Por Rafael Ielpi
Así como el Casino ostentaría desde 1914 el liderazgo del burlesco en la ciudad, el Eden Park sería, desde su inauguración casi contemporánea en 1918, el paradigma de los varietés rosarinos, en reñida aunque ganadora puja con el Varieté Avenida, su permanente competidor. El amplio reducto de Avenida Pellegrini 1251, cuya apertura estuviera realzada por la actuación de una compañía prestigiosa, la de los españoles Perdiguero-Díaz, iba a tener su etapa de mayor relevancia a partir de 1940, cuando se hacen cargo de la misma los hermanos Santos y José Alberto Migliazzo.
Inicialmente, el local albergaba cerca de 1000 sillas, rodeando las mesas de lata que constituían la escenografia habitual de aquel varieté al aire libre, completada por un escenario. Los muros del vasto frente del Eden Park posibilitaban algo más: una publicidad permanente para sus espectáculos a través de las carteleras pintadas, de grandes letras, que anunciaban los programas semanales y la llegada de los grandes números artísticos. Que entre 1940 y 1960 abarcaban un espectro que iba desde Hugo del Carril a María Antinea o Carmen Amaya, y desde Alfonso Ortiz Tirado a los cantores de tango de moda, como Charlo.
Santos Migliazzo recuerda en 1999, a los 85 años, el azaroso comienzo de aquella empresa artística: "Empecé de casualidad Antes de todo eso yo ordeñaba vacas en un tambo de la calle San Juan al2400, en la cuadra del Cine Cervantes y cobraba 10 centavos por ordeñada, mire qué diferencia con el mundo del espectáculo... Nosotros vivíamos en un ambiente de artistas: mi hermano tuvo orquesta durante 20 años en LT8, yo hacía algunas cosas recitando o en radioteatros y a la vez era comerciante. Vuna vez mi hermano me dice: «Mir4, tengo un local que me ofrecieron en la Avda. Pellegrini para hacer espectáculos. Vos que sos avezado y conoces más que yo ¿querés venir conmigo? ¿Qué vas a hacer encerrado acá?» Y le dije:
«Buenos, vamos a probar.» Y probamos. De entrada nomás trajimos al boletero del Casino, de mucha experiencia, y él nos conectó con los representantes y empezamos a traer artistas..."
De la larga lista de éstos, sobresaldría uno, que durante más de una década iba a ser símbolo del varieté rosarino y en especial del Eden Park, al que llegara des-pues de haber actuado regularmente en el Vaneté Avenida, su perpetuo competidor: Luis Ricio Rubí, un actor cómico particularísimo al que su seudónimo de El Tano Genaro iba a convertir en todo un mito de la ciudad de los años 50 al 60.
El Tano, nacido en los años inmediatos el Centenario de Mayo y muerto en Buenos Aires el 4 de diciembre de 1957, había iniciado su actividad como capocómico en los locales de variedades del balneario porteño de la Costanera, arribando a Rosario alrededor de 1944 y actuando en el Varieté Avenida hasta comienzos de la década del 50. Su estilo desenfadado, pintoresco y una vis cómica innegable, harían de sus presentaciones veraniegas todo un suceso, al frente de un elenco que integraban su esposa, Anita Almada, a la que luego reemplazaría Isabel Hernández, Guillermo Mena o "El Ñato Desiderio", Alfredo Distado, Lalo Faluggi y la cancionista Marta Ledesma, además del grupo musical "Los Viudos", parte relevante del espectáculo.
Hugo Pimentel, otro de los cómicos reconocidos de la historia del varieté rosarino evalúa casi medio Uglo después a su famoso colega:
"Para los famosos casamientos del Tano Genaro con Anita Almada, casamientos de grupo nomás, vestidos de novios, con las polainas, los mateos, se apiñaba una multitud de gente, se juntaban 10 mil o 20 mil personas para ver el recorrido por la calle. "
Fue uno de los mejores artistas cómicos que visitó Rosario; acá hizo como diez temporadas, fue fabuloso. Con la mirada solamente hacía reír a la gente. Cuanto mucho decía «la pocha que tororó» y la gente con eso se divertía, ¡mire qué tiempos esos! O decía: « Vení que te voy a enseñare me casa. acá tengue la habitacién, acá tengue lo ropero, acá la mesita de lú, esa es la cama, ahí está mi señora, al que está al lado no lo conózcono... »
El repertorio de Riccio Rubí incluía una serie de obras del tipo de "El casamiento de Genaro" (parodia donde Anita Almada tenía también su rol desopilante) y que al modo de Chaplin con su serie de cortos del cine mudo, se titulaban "Genaro boxeador", "Genaro cocinero", "Genaro, domador de mujeres", que contribuían, año a año a encaramarlo en el tope de asistencia de espectadores, hasta su muerte en 1957.
Fuente:
Extraído de la colección de Vida Cotidiana de 1930-1960. Editado
por el diario “La Capital”