Uno de los rasgos definitorios de los dos primeros gobiernos peronistas fue el fomento de la industria. Efectivamente, no sólo se señaló la actividad industrial como prioridad en los Planes Quinquenales y discursos, sino que en los hechos se le destinaron líneas cíe créditos, facilidades impositivas y tarifarías, para adquisición de insumos. etc. Se hacía hincapié en la industrialización sustitutiva de importaciones (o sea, fabricar aquí los productos, para no tener que comprarlos en el extranjero) como fundamento de un desarrollo económico-social, que al mismo tiempo daría sustento a una verdadera soberanía política.
Sin excluir algunos rubros de industria pesada, hubo énfasis claro en la producción liviana. Las principales capitales de provincia, pero sobre todo Buenos Aires, Rosario y Córdoba cambiaron su paisaje suburbano, incorporando el componente moderno" de los hainados cinturones Industriales. La propia trama urbana debió ir acostumbrándose a la presencia llamativa de una cantidad apreciable de talleres y fábricas medianas y pequeñas. Los sectores de mayor desarrollo fueron el metalúrgico y textil,entre otros, tomando gran incremento la fabricación de artefactos del hogar.
La cocina, la heladera, el lavarropas, la máquina de coser, los electrodomésticos en general, salían de esas fábricas con destino a un mercado interno ensanchado, que incluía muchos hogares modestos. En efecto, el mercado Interno absorbía esa producción, puesto que se había ampliado con la incorporación de un vasto sector social que trabajaba en el mencionado 'aparato", recibía salarios con regularidad y aspiraba a elevar su nivel de vida. Porque siendo la "justicia social' otro de los pivotes de la doctrina oficial, la industrialización significaba una distribución de la riqueza, en la forma de trabajo e ingresos seguros para los humildes.
A lo anterior hay que agregar - por ejemplo- los desarrollos de la industria automotriz, alimentación, construcción, sin dejar de lado áreas básicas como la petroquímica. Esta enumeración es solamente ilustrativa y apunta a destacar la demanda generalizada de mano de obra, originada de modo predominante en zonas urbanas. Esa posibilidad de trabajo estable, comparativamente bien remunerado y con cobertura social, obró como un poderoso estímulo de migración del campo a la ciudad. De hecho, ésta aumentó durante el período que estamos aludiendo, que en buena parte estuvo centrado en esa "movilización socio-geográfica de carácter masivo.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, Historia de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 6. Autor: Héctor M. Bonaparte