La revolución rusa de 1917 y los
movimientos insurreccionales que sacudieron Europa entre 1918 y 1923 ejercieron
su influencia sobre nuestro país, contribuyendo a la radicalización de
conflictos que tenían su base en la misma sociedad argentina. De esa manera, en
1919 se registró la famosa «Semana Trágica» que sacudió a Buenos Aires y a
otras ciudades del país, especialmente Rosario. La «Semana Trágica» fue una
auténtica insurrección proletaria que los anarquistas intentaron sin éxito
canalizar hacia fines revolucionarios, es decir, hacia la instalación de una
sociedad sin Estado ni clases sociales (el denominado «comunismo anárquico»,
que no debe confundirse con el comunismo de inspiración bolchevique que lejos
de abolir el Estado lo reforzó hasta límites nunca antes conocidos). Sin
embargo, no fue ese el único movimiento de cariz revolucionario que sacudió a
Rosario en una época tan agitada.
El 7 de febrero
de 1921 al mediodía, por ejemplo, tuvo lugar un micro-golpe de estado
encabezado por estudiantes de la
Facultad de Medicina y sindicalistas que se apoderaron del
Palacio Municipal, manteniendo el control del mismo durante algunas horas. La
toma aparentemente no presentó mayores dificultades, reduciendo los complotados
a un guardia que cuidaba la puerta de ingreso. En un artículo aparecido en la
revista «Galavisión» del mes de noviembre de 1997, el articulista Juan Aguzzi
refiere lo siguiente respecto del incidente de marras:
«El grupo sumaba
19 personas que muy pronto se desplazaron por el palacio ejecutando un plan
preparado: se destituyó al intendente que fue reemplazado por uno de ellos
hasta tanto la
Federación Obrera Local Comunista designase a otro, se
suspendió la vigencia de los impuestos como una primera medida dirigida a
mejorar las condiciones de los sectores más postergados, se nombró un nuevo
secretario de la intendencia, un tesorero, un contador, un asesor, un inspector
general así como también nuevos directores de asistencia pública y de todos los
nosocomios ligados a esta área. Luego de estos nombramientos y asunciones se
dispuso el cese del ... Concejo Deliberante y la aceptación de una serie de
mejoras laborales solicitadas por el sindicato municipal y por la sociedad de
practicantes internos de los hospitales...»
Aguzzi sugiere
que estos insurrectos eran de orientación comunista. Por nuestra parte creemos
que eran anarco-comunistas. Por otra parte, la Federación Obrera
mencionada pertenecía a esa corriente anarquista y no al Partido Comunista
Argentino (que primero se llamó Partido Socialista Internacional, siendo una
escisión del viejo Partido Socialista Argentino acaecida como consecuencia de la Revolución Rusa).
Siguiendo con el
relato, digamos que tras la toma del Palacio Municipal los revolucionarios
arrearon la bandera argentina del mástil frontal e izaron
la bandera roja
de la revolución, que no era patrimonio exclusivo de los comunistas
bolcheviques. A las pocas horas, alertadas las autoridades, el grupo insurrecto
fue reducido por tropas del Regimiento 11, cuyas instalaciones por entonces
estaban en las inmediaciones de la Municipalidad (en el lugar donde actualmente
funciona el Correo Argentino). Aparentemente, los ocupantes no ofrecieron
resistencia y todo concluyó tan pacíficamente como se inició. La espectacular
toma no duró más de tres horas, terminando sus protagonistas en la alcaidía, a
donde fueron conducidos por un piquete del Cuerpo de Bomberos.
Ricardo Accurso