MIGUEL
ANGEL DEMARCO (H)
El sistema portuario argentino tuvo un lugar clave en los discursos de modernización estatal y en la ejecución de las políticas públicas pero mucho más aún en el desarrollo económico del país porque se le asignó la función de vincular la producción de commodities agroalimentarios en el mercado internacional. Desde 1853 a 1943, predominó la concesión de los puertos a privados, gobiernos provinciales o municipales, mientras que el Estado Nacional invirtió sus recursos fundamentalmente en obras de infraestructura, accesibilidad a los muelles y navegabilidad de las rutas fluviales. El estallido de la Segunda Guerra Mundial, con la alteración del ritmo comercial y la casi inmediata paralización de la actividad portuaria, puso en tela de juicio la política hasta entonces vigente. La estatización y centralización de la gestión se concretó en definitiva con la aparición de nuevos actores al calor del modelo de industrialización por sustitución de importaciones iniciado en la década anterior.25 Los primeros diez años de las facultades rosarinas de la UNL se dieron bajo el signo de un sistema portuario que respondió al paradigma tradicional del crecimiento hacia afuera y los segundos diez años, en una etapa de transición y cuestionamientos al mismo proponiendo en cambio un crecimiento hacia adentro. En el inicio de la tercera década de su historia se produjo el choque de estas dos corrientes en pugna.
La nacionalización del puerto en octubre de 1942 lo libró de los concesionarios franceses, sin embargo al recuperarlos para el Estado, lo sujetó a los avatares de la historia institucional argentina. Los funcionarios del gobierno central que habían participado de la rescisión del contrato fueron desplazados por un golpe de Estado, en junio de 1943, y los designados a partir de entonces enunciaron las soluciones señaladas a nivel nacional. Pero mientras tanto un tema fundamental quedaba sin resolverse: el local. Cómo operar en Rosario el tránsito de una administración a otra. Ante la falta de respuesta del gobierno provincial y municipal y los demás sectores de las fuerzas de la producción, una propuesta surgió de la flamante Facultad de Ciencias Matemáticas de Rosario, en enero de 1940, cuando el profesor consejero EricoA. Rosenthal,(un apellido que era sinónimo de comercio importador y de grandes almacenes portuarios), propuso que el decano de la misma, el ingeniero Cortés Plá, (hijo del inmigrante catalán Antonio Plá, y hermano de Armando y Roger, los dos radicados en Buenos Aires, uno trabajando en el ministerio de Obras Públicas y el otro en el periodismo y la literatura)," coordinará la creación de una comisión para estudiar y proponer los problemas derivados de caducidad. Esta comisión recurrió la Sociedad Puerto de Rosario paraque le brindara documentación e informes sobre el movimiento y administración portuaria sin obtener respuesta ni colaboración.27
Entrevistado Cortés Plá en 1941, había adelantado su opinión de que ante la incertidumbre del mundo en guerra, "el país debía ir laborando su independencia económica y, para ello, lo primero era incautarse de todos los servicios públicos: puerto, líneas férreas luz y otros".28 Si era admisible que cuarenta años atrás Argentina recurriera a consorcios extranjeros para acelerar su progreso, "hoy, y cada día más que pase será necesario que el Estado recupere los servicios públicos por razones de propia seguridad".29
Cortés Plá trabajó en esta comisión junto a otros docentes de la casa: los ingenieros Erico Rosenthal y Luciano Micheletti; y al doctor Ángel Ortiz Grognet. La Bolsa de Comercio, la Federación Empresaria y la Asociación de Ingenieros que adhirieron a la iniciativa, designaron como representantes a Atlántico Dianda, Ernesto Fábrega, Germán M. Fernández; Ernesto Daumas, Enrique Villamajó, Luis Sobrino Aranda y Rómulo Bonaudi.30
Dos semanas después de convocada dio a conocer un extenso informe, recomendando la no dilación de la entrega de las instalaciones portuarias al Estado.31 Universidad, Bolsa, Federación, y Asociación compartieron en el documento una misma visión del proceso histórico en cuestión y subrayaron que el desinterés del gobierno nacional por mantener navegable el río Paraná, no se condecía con el vertiginoso aumento demográfico de la ciudad "como no se daba comúnmente en el mundo", y el crecimiento del hinterland y la expansión de la zona de influencia, habiéndose avanzado muy poco en este sentido en los últimos 42 años. Textualmente: "Rosario ha estado y continua condenado al trato que pudiera merecer un pueblo sedentario y sin capacidad para mayores destinos". 32 Pero lo más significativo es que por primera vez en este tipo de informes presentados por la dirigencia rosarina a la Nación aparece una propuesta de dotar al puerto de un perfil industrial acorde a la evolución del sector en las últimas décadas. ¿Primacía de ingenieros por sobre los doctores? ¿De facultades de ciencias exactas sobre humanísticas? ¿Del gremio profesional de ingenieros por sobre los jurídicos y contables? ¿De instituciones del comercio empresarial por sobre aquellas dedicadas a la producción rural? Para esta comisión, presidida por Cortés Plá y con la secretaría de Germán Fernández, el puerto de Rosario debía ser la cabecera de una nueva zona industrial especialmente promovida, al igual que el tráfico de cabotaje (hasta el momento la defensa de la condición de ultramar era predominante) y dar a conocer las ventajas del puerto dentro y fuera del país.33 En el mismo sentido que el expresado por esta comisión, el gobierno nacional terminó desatendiendo las reclamaciones económicas del concesionario privado y desaprobando las cuentas presentadas en sus balances por la empresa de la Socie- dad del Puerto de Rosario .34
Notas
27
La Capital, 31 de octubre de 1941.
28
Ibídem.
29
Ibídem.
30
Ibídem, 1 d enero de 1942.
31
Ibídem, 11 de enero de 1942.
32
Ibídem, 14 de enero de 1942.
33
Ibídem, 15 de enero de 1942.
34
Ibídem, 30 de enero de 1942.
Fuente:
fragmentos extraído del “Libro
Ciudad Puerto De Marco, Miguel Angel Leopoldo Gabriel –
Universidad y Desarrollo Regional – Rosario 191-1968” de
noviembre 2013.