Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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martes, 7 de junio de 2011

UN PROCESO SOCIAL IMPORTANTE

Ambas huelgas, las de 1901 y 1902, fueron precursoras de otros conflictos de similares características. La pésima situación económica de la clase obrera, el hecho de dirigir la administración pública representantes de la burguesía y el latifundio determinaron un enfrentamiento ideológico previsible, ya que sólo un cambio de estructura modificaría las condiciones sociales.
Los anarquistas, permanentes opositores del socialismo, todo lo esperaban de la acción individual; los socialistas reformistas – que los había ya entonces – confiaban en la acción parlamentaría, mientras que el marxismo ponía sus objetivos en la organización de las masas obreras. Era evidente, en ese momento, la existencia de dos ideologías casi excluyentes: la del liberalismo burgués y la del socialismo, con tres corrientes sociales: el reformismo, el anarquismo y el marxismo. Tres formas de socialismo en que se dividía el movimiento sindical de Rosario.
Lo que en apariencia era una lucha entre el capital y el trabajo no era, objetivamente, más que la agudización de la lucha de clases, hecho inevitable en la sociedad capitalista. Rosario había ingresado en esa variante social.
En 1903 se declararon en huelga los chóferes y mayorales de tramways. Intervino la Municipalidad, que asumió la defensa de los intereses de los propietarios de la empresa Anglo-Argentino. El intendente, temeroso de lo que podía ocurrir en la ciudad, solicitó la intervención de la policía. Los cocheros y mayorales, en realidad, reclamaban un salario mejor, de un 30 por ciento de aumento en el jornal diario. El 1 de diciembre, habiendo triunfado la posición de los trabajadores, las actividades de aquel lejano medio de transporte debieron reiniciarse entonces con mejores perspectivas para los asalariados.
Mientras se desarrollaba la huelga, la Cámara Sindical de la Bolsa de Comercio – donde se daban la mano los miembros de la gran burguesía local – pidió al Jefe de Policía la adopción de urgentes medidas represivas para concluir la huelga. El funcionario, Octavio Grandoli, mediante un edicto(era su costumbre) prohibió la realización de asambleas obreras. Los afiliados de la Sociedad de Resistencia de Conductores de Carros se plegó al movimiento, presentando de paso su propio pliego de condiciones, lo que obligó a la Federación Obrera Rosarina a emitir un documento señalado su disposición “ a declarar la huelga general si esta situación subsiste y, desde ya, invita a los gremios federados a qué, como un solo hombre, en el momento oportuno abandonen el trabajo”.
La difícil situación por la que atravesaban los conductores de carros inquietaba no sólo a los trabajadores sino también a las mujeres, y Leonor Díaz y Virginia Bolten concibieron la idea de concretar una manifestación femenina en apoyo de los huelguistas.
El 12 de diciembre, la Federación Obrera endereza sus duras críticas sobre la actuación de Grandoli, quien ( siempre a través de su infaltable edicto) había prohibido las reuniones y asambleas de los conductores de carros de la ciudad.
El centro Socialista Rosarino y La Sociedad de Trabajadores en General organizan sendos actos para conmemorar el 1•de Mayo en uno de los cuales se anuncia la asistencia del doctor del Valle Ibarlucea. Funcionaba, asimismo, el Círculo de Obreros Liberales, dirigido por Rogelio Ayala y se realiza el VI Congreso del Partido Socialista Obrero, a la vez que se consolida la creación de la Sociedad de Resistencia de Cigarreros y Cigarreras, mediante la publicación del manifiesto de rigor.
El mismo año, con la participación de ya conocido comunero Arturo DuPont se constituye la Sociedad de Resistencia Unión de Trabajadores de Madera, con el objetivo de lograr la jornada laboral de ocho horas, un jornal mínimo de cuatro pesos, la abolición de tareas a destajo y la prohibición de dar trabajo a personas no afiliadas a la flamante entidad.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20 Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------