Se sostenía que la calidad
de muchos de los textos adquiridos por la
biblioteca de la
Escuela de Comercio superaban el nivel propio de una enseña
secundaria y se encontraban en distintos idiomas. Este es un claro indicador de
Alfredo Lovell y el resto de los profesores pensaban que esa biblioteca sería
la base de la futura Universidad. Bello era condiscípulo de Juan Álvarez -el
por joven abogado, historiador y funcionario de la municipalidad- y entre ambos
presentaron en 1917 al gobierno nacional
un proyecto para crear un Instituto Políticas para la formación de
funcionarios, que finalmente no prosperó. 36
Cuatro
años antes, Juan Álvarez había presentado su proyecto de creación de la Universidad de
Rosario, autónoma y con personería jurídica propia. Entre los fundamentos se destaca la necesidad de
complementar el desarrollo económico con la creación de un ámbito que prestigiara
el conocimiento: "No siendo Rosario capital de provincia, a falta de un instituto de
cultura superior lo aleja de los centros dirigentes relegándolo a la categoría
de simple mercado de productos. De este modo los numerosos profesionales y
hombres de estudios que alberga la ciudad carecen de la representación
colectiva que su carácter de tales les da derecho. Córdoba y La Plata le deben su prestigio
a la Universidad"37
Desde el punto de vista de la población estudiantil,
indicaba que los tres establecimientos nacionales de enseñanza secundaria
pública existentes en la ciudad, se veían concurridos por un millar de
alumnos cada año (400 el Colegio Nacional, Industrial, y 351 la Escuela de Comercio); y de
ellos, los que deseaban continuar estudiando se veían obligados a abandonar sus
familias y trasladarse con “los gastos y molestias consiguientes".38
Sólo se trataba de agrupar bajo una misma dirección diversos establecimientos, como lo realizado
con la Universidad
de Plata. Sobre la Escuela Industrial se podría fácilmente
construir una Facultad de Ingeniería; transformar la Escuela de Comercio en
Instituto de Ciencias Comerciales y sobre Hospital Escuela del Centenario, la Facultad de Medicina. La
provincia de Santa Fe requería con premura de ingenieros, administradores del
progreso y médicos. 39 Habría profesores y alumnos suficientes.40
Esta iniciativa, como tantas otras en el Congreso tuvo un resultado negativo.
Por
otra parte "el Superior
de Comercio", convertido en un ámbito propicio para la defensa de los
intereses regionales, también dio cabida a la oposición progresistas de los
gobiernos conservadores santafesinos. A principios del siglo XX, el rosarino Estanislao
Zeballos, llamado a convertirse en el numen de ese establecimiento y la Facultad de Ciencias
Económicas, alentó la formación de una red de intelectuales liberales, al crear
la Asociación
Nacional del Profesorado, con la finalidad de "liberar y
renovar” la enseñanza del país, según sus propias palabras, y que más adelante presentarían
un mismo frente con los estudiantes progresistas liderados por Alejandro
Grüning Rosas 40 para peticionar la creación de una Universidad para
Rosario.
En
1908 surgió la Liga
del Sur, poderoso e innovador frente político con epicentro en Rosario, que a
partir de 1912 no ocultó sus
disidencias con el radicalismo recién llegado al poder de la provincia por
considerar que el mismo continuaba representado los intereses de la capital
provincial. Aquellos disidentes, "tenían su educacional en la Escuela Nacional
de Comercio", según afirmaciones del propio gobernador Menchaca, quien
además señaló como los principales detractores de su gestión a su director, Julio Bello y
a Ricardo Caballero (ambos integrantes de la facción disidentes dentro de la Unión Cívica Radical). En tiempos
del Centenario de la Revolución
de Mayo, la Escuela
Superior de Comercio era considerada el más definido bastión de
la intelectualidad rosarina, vinculada a la Liga del Sur y luego a la Democracia Progresista,
y opositora a las gestiones provinciales, perdurando su influencia, luego, a
través de la Facultad
de Ciencias Económicas que a su vez fue la cuna Escuela de Derecho, antecedente
de la Facultad
creada en 1967.42
A todo esto, el Colegio
Carlos Pellegrini de Buenos Aires, que pasó a denominarse así a partir de 1908,
comenzó a dictar sus clases en el
edificio que ocupa actualmente, Marcelo T. de Alvear 1851, donde dos años más
puertas el Instituto de Altos Estudios Comerciales, sedimento de la actual
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y la
antesala de su incorporación, en 1913
a esa Universidad, de la que pasaría a depender con el
carácter de cursos preparatorios anexos de la citada facultad.43
Mientras tanto en Córdoba, una década después que
en Rosario, se creó el 24 de septiembre de 1907 la primera escuela secundaria
modelo con orientación en tenedores de libros contables y peritos
mercantiles. En ella, denomina “Jerónimo Luís de Cabrera", también
funcionó la carrera de Contador Público otorgando títulos que tuvieron validez
nacional, hasta 1934 en que se creó la Facultad Económicas,
haciéndose cargo desde ese momento de impartir la enseñanzas superior de
comercio.44
LAS PRIMERAS ESCUELAS COMERCIALES DEL
PAISANEXADAS AL SISTEMA UNIVERSITARIA
|
BUENOS
AIRES
|
ROSARIO
|
CORDOBA
|
Creación
|
1890
|
1896
|
1907
|
Anexión
a las Facultades de Ciencias Económicas
|
1913
|
1920
|
1935
|
Cabe aclarar que en el caso del colegio cordobés
"Jerónimo Luís de Cabrera", que era provincial pasó a depender no de
una facultad, sino de la
Escuela de Ciencias Económicas de la Universidad de
Córdoba, creada en 1935, la que fue elevada al rango de Facultad en 1946, es
decir con 26 años de posterioridad a la
de Rosario.
El Superior de Comercio de Rosario pudo inaugurar oficialmente su biblioteca el 26 de junio de
1915, con la presencia de Joaquín V. González. Pasaba a la primera del país especializada propiamente
en una materia principal: la economía. También hizo uso de la palabra Federico
Valdés, el legendario orador riojano radicado en Rosario, líder de la Comisión Popular
Pro Puerto de Rosario, abogado del Banco
de la Nación,
miembro de la Bolsa
de Comercio de Rosario, dirigente la
Liga del Sur y de la Democracia Progresista
y profesor de la Escueta Superior
de Comercio, y protagonista de gran
parte de las reivindicaciones regionalista relacionadas con su desarrollo en
los últimos veinte años. El entendía que la inauguración de la Biblioteca era un peldaño hacia la tan anhelada
universidad local: “Las universidades deben dejar de ser patrimonio de las
clases privilegiadas en organismos vivientes. Por eso no he escuchado argumento
más inepto, contra el anhelo de fundar un
instituto universitario, que al pretenderle negarle ambiente propicio para
existir y desarrollarse. Más, si ha de dársenos universidad, que sea amplia y autónoma, como corresponde a su
importancia y a la vasta zona de la que Rosario es cabecera ".45
Por otra parte. en 1907, se puso la piedra basal del
edificio del Superior, en un terreno adquirido por la iniciativa de Julio Bello
en un terreno sobre bulevar Oroño. El delegado del ministro de Educación de la Nación, José Bibiloni,
manifestó que si bien los institutos de este tipo "estaban muy lejos a los
que correspondía su valer", había comenzado una reacción por la demanda de
las empresas.
seguros y
bancos, por contar con personal calificado para las tareas contables, y
concluyó definiendo a Rosario como
"ciudad comercial por excelencia compuesta por la población más independiente y trabajadora de la República".46
El elegante palacio del
Colegio Superior de Comercio fue inaugurado el 6 de julio de 1913. En la
primera promoción de contadores públicos, peritos y tenedores de libros que
tuvieron graduados ese mismo día en el flamante salón de actos se encuentran
nombres que tuvieron una actuación destacada en las siguientes décadas: Armando
Aprile( el primer rosarino graduado como doctor en Ciencias Económicas en la República Argentina);
Eusebio Blotta, Francisco Bitetti, Esteban Isern, Máximo Pochat, Vicente Pusso, Ángel González Theyler,
Alfredo Aprile, Eduardo Bruera, José Lo
Valvo, Hércules Tacón, Andrés Jáuregui, y Alberto Arrúe Gowland. Este último
sería dirigente del Partido Demócrata Progresista, autoridad académica y
docente de la Facultad
de Ciencias Económicas, y promotor de la creación de la Escuela y Facultad de
Derecho, entre otras actividades. Dentro de aquel complejo educativo moderno,
que contempló el turno noche (el Colegio Nacional aún no lo había implementado)
surgieron actividades como la creación del Banco Modelo para las enseñanzas
prácticas de las operaciones reales,
estimular el hábito del ahorro y el cooperativismo y familiarizar a los alumnos
con las modalidades empresariales, tal como ocurría en el Carlos Pellegrini de
Buenos Aires. Por las proyecciones que éste alcanzó la acción cultural que desplegó fue un establecimiento
señero en su género en el país. 47
También
funcionó en la Escuela
un Centro de Estudiantes, un ámbito de participación para los jóvenes que luego
serían docentes de la
Facultad Económicas.48
Como coronación de este proceso de
consolidación institucional, el gobierno nacional resolvió elevar el rango del establecimiento al
convertirlo, a partir del 1 de enero de 1916, en Instituto Superior de Comercio
de la Nación:
"destinado a fomentar la investigación y solución de los
problemas económicos que se relacionan con la riqueza argentina y a
proporcionar los conocimientos comerciales, de acuerdo con el siguiente plan de
estudios". Los argumentos del decreto, firmado por el presidente de la República, Victorino de la Plaza, y redactados por su
ministro Tomás Cullen -uno de los viejos dirigentes del liberalismo mitrista
que trabajó desde Buenos Aires por el progreso provincial- son por demás de
representativos de lo que esta decisión perseguía: "Considerando que se
acentúa la incorporación de los estudios mercantiles a las costumbres
nacionales, como lo prueba el creciente aumento de alumnos en las escuelas del
género en el país; que el estado actual de nuestras importaciones y exportaciones, exige personas preparadas en
las ciencias comerciales y económicas, capaces de estudiar
eficientemente los problemas que surgen del acrecentamiento rápido de la riqueza
argentina; que para ello es necesario perfeccionar las instituciones de enseñanza
comercial, creando así organismos que puedan ser las bases futuras Facultades o
Universidades de Comercio; que por su organización, número de alumnos, cursos
que se dictan y técnica de los estudios, la Escuela Nacional Comercio del Rosario, es el instituto superior de
enseñanza mercantil en la
República que la importancia
comercial del Rosario de Santa Fe, demanda una alta tal institución de cultura,
donde se estudien los problemas económicos, formando profesionales técnicamente
preparados para intervenir con eficacia en su mejor solución; que esa demanda
se manifiesta por la aspiración pública de tener centros de educación superior, demostrada en
diversas ocasiones por todos los órganos de la vida rosarina; que por otra parte,
con escaso sacrificio para el erario, puede satisfacerse esa
aspiración, que es a la vez una necesidad pública"49.
Luego de la gran
movilización de la dirigencia y la sociedad rosarina por la modernización y puesta
en funcionamiento del puerto de Rosario y la canalización del río Paraná
(1898-1905), la creación de una Universidad fue una de las banderas regionales
más convocantes. Desde 1890 existía en la ciudad de Santa Fe una Universidad fundada y sostenida
por los gobiernos conservadores destinada los recursos para la gestión pública y la
conducción de la burocracia provincial que aún en la primera mitad del siglo XX seguía
estando bajo el control de las catorce familias gobernantes -sostiene. Felipe Justo
Cervera- cuyos miembros ejercieron el poder entre 1815 y 1942: Candioti, López,
Aldao, Rodríguez del Fresno, Fraga, Oroño, Cabal, Zavalla, Gálvez, Crespo
Rodríguez del Fresno, Iturraspe Freyre, Freyre Iturraspe, Echagüe, de Iriondo
Candioti. 50
Esa
Universidad y la élite que representaba, se encontraba completo de las aspiraciones
educativas de un amplio sector de la dirigencia rosarina que quería su propia
Universidad, con su propio perfil. En Santa Fe funcionaban las carreras de Abogacía, Notariado, Farmacia y
Obstetricia. Sin embargo, el proyecto conservador de mantener la conducción y
entidad fundacional de la
Universidad de Santa Fe sufrió las consecuencias de distintos
procesos que atentaron contra la consolidación de ese objetivo: el crecimiento
de las reivindicaciones regionalistas del sur provincial; la pérdida del poder político
de los círculos gubernistas del régimen con la llegada a la Casa Gris, a partir de
1912, del radicalismo; el nacimiento de un movimiento estudiantil liberal y reformista; y
la movilización de personas e instituciones de Rosario por convencer al
Gobierno de la Nación
de la necesidad de dotar a la
segunda ciudad de
la República
de una Universidad propia. En los inicios del primer gobierno radical existían
tres tendencias marcadas:
a- Los que querían
mantener la Universidad
de Santa Fe bajo el perfil conservador fundacional.
b-
Los que
aspiraban a la creación de una Universidad de
Rosario.
c-
Los que aspiraban
a retener el control de la
Universidad de Santa Fe pero con un matiz liberal o fuera del
control de los conservadores.
La
conjunción de estos dos últimos sectores llevaría a la conformación de frente
para fin a la perpetuación de la
Universidad de Santa Fe. En 1913, las autoridades y estudiantes de la Escuela Nacional
de Comercio, adhirieron a la postura local de impulsar el surgimiento de la Universidad Federal
de Rosario, tal como la denominaba el proyecto presentado
ese año al Congreso de la
Nación por el diputado nacional Estanislao Zeballos,
referente nacional indiscutido del poderoso liberalismo rosarino y figura
tutelar de la que sería siete años más tarde Facultad de Ciencias Económicas de
Rosario. Esto sucedía al mismo tiempo que una comisión “Pro Universidad de
Rosario", encabezada por el presidente de la Bolsa de Comercio local,
Luís Colombo, inició una campaña en tal sentido, entrevistándose con el presidente
de la República Roque
Sáenz Peña para entregarle un solicitud suscripta por el comercio, la banca, el
foro etc., dando además por cierta que se incluiría en la misma” una Facultad
de Ciencias Económicas y Comerciales", aspiración que se tornaba más que
necesaria teniendo en cuenta que en 1911, y por razones presupuestarias, se
había suprimido la Facultad
de Ciencias Económicas de la
Universidad de Buenos Aires. 51
El director de la Escuela Superior
de Comercio, profesores, padres de alumnos, autoridades de la Bolsa de Comercio, la Liga del Sur, la Asociación El Círculo,
de la Biblioteca
Argentina, el Colegio Nacional, entre otras instituciones firmaron
dicho petitorio que reunió siete mil
firmas.52
La mismas autoridades de la Bolsa de Comercio
participaron ese mes un acto de honda significación: la colocación de la piedra
fundamental del futuro palacio de la
Aduana nacional
de Rosario, una iniciativa que tuvo una resolución aún mucho más lenta que la cuestión universitaria pero que
puede enmarcarse dentro de un mismo accionar o accionar dirigencial. El viejo
edificio de la aduana almenada había quedado por completo a tras mano de los
progresos de la ciudad e inadecuada para sus fines. Hacia apenas diez años que se había iniciado la
construcción del puerto de Rosario impulsando una transformación sin
antecedentes en relación con el incremento del desarrollo expansivo de la plaza
mercantil. El 50 % de las importaciones que no
entraban por el puerto de Buenos Aires
eran recibidas por el de Rosario, y las exportaciones habían aumentado entre el 12 y el 19%, a
pesar que la exportación de la producción. también salía distribuida por los puertos
de Santa Fe, Villa Constitución y San
Nicolás. La aduana que en 1907 recaudaba 15 millones de pesos, pasó en 1910 a producir 17 millones
y medio, y en 1913,25 millones de pesos.53
Dos
años más tarde, la
Cámara Sindical de la Bolsa de Comercio, a través de su presidente Luís
Copello, apoyó públicamente el proyecto en el1 los diputados
nacionales Lisandro de la Torre,
Francisco E. Correa. Ovidio Lagos, Leopoldo Meló, creando en Rosario una
Facultad de Ingeniería, por ser una necesidad evidente que insumiría mil pesos
mensuales, cantidad que juzgaba “insignificante”, teniendo en cuenta los beneficios que ella
podría reportar a la ciudad, “centro de numerosas fábricas y usinas".54
Año
a año se sucedieron nuevos proyectos presentados al Congreso, girando entre
las tres tendencias señaladas, aunque todas coincidían en que aún estando la sede en Santa Fe abriría en Rosario la Facultad de Ciencias
Económicas. 55
El movimiento estudiantil en la provincia
intensificó su prédica pro universidad en Santa Fe, al que se sumó la Federación Estudiantil
y el Centro de Libre Pensamiento. Los jóvenes representativos de aquel frente
fueron Sixto Bayer, Guillermo Bonaparte, Luis Bonaparte (h), Isaac Francioni,
Alcides Greca, Alejandro Grüning Rosas, Eduardo Laurencena, Jaime Kanner,
Enrique M. Moca, y Cortés Pla, entre otros.56-
El
9 de julio de 1916 apareció el primer número de la revista Horizontes, publicación mensual del Centro de Estudiantes
de la Escuela Superior
Nacional de Comercio. En el segundo año
de su aparición se explicaba que Horizontes implicaba tener la vista puesta en
la enseñanza superior: "En la Escuela Superior Nacional de Comercio, a medida
que fue dejando de ser una fuente de enseñanza superficial para asumir su carácter de instituto universitario,
hacíase sentir la ausencia de un órgano de publicidad".57
Hacia
1916 eran docentes de la escuela los contadores Alberto Avévalo, M. Fernández
Romero, Carlos J. Ghirardi, Domingo B. Cabanillas, e Hiram . G. Calógero; los
abogados: J. J. Colombo Berra, Avelino Ferreira, Julio Marc, Ernesto Marquardt,
Antonio F. Cafferata y Emilio Cardarelli; los ingenieros Juna Bello y Manuel J.
Cafferata y el médico Tomás Farsi.58
Autoridades,
profesores y alumnos de esta institución y del
Colegio Nacional se desempeñarían al frente de las cátedras de las facultades
de la Universidad
Nacional del Litoral. Juan Álvarez, Alfredo Arfini, Juan B.
Arrospidegaray, Pedro Blanqué, José S. Cardarelli, Tomás Cerruti, Ricardo
Foster, Jorge García González, Fernando Gaspary, Pedro Giménez Meló, Oscar C.
Meyer,
Martin Munuce, Carlos J. Omnés, Ricardo Ortis. Emilio J. Pareto, Alberto
Parody, Isidro Quiroga, Enrique Sempé, y Emilio F. Solari.59
La
intensificación de la enseñanza comercial en la Escuela de Comercio, a raíz del plan de estudio
aprobado del 28 de febrero de 1910, motivó el acrecentamiento de la
concurrencia de alumnos a la institución, lo que fue interpretado como una demostración de la importancia que la
ciudad concedía al desarrollo de la ciencia comercial. De 326 alumnos en 1912,
llegó a 763 en 1916. El plan de estudio vigente asignaba al curso de Peritos
Mercantiles cinco años de estudios (con la implementación de la escuela intermedia
quedó reducida a tres), al término de los cuales el alumno egresado ingresaba
directamente al curso de Contadores o Calígrafos. Por la noche funcionaba el
curso nocturno de Tenedores de Libros, con el objeto de impartir la enseñanza
indispensable para que el alumno pudiera llegar a ser un buen empleado establecimiento
comercial, industrial, bancario, sociedades anónimas, etc. 60 . A
principios de 1917 el ingeniero Julio Bello presentó su renuncia a la Dirección de la Escuela para asumir la
dirección del Banco Provincial de Santa Fe, por pedido del gobernador radical
Lehman, a quien le unía un deber no sólo como amigo sino como correligionario de una facción que con mucho sacrificio había
podido conquistar de la estructura interna del radicalismo. El docente creía
que no creía que no correspondía tener ambos cargos por la dedicación que le
exigirían, sin embargo el Centro de Estudiantes de la Escuela de Comercio y la Federación de Estudiantes
de Rosario no compartían su criterio, dado que las nuevas funciones serían
provisorias y que significaría una experiencia que redundaría a favor de un
director de una Escuela de Comercio. 61
Bibliografía
38- Ibídem p.11.
39- Ibídem p.13.
40- Ibídem p.14.
41- Ibídem p.150.
42-La Capital de 30 de diciembre de 1977.
43- Página Web Colegio Carlos
Pelledrini.
44-Página Web del Colegio “ Jerónimo Luís Cabrera”.
45-Leonardo Kanner, ob. Cit. p.47
46- Ibídem p. 51.
47- Ibídem p.53.
48- Ibídem p.55.
49- Ibídem p.56
50- Felipe Justo
Cervera, "Nepotismo y economía en Santa Fe. siglos XVII a XX", en la Revista de la Junta Provincial
de estudios Históricos de Santa Fe. Santa Fe, 2004, p. 52.
51 – Boletín
Oficial de la Bolsa
de Comercio de Rosario, del 30 de noviembre de 1913, N° 45, p. 1961
52—Encabezaron las siete mil firmas reunidas en la nota de
agosto de 1913: Luis Colombo, presidente de la Bolsa de : > Santiago Pinasco. vicepresidente;
José Monserrat, presidente de la
Cámara de Comercio: Nicolás Raffo. —presidente de la Cámara de Cereales: Miguel Monserrat, presidente
de la Cámara
de Defensa Comercial; José Firpo. presidente del Mercado General de Productos
Nacionales y Juan B. Cordiviola, secretario; Juan José Andino, presidente de
Sociedad Rural, y Alejandro Carrasco, secretario; Cornelio Casablanca,
presidente del Hospital Centenario Eduardo Paganini, presidente del Club
Social; Alfredo J. Rouillón. presidente del Jockey Club. etc. También figuraban
Juan Alvarez, Ciro Echesortu. Ricardo Schlieper, Manuel Ordóñez, Santiago
Pusso, Victor Recagno. Santos Mnfredi, Enrique Thedy. Lisandro de la Torre, Carlos Brebbia.
Gervasio J. Columbres, Alejandro Hertz. Ramón Lucero,Constancio Larguía. Manuel
López Zamora, Joaquín Lagos. Fermín Lejarza. José Serrot, Carlos Lac Prugent. Luis
Bello, . Luis B. Laporte, Isidro Quiroga, Camilo Muniagurria. Juan A. Ortiz,
Clemente Alvarez y Tomás Cerruti. La composición de la secretaría de la
comisión evidencia las instituciones sobre las que cargaría el peso
administrativo y ejecutivo labor: Benjamín Rodríguez de la Torre. Alejandro
Alvarez y Alfredo Lovell. por el Colegio Nacional, la Bolsa de Comercio de Rosario
y la Escuela Superior
de Comercio, respectivamente.
53 -Ibídem p. 1710.
54- Boletín Oficial de la Bolsa de Comercio de Rosario, del 30 de
septiembre de 1915. n° 89. p. 3.204.
55- Leonardo Kanner, ob. Cit. p.64.
56- Ibídem p. 76.
57- Entre los integrantes de la Comisión Directiva
figuraban los siguientes estudiantes: Francisco Casiello, José Luis Ferrari,
Manuel Genolet. Luis Sacchi, H. Taconni. etc. Todos ellos podrían encuadrarse
en la genera-Centenario de Mayo graduada en el Centenario de la independencia
Argentina, y con actuación pública en del 20. Hacia 1916 egresaron Eduardo
Bruera. Antonio Gaspar. Samuel Schamis. Ángel Rossini. Domingo Navarini. Amadeo
De Santis. Mariano Enz, Vicente Aielli, Gerardo Van Oppen. y Raúl Rosselli,
entre otros.
Ibídem p.
Año II n° 8-9, agosto y septiembre de 1917, p. 424.
58- Ibídem
año II, mayo de 1917, N º 5 .P.352.
59-•Colegio Nacional del Rosario. Antecedentes
reunidos con motivo del 43 aniversario de la apertura de los cursos, :1 Colegio
Nacional, Rosario, 16 de julio de 1917.
60- Revista Horizobntes, año I , septiembre de 1916 , Nº 3 p. 115.
61-Ibídem, p. 26.
Fuente: Extraído de el Libro De
Marco, Miguel Angel “Libro Ciudad Puerto
– Universidad y Desarrollo Regional – Rosario 191-1968” de noviembre 2013.