centralista, que se consagra campeón de la provincia de Santa Fe. al derrotar a Colón por 4 a 1. Esto le da derecho a dirimir con River Plate, campeón porteño, la tradicional Copa "Ibarguren", que hacía varios años no se disputaba. El partido se jugó en la cancha de San Lorenzo, el 8 de enero de 1938, ante una concurrencia inusitada para la época, entre la que se destacaba nítidamente la enorme masa de simpatizantes aun-azules, que ya por entonces acompañaban al equipo en toda parada importante. La decepción fue mayúscula. Central fracasó rotundamente siendo goleado por River. Ese año de 1938 volvió a disputarse el torneo nocturno con Nacional y Peñarol, de Montevideo; más River, Boca, Independiente, Rácing, San Lorenzo, Estudiantes de La Plata y Newell's Old Boys. Tras debutar penosamente ante Rácing —fue derrotado por 5 a 1— hilvana dos triunfos consecutivos: 5 a 2 ante Peñarol y 3 a 2 ante Estudiantes para volver a perder ante Newell's (1 a O), empatar con Boca (1 a 1) e Independiente (2 a 2), ganándole a River (2 a O) para perder con Nacional (5 a O) y con San Lorenzo (2 a 1). El equipo uruguayo de Nacional fue el campeón con 14 puntos, siguiéndole San Lorenzo con 12; Boca 11; Newell's Oid B.oys 10, Rácing e Independiente 9; Central fue 70 con 8 puntos, cerrando Peñarol y River con 7 y Estudiantes con 3.
Central tampoco repite actuaciones exitosas del año anterior en el torneo por la Copa "Ivancich", arribando tercero tras el campeón, Argentino, y Central Córdoba. El alicaído ánimo auniazul se reconforte con la obtención del campeonato oficial de primera división, en el que se corona campeón tras 9 victorias, 4 empates y una sola derrota (ante Belgrano, por 2 a O). Ese año de 1938 trae también el afianzamiento definitivo de un jugadorazo, pedazo grande del corazón auriazul: Alfredo Augusto Fogel, quien se convierte en el reemplazante obligado —e insistituible— del tucumano Espeche, ya que éste —volviendo a las andadas—desapareció con frecuencia de los entrenamientos y partidos oficiales, roafirmando el acierto de quienes lo habían bautizado —risueña pero certeramente— el "rey de las fugas".
Fuente: extraído del libro de la historia de Rosario Central . Autor Andrés Bossi