Apartlr de la postguerra se derrumbaron las formas de desarrollo económico sobre las que se había levantado la ciudad. Una real masa de migrantes internos fue asentándose, en forma, paulatina, en la periferia de las grandes ciudades, en busca de trabajo. Hugo E. Ratier lo consigna certeramente en "Villeros y Villas Miseria": Desde 1930, el migrante rural llega a las ciudades. La Segunda Guerra Mundial y la necesaria sustitución de Importaciones con el consiguiente impulso industrialista, le ofrece mayores posibilidades.
La Argentina asiste, entre 1937 y 1954, a tres períodos consecutivos. El primero, de 1937 a 1946, de gran expansión industrial; un segundo, de estancamiento relativo entre 1946 y 1954 yun tercero, de declinación, desde 1954 en adelante. Rosario no fue ajena, como era natural, a ninguna de esas etapas y el colapso de 1930 no pudo detener su asombroso crecimiento. Ciudad eje portuario, detenta-dora de elevadores de granos, de máquinas industriales modernas, de fábricas de azúcar, etc, disponía además, en torno a sus barrios industriales y a los talleres del ferrocarril, la miseria de las casas de inquilinatos.
Pero fue a partir del proceso de industrialización que se irían conformando cordones industriales en las distintas ciudades Importantes (especialmente Buenos Aires y Rosario), donde cientos y luego miles de personas se asentaban en busca de una vida mejor, llegando desde el Interior de la Argentina. El resultado sería la formación de las llamadas Villas Miseria, acumulación de viviendas harto precarias, que en un principio se Imaginaron transitorias y terminaron en permanentes. Allí, grandes grupos de familias desplazadas de sus lugares de origen, convivían en promiscuidad, protegidos malamente de las inclemencias del tiempo, con una alimentación deficiente y condiciones sanitarias que distaban de lo Imprescindible siquiera.
El abandono del campo por Importantes sectores de la población y su concentración en las ciudades principales va unido, de ese modo, a la formación de estas villas de emergencia. Quienes se trasladaban de las zonas rurales a la ciudad —formando o ingresando luego a las villas— eran en su mayoría trabajadores rurales sin tierra propia, con bajo nivel de vida y de salarlos.
Conviene destacar, sin embargo, un hecho que no siempre es consignado debidamente. Las villas miseria, consecuencia de una migración interna no dirigida, espontánea, que incluye a gentes de países limítrofes (paraguayos, bolivianos) se diferencia del barrio obrero, cuyos asentamientos se producen alrededor o en tomo a una fábrica o industria, con habitantes con trabajo estable o permanente, provenientes en su mayoría de migraciones externas y de alguna manera promovidas por el Estado, con el fin de poblar" el país.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario Historias de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 15. Autoras: Sandra A. Bembo- Nelly I Sander de Foster- Marisa Rocha. Junio 1991