Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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jueves, 10 de noviembre de 2016

LA FLORIDA

Segundo loteo
En el año 1924 se procede a un segundo loteo del barrio, realizado por Pessan y Compañía por mandato de los descendientes de don Esteban Segundo Frugoni. Se levantó además un plano nuevo, realizado esta vez por el ingeniero Lucio Bernard.

La vecinal
Los nuevos vecinos y las urgentes necesidades del barrio impulsaron la creación de la primera vecinal de La Florida. El propósito era:
*  Fomentar el progreso edilicio del barrio La Florida.
*  Establecer escuelas, bibliotecas y propender al desarrollo de todo co­nocimiento útil para el vecindario. Estos vecinos se reunieron por primera vez en la casa de comercio del señor Manuel Mallo, en la calle 9 de Julio (hoy Ingeniero Laporte), a mitad de cuadra entre Corrientes (Pago Largo) y Entre Ríos (Gutié­rrez), sobre la vereda este. Fue el 16 de enero de 1927.
La primera Comisión Directiva se eligió en la reunión siguiente, del 23 de enero, y estaba formada por: Pre­sidente, Domingo Paronzini; vice­presidente primero, Marcelo Batiré; vicepresidente segundo, Carlos Es-cauriza; secretario, Cristóbal Toledo Bosque; tesorero, Miguel Barrocal; protesorero, Manuel Mallo; y voca­les: Domingo Mussini, Fiorello Borghini, Lino Castro, Esteban Fe-rrer, Alfonso Dragotta, José Oliver, Albino Roldan, Ramón Chapells, Luciano Alvarado y Baldomero Pons.
Las primeras tareas a que se abocó la vecinal fueron el alumbrado, el arbolado del barrio, la comunica­ción con el resto de la ciudad y el desagüe de las aguas de lluvia. Pero la preocupación principal de estos pioneros era la educación de los niños y la seguridad pública. De estas inquietudes va a surgir como realidad la Escuela Gobernación de la Pampa y como frustra­ción la idea del destacamento policial, aún hoy no concretada. La primera escuela
La vecinal comienza a organizar

La escuela San José Obrero

Romerías Populares con el objetivo de recaudar fondos Pro-Edificio Escolar. Pero una reyerta en esos encuen­tros, que termina con la vida de una persona, hace que se dejen de lado este tipo de actividades. Pero las autorida­des provinciales interponen sus buenos oficios y por fin, el 4 de junio de 1929 se inau-gura oficialmente la escuela con el nombre de "Gobernación de la Pampa", contando con sólo dos aulas. Ese mismo año, el 28 de octubre se constituye la Asociación Cooperadora. Luego, en el año 1940 se le cambiará el nombre por el del ilustre periodista Ovidio Lagos.
Expansión zona oeste y sur
El trazado primero de 1889 (Buchanan-Pintor Musto, Río-Rondeau) comienza a extenderse hacia la zona Oeste a partir de abril de 1928 (Goyena-Maestro Massa); julio de 1931 (Límite Norte y Scott; agosto de 1931 (Lovay-Mina Clavero); marzo de 1936 (Tiro Federal-Mina Clavero). Lo mismo sucede hacia el sur: Buchanan Ricardo Núñez, a partir de 1947.
El primer balneario
El primer balneario se llamaba "La Peña" y estaba ubicado en la bajada Escauriza. Era propiedad de don Carlos Escauriza y se comenzó en el año 1928. Visto el éxito de este pequeño balneario, don Escauriza estudia un proyecto completo, aprobado por la vecinal, de cons­truir un balneario para toda la ciu­dad. Este proyecto es presentado al Intendente y al Concejo Deliberan­te de Rosario en el mes de septiem­bre de 1932. En el año siguiente, 1933, es inaugurado el Balneario La Florida, que a la fecha brinda un hermoso lugar de recreación para toda la ciudad de Rosario.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia. Fascículo N º 61 . Marzo de 2008. 

martes, 8 de noviembre de 2016

LOS CINCO GRANDES

Por Jorge Brisaboa



River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo. Los cinco grandes del fútbol argentino.

Desde el comienzo del profesionalismo en 1931 el poder económico les había permitido a estos clubes de Buenos Aires adquirir los mejores futbolistas y ser bende­cidos por las manos de los arbitros que pitaban a su favor. Y entre ellos se daba la puja en los campeonatos. Esta constante se repetirá hasta 1967, en que Estudiantes de la Plata quebrará la seguidilla de 36 años de títulos repartidos entre los cinco grandes.

Desde Buenos Aires se seguía con atención el fútbol rosarino. Hasta que a media­dos de 1936 los dirigentes porteños pensaron que no bastaba con comprarles jugado­res a Newell's y Central (lahistórica delantera de Cagnotti, Gómez, Guzmán, Potro y García había sido desmantelada por el peso del dinero), sino que se los podía integrar.

Se los invitó a un torneo nocturno con lo mejor del fútbol rioplatense. Central debía enfrentar al River de Peucelle, Bernabé Ferreyra, Moreno, Pedernera; al Boca de Varallo y Cherro; al Racing de Scopelli y el "Chueco" García; al Independiente de Sastre y Erico; al San Lorenzo de Guaico y Cantelli. Y también a los uruguayos Peñarol y Nacional. Y, como siempre, a Newell's.

Central fue tercero. Independiente logró el campeonato y San Lorenzo el subcampeonato. Se instaló entre los grandes.

Paralelamente el equipo, del que emergía la figura de Alfredo Fogel, volvía a obtener los títulos rosarinos en los años 36 y 37, y era requerido para realizar giras internacionales. Los chilenos conocerían las virtudes del famoso "fútbol rosarino" a través de los muchachos con camiseta azul y amarilla.

Pero la crisis seguía haciendo estragos en el país y especialmente en los sectores populares que daban vida al fútbol de la ciudad. El correlato era la merma de especta­dores a las canchas, por lo que la Liga Rosarina resolvió bajar el precio de las entra­das, con lo que los clubes -y especialmente Central- tuvieron un fuerte sacudón: los asociados se borraban porque les convenía pagar solamente el ingreso como no socio en cada partido.

A punto de cumplir los 50 años, Rosario Central ya estaba mezclado entre los grandes pero padeciendo -junto a su sostén, la gente de trabajo- la crisis del 30.


Fuente: Artículo Publicado en el libro “ De Rosario y de Central , Autor: Jorge Brisaboa Impreso en Noviembre 1996 por la Editorial Homo Sapiens.


viernes, 4 de noviembre de 2016

CENTRAL, GRANDE ENTRE LOS GRANDES



Los dirigentes de los clu­bes grandes del fútbol argen­tino vislumbraron por enton­ces la posibilidad de incorpo­rar a Rosario como plaza de­portiva del primer nivel y per­filaron una serie de ensayos para confirmar lo que presu­mían. Comienza a trabajarse la idea, tanto en Buenos Aires como en Rosario, de tener un puente a la posible incorpora­ción de las dos grandes enti­dades rosarinas al fútbol pro­fesional argentino. Un paso inicial de preponderancia ha­cia ese fin se plasma entre mediados de 1936 y principios de 1937, al organizarse un extraordinario certamen noc­turno que núcleo lo mejor del fútbol rioplatense, lo que sig­nificaba entonces lo mejor del mundo. Fue un torneo de ex­cepcional jerarquía, al que fue­ron especialmente invitados los equipos de Rosario Central y Newell's Oíd Boys, en lo que un par de años más tarde —a principios de 1939— sería es­grimido como argumento con­tundente para justificar la in­corporación de los dos elen­cos rosarinos a los campeo­natos superiores de la Asocia­ción del Fútbol Argentino.

Participaron de aquella con­frontación los dos gigantes del fútbol uruguayo —Nacional y Peñarol— y los cinco grandes (entonces, sí, GRANDES) de nuestro país: River Píate, con Minella, Peucelle, Bernabé Fe-rreyra, Moreno, Pedernera, Re­nato Cesariní, Sirní; Boca Jú-niors, con Yustrich, Valussí, Cherro, Varallo, Tenorio, Cu-satti, Vernieres; Independien­te, con Bello, Sastre, Leguiza-món, Erico, Lecea, Zorrilla, Celestino Martínez; Rácing, con una línea delantera antológíca que integraban Guaita, Zíto, Barrera, Scopelli y el ex centralista Enrique García. Y, por último, San Lorenzo de Al­magro, un equipo de estrellas donde brillaban Guaico, Gilli, Naón, Cantelli, Alarcón, Ma­san. Chividini y Tarrío.

En medio de esos gigantes Central mostró sus agallas. Y probó ser un grande entre los grandes, no obstante el mal momento que pasaba en los torneos rosarinos. Tras perder el clásico ante Newell's (2 a 1), cayó también derrotado ante esa "fábrica" de fútbol y goles que era el Independien­te de Sastre y Erico; 4 a 2 fue e| resultado para los rojos, re­cuperándose luego los auri­azules en dos épicos empates ante River Píate (3 a 3)', y San Lorenzo (4 a 4). De allí en más, Rosario Central gana to­dos sus encuentros, derrotan­do sucesivamente a Boca por 1 a 0, a Nacional por 2 a 1, a Peñarol por 4 a 1 y a Rácing por 2 a 1. El torneo lo ganó Independiente, invicto, con 13 puntos, superando por uno a San Lorenzo, quedando Cen­tral tercero con 10. Se ubican después River con 9, Newell's es quinto con 8, Cerrando Na­cional y Peñarol con 6, Boca con 5 y Rácing con 3.

El comportamiento centra­lista en el campo de juego, el de sus simpatizantes en cada encuentro internacional y la paciente e inteligente labor de sus directivos —especialmen­te a través del ingeniero Louhau, a la sazón presidente de la entidad, y Domingo Soto, fructificarían a comienzos del '39, cuando la entidad auri­azul y Newell's fueron invita­dos —quedándose para siem­pre— a tomar asiento en la mesa de los grandes del fút­bol nacional. Hidalgamente, los documentos oficiales auri­azules reconocen la importan­te gestión del presidente de N. O. Boys, doctor Carlos G. Colombres, en torno a aque­lla trascendente innovación.
Fuente:“ La historia de Rosario Central “, por Andrés Bossio.

jueves, 3 de noviembre de 2016

El primer clásico del profesionalismo y el penal más largo de la historia

Por Leonardo Volpe (1),
Cristian Volpe (2) y
Soccorso Volpe (3)*



Tras la creación de la Asociación Rosa­rina de Fútbol, el domingo 2 de agosto de 1931 los dos clubes más represen­tativos de la ciudad se vieron las caras por primera vez en el nuevo marco del fútbol, que se había vuelto rentado. El encuentro se llevó a cabo en el estadio de Rosario Central, que contó con una numerosa concurrencia de público. Cerca de treinta mil almas, que no que­rían perderse el gran choque se dieron cita en la cancha desde muy temprano. Cabe recordar que casi un mes antes se habían enfrentado por última vez en la Liga Rosarina. En aquella ocasión La Lepra se impuso por 2 a 1, por lo que existía un ánimo de revancha entre los hinchas canallas.

Esa tarde invernal Rosario Central alis­tó a Octavio Díaz; Francisco De Cicco y Juan González; Arturo Podestá, Teó­filo Juárez y Ernesto Cordone; Pascual Salvia, Nazareno Luna, Ramón Luna, Gerardo Rivas y Juan Francia. Mien­tras que Newell's Oíd Boys formó con Gerónimo Díaz; Ildefonso Bureu y Fermín Lecea; Alfredo Chabrolín, Alfredo Díaz y Antonio Denessine; Agustín Peruch, Napoleón Seghini, Ignacio González, Máxi­mo Fernández y Pedro Galimberti. El cotejo arrancó favorable a los rojinegros que a los 20' lograron desnivelar el juego a su favor mediante un remate cruzado de Agus­tín Peruch, que doblegó a Octavio Díaz y se transformó en la primera conquis­ta de la tarde. Luego de esa acción la tribuna popular donde estaba ubicada la parcialidad visitante estalló en a rabia. No se alteró el marcador en restantes minutos del primer perí por lo tanto Newell 's se fue al descanso con la mínima ventaja en su haber.

En el complemento prosiguió la supremacía Ñuls, que a-un nuevo gol intermedio de nació González. Desde ese mentó el ambiente se tornó bastante. Hubo ñas fricciones entre los jugadores que indicaban que la normalidad cotejo podía alterarse, cosa que finalmente ocurrió dos minutos después segundo tanto rojinegro. En ese instantee se produjo una jugada polémica derivó en la suspensión del encuentro.

La acción que desató los inciden comenzó cuando Ramón Luna entró al área rival y al momento de sacar un disparo fue interceptado por Ildefonso Bureu, quien lo trabó. El delantero auriazul de todas formas pudo efectuar el remate que fue a parar a las manos de Gerónimo Díaz que tras dar un salto tomó el esférico. Enseguida el arbitro Ángel Gámez sancionó la pena máxi­ma, porque entendió que el defensor ro­jinegro había cometido una infracción.

El penal no pudo ser ejecutado, debi­do a la incesante protesta de Alfredo Chabrolín, capitán de Newell's, que se opuso tenazmente a la sanción del juez. En tanto los jugadores locales insistían en que se pateara rápidamente. En de­finitiva, se armó una tremenda gresca entre los protagonistas del partido que obligó a Gámez a suspender el encuen­tro. Triste final para un duelo que pro­metía buen juego.

Posteriormente en una reunión del Consejo Directivo de la A. R. F. se re­solvió reanudar el clásico, que comen­zaría con la ejecución de la falta que originó los inconvenientes. Por tal ra­zón el 20 del mismo mes se prosiguió el cotejo. Hubo algunas modificaciones en las alineaciones de los conjuntos, en el cuadro anfitrión Constantino Borio jugó en lugar de Teófilo Juárez, Evaris­to Cerfoglio entró por Gerardo Rivas y José Borio suplantó a Juan Francia. En tanto que por el lado de Ñuls Alfonso Etchepare reemplazó a Antonio De-nessine. Nuevamente muchos aficiona­dos asistieron a la contienda, cerca de veinte mil espectadores acudieron a Arroyito. Esta vez el réferi fue Hum­berto Scremín, que colocó la pelota en el lugar donde se patearía el penal, para que Arturo Podestá lanzara el disparo desde los doce pasos. Un intenso nervio­sismo bajó desde las gradas hacia el campo de juego y una tremenda ex­pectación se adue­ñó del estadio. Sonó el silbato del juez y Podestá lanzó el tiro que

el arquero leproso a tocar el Oso Díaz, guardameta rojine­gro, pero sin poder evitar que el balón besara la red y se transformara en el descuento auriazul. De esa manera se pateó el penal dieciocho días después de la fecha en que se tendría que ha­ber ejecutado. Se podría decir que ese fue el penal más prolongado de la historia, in­cluso más extenso que el del cuento de Osvaldo Soriano, titulado el pe­nal más largo del mundo (ambienta­do en un pueblito de la provincia de Río Negro en 1958), donde la pena máxima tardó una semana en lle­varse a cabo. Aquí se demoró once días más. Luego prosiguió el encuentro y el elenco visitante convirtió el tercero por intermedio de Galimberti, que puso el rozó con las manos, pero Scremín or­denó la repetición del remate, alegando que Nazareno Luna, jugador canalla, invadió el área. Podestá volvió a efec­tuar el lanzamiento, que otra vez llegó 3 a 1 final, con el que Newell's se im­puso en el primer clásico profesional de la ciudad de Rosario, que tuvo un desa­rrollo y epílogo dignos de ser publicados en una antología sobre cuentos de fútbol.


  1. Periodista depostivo. Investigación
  2. Diseñador gráfico. Gráfica.
  3. Licenciado en antropología. Asesoramiento.
Consultas en Internet:
leovolpe81@yahoo.com. ar .
Espacio dedicado a la Historia del Fút­bol Rosarino:



Bibliografía

"Anales del Fútbol Rosarino" (Cipriano Roldan - Diario "La Tribuna" 1959), diario "La Ac­ción" de agosto de 1931 y diario "Crónica" de Rosario del mes de agosto de 1931.




Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” . Fascículo N.º 111 de Setiembre de 2012

miércoles, 2 de noviembre de 2016

El Ministerio de Obras Públicas y las Escuelas de Aprendices

Por Lorena Ratner


La década de 1850 marcaría un quiebre en la historia portuaria de nuestra región, a partir de que el general Urquiza decretara en el año 1852, la libre navegación de los ríos argentinos y puertos habilitados de la provincia de Santa Fe y el de Rosario. A partir de ese momento surgieron varios intentos para construir atracaderos para la carga y descarga de los buques, algunos de los cuales prosperaron, constituyendo el puerto de ese entonces en un muelle y una serie de embarcaderos particulares.

Recién en el año 1902 comenzó la construcción del nuevo puerto de Rosario, que durante varios años demandó el trabajo de dos mil obreros en tareas nunca antes realizadas, construcción de muelles, embarcaciones y vías de ferrocarril, silos, elevadores y desagües, incluyendo los trabajos de más difícil ejecución, como los que se realizaron bajo las aguas.

Algunos años antes del inicio de las obras, en el año 1898 se crea el Ministerio de Obras Públicas (M.O.P.) y el 26 de octubre del mismo año, inició sus actividades la Dirección General de Obras Hidráulicas, repartición origen de la actual Dirección Nacional de Vías Navegables. La Dirección General de Obras Hidráulicas más tarde fue transformada en la Dirección General de Navegación y Puertos; sus funciones de entonces comprendían desde la construcción, funcionamiento y atención de todos los puertos administrados por el Estado Nacional o pertenecientes a concesiones particulares, hasta la conservación, mejora y señalamiento de las rutas navegables por medio del dragado y balizamiento. Paralelamente, también atendía los servicios de balsas automóviles de vinculación a través del río Paraná y los de navegación oficial, en los ríos como el Negro y el Bermejo. Muchas veces el anhelo del puerto no era posible por las condiciones desfavorables del lugar donde debía ser emplazado. Ello no fue un obstáculo y a tal fin se diseñaron "Embarcaderos flotantes", construidos totalmente en hormigón armado. Estaban fondeados en la parte más profunda de la ribera y vinculados a tierra mediante un puente metálico apoyado al mismo. La integración regional generada a través del río facilitó y potenció el movimiento comercial alcanzando niveles de exportación inigualables.

Entre 1920 y 1930 se crean los distintos distritos y delegaciones, sin embargo, el episodio más relevante que sirvió de nexo entre las diferentes localidades litoraleñas se dio en el año 1932 con la incorporación del servicio de balsas automóviles. Desde ese instante las provincias del Chaco y Santa Fe con Corrientes y Entre Ríos quedaron vinculadas en forma directa y un flujo de camiones con mercaderías y productos variados, autos y personas pudieron trasladarse con seguridad de una provincia a otra.

En medio de este auge de progreso y de construcción de nuevas estructuras y embarcaciones, lógicamente se necesitó contar con una cantidad de mano de obra calificada. Es así que en el año 1943 se crean las Escuelas de Aprendices, asentadas en dependencias del MOP. La Escuela N° 1 se instaló en la Isla Demarchi del puerto de Buenos Aires; la Escuela N° 2 en Rosario, provincia de Santa Fe; la Escuela N° 3 en Paraná, Entre Ríos; la N° 4 en Concepción del Uruguay, también Entre Ríos; y la Escuela N° 5 en Corrientes capital. Estos establecimientos, además de aportar, como se dijo anteriormente, personal especializado para las tareas requeridas, significaron la implementación de un plan de índole social para apoyar a los jóvenes de condición humilde, ofreciéndoles la oportunidad de capacitarse y posteriormente incorporarse a los planteles de la dependencia. Becados desde su ingreso, con un alto nivel en especialidades afines a las necesidades de cada lugar, se desempeñaron como obreros especializados, personal embarcado, operadores de campaña, receptores de materiales o inspectores de obras. Incluso algunos de ellos prosiguieron estudios mas avanzados en institutos oficiales logrando culminar carreras universitarias lo que les permitió desempeñar funciones en niveles jerárquicos en distintas Reparticiones. Las Escuelas de Aprendices, durante más de 25 años apuntaron al desarrollo educativo y técnico de los trabajadores del sector fluvial-marítimo argentino, posibilitando una real salida laboral para jóvenes de escasos recursos.

Lamentablemente, luego de décadas de exitosa capacitación, y en paralelo con proyectos privatizadores del área portuaria comenzados, en la década de 1960 durante la gestión del doctor Arturo Frondizi, pero implementados de lleno durante la dictadura militar, las distintas dependencias de la "Escuela" fueron sistemáticamente y cerradas. En 1971 egresó la 26 y última promoción de la Escuela dices N°4 de Concepción del Uruguay, conocida entre los portuario y popularmente como “el Ministerio”

A partir de la década de 1960 comienza un lento deterioro de las actividades de la Dirección de Vías Navegables, que a pesar se seguir realizando el dragado del río, los equipos ya comienzan a quedar obsoletos, entre otras cos por el creciente aumento del tamaño de los buques.

El diario "La Capital", de Rosario, su número del 30 de marzo de 1966 decía al respecto:

"Grietas profundas, pozos por doqui vías hundidas, cambios atascados, falta ta de luz, falta de agua potable, abundancia de yuyales, día a día nuevos hundimientos en los muelles y maderas podridas en otros sectores. Ese increíble espectáculo presenta el Puerto de Rosario y, lo que es peor, de continuar así, se llegaría al impedimento casi total de las actividades".

La drástica disminución de los emplea-los que trabajaban en el organismo Jaba muestra del notable deterioro. De 24.414 agentes con los que contó 1948, se pasó a 13.745 agentes en 1960 y a sólo 7.068 en las puertas del gobierno militar de Onganía en 1966. Un nuevo golpe militar en 1970 con la conducción de una junta de Generales, inició la más dramática"racionalización" y vaciamiento de la histórica estructura portuaria. Años más tarde, durante el gobierno menemista, mediante un decreto se disolvió la Administración General de Puertos (AGP) y la Capitanía de Puertos, que dependían de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, y permitió el acceso la administración de los Puertos a la impresas prestadoras de servicios, remolque, baquía y estibaje.

No obstante los avatares de la privatización, y las tareas concesionadas actualmente la Dirección Nacional de Vías Navegables tiene como funciones entre otras, la fiscalización y control d las tareas de dragado, la recolección procesamiento de la información hidrométrica, hidrológica e hidrográfica. y la transmisión diaria a los usuarios del sistema navegable de las alturas hidrométricas en los distintos puertos, así como de niveles predictivos. El anhelo de la integración de la zona del litoral se potenció con la construcción del Puente Rosario-Victoria, sumado a esto, los avances tecnológicos con los que cuenta hoy la Dirección Nacional de Vías y relevamientos de las
fluviales con una asombrosa precisión y rapidez. Todo ello en pos de un mejor conocimiento de los ríos, potenciando el crecimiento y desarrollo de nuestra región.

Parte del texto de este artículo y las imágenes utilizadas corresponden a la muestra realizada por el personal del Archivo de Fotografía de la Escuela de Museología en las instalaciones del MOP, con motivo de conmemorarse los 110 años de su creación en octubre del 2008.
Lic. en Antropología. Escuela Superior de Museologúa. Secretaría de Cultura y Educación. Municipalidad de Rosario.

Crónicas Históricas: Embarcados.
*Libro realizado por el Personal de Embarcado, dragado y balizamiento.
Ediciones Runa. Buenos Aires. 2006.
Imágenes pertenecientes al Archivo de Fotografía de la Escuela Superior de Museología. Material suministrado por personal del MOP.
 
Fuente: Extraídos de la Revista “ Rosario, su Historia ,Región. Fascículo N º 102. de Noviembre de 2011 .

martes, 1 de noviembre de 2016

Comunicaciones



La inauguración del ferrocarril Rosario-Córdoba y de otras vías férreas que convergían en el puerto local hace que la ciudad pase a ocupar un lugar preponderante en las comunicaciones. En los años '30 arriban a Rosario cinco líneas ferroviarias: el Ferrocarril Central Argentino, el del Estado, el de Santa Fe, la Compañía General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos Aires y el ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano.

En 193 1 se vuelve a establecer un servicio directo entre el puerto de la ciudad y el de Génova, pero la iniciativa es abandonada al poco tiempo.

Un año después quedan inauguradas las rutas pavimentadas a Santa Fe y a la localidad de Zavalla, primera etapa a Casilda, que se completa en 1933, continuándose los trabajos hasta Chabás. En 1936, a Buenos Aires, por Pergamino, y al siguiente año, a Córdoba.

Señala Caterina que la empresa concesionaria del puerto de Rosario —de capitales franceses— recibe siempre un marcado desdén de los rosarinos. "La valla que interponían sus instalaciones entre la ciudad y el río —subraya—, el alto costo de los servicios portuarios y la falta de participación de la ciudad en las pingües ganancias que reportaba el puerto, fueron los principales motivos de queja que tenía Rosario respecto a la Compañía y que se manifestaron de manera permanente durante la década del '30". En forma especial repercuten en la ciudad los conflictos entre el gobierno nacional y la compañía concesionaria por problemas de liquidación de las cuentas que esta última debía rendir anualmente. El fallo de un tribunal arbitral de 1931 y el decreto convenio de 1935 son considerados extremadamente beneficiosos para la empresa. Con estos antecedentes, no es de extrañar que la decisión del gobierno central de nacionalizar el puerto fuera entusiastamente recibida por la ciudad sin excepciones. Pero esta historia recién se concretaría en 1942, bajo la presidencia de Castillo.
 
Fuente: Extraído de la revista “ Diario La Capital de los 125 años de 1992.

lunes, 31 de octubre de 2016

LA RESIDENCIA DE JOSÉ FIRPO-Luego Rouillon Echesortu y hoy "Fundación Josefina Prats"

Luego Rouillon Echesortu y hoy "Fundación Josefina Prats"
Por Ricardo Miranda




José Firpo nació en Génova, Italia, en 1875. Radicado en la Argentina, se destacó como empresario, industrial y hacendado, teniendo activa participación en la Bolsa de Comercio porteña y local. Fue fundador de la cabaña "La Danesa" y de las compañías de seguros "La Continental" y "La Agraria". Casado en 1898 en la localidad de Las Rosas, provincia de Santa Fe, con María Miró, de Montevideo, Uruguay, fueron padres de 7 hijos.(1)

José Firpo encargó la construcción de su residencia a Segundo Taiana en 1912. Este perteneció a la firma "Taiana y Cía.", formada en 1904 por los hermanos Enrique y Angel, de origen italiano, a los que posteriormente se incorporaría su primo Segundo. Los Taiana constituyeron diversas sociedades con otros constructores, como Pasquale y Paolini, y fueron empresas de vasta trayectoria en la ciudad en un período de gran dinamismo edilicio, cuyas obras se caracterizaron por una alta calidad constructiva. Segundo Taiana fue autor también de las residencias de Luis Copello (Córdoba 1868), hoy "Federación Gremial de Industria y Comercio", la de Domingo Minetti (Córdoba 1826), del Palacio Vasallo (1° de mayo y Córdoba), hoy Concejo Deliberante, y del piso superior del Hospital de Caridad (hoy Hospital Provincial) sobre calle Alem, (Alem 1450). Las empresas de los Taiana, fueron responsables de la construcción de obras singulares de la ciudad: el edificio Boero (Sarmiento 991), el Club Social, actual sede del Sindicato del Seguro (Mitre 848), la sede del Banco Provincial de Santa Fe (San Martín y Santa Fe), y la residencia de la familia Recagno (Bv. Oroño 1155), entre otras.

El solar elegido para levantar la residencia de José Firpo fue la esquina de Córdoba y Moreno. El corredor formado por la calle Córdoba fue valorizándose urbanísticamente a fines del siglo XIX y principios del XX. Los terrenos donados por Marcos Paz dieron lugar por 1884 a la actual plaza San Martín.

Si bien en la cuadra de Córdoba entre Dorrego e Italia funcionaba una plaza de toros, la construcción del Palacio de Justicia (1891, arq. Herbert Boyd Walker), la Jefatura de Policía (18891892, Arqs. Peró y Torre Armengol) y la escuela Gobernador Freyre (1905, Arq. Plou), jerarquizaron la zona.

El planteo proyectual de Taiana, de dos plantas y subsuelo, presenta sobre Córdoba una fachada que se consolida con la cuadra, recediéndose con jardines sobre la calle Moreno y terminando despegada de la medianera sur. El orden que ostenta la fachada norte, con su importante acceso central enmarcado por balcones, desaparece en la ondulante fachada sobre Moreno.

A poco tiempo de construida, la propiedad fue adquirida por Alfredo Juan Rouillon. Miembro del concejo deliberante, diputado provincial, intendente de la ciudad y directivo de importantes empresas, sociedades y clubes de Rosario, casó con María Hortensia Echesortu y fueron padres de 10 hijos.

En el relato actual de su hija Estela sobre los años transcurridos en la casa, surgieron recuerdos que nos retrotraen a otra época y estilo de vida. En los sótanos de la casa, que ocupan toda la superficie construida, se encontraba la cocina, y junto a ella las despensas, con las fiambreras, los frascos de dulces y los toneles de vino, llegados de las bodegas familiares de "Echesortu y Casas" en Mendoza. También en ese nivel se hallaban el gimnasio, la sala de máquinas del ascensor y el depósito estival de alfombras.

La salita china y la del piano, frente al comedor principal, el comedor diario, la sala principal, el hall con su doble altura y el agradable jardín de invierno, albergaban una importante colección de muebles y obras de arte adquiridas por Alfredo J. Rouillon en remates porteños. En la planta alta, los dormitorios mantienen sus pisos de roble de Eslavonia, bajo los que las mujeres de la familia ponían a resguardo sus alhajas. Los baños aún conservan sus primitivos revestimientos y hasta sus artefactos de luz.

El jardín sobre Moreno hace de efectiva barrera de transición entre la calle un pequeño espejo de agua. Un valioso trabajo de arcos en "treillage" de madera, actualmente inexistentes, lo separaba del patio posterior, zona del antiguo gallinero.

En el año 30, Alfredo J. Rouillon debió vender la casa, trasladándose con su familia a la que fuera su quinta de verano, Villa Hortensia, adonde llevó todo el mobiliario de su residencia urbana. Compró la vivienda don Jaime Prats Calvis.

Josefina Prats residía en la calle Córdoba 1550, frente a la plaza Pringles. Hija de Jaime Prats, integrante de la firma "Prats hijos y Cía." (sita en calle Pte. Roca 772), importante terrateniente y colonizador, fundador de las colonias Lérida, Chabás, La Josefina, San José de la Esquina y Sangará(2), casó primero (1912) con el Dr. Rafael Biancofiore, administrador y socio de su padre y luego con el Dr. Albino Pugnalin (1895-1980), jurisconsulto y diplomático.


Josefina Prats de Pugnalin (Pepita), quien heredó la casa en 1939, se dedicó a la beneficencia, la música y la pintura. Alumna de Schwender, sus pinturas aún decoran los salones de la residencia. Fue su marido quien para instalar su estudio en parte del sótano, hizo abrir hacia el jardín la pequeña puerta de ingreso sobre Moreno, casi llegando a Córdoba.

En el año 1950, con motivo de celebrarse el 5° Congreso Eucarístico Nacional en nuestra ciudad, se alojó en la residencia el Legado Pontificio de Su Santidad Pío XII, Eminencia Reverendísima Cardenal Ernesto Rufini. Al fallecer Josefina Prats, se organizó la fundación que lleva su nombre. La casa alberga hoy, entre otras actividades, al Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario y la Junta de Historia de Rosario. •
*Arquitecto
(1) Datos suministrados por Lucio Pérez Calvo.
(2) Datos suministrados por Sebastián Alonso.
"Evolución de la Arquitectura en Rosario, 18501930", Ramón Gutiérrez y Graciela Viñuales. 'Arquitectura en Rosario' Juan Carlos Cande y María Cristina Butteri.
"Guía de Arquitectura Rosario"
"Historia genealógica de la primeras familias italianas de Rosario. Siglo XVIII y siglo XIX hasta 1850' Margarita Guspi Terán y Sebastián Alonso.
10 Censo Municipal, Rosario, 1900.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región “. Fascículo N.º 147 . Diciembre 2015.