Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

Vistas de página en total

viernes, 19 de octubre de 2018

Del monoambiente al emporio financiero Grupo Rosental



Miguel Rosental inició su empresa en una oficina de 22 metros cuadrados en 1983. Pero éí soñaba en grande; ansiaba un proyecto de otra envergadura, para el que no contaba con un manual perfecto, pero sí con una preparación muy exigente y con valoresyprincipios éticos bien asentados, que, finalmente, lo condujeron al éxito. 

Ambición y responsabilidad para llegar a la meta. 

Desde joven, el objetivo de Miguel Rosental estuvo claro: "Quería tener una gran empresa". Pero sabía que alcanzar tan ambiciosa meta no bastaba con sólo desearla y esperar que la suerte toque su puerta. Había que empezar por los cimientos y colocarse el overol tanto en el ámbito laboral como universitario. 

Terminó la secundaria sin problemas, donde si bien no tenía materias de preferencia, aclara que "odiaba la literatura y la lengua", le gustaba más historia y geografía y no le costaban las matemáticas. En la universidad se inclinó hacia las ciencias económicas, porque le "encantaban las finanzas". De todas maneras, sabía que trabajar como contador no sería, en un futuro, la fuente de sus ingresos. "Siempre tuve muy claro que quería tener mi propia empresa", resalta. 

Entró a la facultad en marzo de 1974 y, en una brillante carrera, a fines de 1976 ya había aprobado casi todas las materas, sólo le faltaban dos anuales de cuarto año. "Fui muy metódico en la facultad", recuerda. 

Pero, además de contar con esa virtud, hubo otro ingrediente que actuó para que Miguel Rosental se reciba en tres años como contador público. Él había conocido a Jorge Bertero en la universidad, con quien estudió varias materias. Y fue Bertero quien incidió para que en marzo de 1977, ambos egresaran de la facultad con un título de grado. 

"En octubre de 1976, Jorge vino un día a mi casa y me propuso recibirnos en marzo (de 1977), es decir, a los tres años de haber entrado. Lo escuché atentamente y mi pregunta fue: 'Si realmente hacemos ese cronograma, ¿cuándo vamos a tener vacaciones?'. Y la respuesta de Jorge fue clara: 'El 25 de diciembre y el 10 de enero' 

Ya recibido, con apenas 21 años, decidió comenzar a adquirir experiencia laboral. Después del verano de 1977, ingresó a trabajar en la empresa maderera de su abuelo, Slutzky e hijo S.A., aunque también pudo haber elegido por la pequeña firma financiera de su padre (Hemisferio S.A.). "Me parecía que podía aprender mucho más ahí de lo que era una gran empresa, que ya contaba con sistema de computación, flota de camiones y sucursales", detalla. 

Un año y medio más tarde, su padre enfermó y le pidió que se encargue de su firma, donde asegura haber aprendido los valores que un líder debe transmitir en una organización. 

Aunque la vida le dio un duro golpe en 1979 con el fallecimiento de su padre, las ganas de continuar mejorando y especializándose para alcanzar aquel objetivo se mantuvieron intactas. 

En 1980, junto con Bertero, decidieron recibirse también de Licenciados en Ciencias de la Administración, para lo cual debían hacer un año más de facultad. No conformes con los dos títulos, resolvieron comenzar el doctorado en 1981. 

En abril de 1981, Miguel se casó con Jannet, con quien se mudó a un departamento que le había regalado su padre. Allí se juntaban a estudiar Miguel y Jorge todos los días, después de las 18 horas, cuando ambos salían de sus respectivos trabajos: Hemisferio e Indo. 

"Nos encontrábamos todos los días a las siete de la tarde para estudiar casi hasta la medianoche. Así que desde el año 81 al 84 cenábamos tres personas en mi casa: mi señora, Jorge Bertero y yo", relata. 

Con una carrera universitaria prodigiosa y con experiencia en empresas, la inquietud no tardó mucho en llegar. 

"Yo estaba cómodo con mi trabajo pero era una empresa en donde yo tomaba las decisiones del día a día, pero las decisiones estratégicas las tomaba mi mamá. Pese al enorme respeto que le tengo, sabía que lo que yo quería hacer no lo podía lograr en esa empresa; necesitaba una nueva. Y necesitaba también una mente brillante como la de Jorge". 

Fue así que a finales de 1982, luego del nacimiento de su hija Ludmila, Miguel comenzó a idear aquel sueño. "Empezamos a pensar con Jorge cuál podía ser una buena actividad para hacer juntos y surgió la posibilidad de comprar una acción de la Bolsa de Valores de Rosario". 

La idea, el ímpetu y el conocimiento estaban prontos para plantar la primera semilla, sólo faltaba el capital, que llegó a préstamo por parte de la madre de Miguel, que apostó al desarrollo profesional de su hijo. 

“ Durante dos veces pudimos acceder porque no queríamos pagar un precio tan elevado. gasta que la tercera 5plé de pagar 3 mil dólares, compramos nuestra 

en la Bolsa". En ella, Miguel poseía el 70%, mientras era que el restante 30% correspondía a Bertero. 

De esta manera, en 1983 nació Miguel M. Rosental y Asociados hoy compañía líder en el mercado de servicios bursátiles con dos unidades de negocios anexadas posteriormente (Carbatur Cambio Y Rosental Inversiones), como consecuencia de su acelerada expansión 

Ser confiable para crecer 

El proyecto de fomentar una gran empresa estaba en marcha. La firma despegó como agente de Bolsa, brindando servicios de consult0, monit0O y respaldo, con el fin de procurar el desarrollo de nuevos negocios y proyectos en el mercado, maximizando las utilidades del patrimonio de sus clientes. 

Tanto Rosental como Berteto confiaban en la pasión por su trabajo y en los valores y principios éticos que habían apresado desde jóvenes -come la honestidad, el compromiso, esiona ismo, la transparencia- para alcanzar el éxito. 

"Nuestra empresa está basada en intangibles. Hay una actitud de servicio muy fuerte y creo que eso es un gran valor sintetiza Bertero. 

Miguel M. Rosental y Asociados S.A. empezó con una oficina alquilada, de apenas 22 metros cuadrados (prácticamente, un monoambiente), en el segundo piso de la calle Corrientes 763. "La oficina era muy chica, tenía las alfombras nuevas y la pintura estaba impecable. Pero lo que más me sorprendió fue que cuando ingresé había solamente dos sillas, ni siquiera estaban los escritorios", cuenta Mirta Romera, su primera colaboradora, en el video institucional elaborado con motivo del 25° aniversario de la empresa. 

"Lo que más me entusiasmaba era la energía y toda la fuerza que le ponían al trabajo. Y eso me contagiaba, sobre todo porque era mi primera experiencia laboral", resalta. 

El crecimiento exponencial de la firma, producto de la confianza, el profesionalismo y la seguridad que brindaba a sus clientes, generó la necesidad de mudarse, en 1987, a una superficie de 220 metros cuadrados, en un edificio de Corrientes 931. 

Además de ampliar la logística, la empresa también comenzaba a demandar más recursos humanos. Hasta 1988, sólo trabajaban cuatro personas. Pero en octubre de ese año ingresó Ariel Cortázar (gerente de Back Office) y a fines de 1989 ya alcanzaba la decena de empleados. 

Si bien en aquella época se trabajaba en un gran porcentaje a mano, la firma ya había adquirido dos computadoras buscando una mayor eficiencia con sus clientes. 

Pero en ese marco de expansión, Argentina sufriría los coletazos de un final de década trágico para la economía y las finanzas del pís, castigadas por una hiperinflación y un alto endeudamiento. Aquel lóbrego escenario, sumado a la inestable situación política que desembocó en el adelantamiento de las elecciones presidenciales, provocaba gran incertidumbre en los clientes de la empresa, que veían en peligro sus ahorros e inversiones. 

En ese sentido, a seis años de la inauguración, la compañía rendía, así, uno de los exámenes más complicados de su corta carrera. Pero, lejos de debilitarse, Rosental Asociados S.A. aprobó la prueba con nota y salió más fortalecida de esta complicada encrucijada. 

En el video institucional mencionado, Cortázar explica que "llegado el colapso del 89, donde se produjo el canje de todos los plazos fijos por el Plan Bonex, se le aconsejó a cada uno de nuestros clientes que mantuvieran esos títulos, porque en el transcurso de los años iban a adquirir un valor importante. Y, de hecho, fue lo que ocurrió". 

Este asesoramiento valió oro para la empresa, que, a partir de ese momento, comenzó a multiplicar la confianza de nuevos clientes, gracias a las referencias del "boca a boca". Incluso, a principios de los años 90, la firma alcanzó el primer puesto del ranking de agentes de Bolsa de Rosario. 

"Nosotros le decíamos a todos que sí, sin importar el volumen de la transacción que quisieran realizar. Le dábamos una solución. Eso fue lo que nos permitió, a través de los años, seguir creciendo y que nos acompañen tantos clientes", explica Cortázar. 

La formación del Grupo. 

El posicionamiento de la empresa en la mente de sus potenciales y reales clientes se solidificó a partir de la crisis. Con profesionalismo y aguda visión empresaria, Rosental brindó, en aquellos años, un marco de sosiego y seguridad al mundo empresarial en medio de una tormenta financiera. 

Producto de tal asesoramiento, la empresa logró continuar su proceso de expansión. En 1991 -año en que se aprobó la Ley de la Convertibilidad impulsada por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo-, Rosental decidió explorar el mercado cambiario a partir de una alianza comercial (joint venture) con Carbatur Viajes SRL (agencia de cambio). Ahora, las dos unidades de negocio convivían en el edificio de Corrientes 840. 

La alianza duró dos años, porque en 1993 comenzó a tomar forma el Grupo Rosental: su propietario, Miguel Rosental, compró la firma Carbatur, síntoma claro de que la compañía bursátil continuaba en un firme crecimiento. 

En palabras del tesorero de la compañía, Ernesto Becerra, con la regla del "1 a 1", el sector cambiario se presentaría "muy chato" en los años 90, por lo que no tendría el intenso movimiento que ostentó en la década del 80. Por lo tanto, "se venía una década donde la vedette iba a ser la Bolsa". 

A pesar de ser conscientes de este diagnóstico económico, la empresa apostó a Carbatur como proyecto a futuro. Mientras, la cartera de clientes de Rosental Bursátil no paraba de crecer, lo que mantenía robusto al Grupo. 

Con ese vigor, la empresa recibía al siglo XXI, que se presentaba sin certezas ni prosperidad. Es que la pesadilla de fines de 2001 y el año 2002 bañaron de incertidumbre a inversionistas, empresarios y accionistas, además de sumergir a otros tantos en la ruina. Palabras como default, devaluación, inflación, desempleo, patacón, lecop y "corralito" formaban parte de una escena de terror real, que, incluso, contó con la renuncia de dos presidentes de la República y fugaces cambios de ministros en la cartera de Economía, que no encontraba la salida a la inestabilidad financiera, política y social. 

Pese a este escenario desfavorable para Argentina, Rosental se las rebuscó para mantener su expansión. De acuerdo con Becerra, "en el año del corralito, volvió el auge del sector cambiario", por lo que había que exprimir al máximo esa oportunidad. 

Y en ese contexto la firma adquirió el emblemático edificio Molinos Fénix, ubicado en la peatonal Córdoba 1441, a donde se mudó para continuar su fortalecimiento en el mercado. El simbólico inmueble, declarado patrimonio histórico de la ciudad, fue proyectado y construido entre 1926 y 1929, enmarcado en el periodo arquitectónico eclecticista-academicista, para oficiar de casa central de la molinera que lleva su nombre. Sin dudas, es una edificación que se impone a la vista en el "Paseo del Siglo", con su soberbia fachada, puerta de bronce, columnas dóricas y escalinata revestida en granito negro. 

Rosental instaló allí su actual casa central, desde donde sorteó los efectos de la crisis, sin claudicar a sus valores innatos, lo que la ha llevado a horizontalizar su estructura de negocios, con una numerosa plantilla de profesionales, y a transformarse en líder del mercado. 

"A mí, a veces, me traiciona un poco la ansiedad, pero siempre escucho las palabras serenas de Miguel, de ir despacio y tranquilos. Realmente, es un verdadero capitán de tormentas, con quien da gusto trabajar", sostiene el coordinador general, Federico Ortega. 

Por su parte, Miguel Rosental asegura: "Nosotros no es que tenemos una forma de superar una crisis, sino que tenemos una forma de ser, que está vinculada a la educación que cada uno de nosotros recibimos, ya sea en su vida familiar, de relación o laboral. Son principios éticos, que uno los está llevando adelante permanentemente: la transparencia, la vocación de servicio, la honestidad, el cumplimiento de la palabra". 

Lejos de amilanarse y esperar los efectos de la crisis, la empresa contraatacó con la creación de una nueva unidad de negocios, con el objetivo de explotar otros nichos de mercado y amplificar aún más al Grupo. Nació, entonces, Rosental Inversiones. 

Se trata de una vía para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, comerciales o productivos. A través de un grupo de especialistas, la unidad se encarga de estudiar el mercado y buscar alternativas de inversión. A partir de allí, diseña el plan de negocios y analiza la viabilidad de las diferentes iniciativas, teniendo en cuenta los aspectos financieros y operativos. 

Rosental Inversiones se ha encargado de promover, entre otros proyectos, el complejo edilicio Condominios del Alto, con 114.000 metros cuadrados edificados en cuatro etapas en Puerto Norte; la transformación del Hotel Esplendor Savoy en un hotel boutique, en San Martín y San Lorenzo; el Parque Industrial Metropolitano, en la ciudad de Pérez; el complejo Costavía, en el frente costero de Pichincha, con dos torres de 24 pisos, locales comerciales en planta baja y tres niveles de oficinas. 

Por otra parte, como complemento a las actividades bursátiles y de cambio, en los últimos años, el Grupo ha incorporado otra serie de servicios alternativos, que se interconectan con sus unidades de negocios centrales. Pampa Trading es uno de ellos. 

Se trata de un agente habilitado por Rofex (Mercado a Término de Rosario) para operar en la cobertura del mercado de futuros, ya sea en dólares o en derivados agrícolas. En el año 2009, se negociaron 51,2 millones de contratos en Rofex, lo que aumentó el volumen de operaciones en 21,7% con respecto al año anterior. 

Pampa Trading es sólo una muestra del emporio que ha montado Miguel Rosental, con constante dedicación, desde aquella modesta oficina de 22 metros cuadrados hasta la fecha, porque la lista de las empresas en la que el Grupo tiene participación continúa con Forex Bursátil, fyo.com, Puerto San Martín Cereales, Fundar, Congelados del Sur y Nemo. 

Por lo tanto, se puede afirmar que aquel chico que odiaba la literatura y adoraba las finanzas cumplió, luego de tres décadas de intenso trabajo, esfuerzo, lucha y pasión, su sueño de conformar una gran empresa. 

"Mi ambición era tener una empresa importante; jamás trabajé para ser rico. El éxito depende de uno, depende de querer lograr las cosas por las que uno pelea, jamás traicionando sus ideales", destaca Rosental. 


Siempre ir por más

La ambición del Grupo Rosental por continuar desarrollándose se mantiene intacta como el primer día, allá por 1983. Pero con 30 años de actividad, si hay algo que se adquiere, es experiencia y buen ojo para evaluar nuevos negocios. Y según la, experiencia de Bertero, para continuar en expansión la compañía debe ser prudente y aceptar, al mismo tiempo, nuevos desafíos. 

"Si es extremadamente desafiante, seguramente va a ser muy imprudente y si es extremadamente prudente, seguramente no 'a a evolucionar. Entonces, creo que nosotros debemos ubicar a la compañía en ese sutil punto medio, que, a la vez, se va corriendo en el tiempo". 

Y, por supuesto, que en ese punto de equilibrio la mira siempre estará destinada al cliente, porque, para Rosental, "los clientes son el capital más preciado" con el que cuenta la empresa. "Como todo capital preciado, hay que cuidarlo, saberlo atender y fundamentalmente forjar una relación que no dure cinco años, dos años o una semana, sino que sea permanente, larga, duradera y de una verdadera amistad". 

Estas consideraciones de los dos socios del Grupo líder en el mercado bursátil, cambiario e inversor de Rosario serán, seguramente, capitalizadas en las próximas décadas por quien ya está dando sus pasos en la compañía, ha seguido muy de cerca los de su padre y conoce los objetivos: Lisandro Rosental. 

"La idea es continuar desarrollando diferentes proyectos y llevarlos a cabo de la mejor manera. En la primera reunión nuestra de fin de año a la que asistí, mi padre dijo que él para el año siguiente no esperaba un año igual al actual, sino mejor. Es decir que uno tiene que pedir siempre ir por más y realizar todos los esfuerzos para cumplir con su petición. Obviamente, para esto habrá que seguir los valores que nos vinieron inculcando a todos nosotros y que creo que es la forma de seguir de acá al futuro", concluye Lisandro. 

Rosental hoy es sinónimo de seriedad y profesionalidad, un nombre indiscutidamente vinculado al desarrollo de Rosario y la región. 

Fuente: Extraído del Libro “ Pioneros Presentes – El espíritu empresarial que hace grande a Rosario”. Volumen 2. Fundación Libertad. Octubre 2013. Gráfica Amalevi