Las revistas de
investigación que se editaban con anterioridad a la de las
facultades
rosarinas de la UNL,
en 1920, eran tres, y pertenecían a las primeras asociaciones de profesionales liberales conformadas en la
urbe: la de Médicos, la de Escribanos, y la de Contadores y Calígrafos, en la
que participaron futuros profesores de las carreras rosarinas. El Círculo
Médico de Rosario fue creado en 1910. Sus flamantes autoridades observando que la
ciudad contaba con cinco hospitales, con no menos de treinta servicios
clínicos, y que además se proyectaba la construcción de un policlínico escuela,
como paso previo a la instalación de una facultad, decidió publicar una revista
científica que recogiera ese caudal de experiencia, producto de la observación
y el estudio aspirando, además a alcanzar un nivel científico acorde con la
institución superior a crearse. Otra finalidad, muy entendible en una sociedad
de inmigración constante, fue la de contribuir al conocimiento de la labor
particular de cada médico posibilitándole hacer conocer y difundir sus estudios
e investigaciones, en Rosario, el país o el extranjero. En sus comienzos la Revista
Médica
de Rosario estuvo dividida en las siguientes secciones:
"Trabajos originales", "Revistas críticas" y "Análisis
bibliográficos". La primera de ellas reunía las investigaciones
experimentales en el medio, previamente presentadas en las sesiones del círculo
en forma de comunicaciones, siendo tres las áreas predominantes: las
enfermedades infectocontagiosas, la Pediatría y las prácticas quirúrgicas. Pronto
cumplió su cometido de integración y vinculación científica difundiendo la
actividad de sociedades, instituciones, seminarios y conferencias. Debido a su
reputación, a ella llegaron colaboraciones de distintas provincias argentinas y
de ciudades latinoamericanas. Participaron en la dirección de la revista los
doctores Clemente Alvarez, Artemio Zeno, Teodoro Fracassi, Pedro Rueda, Camilo
Muniagurria y Esteban Manzini, entre otros.''
Estos profesionales
ampliamente reconocidos por su labor profesional y docente en Rosario serían
artífices de la futura Facultad de Ciencias Médicas, la que abrió sus puertas
en 1921. A partir de allí quedará
explicitado que la mayoría de los colaboradores eran docentes de esa casa,
situación que fue especialmente destacada en los encabezados de los artículos
donde con el orgullo propio de pertenecer académicamente a una institución
educativa nacional, que otorgaba legitimidad y prestigio social, se señalaba
departamento, área o cargo de cátedra. La revista aparecía seis veces al año y
su suscripción se pagaba adelantada por año. Un editorial de marzo de 1926 dio a entender que se
podía caer en el riesgo de quedar limitada a un mero archivo de producción
médica local si no se reflejaba además la vida profesional en sus múltiples
aspectos, entre ellos la enseñanza universitaria, por lo que invitaba a los
consocios a escribir también sobre esos temas.10 Por su parte los
directores de la revista dieron cabida en sus páginas a la actividad académica
de la Facultad,
la participación de sus profesores en simposios, encuentros, jornadas, y
congresos; crónicas de colaciones de grados; las alocuciones
dirigidas a los egresados; los concursos para el nombramiento en
cargos vacantes, la actividad del Centro de Estudiantes de Medicina, y la modificación de
los planes de estudios de la carrera."
El
Colegio
de Escribanos de Rosario, al igual que el Círculo Médico, nació
con el centenario de la Revolución de Mayo, en 1910. Tres años más tarde comenzó a editar la Revista del Foro y Notariado, que incorporó material de inicies práctico para los curiales rosarinos pero al mismo tiempo artículos jurídicos12 que de alguna manera continuaban con la tradición local de producir conocimiento jurídico de relevancia13 y de peticionar, infructuosamente, para que la Facultad de Derecho de Santa Fe de la Universidad de Santa Fe dictara cursos en Rosario. En 1919 organizó mi certamen jurídico notarial y cesó de aparecer en diciembre del año siguiente.14
con el centenario de la Revolución de Mayo, en 1910. Tres años más tarde comenzó a editar la Revista del Foro y Notariado, que incorporó material de inicies práctico para los curiales rosarinos pero al mismo tiempo artículos jurídicos12 que de alguna manera continuaban con la tradición local de producir conocimiento jurídico de relevancia13 y de peticionar, infructuosamente, para que la Facultad de Derecho de Santa Fe de la Universidad de Santa Fe dictara cursos en Rosario. En 1919 organizó mi certamen jurídico notarial y cesó de aparecer en diciembre del año siguiente.14
En marzo de 1919 se publicó el primer número de la revista
Hacienda y Administración, del Centro de Contadores y Calígrafos Públicos, de aparición mensual. La
misma fue dirigida por Carlos J.
Ghirardi. Entre sus propósitos se encontraba el de comprender los cambios
internacionales y nacionales provocados por la Gran Guerra que acababa de finalizar, y
fundamentalmente el de tratar aspectos que hacían al perfeccionamiento del sistema
contable, y de la contabilidad del Estado, sirviendo de "tribuna" a los asociados, a los estudiantes de la Escuela Superior
de Comercio y de los intelectuales y estudiosos que desearan cooperar con ese
anhelo. En sus páginas escribieron
quienes serían autoridades académicas y profesores de la FACECYP, y especialistas
de distintos puntos del país. Uno de los elementos que reafirma la
íntima vinculación de los socios del Centro de Contadores y Calígrafos con la
futura facultad fue la prédica a favor de los estudios superiores del comercio, citando la experiencia italiana y alemana.15 Al cumplir la revista
su primer aniversario una editorial subrayó la vocación universitaria que alentó sus orígenes:
"No respondía nuestra empresa a las solicitaciones del medio sino que fue nuestro intento fundar en la sociedad
cartaginesa el espíritu universitario... Fue preciso vencer la asfixiante Indiferencia que
caracteriza nuestro medio para publicaciones de esta índole".16
En
el tiempo que se estableció la
FACECYP, la revista atravesaba con severos problemas
presupuestarios para mantener los contactos logrados con profesionales y casas de estudio de
América y Europa, los que llegaron a ser puestos al servicio de la flamante
casa de estudio. "Nuestra revista vincula nuestra joven Facultad con lo
más representativo del pensamiento en el campo de las Ciencias
Económicas".17
Notas
7 Boletín de la
Universidad del Litoral, año I, tomo I, números 2,3 y p.431
8 BUCHBINNDER, Pablo, ob Cit, p 98.
9
Raffo Alejandra, La "Revista Médica del Rosario" como expresión de una nueva
intelectualidad m (1910-1920), en la Revista Médica de
Rosario. Número 71, pág 91 -97, Rosario, 2005.
10 Revista Médica del Rosario, órgano
del Círculo Médico. Año XVI, marzo abril de 1926, N" 2.
11 Ibidem. Relevamiento de los años XV al XX.
12
Di Mario Miguel Angel, Orígenes y evolución del notariado en Rosario, del Colegio de Escribanos de la provincia de Santa Fe, Imprenta
Salesiana San José, Rosario, 1996, p. 39,
13
De Marco (h) Miguel Angel, La Facultad de Derecho de Rosario y la persistencia de una tradición jurídica secular
vinculada al desarrollo regional, ob.
Cit..
14 Revista del Foro y Notariado, año VI, Serie A. Rosario de Santa Fe, mayo, tomo VI, N" 68-69.
15 Hacienda y Administración, Revista
Mensual del Centro de Contadores y calígrafos públicos. Año I N"3. mayo de
1919
16 Ibidem, 1 N. 8-10-, Agosto septiembre de 1919, p.
79.
17 Ibidem,
p. 80.
Fuente: Extraído del Libro “ Ciudad Puerto- Universidad y Desarrollo
Regional, Rosario 1910-1968” Autor : Miguel Ángel De
Marco (h) Editado en diciembre 2013