por Ricardo Accurso
Quien más, quien menos sabe que el nombre de Charles Darwin ( 1.809 - 1.882 ) se asocia íntimamente con las ciencias naturales, sobretodo en lo que hace a la botánica y a la zoología. Sin embargo, este naturalista inglés fue ante todo un aventurero; a bordo de la goleta "Beagle" prácticamente no dejó rincón del planeta sin explorar, aún los más recónditos y extraños. Precisamente, al echarle un vistazo al legajo de este sabio no sorprende que haya pisado tierra argentina. Y en el marco de su periplo por nuestro país ( Patagonia, Buenos Aires, Santa Fe ) es posible destacar su paso por nuestra región, allá por 1.833. Con respecto a esto último, vale reproducir de su libro "Viaje de un Naturalista alrededor del Mundo" algunas apostillas sobre lo que vió y presenció en "Nuestra Casa".
EL MAJESTUOSO Y MAGNIFICO RIO PARANA ( 29 y 30 de septiembre de 1.833 )
"Continuamos nuestro viaje a través de las llanuras. Todas ellas de igual carácter. En San Nicolás veo por vez primera ese magnífico río que se llama Paraná. Al pie del acantilado en el que se alza la ciudad, hay anclados muchos y grandes navíos.
"Antes de llegar a Rosario atravesamos el Saladillo, río de agua pura y transparente pero en exceso salada para que pueda ser bebida. Rosario es una gran ciudad levantada en una llanura perfectamente plana, que termina en un acantilado que domina el Paraná, unos 60 pies. En tal lugar el río es muy ancho y está entrecortado por islas bajas y rocosas, así como la orilla opuesta. El río semejaría un gran lago si no fuese por las formas de las islas, que por sí sola basta para dar idea de agua corriente. Los acantilados forman la parte más pintoresca del paisaje; algunas veces son absolutamente perpendiculares y de color rojo vivo; otras veces se presentan en forma de inmensas masas agrietadas cubiertas de cactos y de mimosas. Pero la verdadera grandeza de un río inmenso como éste proviene del rendimiento por su importancia desde el punto de vista de la facilidad que procura a las comunicaciones y al comercio entre diferentes naciones; y queda uno admirado al pensar de qué enorme distancia proviene esa sabana de agua dulce que corre a los pies del espectador y cuán inmenso territorio riega.
"Durante muchas leguas al norte y al sur de San Nicolás y de Rosario, el país es verdaderamente llano. No puede tacharse de exageración nada de cuanto los viajeros han escrito acerca de ese perfecto nivel. Sin embargo, jamás he podido encontrar un solo lugar en que, girando lentamente, no haya distinguido objetos a una distancia más o menos grande; lo cual es prueba evidente de una desigualdad del suelo de la llanura. En alta mar, cuando los ojos están a 6 pies por encima de las olas, el horizonte se halla a 2 millas y 4 / 5 de distancia. De igual modo, cuanto más nivelada está la llanura, más cerca está el horizonte de esos estrechos límites; según esto, en mi opinión, eso es suficiente para destruir ese aspecto de grandeza que uno creería deber encontrar en una vasta llanura". ( págs. 166 y 167 )
CASAS SAQUEADAS POR LOS INDIOS (2 DE OCTUBRE DE 1.833)
"Atravesamos Coronda; los admirables huertos que la rodean hacen de ella una de las más lindas aldeas que he podido ver jamás. A partir de este punto y hasta Santa Fe el camino deja de ser seguro. La costa oriental del Paraná deja de estar habitada a medida que se avanza hacia el norte, también los indios llevan a cabo por ella frecuentes incursiones, asesinando a todos los viajeros con quienes tropiezan. La naturaleza del país favorece singularmente, por otra parte, tales incursiones, porque allí acaba la llanura de césped y se encuentra una especie de selva de mimosas. Pasamos por delante de algunas casas que han sido saqueadas y que, después de tal saqueo, han quedado deshabitadas; contemplamos también un espectáculo que causa a mis guías la más viva satisfacción: el esqueleto de un indio suspendido de la rama de un árbol; trozos de piel seca penden aún de los huesos.
"Llegamos a Santa Fe al amanecer y quedo asombrado viendo qué considerable cambio de clima ha producido una diferencia de solamente 3° de latitud entre esta población y Buenos Aires. Todo lo evidencia: la manera de vestir y la tez de los habitantes, el mayor tamaño de los árboles, la multitud de cactos y otras plantas nuevas, principalmente el número de aves. En una hora he podido ver media docena de éstas que jamás había visto yo en Buenos Aires. Si se tiene en consideración que no hay fronteras naturales entre las dos ciudades y que el carácter del país es casi exactamente el mismo, la diferencia es muchísimo mayor de lo que pudiera creerse". ( pág. 168 )
CURIOSOS REMEDIOS PARA EL DOLOR DE CABEZA ( 3 y 4 DE OCTUBRE DE 1.833 ) "Un violento dolor de cabeza me obliga a guardar cama durante dos días. Una buena anciana que me cuida me apremia para que ensaye un gran número de extraños remedios. En la mayor parte de casos parecidos, se acostumbra aplicar a cada sien del enfermo una hoja de naranjo o un trozo de tafetán negro; es aún más usual cortar un haba en dos partes, humedecer éstas y aplicarlas asimismo a las sienes, donde se adhieren facílmente. Pero no se crea que sea conveniente quitar esas medias habas o esos trozos de tafetán; hay que dejarlos donde están hasta que se desprendan por sí solos. Algunas veces, si se pregunta a un hombre que ostenta en la cabeza esos trozos de tafetán qué le ha ocurrido, contesta, por ejemplo: 'Tuve jaqueca anteayer'. Los habitantes de este país emplean remedios muy extraños, pero demasiado repulsivos para que de ellos pueda hablarse. Uno de los menos sucios consiste en dividir en dos unos perritos, para amarrar los trozos a uno y otro lado de un miembro fracturado. A tal fin es muy buscada aquí cierta raza de perros pequeños desprovistos de pelo". ( pág. 168
Las Primeras Publicaciones Obreras Rosarinas (1893-1900)
Una de las primeras cuestiones a definir en el estudio de las publicaciones obreras es qué se entiende por las mismas. Desde nuestra perspectiva consideramos como tales a las publicaciones periódicas que se dirigen fundamentalmente a un público constituido por trabajadores asalariados y escritas por trabajadores mismos o por personas que se identifican con sus intereses. En los periódicos rosarinos analizados esta apelación adquiere diferentes términos, como ser "trabajadores", "obreros", "pueblo trabajador", "gran masa trabajadora", "las clases trabajadoras en general". Estos trabajadores a los cuales se convoca para la transformación social son, básicamente, los vinculados al trabajo manual en la industria, en los transportes y en las tareas de carga y descarga (puertos, estaciones ferroviarias, etc). Sobresale la preocupación por el ámbito urbano y la poca o nula referencia a los trabajadores rurales. Al mismo tiempo, hay una identificación de los trabajadores con los pobres y desgraciados.
Desde una perspectiva relacionada con el contenido, las publicaciones obreras podrían definirse de la siguiente manera :
"... todo lo que se escribe desde el punto de vista primordial de exponer los males que aquejan a la clase obrera y manifestar las ideas que a juicio del autor pueden regenerarla." (1)
LOS CONTENIDOS
Una vez precisado el concepto publicación o periódico obrero, podemos ampliar lo concerniente al contenido de las mismas. En estas hojas predomina lo netamente propagandístico por sobre lo informativo, y dentro del ámbito noticioso imperan las nuevas referidas al mundo obrero y partidario. Podríamos plantear que estas publicaciones se organizan en torno a tres grandes ejes : 1) cr¡tica de la sociedad imperante, 2) esbozo de una sociedad o de valores ideales y 3) propuestas organizativas y metodológicas para pasar de la situación criticada a la situación ideal. Tal esquema se asemeja mucho al de la práctica médica dividida en diagnóstico, sanación y terapia, siendo esta última la que permite el tránsito del estado enfermo al estado sano. No es casual esta similitud, pues la prédica obrerista se propone la regeneración de un organismo social considerado enfermo. Paralelamente, al menos en el período estudiado y fundamentalmente entre los periódicos cratas, hay un mayor énfasis en la crítica que en precisar acabadamente los medios y fines.
Dada la prácticamente exclusiva atención dedicada al mundo de los trabajadores y a las doctrinas regeneradoras, difícilmente pueda un lector actual conocer la situación política o general del momento en el cual se escribieron estas publicaciones. Claro que en el ámbito de la prensa común (denominada "burguesa" en los medios obreristas) se daba la carencia opuesta. Es decir, poca atención se brindaba a la situación de los trabajadores, quienes aparecían en tales páginas, básicamente, cuando protagonizaban alguna medida de fuerza o hecho violento.
Por otro lado, no debe sorprender el marcado carácter partidista o ideológico de las publicaciones obreras, pues el periodismo en general de aquella época, en Rosario y Argentina, solía tener la misma característica.
"...el periodismo en aquellos tiempos era totalmente político y cada publicación servía de tribuna a sus candidatos." (2)
LOS REDACTORES
Un tercer punto a tratar tiene que ver con quienes escribían en estas publicaciones. No resulta fácil en muchos casos identificar a los redactores, dado el carácter anónimo de la mayoría de los artículos. Anonimato que tenía que ver, por un lado, con la seguridad, con el temor al control y represión estatal, y, por otro lado, con la preocupación de no caer en la vanidad. Lo importante para estos redactores era el mensaje más que el prestigio periodístico o literario. Estaban preocupados
en diferenciarse de los periodistas a los cuales criticaban por poner su pluma al servicio de un patrón.
Debido a esa repulsa por los periodistas e intelectuales en general existente en el temprano movimiento obrero de cuño anarquista o sindicalista y a cierta forma de redactar (donde aparecen ciertas fallas gramaticales) se puede sostener que estos periódicos eran redactados, salvo algunas excepciones, por obreros o artesanos.
En varios casos podemos determinar quien era el director, editor o redactor principal de un periódico, dado que aparecía su nombre. Esto nos ayuda también a tener una idea más precisa de quienes elaboraban este tipo de prensa. En no pocos casos, incluso parece que determinado órgano girara en torno de una persona más que de un grupo. Por ejemplo, Julián Nicolás aparece como figura descollante en "El Porvenir Social" (publicación socialista) y Angelo Careghini en "Demoliamo" (publicación anarquista individualista).
También podemos efectuar una distinción entre aquellos militantes que escriben en tales publicaciones. En tal sentido expresa Ricardo Falcón :
"Un número importante de militantes escribe en los periódicos. Aquí cabe hacer una distinción entre directores o redactores permanentes y colaboradores ocasionales. El tipo de participación que parece predominar es la `intermedia', es decir, los que escriben con regularidad, pero episódicamente." (3)
PRESENTACION, PERIODICIDAD, FINANCIACION Y DISTRIBUCION
En cuanto a las caracteristicas formales, éstas -aunque sin ser descuidadas- ocupan un lugar subalterno respecto del contenido. Hay un cierto patrón en la presentación. En la primera página se destaca el título y otros datos que hacen a la definición de la publicación (subtítulo, citas emblemáticas, dirección postal, nombre del responsable, periodicidad, costo, etc). La cantidad de páginas oscila entre 4 (la mayoría) y 6, dispuestas en 3 columnas (la mayoría) o 4. En la página inicial aparecen los escritos editoriales que definen la línea del periódico y en la página final, generalmente, se brindan datos sobre la financiación (listas de suscripción, donaciones) y las relaciones con otros grupos o personas de la ciudad, el país y el mundo.
Periodicidad y financiación, cuestiones íntimamente ligadas, presentan modalidades diferentes entre las publicaciones obreras. Los socialistas y anarquistas organizadores tratan de editar sus órganos con cierta regularidad y para ello recurren a las suscripciones y precios estipulados, mientras que los anarquistas individualistas recurren a la suscripción voluntaria y a la periodicidad irregular ("sale cuando puede"). Los socialistas, en el caso de "El Porvenir Social", recurrirán también a los anuncios publicitarios para completar los ingresos obtenidos por suscripción y venta de ejemplares individuales.
Las dificultades económicas, más que los obstáculos gubernamentales, (4) explican en buena medida la corta vida de los periódicos obreros rosarinos. Las que tuvieron una vida más extensa estaban sostenidas por grupos o sociedades de resistencia que se encargaban de su difusión y de obtener los recursos necesarios para el mantenimiento de las mismas.
La distribución de estas expresiones del movimiento obrero rosarino se efectuaba básicamente en el ámbito de la ciudad (5), aunque también hallamos en las listas de suscripciones o donaciones y en las noticias relativas a intercambio epistolar referencias a la circulación de cierta cantidad de ejemplares fuera del ámbito local, llegndo las mismas a otras poblaciones del país e incluso del extranjero.
RELACIONES
Esto último nos lleva a las relaciones nacionales e internacionales del movimiento obrero rosarino. En cuanto al ámbito del estado argentino, se privilegia la relación con Buenos Aires pero también hallamos referencias a contactos con otros puntos de la provincia de Santa Fe y del país. Respecto de las relaciones internacionales, destaca el contacto -sobre todo en el campo anarquista- con círculos españoles e italianos. Estas vinculaciones no se daban solamente a través del intercambio de publicaciones u otros impresos, sino también a través de la correspondencia, de la circulación de personas entre ambos continentes, de la asistencia a congresos u otro tipo de eventos internacionales y de la constitución de organizaciones supranacionales. Al respecto expresa Hobart Spalding :
"... los anarquistas trataron de estrechar lazos con sus correligionarios en otros países y se mantuvieron bien informados sobre los hechos acaecidos en el extranjero. Por un lado, las organizaciones o federaciones obreras mantenían correspondencia con sus similares de otras naciones y buscaban en lo posible coordinar sus actividades. Por otro, se preocupaban por los acontecimientos exteriores, llevando a cabo protestas en favor de anarquistas u obreros perseguidos en otros países. Dos ejemplos de esto se encuentran en el mitín de solidaridad con los obreros rusos después de las represiones policiales bajo el imperio zarista, por un lado, y en el movimiento en favor de Francisco Ferrer..." (6)
Francisco Madrid Santos, por su parte y desde el estudio de las fuentes obreras españolas, destaca esta estrecha vinculación de Argentina y América en general con España. (7) Sobre todo en el ámbito anarquista podría hablarse de un ámbito hispano-americano, donde circulaban fluidamente personas, propaganda escrita, informaciones y correspondencia. Dentro del estado español, uno de los países más fuertemente ligados a la América hispana (incluímos en este espacio a los círculos inmigrantes ibéricos en Estados Unidos) y Argentina en particular era Catalunya, desde la época de la I Internacional.
ULTIMAS CONSIDERACIONES : CONTENIDO Y PROPOSITOS
Una última consideración que nos permitimos hacer en estas notas sobre la prensa obrera local, se relaciona con el contenido y los objetivos de la misma. Ya hemos dicho que el periódico obrero privilegia la difusión de un determinado ideario, de determinada moral y de determinadas prácticas organizativas y de acción. Frente a la perennidad e inmediatez de lo informativo, la publicación obrera privilegia cierta atemporalidad en su contenido, lo cual no sólo tiene que ver con su concepción transformadora sino también con la precariedad de medios económicos que impiden una mayor regularidad y frecuencia en sus apariciones, lo cual impide el tratamiento de las noticias de inmediata actualidad. La prensa obrera es ante todo propaganda, que acompaña a la prédica oral y a la "propaganda por los hechos" o a la "acción directa" (que no deben identificarse necesariamente con los atentados, sino con todo tipo de acción efectuada por los mismos trabajadores sin delegación de responsabilidades o poder en instancias que los representen). Un tipo de propaganda que resulta especialmente reverenciada entre los anarquistas, dado el carácter cuasi redentor que otorgan a la palabra escrita. Además, a través de las lecturas públicas (para que el contenido pudiera ser conocido por los analfabetos) la propaganda escrita se convertía en oral. Valga como ejemplo lo narrado por Agustina Prieto en el caso de la difusión de este tipo de prensa en el barrio obrero de Refinería, situado en el norte de la ciudad de Rosario :
"En los cuartos y patios [de los conventillos] se leían y comentaban ... en los años del cambio de siglo ... las diversas expresiones de la prensa obrera local y nacional..." (8)
En cuanto a los propósitos, este tipo de escritos se presentan como un medio tendiente a desarrollar cierta conciencia clasista, cohesionadora y transformadora entre los trabajadores, la cual se asociaba con una elevación cultural tanto a nivel intelectual o moral. Es decir, como requisito previo para la construcción de una nueva sociedad basada en una mayor libertad e igualdad de condiciones económicas, se planteaba la transformación de los mismos trabajadores que debían llevar adelante el cambio social. Esta transformación societaria se daba como segura, basando tal predicción en supuestas necesidades científicas vinculadas con la idea de progreso hacia determinado fin. En esa concepción escatológica, la prensa y la propaganda en general no hacían más que acelerar tal transformación (concebida de una manera evolutiva entre los socialistas y sindicalistas moderados, y a la manera de una hecatombe más o menos cercana entre los ácratas). Es decir, el accionar de los propagandistas, de los militantes, se percibía como un catalizador que precipitaría el arribo del tan anhelado paraíso terrestre. Ese sentido tenía la "agitación". La cuestión radicaba en activar y estimular las energías consideradas dormidas entre los explotados y oprimidos, provocar una especie de reacción en cadena que liberara la energía necesaria para destruir lo existente criticado y edificar el nuevo orden social pregonado.
NOTAS(1) Molas, Joaquim : "Cultura i literatura obrera (1894-1920)", en I res. Jornades sobre moviment obrer a l'Arús, Barcelona, Associació d'Amics de la Biblioteca Pública Arús, 1991, p.67.
(2) Di Santo, Víctor : "Payadores y política", Todo es Historia nº 278, Buenos Aires, 1990, p.29.
(3) Falcón, Ricardo y otros : "Obreros, artesanos, intelectuales y actividad político-sindical", en Estudios Sociales nº1, Santa Fe, U.N.L., p.59.
(4) Respecto de los obstáculos colocados por las autoridades argentinas escribe Hobart Spalding (La clase trabajadora argentina. Documentos para su historia, 1890-1912, Buenos Aires, Galerna, 1970, pp.51-52)
"En general, los ... periódicos obreros en los años posteriores a 1890, cuando la agitación obrera empezó a verificarse con más fuerza, estaban estrictamente vigilados o impedida su circulación."
Citando el caso del periódico socialista LA VANGUARDIA, principal expresión de los socialistas argentinos, y uno de los menos inflamados de la época, se expresa :
"... su venta estaba prohibida en las estaciones de ferrocarriles y en los hospitales y ... tampoco se permitía su lectura en los mismos trenes. Por este diario como por otros de la época llegan noticias de que en varias oportunidades sus ediciones o los manifiestos impresos por una u otra agrupación fueron secuestrados antes de ganar la calle."
A pesar de este hostigamiento gubernamental, Spalding relativiza su incidencia :
"Sin embargo, sobrevivieron una buena cantidad de revistas, ... periódicos y hojas dedicadas a la causa obrera, de las cuales la mayoría moría no tanto por la oposición de las autoridades sino por la falta de fondo o lectores."
Hasta 1909 hubo dos proyectos para limitar la circulación de publicaciones radicalizadas, ambas fracasaron al no contar con el apoyo necesario en los altos círculos gubernamentales. La primera de ellas se originó a finales del siglo XIX y proponía prohibir la circulación de dicha prensa por correo. La segunda, pergeñada por el coronel Ramón L. Falcón, Jefe de Policía de la Capital Federal ultimado en 1909 por el anarquista Simón Radowitzky, estipulaba directamente el cierre de los órganos revolucionarios.
Las restricciones a la propagación de este tipo de prensa eran, básicamente, de dos tipos : directas e indirectas. Las primeras consistían en el secuestro de una edición, tras previa denuncia, la detención o procesamiento de los redactores. Las segundas, más abundantes y sutiles, incluían el boicot por parte del correo, la coacción a los imprenteros para que no imprimieran tales hojas, la represión de los lectores que aparecían en los listados de suscripción (de allí que también éstos, como los redactores, recurrieran a los seudónimos, que solían ser de lo más pintoresco) y la prevención de los patrones frente a quienes escribían, difundían o leían la prensa de marras.
(5) Uno de los barrios de la ciudad donde más se difundían estas publicaciones era el barrio obrero de Refinería, surgido a fines del siglo pasado en torno de la Refinería de Azúcar, que por aquella época era el establecimiento industrial más grande la República. Este barrio, situado en la zona noreste de la ciudad, se caracterizó por la alta conflictividad social. En lo relativo a la difusión de las publicaciones obreras en Refinería informa Agustina Prieto ("Condiciones de vida en el barrio Refinería de Rosario", en Anuario de la Escuela de Historia nº 14, Rosario, U.N.R., 1989-90, p.177) :
"La prensa obrera tenía en el barrio uno de sus principales centros de difusión; el periódico anarquista rosarino "La Rebelión", por ejemplo, de 1913, se vendía exclusivamente en tres negocios del centro y en un kiosco de Refinería, situado en un punto de gran concentración de conventillos."
(6) Spalding, Hobart : op.cit., p.91.
(7) Madrid Santos, Francisco : "La prensa anarquista en España", en 1 res. Jornades sobre moviment obrer a l'Arús, Barcelona, Associació d'Amics de la Biblioteca Pública Arús, 1991, pp.39-55.
(8) Prieto, Agustina : op.cit., p.177